Carta al sector socioambiental argentino: un llamado a disputar lo electoral
Un grupo de educadores, abogados, académicos y militantes publicó una "carta a las asambleas y los activismos" para reabrir el debate sobre la "creación de instrumentos electorales". Reivindican las experiencias populares que enfrentan al extractivismo, pero convocan a disputar las elecciones y gobiernos. Un debate clásico en un presente de ultraderecha.
Por Eduardo Sosa, Elizabeth Bergallo, Enzo Oscar Culasso Orue, Jorge Oscar Daneri, Manuel Antonio Ludueña, Marta Maffei, Pablo Bergel, Pablo Sessano, Rulo Bregagnolo
Compartimos estas reflexiones urgentes y críticas. No son nuevas y suelen resultar polémicas al interior del activismo socioambiental y de otros colectivos sociales. El extractivismo neocolonial de las corporaciones transnacionales y locales, avanza despojándonos aceleradamente de nuestros bienes comunes, nuestra autonomía y soberanía territorial y cultural e invita a revisar nuestras miradas.
1. Un extractivismo legitimado por el gobierno y la partidocracia sin la participación informada y activa de los pueblos y sus organizaciones. Desde 1983 y por casi dos décadas (durante las presidencias de Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Fernando De la Rúa), la precaria democracia instaurada se vio sacudida por conmociones militares, económicas y sociales, hasta su implosión el 19 y 20 de diciembre de 2001 en medio del caos económico, social, institucional y político.
Insurgencia popular, “que se vayan todos”. Cinco presidentes efímeros. Resistencia social diversa: piquetes, cacerolazos, cortes, paros, asambleas vecinales, todo el 2002 y parte de 2003. Sin articulación, sin generar ni proponer una nueva institucionalidad con nuevas lógicas, las resistencias agotaron su energía sin haber logrado ocupar el vacío político y esto legitimó el resurgir de la partidocracia.
En versión “progresista», logró recuperar el centro de la escena institucional, encauzando parte de las demandas sociales previas, sin alterar el modelo básico capitalista primario-exportador ni tocar los intereses corporativos; abonando, en cambio, un imaginario de justicia social basado, casi únicamente, en la ampliación del extractivismo y el acceso subsidiado al consumo.
El cambio de escenario económico internacional, a partir de la crisis económica mundial del 2008, desgastó la experiencia kirchnerista que no quiso, no pudo o no supo reinventarse y superar sus propios límites, dándole lugar a la derecha liberal macrista. Sin cambios significativos, las nuevas elecciones trajeron a la dupla Fernández-Fernández, cuya ineptitud y agotamiento abrió paso al «sorpasso» electoral (producto del hartazgo y anomia social y política), de los hermanos Milei. Extrema derecha que acaba de cumplir su primer año, cuestionada por una buena parte de la sociedad, sin embargo, hasta ahora insuficiente para alterar el rumbo.
2. El avance del extractivismo neocolonial que saquea y contamina todos los territorios, ataca la salud, la vida de las personas y comunidades, somete la autonomía, la soberanía nacional y corrompe la democracia, ha sido desde principios del nuevo siglo, y aún antes, confrontado con las crecientes resistencias populares territoriales: desde la marcha a Gastre, la defensa del río Paraná (frente a los intentos de represamientos), el Esquelazo, la masiva y prolongada resistencia de Gualeguaychú frente a las celulosas en Uruguay, los famatinazos, mendozazos, chubutazos, las resistencias y recuperaciones territoriales de nuestras hermanas indígenas, logrando con inmenso esfuerzo algunos triunfos resonantes, que frenaron mega emprendimientos corporativos. Y hasta se plasmaron en plexos legales como la Ley 7722 de Mendoza o la 5001 en Chubut o la Ley 9092 de Libertad de los Ríos de Entre Ríos, que hoy son continuamente tensionados, desafiados por las corporaciones extractivistas y traicionados por la corporación partidocrática e institucional.
