El cambio climático puede generar 100 millones más de desplazados, según el Banco Mundial
En una entrevista publicada por el diario francés “Le Figaro”, la directora general del BM, Kristalina Georgieva, destaca que aunque el calentamiento climático afecta a todo el mundo, el riesgo es particularmente importante para los países pobres, por eso hay que ayudarles con fuerza e “inmediatamente” para adaptar sus infraestructuras y hacer evolucionar su agricultura.
Cambio climático
Georgieva explicó que ya hay 500 millones de personas en situación “frágil” (sobre todo en África, pero también en países como Haití, Irak, Siria o Libia), algo que tiene que ver con el clima pero también con conflictos armados, y que “estos dos fenómenos están estrechamente relacionados”.
A modo de ejemplo, señaló que en Siria “la generalización del conflicto coincidió con una sequía que empujó a las poblaciones rurales hacia las ciudades”, o que en el norte de Mali la menor productividad de las tierras con el consiguiente impacto negativo para la población favoreció la inestabilidad política.
Ante ese tipo de realidades, consideró “muy posible” que aumente el número de personas desplazadas contra su voluntad, que según la ONU son ahora 65 millones, de los cuales 21 millones son refugiados políticos, lo que constituye un récord histórico.
El BM, según indicó esta antigua comisaria europea de la Ayuda Humanitaria y del Presupuesto, ha consagrado en los últimos ejercicios 10.000 millones de dólares anuales de media a la lucha contra el cambio climático.
Y a partir de 2020, los planes son dedicar el 28 % de sus medios financieros.
Su institución organiza con Francia en diciembre una conferencia sobre el cambio climático con el mensaje de que “hay que convencer a los Estados de que es posible transformar sus economías en beneficio de las energías” y de que hay que implicar al sector privado para “contribuir a la financiación de necesidades considerables, sobre todo en los países menos desarrollados”.
Fuente: http://www.efeverde.com
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Huracanes, cambio climático y devastación
Este año ha sido pródigo en desastres naturales. Sólo del 17 de agosto hasta hoy, los países del Caribe y Estados Unidos han sufrido el embate de los huracanes Harvey, Irma, José y Katia. El 7 de septiembre México sentía los estragos de uno de los mayores terremotos de su historia y casi simultáneamente del ciclón Katia. El primero devastó Juchitán y todo el istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, además de golpear numerosos municipios de Chiapas, y el segundo azotó zonas de Veracruz y Tamaulipas. Suman más de 90 los fallecidos por ambos fenómenos.
Ángel Guerra Cabrera
La cuestión de los huracanes y cuánto está influyendo el cambio climático en su periodicidad, aumento de categoría y, por consiguiente, en su poder destructor y capacidad de amenazar la vida y bienes, es un tema de la mayor importancia para los pueblos y gobiernos del área del Caribe y el Golfo de México, incluyendo a Estados Unidos. Existe una abrumadora evidencia científica sobre la incidencia del cambio climático en la generación de fenómenos meteorológicos extremos. En los días del paso de Harvey por Estados Unidos varios reconocidos investigadores lo afirmaron categóricamente.
Es el caso de James Hansen, ex responsable de cambio climático en la NASA y con funciones semejantes en la Universidad de Columbia, quien declaró al portal Democracy Now: “Como consecuencia de los cambios en la composición de la atmósfera, provocados fundamentalmente por la quema de combustibles fósiles, el planeta se está calentando y el nivel del mar ha comenzado a aumentar debido a que el océano se está calentando y el hielo se está derritiendo. El volumen de vapor de agua está aumentando debido a que la atmósfera se está calentando y, por consiguiente, la cantidad de agua que cae durante estas tormentas es mayor, debido al calentamiento global provocado por el ser humano. Las tormentas eléctricas, los tornados y las tormentas tropicales obtienen su energía de la que está latente en el vapor de agua. Estas tormentas son en gran medida el resultado de los efectos provocados por el ser humano”.
Por su parte, el sitio web Carbon Breef publica un elocuente mapa que refleja el estudio de la influencia del cambio climático en 144 fenómenos meteorológicos extremos analizados en 138 artículos científicos arbitrados.
Y qué duda cabe, el capitalismo es la causa fundamental del cambio climático. Mientras persista el irracional y suicida modelo actual de producción y consumo no será posible erradicar el origen de lo que John Saxe-Fernández denomina colapso climático. No obstante, confío en que no haya que esperar al derrocamiento del capitalismo para avanzar en la lucha contra el desbarajuste del clima. Se puede lograr mucho en la educación de las personas sobre este gravísimo peligro y en organizar luchas populares que fuercen a los estados capitalistas a adoptar medidas que reduzcan las causas y efectos del fenómeno. El hecho de que Trump represente una corriente negadora del cambio climático en el país capitalista históricamente más contaminante y derrochador, refuerza la necesidad de que la izquierda y los gobiernos revolucionarios y progresistas coloquen a la cabeza de sus agendas la lucha contra ese flagelo.
Por lo pronto, es urgente la solidaridad con los países afectados por los huracanes de esta temporada, sobre todo con los pobres o bloqueados por Estados Unidos y también con los desfavorecidos en cualquier país. Ha sido perverso el casi total silencio mediático sobre el demoledor paso de Irma por Cuba, la nación más devastada, o afectada, de una punta a otra de su territorio, por este organismo. Contrastante conque la isla, unida a Venezuela, ha iniciado acciones solidarias con los estados más afectados del Caribe, como Antigua y Barbuda.
Cuba demostró frente a Irma la conciencia política, disciplina, organización y previsión que la singularizan. Si se observa el curso de este huracán allí, se comprende que únicamente por esos factores, la experiencia de defensa civil acumulada masivamente por los cubanos y las medidas extraordinarias de protección adoptadas, es que fue posible evitar una pérdida mayor de vidas humanas y atenuar la de bienes materiales.
Concluido el paso de Irma por la isla, de inmediato un enjambre humano, animado y supervisado por Raúl, emprendía aceleradamente las labores de recuperación, que en algunos casos, tomarán mucho tiempo.
@aguerraguerra
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/09/14/mundo/028a1mun