"Estamos en el precipicio": Entrevista al periodista Dahr Jamail

Zielone Wiadomosci: El planeta está en llamas. Sin embargo, la locura política y económica sigue sin parar. Las compañías estatales y privadas devoran el planeta vivo con creciente ferocidad. La competencia por los decrecientes recursos es cada vez más feroz. La deuda mundial colectiva y la desigualdad social están disparándose. Se están fabricando y comprando cantidades record de armas mortales. Los poderes del mundo están llevando a cabo guerras subsidiarias, guerras comerciales, y la batalla fundamental por el dominio de la industria de alta tecnología. En un intento de asegurarse la dominación del espectro completo, el imperio americano está expandiendo su arsenal nuclear y apostando por la militarización del espacio. Eso es una realidad. Visitemos el reino de la fantasía. Si los gobiernos estuviesen influenciados por la empatía y mostrasen una preocupación “irracional” por el bienestar de sus ciudadanos y del medioambiente natural ¿Qué pasos seguirían?

Dahr Jamail: La respuesta sería algo tan dramático como la movilización necesaria si, por ejemplo, la Tierra estuviese siendo invadida por extraterrestres. Los gobiernos de todo el mundo comenzarían inmediatamente por imponer la eliminación gradual de los combustibles fósiles. También introducirían procedimientos destinados a contener la población mundial. (Es una locura que continúe habiendo un crecimiento poblacional tan implacable en medio de lo que estamos viendo delante de nosotros con esta convergencia de crisis.) La producción de alimentos y de energía (de fuentes alternativas) estaría localizada. Simultáneamente, aquellos responsables de contaminar la Tierra conscientemente serían llevados ante la justicia en La Haya, y se haría un ejemplo de ellos.
Desgraciadamente, no habrá cambios reales. Los líderes políticos mundiales son cabilderos de los poderes corporativos que hay tras ellos. Los acuerdos internacionales para el clima y la biodiversidad son solo fachadas de papel maché. Su función es perpetuar el statu quo.
El asalto del imperio a los humanos corre inevitablemente paralelo a la destrucción al por mayor de no humanos y de los sistemas que sustentan la vida en la Tierra.
Sí. El ejército estadounidense es el mayor consumidor de combustibles fósiles del planeta y el emisor número uno de gases de efecto invernadero.Esto se suma a los impactos medioambientales de la explosión de municiones, de las maniobras de entrenamiento por todo el mundo,de la contaminación emitida por todo lo anterior, y de la huella producida por los cientos de bases que hay en todo el mundo.
¿Por qué tu atención cambió de las guerras y el militarismo al medioambiente y al clima?
El cambio climático causado por el hombre y la sexta extinción masiva son las historias más importantes para todos los humanos, y para todas las demás especies del planeta. Estamos al borde de nuestra propia posible extinción. Ya hemos emitido cantidades mortales de gases de efecto invernadero. La última vez que había tanto CO2 en la atmosfera, la Tierra se calentó 7ºC más que las temperaturas actuales, y el nivel de los mares era 23 metros más alto. Ahora estamos en el punto en el que el daño está hecho. Simplemente estamos esperando a que la Tierra manifieste todos esos daños en su totalidad.
Se está cuestionando cómo y si los humanos sobrevivirán, lo mismo que innumerables especies en el planeta. ¿Qué historia puede ser más importante que esta?
Los medios convencionales no parecen compartir tu conclusión. Construyen con cuidado una narrativa que evita dar luz a las dimensiones y las causas reales de las guerras, del terrorismo y del ecocido. Ni una sola emisora ata cabos o incluso intenta presentar una visión más amplia del drama planetario. ¿Cuáles son las razones de su estrategia, que sin duda constituye una traición a la confianza pública?
“Sigue al dinero”. No se gana dinero informando sobre el colapso de la biosfera. Todos los medios convencionales en EE.UU. (y en la mayor parte del extranjero) están comprometidos con sus patrocinadores corporativos, cuyos negocios dependen de seguir haciendo las cosas como siempre y del crecimiento perpetuo. Están más preocupados por las audiencias. El imperativo es conseguir que los suficientes consumidores vean sus anuncios. Dar una gran noticia que va a tener implicaciones económicas dramáticas, y también implicaciones vitales, no es bueno para su modelo de negocios.
