El triunfo del fascismo en los Estados Unidos y la crisis migratoria en centroamérica
OFRANEH
Con el saludo fascista respondieron los asistentes en la conferencia anual de National Policy Institute promovida por Richard B Spencer, fundador del movimiento Alt Right (una nueva denominación de la ultraderecha estadounidense). El evidente ambiente nazista que emanó de la reunión y las alabanzas al triunfo electoral de Donald Trump, además del ataque a los medios de comunicación tradicionales, puso en relieve las consignas fascistas invocadas por Trump a lo largo de su campaña (http://www.theatlantic.com/politics/archive/2016/11/richard-spencer-speech-npi/508379/).
El éxito del racismo y la misoginia como los ingredientes esenciales de la plataforma política de Trump -el que contó con el apoyo incondicional de Spencer y su alt-right- han puesto a los países vecinos del sur en una crisis sin precedente, ante la promesa de la campaña política del empresario inmobiliario de deportar tres millones de ilegales.
Para los países del triángulo de la muerte (Salvador, Guatemala y Honduras) la migración se ha convertido en un escape a la violencia sistémica, que se encuentra enraizada en los países asoladas por la corrupción y el narcotráfico; hasta el punto que no existe intención alguna en las repúblicas mafiosas de frenar el saqueo institucional y recuperar las extensas zonas de sus territorios entregadas al crimen organizado.
El éxodo de menores de edad sin acompañantes que sacudió la frontera sur de los Estados Unidos en el año 2014, fue durante meses soterrado por los medios de comunicación e ignorado por los estado-nación, sirviendo el fenómeno para alimentar el racismo y la xenofobia entre los estadounidenses. La cruzada de los niños (http://www.jornada.unam.mx/2014/07/07/opinion/a09a1cul) disminuyó para el 2015, resurgiendo en el 2016. La distorsión calculada de los beneficios la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés) fue tomada al pie de la letra por especialmente por cientos de mujeres, jóvenes y menores de edad, que emprendieron el azaroso viaje en la Bestia -como se le conoce al tren de carga utilizado por los migrantes- o en el mejor de los casos conducidos por los “polleros”, personajes que en su mayoría se encuentran asociados al crimen organizado.
El colapso de la gobernabilidad en Centroamérica está relacionado directamente con las erráticas políticas públicas promovidas por los Estados Unidos. La fracasada guerra contra las drogas ha servido exclusivamente para fortalecer a la mara (banda dilincuencial) político-empresarial centroamericana, la que al final de cuentas está asociada al narcotráfico.
Los señalamientos de Trump sobre los mexicanos y centroamericanos, sirvieron de combustible en la campaña, y el racismo inherente entre los anglosajones, logró salir a flote, descartando las máscara de la corrección política con que lo habían disfrazado.
La selección de Stephen K. Bannon, ex ejecutivo del portal de ultraderecha Breitbar News y uno de los promotores de la alt-right, como futuro estratega en jefe de Trump, reafirma la condición de supremacistas blancos a cargo del entrante régimen. Bannon viene promoviendo un partido del te global, al mismo tiempo que en Europa los movimientos políticos basados en el odio racial prosperan.
Con el saludo fascista respondieron los asistentes en la conferencia anual de National Policy Institute promovida por Richard B Spencer, fundador del movimiento Alt Right (una nueva denominación de la ultraderecha estadounidense). El evidente ambiente nazista que emanó de la reunión y las alabanzas al triunfo electoral de Donald Trump, además del ataque a los medios de comunicación tradicionales, puso en relieve las consignas fascistas invocadas por Trump a lo largo de su campaña (http://www.theatlantic.com/politics/archive/2016/11/richard-spencer-speech-npi/508379/).
El éxito del racismo y la misoginia como los ingredientes esenciales de la plataforma política de Trump -el que contó con el apoyo incondicional de Spencer y su alt-right- han puesto a los países vecinos del sur en una crisis sin precedente, ante la promesa de la campaña política del empresario inmobiliario de deportar tres millones de ilegales.
Para los países del triángulo de la muerte (Salvador, Guatemala y Honduras) la migración se ha convertido en un escape a la violencia sistémica, que se encuentra enraizada en los países asoladas por la corrupción y el narcotráfico; hasta el punto que no existe intención alguna en las repúblicas mafiosas de frenar el saqueo institucional y recuperar las extensas zonas de sus territorios entregadas al crimen organizado.
El éxodo de menores de edad sin acompañantes que sacudió la frontera sur de los Estados Unidos en el año 2014, fue durante meses soterrado por los medios de comunicación e ignorado por los estado-nación, sirviendo el fenómeno para alimentar el racismo y la xenofobia entre los estadounidenses. La cruzada de los niños (http://www.jornada.unam.mx/2014/07/07/opinion/a09a1cul) disminuyó para el 2015, resurgiendo en el 2016. La distorsión calculada de los beneficios la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés) fue tomada al pie de la letra por especialmente por cientos de mujeres, jóvenes y menores de edad, que emprendieron el azaroso viaje en la Bestia -como se le conoce al tren de carga utilizado por los migrantes- o en el mejor de los casos conducidos por los “polleros”, personajes que en su mayoría se encuentran asociados al crimen organizado.
El colapso de la gobernabilidad en Centroamérica está relacionado directamente con las erráticas políticas públicas promovidas por los Estados Unidos. La fracasada guerra contra las drogas ha servido exclusivamente para fortalecer a la mara (banda dilincuencial) político-empresarial centroamericana, la que al final de cuentas está asociada al narcotráfico.
