Investigación encuentra Escherichia coli de humanos en mamíferos de la Antártida

Investigadores españoles y del Reino Unido realizaron un estudio para evaluar el impacto de la actividad humana en la Antártida y descubrieron la presencia en mamíferos marinos antárticos de patotipos de la bacteria E.Coli potencialmente patógenos y que “con frecuencia están implicados en enfermedades humanas”.

El artículo ha sido publicado en la revista Scientific Reports -del grupo Nature- y firmado en primer lugar por la investigadora Azucena Mora, del departamento de Microbiología e Parasitología de la Universidad de Santiago. Han colaborado miembros del grupo de Sanidad Animal y Zoonosis (SALUVET) de la Universidad Complutense de Madrid, de la Fundación Oceanográfic de Valencia y de la Universidad de Warwick (Reino Unido).


Este primer estudio prueba la presencia de cepas de E. coli asociadas a humanos en mamíferos antárticos, en concreto en especímenes de foca de Wedell, elefante marino y lobo marino antártico. Los resultados de esta investigación muestran que estos animales marinos, que habitan zonas supuestamente vírgenes y apenas tocadas por la actividad humana, presentan patotipos de E. coli potencialmente patógenes y que con frecuencia están implicados en enfermedades humanas.
De 193 muestras fecales se obtuvieron 158 cepas de E. coli. La primera sorpresa que se llevó el grupo lucense fue hallar «una prevalencia elevada de aislamientos de E. coli», explica Azucena Mora, dado que en estudios anteriores, que no eran muchos, se había visto que la presencia era baja salvo en el caso de animales en cautividad o en contacto con poblaciones humanas. El E. coli, explica esta investigadora, «forma parte de la microbiota normal de la mayor parte de los mamíferos de sangre caliente, pero los estudios referenciados decían que no había tanta prevalencia en estos mamíferos cuando no entraban en contacto con áreas de elevada actividad humana».
Impacto de las actividades científicas y turísticas en la Antártida
El origen de ese estudio está, precisa la USC en un comunicado, en que existe una “preocupación creciente sobre el impacto de las actividades científicas” y el turismo “en ecosistemas relativamente intactos”.
De hecho, “los mamíferos marinos actúan como bioindicadores de posibles cambios ambientales, pero la mayoría de los estudios realizados hasta ahora en esas áreas se centraron en el efecto de las descargas de aguas residuales no tratadas junto a las estaciones de investigación”.
Según la investigadora Azucena Mora, el desafío reside ahora en determinar “cómo y cuándo” llegaron esos patógenos a la comida que ingieren esos mamíferos marinos, dado que una “posible explicación podría ser la movilidad geográfica de esos animales, contactando con áreas de mayor actividad humana”.

Publicado en:  Ecoportal.net - Con información de: http://www.efeverde.com - https://www.elprogreso.es/

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