Además, han condicionado a sus lectores y a sus espectadores a buscar más info-entretenimiento que noticias. Por eso, se han condicionado a sí mismos como emisoras de noticias a buscar más historias de entretenimiento (lo que se conoce como infotaiment: deportes, famosos, curiosidades, etc.) para dar a su audiencia lo que quiere. Así que es un círculo vicioso. Nadie pierde tiempo hablando de la emergencia planetaria (por ejemplo de que la tierra está perdiendo rápidamente su acondicionador, el hielo marino del Ártico). La mayor parte de la gente no quiere oír hablar de esto.
Hay otro factor: el pensamiento de grupo. Prácticamente todos los medios están, en cierta medida, afectados por él. Como reportero experimente el fenómeno de primera mano. Siguiendo a editores en la redacción, frecuentemente nos quedábamos esperando para informar sobre una historia de última hora hasta que otro medio importante se adelantaba. Teníamos miedo a sacarla porque no queríamos equivocarnos, la historia podría haber terminado siendo demasiado sensacionalista, etc. Ya no es periodismo de verdad. Desde luego no en el caso de las principales emisoras.
En tus comunicados mensuales sobre el clima has sustituido el término “cambio climático” por el acrónimo ACA (ACD). ¿Podrías explicar las razones para su uso?
Significa Alteración Climática Antropogénica. Elegí hacerlo para ser científicamente preciso, y porque la mayor parte de mi audiencia está en EE.UU, donde la industria de los combustibles fósiles continua fomentando el movimiento de negación del cambio climático. El clima siempre está cambiando, esto es un hecho. Así que llamarlo ACA implica que está causado por el hombre, y que el clima está alterado. Que es más preciso, teniendo en cuenta que algunos lugares se están enfriando, la mayoría calentando, pero sin duda, está alterado por todas partes.
Hay muy poca concienciación de que el planeta está en medio de la sexta extinción masiva provocada por los humanos civilizados. Nuestra bestia industrial ha destruido al 83% de todos los mamíferos salvajes y a la mitad de todas las plantas. La biomasa de insectos voladores ha caído en un 76%. El número de animales salvajes caerá en dos tercios para 2020. ¿Esta reducción de biodiversidad en qué se puede comparar con otras extinciones anteriores descubiertas en los registros geológicos?
Con diferencia, hemos inyectado más CO2 en la atmósfera a un ritmo mucho más rápido que en cualquiera de las anteriores extinciones masivas, incluyendo la Gran Mortandad de hace 252 millones de años que mató a más del 90 por ciento de la vida en la Tierra. Sin embargo, mientras que en el Pérmico-Triásico todo sucedió en un periodo de 80.000 años, la civilización industrial solo ha tardado unos 200 años en llegar al punto en el que nos encontramos, en el que los océanos ya se están acidificando, la mayoría de los estudios apuntan al hecho de que es probable que no quede ningún arrecife de coral activo sobre la Tierra para 2050, los bosques están desapareciendo, ya están ocurriendo grandes migraciones de especies, y la tasa de extinción de especies ya es 10.000 veces mayor que la tasa de extinción natural.
En resumen, es absolutamente asombrosa la velocidad a la que se está desarrollando esta extinción masiva.
No es sorprendente que cada vez más estudios científicos, que detallan los cambios abruptos en los principales componentes de la biosfera, contienen la frase “más rápido de lo esperado”, ¿Por qué las investigaciones anteriores asumen una tasa de cambios futuros mucho más baja? ¿Se puede atribuir solamente al conservadurismo y la precaución que practican los científicos?
Lo considero, al menos en parte, un producto del hecho de que a menudo se tarde años en llevar a cabo un estudio, después el proceso de revisión tarda un año o más. Así que para el momento en el que se publican los datos, estos ya están desfasados. Incluso cuando se publican los informes nuevos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), sus datos a menudo tienen diez años. Por eso los estudios nunca pueden seguir el ritmo de lo que está pasando sobre el terreno.
Además, la mayoría de los análisis no cuentan con las retroalimentaciones positivas que ya han comenzado.
