“Abandonen las redes sociales”


Jeff Orlowski, realizador del documental de Netflix “El dilema de las redes sociales” se refirió al fenómeno global en torno a la película. “Están convirtiendo nuestros datos y nuestra información en miles de millones de dólares”, advirtió. La recomendación del director del documental de Netflix que expone el lado más oscuro de la adicción digital

Este documental se ha convertido en un fenómeno global por abordar una serie de problemáticas más trasversales de nuestra actualidad. La mirada experta sobre desinformación, opiniones polarizadas, la necesidad imperiosa de agradar al otro y la adicción a las pantallas es lo que ha vuelto tan atractivo y un objeto permanente de debate desde su estreno.
El director, Jeff Orlowski, era conciente mientras filmaban el documental que, pese a que las compañías tecnológicas están basadas en los Estados Unidos, las mismas son plataformas exportadas a todo el mundo y afectan a personas en todo el planeta. “Que la respuesta internacional haya sido tan fuerte solo reafirma que la gente está aceptando que hay algo mal en la manera en la que la tecnología fue diseñada y la forma en la que opera”, aseguró en una entrevista que le realizó Semana.
Además, recomendó “absolutamente” borrar todas las redes sociales: “Yo me siento mucho mejor y no las necesito. Entiendo que no todo el mundo pueda porque hay algunas personas que dependen de las redes sociales para sus trabajos”. Y para quienes no “tienen el privilegio” de poder abandonarlas completamente, aconsejó tener una responsabilidad mayor en su uso “porque están participando en la forma en la que otras personas ven el mundo”.
Uno de los puntos más fuertes del documental son los testimonios de ex directivos deGoogle, Facebook, Instagram, Twitter y Pinterest, que en forma de “arrepentidos” reflejan hasta qué punto su modelo de negocios que fundamentalmente no está diseñado pensando en intereses humanos.
“La pregunta es, ¿si no pagamos estas cosas, cómo es una industria multimillonaria? Y la respuesta es que si usted no compra el producto, entonces usted es el producto. Esa es una línea usada en Silicon Valley por años. Otras personas pagan por manipularnos e influenciarnos. Ese es el negocio y nosotros somos el producto que usan. Estamos siendo extraídos. Están convirtiendo nuestros datos y nuestra información en miles de millones de dólares”, explica Orlowski en la entrevista con la revista colombiana.
Además, se refirió a las distintas formas de manipulación a las que está sometida la población en la actualidad. Para ilustrar la situación en la que malos actores utilizan las plataformas para manipular, explicó: “Rusia no hackeó Facebook en las elecciones de Estados Unidos en 2016. Simplemente utilizó Facebook. Ellos en realidad no estaban rompiendo las reglas de Facebook como fueron establecidas, sino que solo estaban usándolas. Las reglas están diseñadas para poder tener acceso a millones de personas en el planeta y a sus pensamientos”.


También se refirió a las controversias que existen en torno al cambio climático, sobre el que “tenemos suficiente ciencia, la ciencia es clara y abrumadora”, y aún así hay mucha gente que insiste con que se trata de una conspiración.
“¿Cómo se puede tener una democracia si las personas no pueden tener conversaciones civilizadas sobre lo que necesitamos como sociedad? Si pasamos nuestras vidas en plataformas que nos están entrenando para estar indignados, que nos entrenan para completar un mensaje en 280 caracteres, estamos perdiendo los matices”, reflexionó el director.
Las voces del documental
Tristan Harris, ex diseñador de Google y fundador del Centro para una Tecnología Humana, es una de las voces que analiza el fenómeno de las tecnologías digitales en el documental. Harris es reconocido por haber dado múltiples charlas sobre el carácter adictivo que, en su visión, tienen las plataformas. Especializado en tecnología persuasiva, asegura que esto no es casual sino que es parte inherente a los diseños que se implementan en las redes, correos y servicios de mensajaría.
Tim Kendall, ex-director de monetización de Facebook y ex presidente de Pinterest, es otra de las voces que habla de la necesidad de capturar atención que tienen las redes sociales. Las plataformas surgieron como un espacio para visiblizar opiniones, potenciar la participación pública, que han generado algunos cambios positivos: se han convertido en la plaza pública para difundir ideas o movimientos como el Me Too, por ejemplo. Se puede decir que las redes contribuyeron a darle voz a un sector más amplio de la sociedad.
Pero también se han convertido en espacios que pueden derivar en la manipulación. El problema, según se analizan en diferentes testimonios, es que las redes se nutren de publicidad y este modelo de negocio requiere que se capte de manera continua la atención de los consumidores. ¿Por qué? Porque los sitios necesitan ser populares. Es la popularidad, su capacidad de atraer visitantes, lo que se monetiza.
De esto y otros temas relacionados con el lado B de las plataformas hablan Aza Raskin, ex empleado de Firefox y Mozilla; Alex Roetter, quien supo desempeñar el puesto de vicepresidente de producto de Twitter, Jeff Seibter, que trabajó como jefe de producto en esa misma red social o Justin Rosenstein, que fue jefe de producto en Google y también uno de los creadores del botón “Me gusta” en Facebook.

Fuente: Infobae.com

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Por qué me voy de Facebook


Queridos lectores:
Después de 10 años haciendo divulgación a través de Facebook, he decidido cerrar mi perfil público en esta red social. Facebook ha sido una herramienta muy útil para entrar en contacto con otras personas, para compartir contenidos de interés común (incluyendo posts de este blog) e incluso para recabar información. Ha sido una etapa provechosa, pero que ahora debe llegar a su fin.