Se expanden las asambleas, abunda la producción científica y discursiva crítica, crecen la conciencia y el activismo socioambiental, hay reemergencia y fertilización concurrente de las comunidades originarias y feminismos, construyendo saberes otros y nutriendo la movilización social no violenta como los famatinazos o los acampes que terminaron expulsando a Monsanto de Córdoba. Hay movilización comunitaria en las calles; se multiplican los medios alternativos; las iniciativas populares parlamentarias y otras institucionales como los plebiscitos. El activismo especializado en el plano jurídico; la combinación de estas metodologías y la articulación solidaria de las luchas locales en el plexo creciente de sujetos socioambientales en todo el país.
En los últimos 30 años la sociedad ha encontrado el modo de socializar sus certezas y expresar sus rechazos. Creemos que ha llegado el tiempo de considerar otras áreas poco o nada exploradas, o aún frecuentemente rechazadas, tanto por malentendidos ideológicos, como por experiencias frustrantes.
3. La paleta de instrumentos y formas de incidencia diversos disponibles, con sus claroscuros y contradicciones, es bastante más amplia que los caminos hasta ahora transitados. Hay largas experiencias en América Latina en la construcción y profundización de acciones comunitarias autónomas; distintas estrategias de autodefensa ante la destrucción ambiental y las represiones. También iniciativas y actividades en el plano institucional estatal, disputas en el plano electoral, municipal y provincial o nacional, ejemplos que pueden ampliarse.… Cada comunidad en su propio tiempo y a su ritmo, en cuanto existan creando condiciones y consensos para ello.
Creemos en la importancia de avanzar en otros planos y modos de lucha, esencialmente en la confluencia de miradas, reforzando las amplísimas coincidencias y dando un paso a la gestación de herramientas crecientemente integrales que aborden conjuntamente lo social, lo político, lo cultural, lo económico, lo ambiental. Hay muchos instrumentos posibles que tocar, todos importantes en su tiempo y espacio.
4. La incidencia de la política institucional en la vida de las personas y en los destinos de la comunidad, sus bienes comunes, su modo de producción y reproducción de la vida es evidente e insoslayable. Por eso el dominio y control del gobierno y los instrumentos de poder gubernamental legítimos, por parte de las castas y oligarquías como la actual, nos obligan a dar las peleas también en este campo.
5. Modestamente, pensamos que en este escenario extendido, grave y acelerado se necesitan respuestas comunitarias que no solo resistan al poder, sino que además lo disputen, pasando de la ecología social actual, a la ecología política integral, en los terrenos, modos y escenarios que se presenten y resulten posibles de abordar, incidiendo en el terreno electoral y gubernamental.
6. Creemos necesario incrementar el debate a niveles de asambleas locales, grupos de base, comunidades originarias, movimientos urbanos, etcétera. En torno a tomar la iniciativa de discutir e impulsar la creación de instrumentos electorales respetando nuestras diversidades, autónomos, democráticos y convergentes, para disputar los próximos escenarios al nivel que podamos.
No se trata de abandonar las formas y modos de las acciones y dinámicas que hemos construido hasta el presente, sino de generar y adoptar nuevas herramientas de y para la acción política controladas por las bases y construidas horizontalmente con nuestras lógicas de justicia social, soberanía integral y protección de los ecosistemas. Para todas las vidas. Otras lógicas, otra ética, otro compromiso con la vida desde un biocentrismo sin claudicaciones.
7. Sabemos que no habrá justicia ambiental sin justicia social, de géneros, ancestralidades y culturas; y viceversa. Todas estas esferas y agendas resultan inescindibles entre sí e imposibles sin una democracia comunitaria radical y participativa.
8.Cada comunidad decidirá su ámbito primero de incidencia. Desde lo municipal a lo provincial y nacional. Según las circunstancias de tiempo y lugar y, sin excepciones, decidido democráticamente.
9. Hasta aquí llegamos con nuestra provocación que pretende disparar un debate necesario y un accionar urgente. Quedamos gustosos de recibir los comentarios, críticas y realizar los intercambios que resulten propicios, siempre conscientes y celebrando que ya existen procesos locales hacia la construcción de políticas alternativas.
Fuente: https://agenciatierraviva.com.ar/carta-al-sector-socioambiental-un-llamado-a-disputar-lo-electoral/ - Imagen de portada: Foto: Colectiva Luan < Minga