Nación Charrúa: en defensa del agua, el ambiente y la cultura ancestral del Uruguay
En el marco del 4to Encuentro de Medios Alternativos organizado por la Red Uruguaya de Medios Alternativos (RUMA), se dedico un panel al Pueblo Charrúa, quienes también abrieron la segunda jornada del mismo con un saludo ancestral. Tras finalizar el panel conversamos con Ciro Chonik, Martín Delgado y Damián Torko sobre las temáticas abordadas y otras relacionadas, como lo fue la crisis del agua que el país atravesó recientemente.
Por Ramiro Giganti (ANRed), desde Uruguay.
Es media mañana, casi mediodía del domingo 8 de diciembre. Mientras se terminan de ajustar las condiciones para empezar con los paneles y las transmisiones para la segunda jornada del encuentro, Ciro y Martín ya están presentes en el Galrón de Corrales. El abrazo y el reencuentro con ambos pasados 5 años del primer encuentro que tuvo lugar en 2019. Al poco tiempo llegó Damián . Las conversaciones «tras bambalinas» abordaron tanto la temática del panel como la coyuntura rioplatense en general y el momento que atraviesa Argentina con el gobierno de Milei. Martín había estado presente en el escrache que se hizo el viernes ante la visita de quien ocupa la presidencia en Argentina y la turba violenta de seguidores que sobresalen por sus modos brutales.
La nación charrúa y los medios alternativos
Tras un breve saludo ancestral con el sonido de la caracola, reproduciendo parte de lo que había sido la ceremonia de apertura, Ciro Chonik toma la palabra y agradece el espacio.
«Para nosotros es una oportunidad única que nuestra voz sea protagonista en un medio de comunicación y tener un espacio de llegada, porque realmente a los medios masivos de comunicación no les interesa esta visión originaria charrúa, porque los medios masivos están al servicio de las clases dominantes, de las empresas. Lamentablemente ocurre eso. Celebramos este encuentro al igual que los anteriores y agradecemos a la RUMA y a los medios alternativos. Celebramos poder expresarnos desde nuestra cosmovisión y nuestro arte», expresa señalando la importancia de los medios alternativos para brindar la voz y el espacio que otros niegan.
«Nuestra resistencia actual tiene más de 30 años de trabajo de rescate de nuestra lengua y nuestras reivindicaciones. Un pueblo originario sin territorio y sin lengua no es un pueblo originario. Por ahora con el lenguaje venimos teniendo un rescate muy importante.»
Uno de los elementos que los medios hegemónicos ignoran u ocultan es el de las territorialidades que preceden las fronteras impuestas por los Estados-Nación. El pueblo charrúa ocupa desde hace milenios un territorio que no se limita a las fronteras del Uruguay sino que también abarca lo que hoy es la provincia de Entre Ríos en Argentina y parte del sur de Brasil. «Nuestro territorio principalmente se centra entre el Rio Paraná y el mar abarcando Rio Grande Do Sul» comenta Damián, quien en el panel también hizo una importante exposición sobre muchas de las palabras indígenas y sus significados.
Una representatividad mayor a la que se informa
«Hay un tercio de la población uruguaya que tiene ascendencia de la población indígena. Un tercio de los uruguayos tiene ese aporte genético», explica Damián.
«Nosotros siempre ponderamos agradecemos el apoyo de los hermanos afro, con su movimiento con algunos años más de experiencia y tantos espacios que ellos han abierto con su lucha. Los estudios genéticos arrojan que son un 12% de la población, o sea uno de cada 10 uruguayos, hablando a groso modo es afrodescendiente. Sin embargo hay datos extraoficiales que estamos esperando que se oficialicen, que dicen que en nuestro pueblo hay más de 10 % que se está reconociendo como indígena, en parte gracias a la visibilización y la militancia. Los estudios genéticos dan que un 30% tiene alguna raíz charrúa», agrega.
¿Transición verde o economía de guerra?
Al igual que en Argentina, en Uruguay también se habla de la transición verde y de los mandatos que se intenta instalar, principalmente con modelos propuestos desde Europa. Uno de ellos, es el del «Hidrógeno verde», que llegó a Uruguay poco tiempo después de que lo hizo también en Argentina.