En 1990 el Grupo Asesor sobre Gases de Efecto Invernadero de las Naciones Unidas alertaba sobre ellas. Sus miembros afirmaron que no debe permitirse que el calentamiento del planeta, comparado con la base pre industrial de 1750, exceda de 1ºC, ya que provocaría respuestas repentinas, impredecibles y no lineares que podrían derivar en grandes daños a los ecosistemas”. Este límite superior absoluto ya se ha sobrepasado por un amplio margen. ¿Confirman las observaciones recientes que los efectos exponenciales y destructivos previstos se han desencadenado?
Totalmente. Además, el antiguo jefe del Instituto Goddard para Estudios del Espacio de la NASA, James Hansen, lleva alertando sobre esto durante años, también ha publicado un estudio con sus colegas afirmando esto precisamente.
Las retroalimentaciones positivas se refuerzan a sí mismas y entre ellas. Ya estamos en el precipicio.
¿Podrías darme un ejemplo de un bucle de retroalimentación fuera de control?
El calentamiento global intensifica las sequias y los incendios. A su vez, esto produce que los bosques emitan a la átmosfera más gases que atrapan calor. A medida que esta tendencia continua, los bosques, como el Amazonas, pasan de ser sumideros de carbono a ser emisores, y se acelera el calentamiento global…que intensifica las sequias y los incendios.
Así que una vez que una retroalimentación está en curso, no se puede detener o revertir dentro de un marco de tiempo relevante a la experiencia humana.
Desafortunadamente, no.
¿Las predicciones facilitadas por el IPCC reflejan esta realidad? ¿Los climatólogos realizan modelos de comportamiento de tales fenómenos?
He hablado con varios científicos, algunos de ellos incluso son autores del IPCC, que inequívocamente afirman que el IPCC está influenciado políticamente para subvalorar sus predicciones y modelos. Un científico incluso les llama “criminalmente negligentes” por lo extremo de la subvaloración de las predicciones, si miramosla gravedad y la rapidez con las que se están desarrollando las cosas en la actualidad. Además, la mayor parte de los científicos (no todos), como la mayoría de los humanos, no comprenden el concepto de crecimiento exponencial. Aunque esto es algo que todos nosotros necesitamos entender, teniendo en cuenta que los bucles de retroalimentación suponen cambios no lineales.
La incapacidad de realizar modelos de estos procesos significa que las políticas nacionales para el clima han estado basadas en valoraciones incorrectas del organismo de la ONU. Mientras tanto, el sistema climático está avanzando rápidamente hacia un nuevo estado.
Así es.
Nuestra economía industrial, siempre en expansión e impulsada por el consumo, nació de los depósitos de hidrocarburos y depende completamente del siempre creciente uso de combustibles fósiles y de otros recursos. Para existir, tiene que acelerarse. Hay 10 calorías de energía de combustibles fósiles en cada caloría de alimentos consumidos en el mundo moderno. Las emisiones de CO2 no se detendrán, en 2018 sobrepasarán el record del año pasado. ¿Cuál es el propósito real de las conferencias de la ONU sobre el Cambio Climático, cuando sus participantes no tienen la intención de apagar el motor térmico global, esto es, la civilización?
No puedo decir cuál es el objetivo real del IPCC y de sus conferencias. Pero ahora, más que nunca, los gobiernos del mundo están usando sus informes para pararse y actuar como si hubiese todavía tiempo para hacer cambios. Considerando que sus estadísticas han estado constantemente desfasadas de la realidad, esto es, han subestimado los aumentos de temperatura y del nivel del mar, por no decir que incluso no tienen en consideración el deshielo de Groenlandia y de la Antártica para sus predicciones futuras, sus informes han servido más para pacificar a la población mundial que para decirles la verdad sobre nuestra situación. Creo que se puede decir lo mismo de los informes más recientes que les dicen a los gobiernos que todavía quedan una docena de años o así para actuar.
También asume que desplegando nuestros poderes de invención y adoptando ciertas técnicas de geo-ingeniería seremos capaces de enfriar el planeta y salvarnos. ¿Ha habido algún examen profundo sobre su eficacia?
La enorme mayoría de científicos está de acuerdo en que la geo-ingeniería es extremadamente peligrosa, no tiene detrás la ciencia legítima que muestre que puede ser una táctica segura para ser utilizada a largo plazo, y lo más probable es que empeore muchísimo nuestra crisis. Sin embargo, la situación es ahora tan grave, que algunos científicos que sé que estaban incondicionalmente en contra del uso de la geo-ingeniería están ahora defendiéndola como un último recurso para, al menos, hacer algo.
