Matando en dosis pequeñas





Matando en dosis pequeñas



Escrito por Dra Graciela Gomez


En Toxicología, la hormesis es un fenómeno de relación entre la dosis y la respuesta. Un contaminante o toxina que produzcan el efecto de hormesis tiene con dosis bajas efectos curativos y exactamente lo contrario a dosis más elevadas.
Nada de esto sucede para los defensores del modelo productivo en el rally de las buenas prácticas para la aplicación de agroquímicos, para los cuales al decir de Paracelso “en el veneno la diferencia está en la dosis”. La necesidad de pregonar hace que cualquier burrada es válida para justificar el envenenamiento masivo.
Expertos  en seguridad alimentaria de todo el mundo, se reunirán en Bruselas, Bélgica el  15 y 16 de marzo de 2011. Uno de los temas a tratarse es la creciente destrucción endócrina o sistema hormonal  como resultado de  la exposición a dosis bajas de pesticidas.
Hay que explicarles a los neófitos  locales que la  curva dosis-respuesta de forma sigmoidea clásica, en forma de “ S”, refleja muy bien ese postulado. Sin embargo actualmente se reconoce que  la respuesta biológica puede no ser  lineal sino que en algunos casos puede seguir una forma de “U”, reflejando una inducción de respuesta a dosis bajas pero no a dosis muy altas. Eso es lo que se  denomina hormesis. 
La asociación internacional  SAFE es un consorcio integrado por  14 miembros procedentes de universidades e institutos científicos que trabajan en el ámbito de la investigación alimentaria. El objetivo es el de fomentar un debate de interés público a través del diálogo con los gobiernos y la industria agroalimentaria sobre la seguridad de los alimentos. Algo que para el Anmat local no está en su agenda, aunque sigamos preguntando quién controla lo que comemos.
Esta exposición a los pesticidas de cualquier especie incluyendo a los humanos,  pone en  riesgo de sufrir alteraciones reproductivas o del desarrollo, que pueden  manifestarse en muchas formas: infertilidad, aborto, malformaciones físicas o deficiencias funcionales a nivel neurológico, endocrino o inmune.
La  exposición simultánea a múltiples sustancias químicas  y a los cócteles usados en los bombardeos del yuyito, es una situación que debe ser estudiada. Bien lo  explica el Dr Marcelo Wolansky  quien entre sus muchos trabajos demostró  que “las dosis subliminales de los piretroides individuales, cuando se combinan en una mezcla, pueden producir neurotoxicidad mensurables en ratas”. Estas acciones acumulativas sugieren  que la sinergia, la combinación de plaguicidas, insecticidas y todo tipo de biocida lo potencia. Sin embargo para un médico de Ibarlucea el piretroide es como una colonia floral.
Pero vayamos al herbicida estrella: el glifo-chito, que según sus defensores es inofensivo y se puede tomar una copita, pero que es chito porque derriba todo.
Sin embargo el Dr Robert Bellé demostró en 2002 que el Round Up inhibe  y afecta la regulación del ciclo celular al retrasar la activación del complejo CDK1/cyclin B, justamente por el efecto sinérgico de los productos y la formulación que tiene el glifosato. Bellé concluyó en forma categórica cuestionando la seguridad del glifosato y Round Up para la salud humana.
 Para el  biólogo molecular Gilles Séralini, cuyo trabajo reciente fue publicado en la  Revista Internacional de Ciencias Biológicas, en julio del 2010,   los maíces transgénicos de Monsanto  NK 603, MON 810, y MON 863 pueden causar daños graves para la salud. 
Para el científico es insuficiente e ineficaz las pruebas de la multinacional realizados por 90 días con ratas, poniendo de manifiesto que es necesario que esas pruebas se realicen por el término de dos años antes de aprobar su consumo en humanos, especialmente los  OMG con "Eventos apilados", que producen  uno o varios insecticidas y toleran  uno o dos herbicidas . El llamado "Efecto cóctel" no es tomado en consideración.
La asociación  Agrobio  conformada por  Monsanto, Bayer, Syngenta y DuPont, principales representantes de la industria biotecnológica,  descalificó estos resultados y puso en marcha toda  una campaña de desacreditación  que llevó al científico a demandarlos ante la justicia. 
El 18 de enero pasado la corte judicial de París dictó sentencia a favor de Séralini, demostrando que los debates de científicos e investigadores  honestos con quienes no coincidían los estudios pagados  de las empresas triunfó sobre los transgénicos. Esto  llevó al médico  Brian John a recordarles que tanto industrias de  biotecnología y sus apologistas “han tenido la lengua suelta para calumniar e intimidar a quienes han tenido la temeridad de cuestionar la seguridad de los productos genéticamente modificados” tratando de mercenarios a algunos académicos de esos que abundan por estos lares.
No solo la exposición materna a pesticidas tiene riesgos. Las malformaciones pueden suceder por la exposición paterna a pesticidas.
Se hace necesario entonces que en las investigaciones se incluyan dosis mucho más bajas que las estudiadas actualmente, teniendo en cuenta además que  las dosis altas, tienen una relevancia toxicológica sin tener necesariamente una relevancia ambiental o real.
La Declaración internacional sobre los peligros sanitarios de la contaminación química, conocida como el Llamamiento de París, considera que “ la mayoría de las sustancias o productos se introducen en el mercado sin haber sido objeto, previamente y de forma suficiente, de estudios  toxicológicos y de estimación de riesgos para el hombre”. Considerando a los niños más vulnerables ya que muchos de nuevos productos  atraviesan la barrera placentaria y contaminan el embrión; o  se concentran en el tejido graso y se encuentran luego en la leche materna.
Asimismo la  Declaración de Wingspread, en la  Conferencia sobre el Principio de Precaución del 26 de enero 1998 , científicos, filósofos, abogados y activistas  alcanzaron un acuerdo sobre la necesidad del principio de precaución en materia de salud pública y la toma de decisiones ambientales. El elemento clave del principio es que nos incita a tomar medidas preventivas en la ausencia de certeza científica.
Pero la mayoría de las leyes y reglamentos existentes se centran en la limpieza y el control de daños en lugar de prevenirla. El grupo llegó a la conclusión de que estas políticas no tienden suficientemente en proteger a las personas y el mundo natural. El principio de cautela transfiere la carga de la prueba, insistiendo en que los responsables de una actividad deben responder por su inocuidad y se hace responsable si el daño se produce. La Declaración en su Artículo 3 expresa que  “Estando en peligro nuestra salud, la de nuestros hijos y la de las generaciones futuras, es la especie humana la que está en peligro”
El concepto de precaución no se formó en el marco jurídico alemán allá por  1930, sino que estaba centrado en la buena administración del hogar. En alemán  Vorsorgeprinzip, que se traduce en inglés como Principio de Precaución. Su esencia es de aforismos tales como  "más vale prevenir que curar", también se puede interpretar como la evolución del  antiguo principio hipocrático de los médicos  "primero no hacer daño".  Algo que han olvidado gobernadores y presidentes comunales que mutaron del hospital al palco político. Allí donde el paciente, los niños y los votantes son como  el  ganado que hay que arrear. 
En la sociedad del modelo agropecuario  prima el Mutatis mutandis, cambiar lo que se deba cambiar, en beneficio de “la causa” o del “proyecto”  imperante. Una timba donde los Momos y forajidos unidos ganan, pero la salud y la gente pierden siempre.-

