En Santiago llovió lo mismo que en Dubái en 2019

Mientras en el emirato precipitaron 84 milímetros, en la capital chilena cayeron 82 mm. Una cifra que es apenas un cuarto de un año promedio normal.

Desde 2010 que en Dubái se encuentra el edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa. Con sus 828 metros de altura, invita a quien lo mire desde el suelo a recorrerlo con la vista, piso por piso, hasta toparse con un cielo despejado. Despejado porque, claro, en Dubái nunca llueve.
O casi nunca.

En rigor, en ese país precipitan en promedio 84,5 milímetros (mm) de lluvia al año. Una cifra que es la media de las últimas cuatro décadas. Y una cifra que es casi idéntica a la cantidad de agua que cayó desde el cielo en Santiago en 2019.
Según datos de la Dirección Meteorológica de Chile, la lluvia acumulada el año pasado hasta el 6 de diciembre alcanzó solo los 82 milímetros (mm). Ese número es apenas la cuarta parte de lo que solía llover, en promedio, en la capital entre 1981 y 2010.
Los datos de la Dirección Meteorológica de Chile revelan que el promedio de lluvias en Santiago llegó a 340,6 mm entre los años 1981 y 2010. Pero a partir de 2009 no se han vuelto a dar esos niveles de precipitaciones, oscilando entre los 273 mm (en 2009) y 151 mm (2018).
El tercero más seco desde 1824
Si se mira incluso más al pasado, el historiador ambiental de la Universidad Católica, Pablo Camus, compartió con PAUTA una planilla con los datos de agua lluvia que anualmente se ha acumulado desde 1824 en adelante: y en estos 195 años de historia, 2019 se posiciona como el tercero año más seco.
Asimismo, aquellas precipitaciones que en algún momento llegaron a alcanzar los 800 mm no se han vuelto a dar desde el año 1900 (820 mm).
El nuevo Niño
«Claramente la precipitación en Santiago ha ido disminuyendo en los últimos 40 o 50 años. Si miras un gráfico de tendencias, esta ha ido a la baja, pero además siempre entremedio hay años buenos y malos. Eso siempre ha ocurrido, porque nuestro clima está regulado por el fenómeno del Niño y de la Niña. Entonces en años Niño llueve más y en años Niña llueve menos», explica a PAUTA el meteorólogo Gianfranco Marcone.
«Pero en los últimos 10 años esto no se ha representado como debería ser. 2019 fue año Niño y no se representó de esa manera, entonces ahí claramente hay una condicionante extra que está influyendo, y todo indica que por el cambio climático y el calentamiento global, aunque aún se está estudiando», asegura.
Respecto de las proyecciones para este invierno 2020, aunque aún no exista claridad total, se espera que las precipitaciones estén bajo los niveles normales.
Según Marcone, hasta el momento todo apuntaría a que la sequía que afecta a Santiago —y a gran parte de Chile— debería seguir durante los próximos cinco o hasta 10 años, lo cual eventualmente llevaría a que se instaure un nuevo «promedio normal» en materia de precipitaciones.
Es que se necesitan datos de 30 años, según la norma de la Organización Meteorológica Mundial, para sacar promedios históricos y calcular qué es lo normal. «Quizás si esto sigue así lo normal para Santiago van a ser 100 mm y todos vamos a estar acostumbrados a eso», reflexiona el meteorólogo.
– ¿Y el hecho de que el nivel de lluvia sea similar al de Dubái, puede hacer presagiar que en un futuro Santiago se parezca climáticamente a esa zona?
«Estamos en lugares geográficos y hemisferios distintos, pero claramente sí podría ser parecido después de muchos años. Primero tiene que cambiar la estructura de suelo, tiene que ir generándose una variación, primero con una sequía […], pero si esta se extiende más de 10 años pasaríamos a tener una desertificación, que es un proceso, y después una aridez. Tienen que pasar hartos años, pero claramente las condiciones de temperatura y precipitaciones te pueden llevar a eso».

Fuente Pauta

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