Químicos contaminantes




Autor: M&PFernandez

Entre las diversas formas de contaminación, existe un amplio grupo que es prácticamente imposible de englobar en una cantidad determinada, pero que tiene la ventaja de que no existe un tratamiento específico, sino que los recaudos que se toman en general sirven para impedir la contaminación de todo el grupo en sí: los Contaminantes Químicos.
Tal como hemos referido, estos elementos químicos son variables, aunque tienen el factor común de que se los considera bajo su condición contaminante por causar una lesión o daño a la salud, en unas condiciones determinadas, y que pueden variar de estado con igual condición nociva. 

Las principales vías de acceso para los humanos y animales son: 

■ Inhalatoria: Mediante las vías respiratorias superiores, causando irritaciones y congestiones a las mucosas nasales, o impidiendo el normal funcionamiento de las mismas. 
■ Dérmica: Generalmente relacionada a irritaciones y reacciones alérgicas, aunque también pueden generar serios trastornos a la piel en todas sus capas, impidiendo su regeneración o causando daños irrecuperables. 
■ Digestiva: Cuando el individuo ingiere estos químicos a través de la bebida, generalmente, y en una menor medida a través de los alimentos, sobre todo en el caso de verduras. 
En cuanto al tiempo en el que se produce la intoxicación, puede ser: 
■ Inmediata: Los efectos nocivos se producen en cuestión de minutos, y hasta horas, aunque también existen tóxicos que en segundos causan daños graves y hasta precipitan la muerte. 
■ Crónica: La intoxicación se produce en forma progresiva y durante un lapso de tiempo determinado. Suele estar ligada al consumo de agua con alguno de los metales pesados, aunque también puede ser por determinadas condiciones en el ámbito laboral, cuando estos tóxicos se encuentran por encima de una concentración determinada. 
Clasificación de tóxicos 
■ Volátiles: 

Generalmente relacionados a los gases contaminantes de la atmósfera, aunque también existen tóxicos en estado gaseoso que no causan daños al medio ambiente, pero sí generan perjuicios a la salud de los individuos. 
El más conocido de ellos es el Cianuro (Ácido Cianhídrico) que suele estar presente en las distintas actividades de minería, aunque también existen otros como el Alcohol Metílico, utilizado en anticongelantes, líquidos para fotocopiadoras (en el Toner) o en el momento de la fabricación de pinturas. 

■ Metálicos: 

Como su nombre lo indica, comprende el grupo de metales pesados, que tienen distintos efectos sobre el cuerpo humano. En el caso del Plomo y el Cadmio generan severos daños al Sistema Nervioso Central. El Plomo, Hierro y Zinc actúan sobre el metabolismo de la sangre (enzimas del grupo “Hemo”) 
También puede haber irritaciones y afecciones del sistema digestivo en el hígado, el túbulo renal o bien sobre el tracto gastrointestinal, como en el caso del Arsénico y el Mercurio. 

■ Tóxicos Orgánicos: 

Su generación está preferentemente relacionada a las industrias que actúan con sustancias químicas, generalmente con derivados del petróleo, ya que se tratan de hidrocarburos que suelen ser empleados como solventes, tanto para el tratamiento de materiales como la elaboración de pinturas. 
Benceno: Suele utilizarse en industrias del calzado, aunque también está presente en tintorerías o en fábricas de pinturas de todo tipo. Causante de anemia por la inhibición de hematíes actuando principalmente sobre la médula, sin necesidad de que los síntomas se presenten instantáneamente. 
Tetra Cloruro de Carbono: Presente en una gran cantidad de solventes o en sustancias que deben ser inhibidas de una posible coagulación, localizable también en algunos insecticidas y en productos de limpieza. Puede causar fuertes dolores de cabeza, tos, hipotensión y hasta necrosis de hígado, conduciendo rápidamente a la muerte. 
Sulfuro de Carbono: Solvente utilizado en fábricas textiles que se especializan en telas artificiales o sintéticas, generando a largo plazo polineuritis hasta pérdida progresiva de la visión (originada por síntomas de neuritis óptica) En este caso el contacto debe ser prolongado, debido a una intoxicación crónica. 
Pesticidas: Los más polémicos en estos últimos tiempos, utilizados para los cultivos con muy poco control, y que llevan al cuidado básico de lavar cuidadosamente las verduras y frutas, con aplicaciones como insecticidas, fungicidas, raticidas y herbicidas. Su toxicidad es debida a una mala aplicación, imprudencia en su utilización, o una excesiva aplicación (en todo caso, el error siempre recae en el operador) 

■ Tratamiento de estos tóxicos: 
En primer lugar, se debe llevar a cabo una concientización acerca de los daños que pueden causar estos químicos, llevando además un chequeo periódico de la salud si nos encontramos ante una exposición constante a estos materiales, y no tomamos las medidas de seguridad adecuadas (debemos trabajar con un equipo que impida el contacto de estos químicos con las vías de ingreso mencionadas) 
Para evitar que el medio ambiente se contamine con ellos, es recomendable separar la basura y especificar que se trata de un residuo peligroso, averiguando a qué centros se pueden llevar para su posterior tratamiento, y de contar con alguna cerca, llevar a una planta de reciclaje. 
Por último, sería importante que las industrias regulen sus desagües de agua, ya que estos contaminantes son importantes causales de la prácticamente irreversible contaminación del suelo, tanto como de la contaminación del agua.

Fuente: El blog verde

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