Facebook es una red social que pertenece a una empresa privada, que como es lógico pretende conseguir beneficios económicos con su actividad. Eso hace que la red tenga ciertos sesgos, algunos de los cuales llevaba tiempo observando. Por ejemplo, no siempre te notifica las cosas que más te interesan, sino aquéllas que le interesan a Facebook según sus propios algoritmos (que combinan información de tu perfil con elementos de su propio interés comercial - publicidad, más que nada). También es reseñable el límite de 5000 contactos para los perfiles gratuitos (los que tenemos la mayoría), que hacen que a medida que te acercas a ese límite algunas personas que te incluyeron como "amigo" dejen de manera silenciosa y automática de serlo, sobre todo si Facebook se da cuenta de que no interactuáis frecuentemente. Por otro parte, es conocido que Facebook genera un cierto efecto pecera: uno tiene la impresión de estar llegando a mucha y muy diversa gente cuando en realidad se mueve en círculos muy pequeños y muy alineados ideológicamente.
Todos estos problemas y limitaciones hace tiempo que los conocemos, y a pesar de eso, valorando pros y contras, yo, al igual que muchos otros, decidí que merecía la pena seguir en Facebook.
Pero ya no.
La gota que ha hecho colmar el vaso ha sido la censura implacable que Facebook le ha aplicado al blog "Usted no se lo cree", de Ferran Puig Vilar. Hoy hace justamente un mes que Facebook bloquea cualquier intento de enlazar cualquier artículo de ese blog. Se da la circunstancia de que "Usted no se lo cree" es uno de las mejores páginas web sobre cambio climático en castellano, con un nivel de documentación y rigor científico que para sí quisieran muchas. Este blog recibió en 2010 el premio de comunicación de su categoría de la Fundación Biodiversidad, que le fue entregado al propio Puig Vilar de manos de la actual ministra de Transición Ecológica y Vicepresidenta del Gobierno, Teresa Ribera. En cuanto a su autor, Ferran Puig Vilar, ingeniero de formación, ex presidente de la Asociación de Prensa Profesional, es un ejemplo de tesón, decoro y pulcritud informativa a un nivel que, de nuevo, ya desearían muchos alcanzar.
Durante este mes, numerosas personas se han interesado por intentar comprender las razones de Facebook para bloquear de manera completa este blog. Se han escrito numerosas reclamaciones a Facebook (incluso yo mismo escribí una), preguntando sobre los motivos de la censura, y nunca hemos obtenido respuesta. Encima, para añadir infamia al daño, cuando alguien intenta enlazar la web en cuestión desde Facebook, un mensaje te advierte que no es posible porque esa página "no cumple los estándares de la comunidad", aunque en otras ocasiones alega que "difunde información falsa" o bien "es spam". A cualquier usuario de Facebook ajeno al contexto de esta censura le parecerá que la página de Ferran tiene algo de dudoso, de ilícito. Facebook, sin decirlo explícitamente, sin haber aclarado nunca por qué bloquea "Usted no se lo cree", da a entender que hay algo oscuro e inadecuado con esa página. El daño, por tanto, es doble, porque no solo no se le permite a Ferran continuar haciendo divulgación sobre el Cambio Climático en Facebook, sino que veladamente se le acusa de fraude. Es la calumnia perfecta, porque no se formula explícitamente pero consigue crear la duda.
Para añadir una nota inquietante, estas últimas semanas se han observado ciertos problemas cada vez que se discutía de este tema, con la ralentización de la publicación de comentarios y, en algunos casos, su desaparición (a mi me han desaparecido varios).
Hace ya algún tiempo que Facebook muestra una cierta y peligrosa deriva, una escora sumisa a los intereses económicos de terceros. Ya no estamos hablando de rentabilizar los perfiles o de sesgar contenidos para instilar publicidad; hablamos, ya, de desterrar ciertos contenidos y primar otros, con inconfesables objetivos. Que Facebook ose vetar una página sobre un tema tan sensible como es el Cambio Climático solo pone en evidencia los derroteros que ha tomado la red social.
No sé cuales son las razones profundas. No sé si es un exceso de confianza en los algoritmos automáticos y el desprecio general a los usuarios (que hace que se ignoren las solicitudes de reparación). No sé si esta censura es un síntoma más de la deriva de nuestra sociedad, a medida que la crisis existencial que afrontamos se va asentando. No lo sé, y la verdad es que no me importa. Me son absolutamente igual las excusas: ya he tenido bastante de esto y no quiero más, gracias.
Es hora de escapar de ese ambiente viciado.
Me voy de Facebook por dignidad, porque no puedo tolerar que le pase esto a Ferran, un buen amigo, y que yo no haga nada.
Me voy de Facebook, también, mientras me quede dignidad, porque no quiero que se me aplique la famosa frase de Martin Niemöller; y antes de que vengan a por mi (que acabarán viniendo: la verdad no genera negocio) prefiero irme yo.
Soy consciente de que posiblemente algún día esto mismo pasará con blogger, la plataforma que aloja este blog. Ese día, también, recogeré los bártulos y me iré a buscar otros vientos, a respirar aire fresco.
De momento, aquéllos a los que les interese pueden unirse al canal de Telegram de The Oil Crash, o al foro asociado. La página de Facebook de The Oil Crash también seguirá activa (hasta que la censuren), aunque ya no la gestionaré yo, sino otras personas a cuyas competentes manos la he confiado.
Y eso es todo.
A la medianoche del día de hoy, 8 de septiembre de 2020, borraré mi perfil público de Facebook, y empezaré una nueva etapa en mi actividad de divulgación.

Salu2.
Antonio  Turiel
https://crashoil.blogspot.com/

 

 

 

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