Es una señal de desesperación total. En debates sobre las hipotéticas aplicaciones de soluciones tecnológicas, lo que raramente se menciona es la cuestión de la escala. Los expertos calculan que si tuviésemos una técnica de captura y almacenamiento de carbono (CAC) muy eficiente, barata y lista para usar, se tendría que convertir en la base de una industria tres veces mayor que la infraestructura energética de todo el planeta.
Básicamente no hay una solución tecnológica para este aprieto. Para mí las soluciones tecnológicas son como la versión de la izquierda de las ideas místicas de la derecha política, que, de alguna manera, un dios nos salvará de nosotros mismos. Toda mi investigación ha mostrado que, dado el contexto de ausencia total de la voluntad política necesaria para separarnos completa e inmediatamente de la quema de combustibles fósiles, y para organizarun movimiento coordinado a nivel mundial para cambiar la economía global a una local, de pequeña escala, basada en la agricultura,unida a iniciativas de regeneración del suelo y plantación de árboles,aunque sea para mitigar los efectos un poco;lo único que nos queda por hacer es que cada uno de nosotros acepte la realidad del punto en el que nos encontramos y elija vivir en consecuencia.
Tanto las élites como los ciudadanos del Norte Global no tomarán unas medidas tan drásticas porque tendrían que abandonar sus privilegios. Preferimos creer que alguna solución tecnológica mágica arreglará cada uno de nuestros problemas.
De la misma manera que hemos entregado nuestras memorias a nuestros iPhones y demás aparatos, hemos deificado la tecnología hasta el punto de que “ella” nos salvará. Para mí todo esto es también sintomático de nuestra desconexión total con la naturaleza, del planeta del que venimos y del que dependemos completamente. Hasta que cada uno de nosotros personalmente pueda acoger y reconectarse con la Tierra, estaremos caminando hacia el futuro de nuestra desaparición dormidos.
Tu último libro El fin del hielo “The End of Ice” (The New Press, enero 2019) indudablemente servirá como un toque de atención necesario, promete ser una crónica épica del drama planetario. ¿Qué fue lo que más te motivo a escribirlo?
Mi motivación inicial fue alertar a la gente de lo lejos que ya hemos llegado en lo que concierne a la alteración climática;básicamente, contarles que es demasiado tarde para cambiarla o detenerla. El libro lo hace, pero al indagar más y más en las investigaciones mientras trabajaba con científicos prominentes, cuando llegue al final del libro me di cuenta de que necesitaba enfrentarme a mi propia pena por la pérdida de tanta biosfera, y porel cataclismo que está ahora sobre nosotros. Así que dedique mucho tiempo en el libro abordándolo en el capítulo final, porque todos nosotros ya vivimos en un mundo nuevo, uno que puede que no incluya un futuro para los humanos. A medida que se vaya leyendo el libro, creo que esto quedará claro.
El presidente de Finlandia Sauli Niinistö dijo: “Si perdemos el Ártico, perdemos el mundo”. El fin del Hielo, no solo se despide de un distintivo que desaparece del paisaje terrenal.
La razón evidente por la que elegí este título fue porque, como muchos de nosotros somos conscientes, casi todo el hielo terrestre habrá desaparecido antes de finales de este siglo, y sus efectos tienen un amplio alcance, más allá de la pérdida del hielo mismo, que detalló en el libro.
Metafóricamente el título también representa la enormidad total de la perdida que está ocurriendo por todo el mundo natural. Estamos perdiendo ecosistemas enteros, y ahora hasta la biosfera en la que vivimos está bajo amenaza existencial. También nos estamos enfrentando al fin del mundo tal y como lo conocemos.
Así que el titulo tiene múltiples significados, y abordo todos ellos en mi libro.
Durante la fase de investigación visitaste lugares que están en la zona cero del ACA. ¿Los cientos de documentos científicos que habías resumido en tus artículos te habían preparado para lo que te encontraste? ¿Está experiencia modificó tu entendimiento y percepción del desastre ecológico que está teniendo lugar?
