Argentina / O Futuro: el fotolibro que reconstruye las memorias socioambientales de la triple frontera
El Alto Paraná, territorio transfronterizo de comunidades ligadas al río, cuya relación fue modificada con la instalación de las megarepresas de Itaipú y Yacyretá. “O Futuro”, proyecto del fotógrafo Jorge Riveros, editado por SubEditora y Morpurgo, narra esa conexión con el ambiente y su defensa con fotografías de autor, recortes periodísticos y archivos familiares intervenidos.
Por Jerónimo Rivero
El río Paraná, desde su origen en la confluencia de los ríos Paranaíba y Grande (en Brasil) hasta su desembocadura en el Río de la Plata (sobre las costas de Argentina y Uruguay) se extiende cruzando la mitad sur de Sudamérica y es la arteria principal de la Cuenca hidrográfica del Plata. Al mismo tiempo, es parte vital del conjunto fluvial que sirve de recarga al acuífero Guaraní que, debajo, representa una de las mayores reservas de agua dulce del planeta.
Este río, en su tramo del Alto Paraná, y su entorno natural, la selva Paranaense, en el pasado fueron símbolos de la biodiversidad y del poderío natural de la región; y son hoy un territorio clave para visibilizar la acción del hombre, la sobreexplotación y comercialización de los recursos naturales y las implicancias medioambientales y socioculturales que se dan como resultado de esos procesos. Originalmente la selva —denominada selva Paranaense o selva Misionera en Argentina, en Paraguay se la conoce como Bosque Atlántico del Alto Paraná (BAAPA) y en Brasil como Mata Atlántica del Interior— contaba con una superficie de aproximada de 120 millones de hectáreas. Hoy, es uno de los bosques tropicales lluviosos más amenazados del planeta, del cual se calcula subsiste alrededor del 7 por ciento de su cobertura original.
El río fue bautizado Parãrã Güazú (pariente del mar) por los guaraníes, originarios habitantes de la región. Investigaciones arqueológicas de la Universidad Federal de Paraná estiman en 6.000 a.C. las huellas de la presencia del hombre en la zona. Juan Díaz de Solís llegó de España en el año 1512 y en su segunda incursión, en 1516, con la ilusión de cruzar por el río Paraná hacia el océano Pacífico, fue emboscado y asesinado, en lo que se considera una de las primeras resistencias indígenas de la zona, teniendo en cuenta el sangriento proceso de “conquista” española que aún estaba por venir. Las luchas por los derechos de las comunidades originarias del Alto Paraná continúan hoy, mas de quinientos años después, más vigentes que nunca.
En el relato visual, el escenario y sus personajes aparecen en tonos grises y el monte es negro, como en los cuentos de Horacio Quiroga, quién vivió en San Ignacio, Misiones (Argentina) y dedicó gran parte de su obra a narrar historias de la selva Misionera de principio de siglo XX. En sus relatos también el río se convierte en un presagio fúnebre y el realismo dramático ayuda a construir el ideario del paisaje americano. Pero ese paisaje de río y selva que conoció y describió magistralmente Quiroga ya no es el mismo: el corrimiento de la frontera agrícola, producto de prácticas de agricultura intensiva vinculadas al agronegocio exportador (con base en la soja) desmonta el paisaje nativo.
La monumental cadena de represas hidroeléctricas construídas en su cauce, cinco majestuosas obras de ingeniería que desafían las leyes naturales, dañan profundamente los ecosistemas y afectan a las poblaciones que allí habitan. De norte a sur aparece primero la represa «Ilha Solteira», que es la tercera más grande de Brasil y está ubicada al oeste del Estado de São Paulo. Siguiendo el cauce del Paraná hacia el sur está la central “Engenheiro Sousa Dias”, más conocida como represa Jupiá. Debajo se encuentra la hidroeléctrica “Engenheiro Sérgio Motta”, conocida como Porto Primavera: su embalse ocupa 2250 km2, el más grande del país. Después aparecen las mega represas de Itaipú (en la frontera entre Brasil y Paraguay) y Yacyretá-Apipé (en la frontera entre Argentina y Paraguay) sobre las que trabaja el presente proyecto.
Además, la industria papelera, altamente contaminante, se ha instalado en la provincia de Misiones (Argentina). Allí funcionan tres plantas de pasta de celulosa —una en Capioví, otra en Puerto Piray y la tercera en Puerto Esperanza— instaladas en las márgenes del río Paraná. Se suma a todo lo anterior, el vertido de efluentes de los centros urbanos y los pesticidas y agrotóxicos que le llegan al río de los campos cercanos, conformando un sombrío panorama que termina alterando toda la vida del río y degradando de manera significativa, y a veces definitiva, su entorno natural y social.
Actualmente estos procesos están intensificándose fuertemente. Nuevos proyectos de represas, papeleras, agronegocio y deforestación surgen en territorios naturales claves de la región sur de Sudamérica. En Corrientes (Argentina) y sobre el río Paraná, se planifica la construcción de otra planta de pasta de celulosa. En Paraguay se intensifican los avances del agronegocio, el monocultivo y la extranjerización de la tierra de manera alarmante, que prácticamente se ha extinguido la Selva Paranaense y ahora arrasan la Selva del Chaco. Entre otras problemáticas ambientales que sufre la región. En este sentido, el presente proyecto se propone como un aporte mas a la reflexión urgente sobre medioambiente, así como la utopía de contribuir, de algún modo, a la conciencia, articulación y acción de los pueblos que luchan por sus territorios.
*Para conseguir el fotolibro O Futuro escribí por mail a editora@sub.coop o por Instagram a @subesitora.
Fuente: https://agenciatierraviva.com.ar/o-futuro-el-fotolibro-que-reconstruye-las-memorias-socioambientales-de-la-triple-frontera/ - Imagen de portada: Foto: Jerónimo Rivero