 Fuente: Asociación Argentina de Periodistas Ambientales (AAPA)-Medio&medio


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Sobredosis de Matayuyos.

Escrito por Dra Graciela Gomez


Mientras en la Argentina  se sigue discutiendo las distancias y la  inocuidad de la lluvia tóxica  que se esparce sobre la gente,rutas,parques, agua y vías del ferrocarril las fumigaciones se multiplican. Por obra y gracia de ignaros funcionarios que decidieron desmalezar con biocidas,  envenenando cada rincón del país para engrosar las arcas de las empresas agroquímicas.

 En el país vecino, sin embargo, usan la lógica  y el deber de cuidado, algo que no tiene ningún valor para los gobernantes y políticos locales , cuya única función es la ley del menor esfuerzo : “matá todo regando”.
Son los funcionarios impresentables elegidos “a dedo”, ocupando cargos donde los concursos son una fachada y pertenecer al sindi-gato es una carrera rápida y con futuro prometedor.

El Fiscal del Estado de Minas Gerais- Brasil , de la Fiscalía de Defensa del Medio Ambiente, en el municipio de Uberaba prohibió la práctica de control químico de malezas en áreas urbanas. La prohibición recae sobre  cualquier empleado o tercero de esa  municipalidad que deben  abstenerse de realizar ese procedimiento en cualquiera de los espacios urbanos. La multa a  pagar es de hasta  10 mil dólares.


La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA) expresó su posición inquebrantable argumentando que ésa práctica en áreas urbanas no está autorizado por Ansiva ni por otro órgano y que no hay ningún producto pesticida registrado para ese propósito.
La Ley Estatal 10.545/1991 en su artículo N°12 pena con  prisión de dos a cuatro años más una multa de 100 a 1.500 UPFMG (unidades de la Norma de Auditoría de Minas Gerais) al empresario, profesional, responsable o el prestador de servicios que no promueva las medidas necesarias para proteger la salud y el medio ambiente. Las reglas del  Decreto Nº 41.203/2000 ubica al uso de pesticidas a una infracción similar a la  violación de la atención en materia de salud y  medio ambiente .