Conocía los hechos. Sabía lo mal que ya estaban las cosas. Pero ver los daños de primera mano fue una experiencia completamente diferente. Llorar mientras buceaba entre los corales blanqueados en la Gran Barrera de Coral realmente me cogió desprevenido. Llorar en Denali cuando comprendí lo rápido que se está deshelando esa zona, también me cogió por sorpresa. Así que de esa manera y de otras muchas, la experiencia directa definitivamente profundizó mi comprensión de lo lejos que ya hemos caído en el precipicio. Cualquiera que no reaccione y se comporte en consecuencia es que, simplemente, no ve el cuadro completo.
Has tenido la oportunidad de interactuar con científicos experimentados. No pasan la mayor parte de su tiempo jugando con simuladores informáticos en sus cómodos laboratorios y oficinas.
Exacto. Pasan la mayor parte de su tiempo en el campo, estando y estudiando los lugares que son cercanos y queridos para ellos. Confío más en estos científicos que en aquellos que se quedan en la oficina.
¿Qué les dicen las extensas observaciones que han hecho durante décadas?
Que los cambios que están sucediendo en la mayor parte del planeta se han acelerado más allá de lo que ellos pudieron haber predicho hace incluso 10 años, y que solo continúan acelerándose.
Debido a sus mensajes urgentes y alarmantes, seguro que sus colegas los consideran “alarmistas” y los tratan como parias. ¿Cómo soportan los ataques personales, y la extendida negación presente en su entorno social y académico?
La mayoría simplemente tratan de ignorar los ataques y continúan con su trabajo. Esto tiene como resultado que mantienen la cabeza baja, se callan, pero mucho peor aún, motiva a que muchos de ellos autocensuren su trabajo, o subestimen sus preocupantes predicciones.
Sin embargo, no creo que la culpa de la falta de conciencia pública sobre la catástrofe planetaria deba recaer en los científicos, aparte de aquellos que han optado por permitir que la presión sobre ellos haya suavizado la manera en la que informan de sus descubrimientos. Creo que la culpa recae totalmente en las estructuras políticas dominantes de un paradigma económico que depende del uso continuado de combustibles fósiles. Por esto, dicha estructura y sus medios convencionales ignoran en gran medida los impactos de la alteración del clima, cada vez más trágicos, y mucho menos los conectan con la ACA. La mayoría de las personas construyen su visión global con la información facilitada por los medios corporativos…
Cuando se enfrentan a las terribles pérdidas humanas y medioambientales llamadas “externalidades”, los jefes de las poderosas corporaciones usan los mismos métodos perfeccionados para evitar la responsabilidad,proteger sus prácticas mortales, sus beneficios y su cuota de mercado, aprobados por gobiernos cómplices y obedientes.
Es verdad. Durante años cubrí ampliamente los sucesos que siguieron a las explosiones y filtraciones de la Planta Nuclear Fukushima Dai-Ichi (Japón) y los de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon controlada por BP. Es aterrador ver la misma desinformación y subestimación de estos debacles industriales utilizados ahora internacionalmente. El accidente de los reactores nucleares en Fukushima es el peor accidente industrial de la historia de la humanidad, y todavía sigue en proceso. Todo el Océano Pacífico está siendo irradiado, despacio, a lo largo el tiempo, pero constantemente. Esta radiación recorre la cadena alimenticia a través de la bioacumulación y termina en nosotros. Por no hablar siquiera de los impactos atmosféricos.
El desastre petrolífero de BP en el Golfo de México también sigue en curso. La industria pesquera allí está sufriendo, la degradación medioambiental se está extendiendo y la perdida de vida es enorme. De nuevo, las toxinas permanecen en la columna de agua desde que la Guarda Costera de EE.UU. permitió a BP hundir el petróleo. Otra vez, todo esto se bioacumula.
En ambos casos, una gran corporación le ha dicho al gobierno del lugar donde opera qué hacer, cómo responder, y qué decir a los medios. Y las autoridades estatales han estado totalmente conformes. Por supuesto, a costa del ciudadano medio, y de todas las formas de vida afectadas.
El jefe de la Planta Nuclear de Fukushima Dai-ichi ha admitido que la tecnología necesaria para recuperar y asegurar los núcleos fusionados no existe, y que puede tardarse 200 años en desarrollarla.
El director de la planta y las agencias estatales no tienen una solución para esta crisis. Fukushima es una historia enorme con implicaciones sanitarias globales y que ha sido completamente escondidadebajo de la alfombra. Incluso más que el problema climático. Y supera con mucho a Chernobyl en términos de la cantidad de radiación emitida y de la que sigue emitiéndose.