«Después de la pandemia del Covid y justamente cuando también estalla la guerra ruso ucraniana, empiezan a llegar o se empieza a hablar de que van a llegar a Uruguay inversiones vinculadas a la transición ecológica/energética con una tecnología que consiste en extraer agua para separar la molécula de hidrógeno para generar etanol. El objetivo final es generar combustible sintético. Supuestamente es “verde”, le llaman hidrógeno verde, porque en ninguna parte de la cadena productiva estaría involucrado algún hidrocarburo, sea gas, carbón o petróleo. Ahora, que no estén involucrados hidrocarburos que generan emisiones a la capa de ozono no significa que sea ecológico, porque: primero el impacto de que vos destruís agua, porque se separa la molécula. Y lo otro es que para generar energía para extraer la molécula se necesita mucha más energía de la que produce Uruguay, por lo que se llenaría el país de paneles solares y molinos de viento», explica Martín sobre dicha propuesta.
Los planteos no se centran en un oposicionismo absurdo o caprichoso, ni tampoco en negarse a una transición que ponga a las nuevas tecnologías al servicio de la población y el ambiente, sino a lo que se esconde detrás de esta propuestas.
«Nosotros estaríamos de acuerdo con una transición energética ecológica pero principalmente una transición energética de acuerdo a nuestro territorio. Acá lo que está pasando es que se están planteando las necesidades energéticas de los países europeos y especialmente los países involucrados a la guerra contra Rusia. Vinculado a una economía de guerra, y que nos va a afectar a nosotros que no tenemos nada que ver con esa guerra. Uruguay no está en guerra y se nos impone una economía acorde a la necesidad de los países que están en guerra. Entonces ¿Qué decimos nosotros? Primero que las transiciones ecológicas de los países del norte no sean a costa de los países del sur. Entonces vuelve la historia de que para que el norte sea ecológico hacen mierda al sur y se repite la historia del colonialismo. Como pasó con las pasteras donde para mantener los hermosos bosques finlandeses vinieron a llenar de eucalipto a Uruguay» agrega.
Martín agrega el detalle no menor sobre las demandas energéticas y las escalas que se le impondrían. «Si las discusiones fueran sobre las necesidades energéticas del Uruguay estaría bien, porque se necesita una inversión determinada para garantizar la demanda de Uruguay, pero acá vienen inversiones de empresas de Alemania y Francia para satisfacer las necesidades de estos dos países que están en guerra. Para satisfacer las demandas energéticas de esos dos países es literalmente llenar medio Uruguay de molinos de viento y paneles solares donde la afectación va a ser en otra escala totalmente distinta. Nosotros no queremos ese impacto ambiental», explica alertando sobre el año que se le haría a extensas tierras que hoy funcionan como cosecha o reserva ambiental y que serían gravemente dañadas.
Ya hay dos proyectos concretos en Uruguay: «Los proyectos que están más encaminados son uno en Paysandú de una empresa francesa y otro en Tambores. Justamente en Tambores donde hubo una encuesta que hizo la Facultad de Ciencias Sociales sobre el hidrógeno verde, donde la población se enteró porque hubo una audiencia pública, pero también en esa encuesta el 30% de la población de Tambores se autopercibe indígena. Entonces volvemos a la vieja historia donde el territorio indígena es el territorio que se sacrifica en pos del desarrollo», señala Martín.
«De esta forma como está planteado nosotros no estamos de acuerdo. De otra, bueno, vamos a discutirlo. Con el próximo gobierno vamos discutir muchos y vamos a tener que luchar para que la transición ecológica sea con los pueblos indígenas y con las comunidades locales del Uruguay y no a costa de ellos.»
La crisis del agua
El año pasado Uruguay atravesó una fuerte sequía que dejó a medio país con serios problemas para abastecerse de agua potable. La crisis se extendió por algunas semanas hasta que las lluvias la paliaron. Durante la misma se exhibieron muestras de inoperancia por parte del gobierno pero también muchas dudas sobre ciertas intencionalidades, como la de querer privatizar el «servicio» apropiándose de un derecho humano inalienable como es el agua. Ciro, Martín y Damián, explican lo que fue aquel conflicto a la situación con el agua.
«El tema del agua es muy fuerte. Nosotros con la comunidad charrúa hemos estado en las grandes marchas por el agua con nuestras caracolas porque para nosotros el agua es sagrada. Porque están saqueando el agua, una y otras vez decimos que no es sequía, es saque, que fue la consigna de las movilizaciones», comenta Ciro.
«El problema terminó porque llovió pero el origen de la crisis no es si llueve o no llueve sino que están generando la crisis por la manera en que generan el agua. Existe una ley lograda con la lucha y un plebiscito en 2004 donde el agua es un derecho humano y no un bien de lucro» explica.
«Por ley el agua es un patrimonio del estado y no un bien para el lucro privado», acota Damián.
