La hora del precipicio, vientos que arrasan

Alguien se ocupa de tu vida sosteniendo una cuerda. Alguien asegura el ascenso, vigila el descenso: Escalar es un deporte, un juego al aire libre, pero con el vacío expuesto debajo, listo para hacer valer su severa ley de la gravedad, sin excepción. Ese vacío está lleno: de metros escalados, de mosquetones dentro de un ojo de metal y de cuerda enredada, y el deseo encaminado a cumplirse. 

 
Los dedos piensan, tocando concavidades, protuberancias, fisuras. Los dedos piensan el cuerpo que debe seguirlos. Luego, los pies se abren al impulso que se ajusta en las presas siguientes. El cuerpo que escala es un acordeón que se abre y se cierra entre las puntas de los pies y de las manos.
Una escalada es también una partitura ejecutada por un instrumento de viento que va con la música sobre un teclado ciego.
Escribo estas líneas para acompañar una guía de escalamiento y divago pensando cómo esas pocas observaciones se pueden aplicar sin necesidad de rocas y acantilados.
¿Me comporto así aun sin escalar? Algunas veces advierto el vacío bajo los pies, como un ir camino al precipicio. Desde algún lugar una persona querida me está cuidando, pero no sostiene una cuerda.
 Continúo lentamente el tramo marcado, voy instintivamente y pienso que he conocido vacíos más violentos, con una fuerza superior de atracción terrestre.
Me empujaba una voluntad de estar en esos lugares y en esos tiempos, una derrota asumida porque sí, y porque eso no significaba desertar.
Hoy en un vacío expuesto a la desgracia, a una ruina, pienso que soy bueno para los precipicios. Aun sin equilibrio de funámbulo, sé de qué se trata la llamada ley de gravedad.
Trata de cosas graves, que pesan, pero no son un lastre, sino que por el contrario son sustancia, voz constituyente de mi persona.

ES PELIGROSO EXPONERSE, dice el cartel oficial de los tiempos que corren. Es necesario hacerlo.


Para una guía de escalada, Erri De Luca
El más y el menos, de Erri De Luca.  Esquelas armadas a partir de memorias de juventud, crónicas de sus días como albañil, reflexiones de un par de páginas sobre su padre o sobre su generación, cuentos breves, poemas. En El más y el menos el escritor italiano Erri De Luca ofrece textos cortos y magnéticos que arman una suerte de itinerario vital en el que se cruzan sus pasiones: la militancia, la escritura, el alpinismo, la vida itinerante, el compromiso social en un mundo que se derrumba y en el que el autor subraya zonas de sacrificio bien marcadas: los desplazamientos a los que son forzados los inmigrantes, los cuerpos de los trabajadores.  El libro "El más y el menos", de Erri De Luca, lanzado en su país en 2015, fue publicado ahora por el sello cordobés Portacultura, con traducción del argentino Javier Folco en una edición preciosa, que, tal como señala la escritora Valeria Tentoni en la contratapa, reúne una colección “de memorias simples y encantadas por una pulsión aforística, como si del recuerdo brotaran naturalmente las epifanías”.    De Luca es uno de los escritores contemporáneos italianos más importantes. Su primera novela, Aquí no, ahora no, fue publicada en Italia en 1989. Desde entonces, sus numerosos y multipremiados libros se han traducido a más de treinta idiomas.

Fragmento de la nota de Agustina Larrea en el diario.ar - Para leerla completa: https://www.eldiarioar.com/sociedad/mil-lianas/hora-precipicio-vientos-arrasan_129_11232847.html

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