Mientras tanto, el gobierno japonés está ocupado planeando las Olimpiadas de Tokio. Yo lo llamaría negligencia criminal. Los funcionarios están para proteger a la todopoderosa economía. No pueden dar la voz de alarma porque entonces Japón se quedaría sin Olimpiadas de verano, los ciudadanos deberían ser reubicados, y advertiría al resto del mundo de esta crisis tan enorme y enconada. Sustituye Fukushima por ACA y entenderás porque no se debate todos los días en las portadas de los periódicos más prestigiosos del mundo.
El mismo encubrimiento está ocurriendo con las consecuencias del Huracán Harvey, otro fenómeno meteorológico extremo sin precedentes que inundó el año pasado el centro petroquímico de Texas. El escenario completo de su terrible legado tóxico esta solo comenzando a emerger.
Harvey descargo tanta lluvia que, según la NASA, literalmente hundió la corteza de la Tierra dos centímetros. El peso del agua fue el equivalente a 3.800.000 litros por cada tejano. La población del estado es de más de 30 millones.
Hablé con el D. Harold Wanless, un experto durante décadas en subidas del nivel del mar de la Universidad de Miami, acerca de las inundaciones. Me dijo que unos líderes políticos de EE.UU. responsables ya estarían reubicando a todo el mundo en el Sur de Florida, que quedará borrada del mapa en cuestión de décadas. Estarían comprando casas para prevenir un éxodo masivo, cuando el mercado inmobiliario colapse y todos intenten irse a la vez. Esa intervención también requeriría entrar y hacer una mitigación medioambiental para no dejar las refinerías de combustibles fósiles o las plantas nucleares bajo el mar. Nadie está haciendo nada de eso. Nadie está desmantelando estas estructuras. Por el contrario, están construyendo dos nuevos reactores nucleares justo en la costa sur de Miami. Reina la locura. Los beneficios corporativos están tomando todas las decisiones.
Una investigación ganadora del premio Pulitzer ha revelado recientemente que, a principios de los 80, la industria de combustibles fósiles tenía a sus propios climatólogos trabajando con los mejores modelos climáticos disponibles. Los ejecutivos de las empresas de petróleo y gas descubrieron el hecho deque las emisiones de dióxido de carbono provocarían un cataclismo mundial en un futuro no tan lejano.
Respondieron a la información de una manera predecible: la escondieron, comenzaron a gastar miles de millones de dólares en campañas mediáticas elaboradas para desinformar al público, y siguieron funcionando como siempre. Responder de acuerdo a las pruebas hubiese significado terminar con la exploración y explotación de campos petrolíferos.
Y sin embargo, muchos activistas y celebridades están promocionando incansablemente “el crecimiento verde” y convenciendo al resto de nosotros de que deberíamos apelar a los corporativos aque hagan lo correcto, detener la aniquilación sin sentido de los ecosistemas de la Tierra. Los inversores/accionistas billonarios no obtienen sus beneficios defendiendo la justicia o restaurando el equilibrio ecológico, ¿verdad?
Esta es una táctica que el tiempo ha probado fracasada. Es otra repetición del sujeto que sufre abuso apelando al abusador, pensando que si se comporta mejor, o si apela de manera diferente, el abuso cesará.
En los años 70, que fue la década decisiva, una serie de documentos científicos independientes (incluido Los límites del crecimiento de la MIT, 1972) forzaron a sus autores a sacar la conclusión inevitable: la sagrada economía expansionista era incompatible con un planeta vivo. Si fuera a persistir durante otros 40 años socavaría gravemente la capacidad de la Tierra para sustentar vida compleja, y finalmente provocaría su propia muerte. Solamente un nuevo modelo económico que respetase los límites impuestos por la naturaleza podría dar a la humanidad una oportunidad para evitar una catástrofe a corto plazo. La única manera de detener la maquinaria militar-industrial era crear un movimiento eco pacifista.
Un factor simple es que la estructura de poder capitalista neoliberal hegemónico aumenta constantemente la velocidad del molino económico. Por eso, el trabajador medio casi no puede permitirse destinar tiempo para educarse, organizarse, protestar y seguir pagando sus facturas. Todo esto,unido además a la continua campaña de propaganda/desinformación,antes mencionada, llevada a cabo por los medios corporativos.