«Pero eso el estado lo fue entregando con el pasar de los años a empresas privadas que no pagan por el agua pero que la utilizan toneladas y toneladas para sus modelos productivos, para empresas extractivistas, para el monocultivo o también empresas que desvían los cauces de agua para sus industrias, para su utilización y después devuelven el agua contaminada. Entonces la utilización a mansalva de este modelo extractivista capitalista del agua, le quita a la población el agua dulce. Y el año pasado medio país se quedó sin agua para tomar. Y se empezó a sacar agua del Rio de La Plata que tiene el agua mezclada entre agua dulce y salada por lo que no se podía tomar. Además hubo mucha inoperancia para resolver el problema que se resolvió con medidas sino porque llovió. Hoy sigue el saqueo y por eso decimos que no es sequía, es saqueo. También tenemos una ley de riego que se implementó durante el gobierno de pepe Mujica que lamentablemente hipoteca el agua porque le permite a las empresas poder sacar agua de cualquier lugar con la excusa de un emprendimiento productivo. Pueden entrar a un predio y sacar agua para riego. Esperemos que el nuevo poder legislativo lo corrija porque es nocivo para la población. Está pasando eso: se están llevando adelante procedimientos que son anti constitucionales que violan el artículo 97, que violan el plebiscito, así que tiene que haber una reconversión y profundizar en las políticas del agua y respetar los estudios académicos sobre los impactos negativos sobre el ambiente y sobre el agua de muchos proyectos pero los gobiernos los excluyen y no les dan importancia. Esperemos que estas nuevas autoridades tomen en cuenta eso por el bien de las futuras generaciones», expresa Ciro.
«También el gobierno aprovechó la coyuntura mundial de la crisis climática para impulsar un proyecto para beneficiar a actores económicos vinculados al gobierno y por otro lado intentar debilitar la pluralidad de voces para intentar privatizar el agua que es pública. Por un lado desfinanciando al ente estatal y por otros lado está el proyecto Neptuno que no es viable porque sería agua del Rio de la Plata que cuesta mucho des salinizar, o sea un derroche de dinero para beneficiar a un grupo empresarial que nada tiene que ver con los intereses de la población. Y ahora se está a las espera porque, por un lao el Frente Amplio se manifestó que está en contra de estos proyectos pero va a asumir un ministro de Economía muy ligado a los intereses económicos, por lo que se viene una tensión en el gobierno que viene», agrega Martín.
Los pueblos del mundo: «nos duele todo genocidio»
Ciro había cerrado el panel pronunciándose en apoyo al pueblo palestino. Esa acción motivo preguntarles por el enfoque global. También previamente estuvieron presentes en conversaciones off the récord la lucha del pueblo maorí en Nueva Zelanda y otras luchas de pueblos originarios en el mundo.
«En lo internacional esperamos que Leónidas Iza gane las elecciones en Ecuador porque es un hermano del movimiento indígena de Ecuador que ha logrado en parte zurcir la grieta que había entre la izquierda y el movimiento Pachakutik, y además porque hemos visto lo brutal que ha sido el neoliberalismo que al igual que en Uruguay el régimen lo que generó fue la expansión del narco. Así que ahí el movimiento indígena es bastión», comenta Martín.
«Cuando le preguntamos a la gente cual es el principal problema lo que dicen es la inseguridad. Pero lo que es difícil explicar es que eso viene del narcotráfico como fenómeno y que su crecimiento está vinculado a medidas que el gobierno implementó, como el aumento de los mínimos para transferencias bancarias sin revisión del origen de los fondos, como para poner un ejemplo clarísimo de este fenómeno social y criminal que existió desde siempre, pero ha habido un crecimiento del delito», agrega Damián
«Como pueblos originarios que sufrimos un genocidio en nuestro territorio y que fuimos caracterizado como “un país sin indios” y la joya del plata y todas esas mentiras de que somos europeos, nos duele todo genocidio. Nos han hecho olvidar al otro, nos han puesto un velo a la conciencia. En ese sentido nos solidarizamos con todo lo que está sucediendo en Gaza que es un genocidio del brazo asesino de este capitalismo, que están matando a la gente originaria en Gaza por parte del Estado sionista de Israel apoyado por Estados Unidos, Gran Bretaña. También con Haití y con los pueblos de África que están siendo asesinados por cuidar la tierra. Nosotros como pueblo charrúa nos hacemos eco y nos manifestamos por la paz. Existe una globalización que es la del actual orden mundial pero también hay otra que es la de los pueblos originarios por el buen vivir, por la solidaridad, el amor el respeto a la diversidad… el derecho a la vida es fundamental. Nos parece una excelente ocasión poder compartirlo con los medios alternativos» concluye Ciro.
Fuente: https://www.anred.org/nacion-charrua-en-defensa-del-agua-el-ambiente-y-la-cultura-ancestral-del-uruguay/