El planeta de los residuos: Los nidos de las aves se llenan de basura, y está muy claro quién es el culpable
La mano del ser humano y su impacto en el medio ambiente están detrás de la cantidad de basura, cada vez mayor, que las aves incorporan a sus nidos, según una investigación internacional en la que participan expertos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
El trabajo, realizado junto a la Universidad de Ciencias de la Vida en Poznań (Polonia), se ha publicado en Environmental Pollution y se trata de una revisión de 25 artículos publicados hasta la fecha sobre el tema.
El Índice de Huella Humana (Human Footprint Index) o huella ecológica sintetiza la influencia de la acción del hombre sobre el territorio. Los científicos han demostrado la relación entre este indicador y la probabilidad de incorporación de residuos, tanto los generados por el ser humano como los abandonados en la naturaleza por él en nidos de aves terrestres y marinas.
“Nuestro estudio implica que la incorporación de basura a los nidos es una de las respuestas de las aves a este huella humana. Los cambios en el entorno natural pueden implicar una disminución en los materiales naturales que las aves usan para construir sus nidos, forzándoles a utilizar materiales de sustitución como pueden ser las basuras”, explica José I. Aguirre, investigador del Departamento de Biodiversidad Ecología y Evolución de la UCM.
El biólogo añade que los escombros que más se incorporan en los nidos contienen aluminio y, sobre todo, plástico, en forma de cuerdas o de restos como ropa, colillas de cigarrillo y un largo etcétera de residuos.
Las cigüeñas son una de las aves más afectadas por la presencia de residuos en el medio ambiente (Stjepan Vokic)
Más residuos en las aves terrestres
En total, los datos analizados corresponden a 10.790 nidos pertenecientes a 51 poblaciones de 24 especies de aves de todo el mundo. “La probabilidad de incorporación de basura es más alta en las especies terrestres que en las marinas”, señala Aguirre, si bien añade que el número de estudios sobre especies marinas es superior al de las terrestres.
Las aves incorporan la basura por diferentes razones, según el experto: como un sustituto de los materiales naturales el exceso de residuos, para fortalecer las estructuras, repeler insectos y hasta como método de seducción decorando el nido con plásticos llamativos.
“El patrón global de incorporación de basura a los nidos que hemos descrito refleja la presión humana sobre el planeta. La contaminación ambiental se incrementa en la misma proporción que las consecuencias negativas y el riesgo ecológico ambiental. Por ello, son necesarios estudio y métodos estandarizados no sólo para describir este fenómeno sino también para cuantificarlo”, concluye el investigador de la UCM.
Artículo científico de referencia:
Zuzanna Jagiello, Lukasz Dylewski, Marcin Tobolka y José I. Aguirre. “Life in a polluted world: A global of antrhropogenic materials in bird nests”. Environmental Pollution 251 (2019). DOI: 10.1016/j.envpol.2019.05.028.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/natural/20191025/471178604147/los-nidos-de-las-aves-se-llenan-de-basura-y-esta-claro-quien-es-el-culpable.html - Imagen de portada: Un nido de cisne lleno de basura. Fotografía tomada en un lago cerca del Puente de la Reina Luisa en el centro de Copenhague, Dinamarca. (Mads Claus Rasmussen / AFP) - Sinc
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Cual es el tiempo de descomposición de algunos residuos
Somos 7.500 millones de habitantes sobre la Tierra, y el número sigue creciendo, se espera que la cifra aumentará en 2000 millones de personas para 2050. La producción de residuos está directamente relacionada con nuestro consumo.
En los países desarrollados una persona produce en promedio 1 kilogramo de basura por día mientras que en los países en vías de desarrollo se produce entre 400 y 700 gramos. Esto hace que estemos cerca de la producción de 7.000 millones de toneladas de residuos en tan sólo un día.
De estas cifras la mayoría de los residuos no son biodegradables y el tiempo que transcurre para que se de cierta descomposición, al menos parcial, puede ser de muchos años, además, algunos de esos residuos son altamente contaminantes.
Tiempo de descomposición de algunos desechos
CHICLES: 5 años.
Un trozo de chicle masticado se convierte en ese tiempo, por acción del oxígeno, en un material duro que luego empieza a resquebrajarse hasta desaparecer. El chicle es una mezcla de gomas de resinas naturales, sintéticas, azúcar, aromatizantes y colorantes. Degradado, casi no deja rastro, de todas maneras, 5 años, es mucho.
LATA DE GASEOSA: 10 años
Ese es el tiempo que tarda la naturaleza en transformar una lata de refresco o de cerveza al estado de óxido de hierro. Por lo general, las latas tienen 210 micrones (micrón, medida de longitud que equivale a la millonésima (10-6) parte del metro) de espesor de acero recubierto de barniz y de estaño. A la intemperie, hacen falta mucha lluvia y humedad para que el óxido la cubra totalmente.
VASOS DESCARTABLES: 1.000 años
Los vasos descartables de polipropileno contaminan menos que los de poliestireno – material de las cajitas de huevos-. Pero también tardan en transformarse. El plástico queda reducido a moléculas sintéticas; invisibles pero siempre presentes.
COLILLAS: 1 a 2 años
Bajo los rayos del sol, una colilla con filtro puede demorar hasta dos años en desaparecer. El filtro es de acetato de celulosa y las bacterias del suelo, acostumbradas a combatir materia orgánica, no pueden atacarla de entrada. Si cae en el agua, la desintegración es más rápida, pero más contaminante.
BOTELLAS DE PLASTICO: 100 a 1.000 años
Las botellas de plástico son las más resistentes a la hora de transformarse. Al aire libre pierden su tonicidad, se fragmentan y se dispersan. Enterradas, duran más. La mayoría está hecha de PET o PVC, materiales duros de roer: los microorganismos no tienen mecanismos para atacarlos.
BOTELLAS DE VIDRIO 4.000 años
La botella de vidrio, en cualquiera de sus formatos, es un objeto muy resistente. Aunque es frágil porque con una simple caída puede quebrarse, para los componentes naturales del suelo es una tarea titánica transformarla. Pero la ventaja es que es reciclable en un 100% porque está formada por arena y carbonatos de sodio y de calcio.
TETRA-BRIK: 30 años
Los envases tetra-brik no son tan tóxicos como uno imagina. En realidad, el 75 % de su estructura es de celulosa, el 20% de polietileno puro de baja densidad y el 5% ciento de aluminio. Lo que tarda más en degradarse es el aluminio. La celulosa, si está al aire libre, desaparece en poco más de 1 año.
CORCHOS DE PLASTICO: Más de 100 años
Los corchos de plástico están hechos de polipropileno, el mismo material de las pajitas y envases de yogur. Se puede reciclar más fácil que las botellas de agua mineral (que son de PVC, cloruro de polivinilo) y las que son de PET (tereftalato de polietileno).
BOLSAS: 150 años
Las bolsas de plástico, por causa de su mínimo espesor, pueden transformarse más rápido que una botella de ese material. Las bolsitas, en realidad, están hechas de polietileno de baja densidad. La naturaleza suele entablar una “batalla” dura contra ese elemento. Y por lo general, pierde.
Recopilación por CL Lidia Jiménez Cesá República Dominicana - Fuente: http://alimentacion-sana.org/ - Ecoportal.net