En tu trabajo has hecho referencia a la siguiente frase de Aldo Leopold: “Uno de los castigos de tener una educación ecológica es que uno vive solitario en un mundo de heridas”. Debido a tu cercanía con la naturaleza, no solo describes las heridas sino que también eres testigo de cómo empeoran con el tiempo.
Me identifico con la cita totalmente, y me llega muy dentro. Mis experiencias en las montañas, y en todos los otros lugares de la Tierra que he visitado mientras trabajaba en mi próximo libro, son agridulces. Por otra parte, disfruto en la naturaleza, me sobrecoge la obra y la belleza de la Tierra. Sin embargo, al mismo tiempo, al ir a estos lugares, especialmente aquellos con los que he tenido una larga relación, no puedo evitar ver su degradación. Por esto, me rompe el corazón verlos desaparecer o ver como los están destruyendo.
¿Cómo haces frente al sentimiento de pérdida?
Es totalmente abrumador. Mi trabajo me ha forzado a enfrentarme con la desesperanza y la pena que acompañan estos momentos. Cada uno de nosotros tendrá que hacer frente a la inevitable llegada de estos sentimientos, pero mi trabajo ha adelantado el encuentro para mí. Practico mi propia espiritualidad, que está fuertemente basada en la Tierra. Viajo regularmente a las montañas para estar tranquilo y conseguir una mejor perspectiva, y hago lo que puedo para corresponder y comulgar con la Tierra. También me recuerda por qué hago el trabajo que hago.
También he encontrado imprescindible tener una comunidad local sólida: amigos de confianza con quien hablar, compartir la carga, y procesar las malas noticias más recientes. Sabemos lo que viene, tenemos la espalda contra la pared. Juntos, aumentamos nuestra resistencia. Hoy es mejor que mañana para el medioambiente y el clima. El asalto del fascismo, cada vez más extendido, se intensifica. Esto solo va a empeorar. Enfrentados a la realidad inevitable, todavía podemos intentar reducir nuestra huella de carbono. Produzco mi propia energía y cultivo mis propios alimentos. Esta estrategia no cambiara la trayectoria en la que estamos, pero es lo correcto moralmente.
Quiero recordar a la gente que, sea donde sea que vivan,todavía hay una parte de la naturaleza no muy lejos de ellos que es funcional, un bosque, un rio, una cadena montañosa. Es urgente salir y pasar tiempo con ellos porque sus días están contados.
¿Cuáles son las ventajas de ver la realidad sin las lentes de la ilusión?
Ser capaz de tomar mejores decisiones sobre prioridades, saber lo que es realmente importante, y responder en consecuencia. Sin un mapa preciso, ¿cómo puede nadie realmente esperar llegar a dónde van? Si solo nos queda un tiempo limitado con los glaciares terrestres, si solo nos queda un tiempo limitado con los arrecifes de coral y las especies que estamos perdiendo a un ritmo de 150-200 al día, quiero saberlo. Eso va a afectar como vivo mi vida, lo que elijo hacer. Y esperaría que cualquiera con empatía tuviese una reacción similar.
Las generaciones más jóvenes han sido engañadas y sacrificadas en el altar del consumismo. ¿Qué consejo darías a la juventud de mente abierta que acaba de despertar a esta triste realidad?
El plan estándar occidental de conseguir un trabajo y hacer dinero y consumir es un dinosaurio. Esos días han terminado. La juventud debe prepararse paravivir en un planeta que ha cambiado por completo, trabajar para cuidar lo que queda, y formar comunidades unidas entre ellos para prepararse para lo que viene.

Dahr Jamail, periodista de investigación y autor estadounidense. Fue reportero en Irak, Siria, Líbano, Turquía y Jordania. Ahora sus trabajos se centran en temas relacionados con el medioambiente y el cambio climático.
Fuente: Rebelion.org . Traducido por Eva Calleja -  http://zielonewiadomosci.pl/tematy/obywatele/we-are-off-the-cliff/?fbclid=IwAR1sA3ViTUb395u88ECmTKOnerRn-SWOG5zWGnEVkXIb4KJ2GHMl3LKudcc - Imagen de portada: Eticaeverita.wordpress.com - Revista cactus -




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