 "La multa tendrá un valor de 10.000 dólares y es solidaria  entre la entidad pública y cualquier agente o servidor público que haya causado el acto ilegal, por cada oportunidad que se utilice dicho procedimiento, con independencia de otras posibles sanciones . La multa debe ser donada  al Fondo Estatal de intereses difusos (Fundif)".

ANVISA publicó además un artículo en su página web indicando que el deshierbe hecho con los pesticidas químicos en las zonas urbanas expone a la población “al riesgo de envenenamiento,  contaminan la flora y la fauna locales”. Por lo tanto, esta práctica no está permitida. Esta aclaración se hace debido a las numerosas quejas recibidas. Debido a la falta de seguridad toxicológica, desde el año 2003 la Agencia no permite la aplicación de herbicidas en el entorno urbano.


En la  consulta pública realizada se recogieron aportes  de los diferentes segmentos de la sociedad, así como las áreas técnicas de la Agencia y otras agencias del Sistema Único de Salud (SUS) que demostraron que la regulación de la práctica no parece la mejor manera de buscar protección y defensa de la población brasileña, por eso directamente lo PROHIBE.

Los productos son esencialmente peligrosos y su uso, incluso en las zonas rurales debe ser hecho bajo condiciones de intenso control, no sólo durante la aplicación, sino también con el  aislamiento de la zona en la que se aplicó. Justifica esta conclusión, entre otras, las siguientes condiciones:

1. Durante la aplicación de un pesticida, es necesario que el empleado al entrar en contacto con el producto, deba usar equipo de protección. Los transeúntes y residentes urbanos pueden tener contacto con el plaguicida, sin ese equipo adecuado.

2. En cualquier área tratada con pesticidas es necesario al menos 24 horas después de aplicar el producto, esa área debe ser aislada, teniendo en cuenta a los niños y deficientes visuales.

3. Es común que las ciudades sufran compactación del suelo o del asfalto , lo que favorece la acumulación de plaguicidas y el agua en sus capas superiores. En una situación de lluvia, dado el escurrimiento del agua, se pueden formar estanques y retención de agua con altas concentraciones del producto, creando una fuente potencial de riesgo.
 
4. En cuanto a la protección de la fauna y la flora nativa, es importante recordar que perros, gatos, caballos, pájaros y otros animales pueden ser envenenados por beber agua contaminada o por consumir semillas de gramíneas o alimentos en las calles.

5. Por mucho que se requiere para el uso de jardinería profesional, plaguicidas clasificados como más leves de toxicidad, este hecho no elimina el riesgo para la salud que plantea la naturaleza de tales productos.
Abundar en más detalles de la ejemplar regulación carioca es hacer pasar vergüenza a nuestros organismos, legisladores y contralores de los agrotóxicos.

Lo vemos cada día en los ramales ferroviarios, cunetas y rutas, y ni hablar del uso rural, donde la ley no existe.
Peces muertos y animales domésticos después de una fumigación o lluvia se repiten a lo largo y a lo ancho del país.Enfermedades humanas de evidente sintomatología que no se registran, no se certifican ni se analizan .Un virus es la respuesta perfecta, gobernantes que evitan tocar el tema y la negación de los medios. 

La Recomendación del Defensor del Pueblo de la Nación N° 144/09 del 14 de julio de 2009 se puso en consideración al Senasa, al Ministerio de Agricultura y a la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, sobre estas prácticas habituales incluso en los bordes de la Quinta Presidencial . Pero dicha recomendación parece haber sido usada de “anotador”o extraviada , por el Ministro Julián Dominguez , el señor Eduardo Butler y por TBA .

En todo el país tanto comunas como municipios, usan el matayuyos en todos los espacios verdes, acto que puede probarse con las facturas archivadas de los gastos de cada municipalidad, donde también deberían estar archivadas las recetas agronómicas para comprar dicho producto.Un veneno creado para la agricultura, pasó a formar parte de los artículos de limpieza del municipio y es recetado sin ruborizarce.

Pensar un país en serio, también es actuar, legislar y gobernar en serio.Espacios recreativos y lugares de esparcimiento para nuestros niños, un bien público disponible para cada habitante, están siendo regados con glifosato.
Una muerte lenta que empezó en el campo y se extendió a la ciudad. La excusa muchas veces es que las malezas atraen alimañas, algo que lamentablemente el veneno no mata automáticamente, ...cuando traen corbata.-

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