En medio de la controversia de la Ley Forestal de Brasil, ¿los vetos presidenciales beneficiarán a los bosques?
Hace un mes la presidenta de Brasil Dilma Rousseff vetó elementos críticos de una propuesta para reformar la Ley Forestal de Brasil que había sido aprobada por el Congreso brasileño. Los cambios tendrán repercusiones entre los agricultores a lo largo del país, y en particular en las grandes extensiones de bosques tropicales en la región Amazónica.
La Ley Forestal publicada por primera vez en 1965, regula el uso de la tierra en propiedades privadas y desde entonces ha sido tema de debates acalorados entre los grupos agrícolas y ambientalistas. Ahora se están proponiendo cambios en la así llamada “reserva legal” que requiere que los ranchos en la Amazonía mantengan 80% de los mismos bajo cubierta forestal.
La nueva versión del Código Forestal permitiría a los ranchos en estados que cumplen las normas mínimas de conservación que mantengan hasta 50% del terreno total bajo cubierta no forestal, es decir, que se les permita legalmente desmontar más bosques que antes.
La presidenta Rousseff objetó 12 artículos y párrafos en la propuesta de reforma y emitió una ley provisional para reemplazarlos. Los tres vetos clave con implicaciones a gran escala para los bosques son:
Exoneración de multas: Las multas y las leyes obligatorias de reforestación habrían sido exoneradas para infractores anteriores que habían deforestado ilegalmente la vegetación de la ribera del río antes de julio de 2008. Bajo la ley provisional de la Presidenta Rouseff, los infractores del pasado pueden librarse de la multa bajo la condición de cumplir con un conjunto de normas mínimas de reforestación.
Pequeños agricultores: La propuesta de reforma no fue específica sobre las excepciones que se podrían hacer para los pequeños agricultores y sus requerimientos de reforestación después de infracciones pasadas. La ley provisional ahora especifica normas mínimas de reforestación para diferenciar entre tierras de pequeños y grandes propietarios.
Acceso a Crédito: La propuesta de reforma habría permitido que los infractores del pasado obtengan acceso a crédito rural sin reforestar las áreas deforestadas ilegalmente. La ley provisional propone cortar el acceso al crédito si los infractores no reforestan dentro de los cinco años de la publicación de la misma.
Estas medidas provisionales podrían dar como resultado costos de reforestación considerablemente más altos para quienes hayan propiciado la deforestación en el pasado y que se están beneficiando con la dispensa de multas propuesta en el texto original de reforma. Sin embargo, más allá de la demostración de voluntad del Estado de hacer un seguimiento serio de los delitos ambientales del pasado, estas medidas tendrán un impacto limitado en la conservación de los bosques naturales que aún existen. Notablemente, la reducción controversial de las “reservas legales” de bosques Amazónicos, de 80 a 50%, no fue vetada.
Aun así, en el calor del debate, muchos pueden olvidar que la principal causa de la deforestación en el pasado en la Amazonía brasileña no ha sido la falta de una legislación ambiciosa, sino más bien la falta de voluntad política para hacerla cumplir. Esto ha cambiado gradualmente en la última década, con la consecuente caída de las tasas de deforestación de cerca de 30 mil kilómetros cuadrados por año a menos de 10 mil desde 2009. Aun después de los vetos dela Sra. Rousseff, el nuevo Código Forestal puede aumentar las amenazas a los bosques en términos legales. Sin embargo, el grado de implementación eficaz de las nuevas leyes será todavía más importante para el destino del bosque Amazónico.