Los señalamientos de Trump sobre los mexicanos y centroamericanos, sirvieron de combustible en la campaña, y el racismo inherente entre los anglosajones, logró salir a flote, descartando las máscara de la corrección política con que lo habían disfrazado.
La selección de Stephen K. Bannon, ex ejecutivo del portal de ultraderecha Breitbar News y uno de los promotores de la alt-right, como futuro estratega en jefe de Trump, reafirma la condición de supremacistas blancos a cargo del entrante régimen. Bannon viene promoviendo un partido del te global, al mismo tiempo que en Europa los movimientos políticos basados en el odio racial prosperan.
Mientras Trump asume su mandato, la migración continua aumentando, ante el temor de la construcción de la controvertida muralla, a la que aparentemente añadir 413 millas en la frontera sur tendrá a un costo de $11.2 millardos, y 452 millas en la frontera norte que alcanzará los $3.3 millardos (http://www.reuters.com/article/us-usa-border-trump-exclusive-idUSKBN14N0TY).
Uno de los integrantes del equipo de transición de Trump es Peter Thiel, siniestro empresario dedicado a fondos de cobertura y dueño de Palantir, compañía consagrada a la minería de datos (https://theintercept.com/2016/12/12/transition-adviser-peter-thiel-would-directly-profit-from-mass-deportations/) además de pertenecer a la junta directiva de Facebook.
Palantir provee apoyo al ICE (Immigration and Customs Enforcement) para la búsqueda y análisis de data que incluye relaciones familiares, laborales, prontuarios criminales y migratorios, información destinada a un complejo de inteligencia denominado FALCON.
Aparte del FALCON, la empresa Palantir tiene otro contrato con el ICE denominado Marco analítico para la inteligencia (AFI por sus siglas en inglés), el que recolecta información de agencias federales, estatales y fuerzas policiacas, incluyeno desde huellas, amistades personales hasta tatuajes.
Thiel ha hecho público su repudio a la democracia y el voto femenino (https://www.cato-unbound.org/2009/04/13/peter-thiel/education-libertarian), además de promover sus inclinaciones de libertario de ultraderecha, que lo conllevan a desdeñar el concepto de estado-nación, planteando la creación de islas flotantes independientes de cualquier intervención gubernamental.
La evolución de la derecha estadounidense y su fortalecimiento como movimientos de masas ha estado vinculada a diferentes nombres, que van desde el partido del té libertarios, neoreacionarios, la Iluminación oscura, etc; grupos que a pesar de algunas diferencias tienen un denominador común: el racismo y la supremacía blanca.
Por supuesto que la edificación del muro la inició George Bush hace más de una década, y Obama deporto 2,8 millones de ilegales durante su mandato. Pero despertar el racimos y la xenofobia como argumentos de campaña política en una contienda electoral, es una actitud macabra que tendrá resultados funestos. Como es de suponer, en la medida en que Trump consolide el muro y la represión interna en los Estados Unidos, los túneles prosperarán; y los regímenes en Mexico y Centroamérica pasarán de ser de una derecha solapada a un fascismo abierto y descarado.
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH - Imagenes: http://www.theatlantic.com - Rebelión -
Uno de los integrantes del equipo de transición de Trump es Peter Thiel, siniestro empresario dedicado a fondos de cobertura y dueño de Palantir, compañía consagrada a la minería de datos (https://theintercept.com/2016/12/12/transition-adviser-peter-thiel-would-directly-profit-from-mass-deportations/) además de pertenecer a la junta directiva de Facebook.
Palantir provee apoyo al ICE (Immigration and Customs Enforcement) para la búsqueda y análisis de data que incluye relaciones familiares, laborales, prontuarios criminales y migratorios, información destinada a un complejo de inteligencia denominado FALCON.
Aparte del FALCON, la empresa Palantir tiene otro contrato con el ICE denominado Marco analítico para la inteligencia (AFI por sus siglas en inglés), el que recolecta información de agencias federales, estatales y fuerzas policiacas, incluyeno desde huellas, amistades personales hasta tatuajes.
Thiel ha hecho público su repudio a la democracia y el voto femenino (https://www.cato-unbound.org/2009/04/13/peter-thiel/education-libertarian), además de promover sus inclinaciones de libertario de ultraderecha, que lo conllevan a desdeñar el concepto de estado-nación, planteando la creación de islas flotantes independientes de cualquier intervención gubernamental.
La evolución de la derecha estadounidense y su fortalecimiento como movimientos de masas ha estado vinculada a diferentes nombres, que van desde el partido del té libertarios, neoreacionarios, la Iluminación oscura, etc; grupos que a pesar de algunas diferencias tienen un denominador común: el racismo y la supremacía blanca.
Por supuesto que la edificación del muro la inició George Bush hace más de una década, y Obama deporto 2,8 millones de ilegales durante su mandato. Pero despertar el racimos y la xenofobia como argumentos de campaña política en una contienda electoral, es una actitud macabra que tendrá resultados funestos. Como es de suponer, en la medida en que Trump consolide el muro y la represión interna en los Estados Unidos, los túneles prosperarán; y los regímenes en Mexico y Centroamérica pasarán de ser de una derecha solapada a un fascismo abierto y descarado.
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH - Imagenes: http://www.theatlantic.com - Rebelión -
