Informe de un extraterrestre




Gustavo E. Etkin

Escribo esto para ustedes en el idioma de uno de los lugares de éste extraño “planeta”, como lo llaman aquí. Pero alguna vez, cuando lo termine, será traducido al idioma del lugar de donde vengo.

Vine, ante todo, por curiosidad. Querer saber que hay en ese puntito azul en el espacio.

Y también con el objetivo de verificar y registrar si hay en éste planeta (que aquí llaman “tierra”) vida inteligente, que es, como se sabe, la vida que se sabe a si misma como vida, con comienzo y fin. Seres vivos que saben que están vivos y que van a morir. Muerte que les llega rápido, como máximo en torno de 100 años, y que para no pensar en ella inventaron las religiones, esos rituales que los tranquilizan permitiéndoles creer que serán eternos

Debo reconocer que hay aquí costumbres muy extrañas. Por ejemplo, casi todos los habitantes del planeta necesitan creer en algo que llaman “dios”. Algo que alguna vez quiso que todo exista, que ellos existan, aunque nadie se pregunta quien quiso que dios exista.

En diferentes lugares hay diferentes dioses, por lo que algunos se ofenden, se sienten agraviados porque hay dioses diferentes a los que ellos creen, porque entonces se sienten obligados a preguntarse: ¿cuál es el verdadero dios, el nuestro o el de ellos? Y por eso hubo guerras y matanzas. Las peores fueron en nombre de un dios que ellos llaman Jesús, dios de paz y amor en nombre del cual hicieron guerras y quemaron gente en hogueras. Muy extraño. Además, todas las guerras entre ellos siempre fueron o son en nombre de algún bien. Algo bueno que hay que defender matando. Guerras, donde morir no importa si se muere por la patria o se mata sin culpa porque se mata al enemigo.

Pero yo me pregunté porqué esa necesidad que todos tienen de creer en algo, hasta que me di cuenta que es porque todos saben que, tarde o temprano, todos van a morir. Pero si es por dios o por la patria, morir no les importa. Sobre todo porque ellos viven muy poco tiempo. Como máximo, alrededor de cien años, cosa que en nuestra galaxia es como un segundo de los de ellos. Nosotros, que creemos que mil años (en el tiempo de ellos), nuestro promedio de vida, es muy poco y pasan rápido, pero ellos solamente cien años. Como un segundo en el tiempo de ellos. Cuando llegan. Por eso aquí cuando alguien dice que tiene más de 80 o 90 años todos ponen cara de sorprendidos: ¡cómo es que hasta ahora no murió….!!!!.

Por eso algunos le dan tanta importancia a lo que llaman “fotografías”. Con ellas inmovilizan un momento del tiempo en una imagen, que después de muchos años será vista por sobrevivientes o viejos que dicen: -“yo era así” o “él era así”. Como si ese momento pudiese ser eterno.

Y cuando se dan cuenta que el tiempo de ellos pasa rápido les viene la desesperación por las religiones, esos rituales que les dan la paradojal certeza que después de muertos vivirán eternamente.

Lo que hacen todos los días, lo que llaman su “vida cotidiana”, es muy raro. Duermen (ahí si, igual que nosotros), se levantan, se miran en un espejo, cagan, mean, se bañan, se secan con una toalla, se afeitan (los hombres, claro). Después comen y toman algo (“el desayuno”, que le dicen) y salen de sus casas a lo que llaman “el trabajo”.

Tienen, también, otras costumbres muy extrañas. Por ejemplo, cuando casi siempre dos conocidos se encuentran de casualidad, se aprietan las manos y se sonríen para demostrar que en las manos no tienen ningún arma y la sonrisa para mostrar que no sienten rabia.

Comprobé en éste planeta algo sorprendente. Igual que en nuestra galaxia hay dos sexos diferentes, que aquí llaman “hombres” y “mujeres”. E igual que ahí, aquí casarse es muy importante para las mujeres. No quedarse soltera (“solterona”, que le dicen). Cuando llegan a cierta edad están desesperadas por casarse. No importa con quien (si lo aman es mejor, claro). Pero casarse.

Y también, igual que en nuestra galaxia, lo que aquí llaman “incesto” está prohibido.

Van de un lado a otro, se trasladan de dos maneras. O caminando o en algún vehículo: automóvil, avión, barco, objetos que no usamos nosotros, como se sabe, ya que podemos flotar en lo que aquí llaman de “aire”. La que llaman “ley de gravedad”, para ellos es mucho más intensa que para nosotros. Y una cosa curiosa. Para muchos de ellos tener un automóvil es importante más que para desplazarse, ir o venir, solamente por tenerlo. Si es posible lo que llaman “”un último modelo”, para mostrarlo.

Pero mostrar no es solamente hacer ver que tienen un auto. También para ellos es importante mostrarse, hacerse ver por los otros con una ropa adecuada.

Respecto a eso, a la ropa, en cada país de éste lugar hay ejércitos, conjuntos de seres y armas entrenados para matar sin culpa y morir sin miedo. Solamente obedecer órdenes. Cada ejército tiene lo que llaman “uniforme”, ropas especiales todas iguales. Aunque, entonces, podría pensarse que los que no son “militares”, que es como llaman a los que componen los ejércitos, no usan uniforme. Pero no es así. Es un uniforme distinto, diferente, que llaman “moda’. O sea alternativas, posibilidades de la ropa que se debe usar para no ser lo que llaman, “mal visto”. En verdad, el uniforme de los civiles, como llaman a los que no son militares.

Y todo lo que hacen, sus ocupaciones (que ellos llaman “trabajo”) lo hacen por dinero, que son papeles o metales que después cambian por comida o algún lugar.

Lo sorprendente es que a veces para tener esos papeles se matan, se roban. Hasta cada tanto hacen guerras, aunque claro, como informé al principio, siempre creen, o quieren hacer creer, que para defender algún bien, algo bueno.

Y como saben que van a vivir poco tiempo y la vida les pasa rápido, algunos se “emborrachan”, como le dicen. Para eso, para olvidar, algunos beben mucho una bebida que llaman “alcohol”, que les permite olvidar el pasado y el futuro y les intensifica la percepción del presente. “Beber para olvidar”, como dicen. Otros, también para olvidar e intensificar la percepción del presente y olvidarse del tiempo usan lo que llaman “drogas”. Un polvo blanco que huelen, una yerba que fuman, o algo que se inyectan. Cualquier cosa para olvidar la brevedad de la propia vida y la de los otros, los que ya murieron o van a morir.

Esto es -por ahora- el informe que envío para mi galaxia sobre las extrañas cosas y costumbres que acontecen en éste planeta.

(Desde Brasil. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

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