La contaminación urbana mata 15 veces más que los accidentes de tráfico
Estamos en la llamada Semana Europea de la Movilidad. Así que hoy toca hablar de una movilidad sostenible en nuestras ciudades. Una cuestión de supervivencia. Porque la Agencia Europea de Medio Ambiente calcula que por causa de la mala calidad del aire fallecen prematuramente unas 436.000 personas al año en la UE,alrededor de 24.000 en España. La cifra de fallecimientos por contaminación atmosférica es ya 15 veces superior a la de los accidentes de tráfico en carretera.
En los últimos tiempos hemos visto cómo la movilidad se ha convertido en centro del discurso político, relegando a un segundo plano el concepto de tráfico.
Por fin el vehículo privado, que en Madrid solo mueve al 29% de las personas, deja de ser el amo y señor del debate y de las ciudades en favor de otros modos de transporte más sostenibles. Hablar de tráfico antes excluía al 71% de las personas que se desplazan a pie, en transporte público o en bici.
Las ciudades, tal como se han desarrollado durante la segunda mitad del siglo XX, no son espacios amables y acogedores para las personas que las habitan porque han sido diseñadas para el coche. Grandes avenidas, rotondas y aparcamientos por doquier son las características de este urbanismo caduco, que dedica más del 50% del espacio público a los vehículos. Las ciudades han dejado de ser compactas para convertirse en núcleos periféricos, áreas metropolitanas inmensas y rodeadas de carreteras cada vez con más carriles y radiales ruinosas. Todo ello, para facilitar la venta de pisos alejados de los centros de trabajo, lo que obliga a kilométricos desplazamientos diarios.
La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) calcula que por causa de la mala calidad del aire fallecen prematuramente unas 436.000 personas al año en la UE, alrededor de 24.000 de ellas en España. La cifra de fallecimientos a causa de la contaminación atmosférica es ya 15 veces superior que la de los accidentes de tráfico en carretera.
La contribución al cambio climático del sector del transporte en España representa un 30% del total, por encima de la industria o la generación de energía eléctrica. Con el modelo actual, no conseguiremos cumplir los objetivos de la Cumbre del Clima de París. Incluso aunque se electrificara todo el parque móvil, sigue siendo un imperativo reducir la cantidad y los kilómetros que recorremos.
Además de los beneficios psicológicos y para la salud que proporciona moverse a pie o en bicicleta, resulta que estas alternativas son las más rápidas para moverse por la ciudad. Es por eso que las ciudades deben volver a ser espacios donde poder caminar y circular en bici. Hay que dar protagonismo a estos modos y, dado que el espacio público es finito, esto sólo puede hacerse a costa del espacio del más privilegiado: el coche.
Entre los modos de movilidad que han aparecido recientemente están los servicios de car-sharing o car-pooling, es decir, vehículos compartidos, ya sean coches, motos o bicis. Dado que los automóviles, de media, permanecen estacionados más del 95% del tiempo, la tendencia parece que será la paulatina transformación del coche en propiedad al coche como servicio: Lo usaremos cuando lo necesitemos, sin necesidad de comprarlo.
Igualmente, el transporte público debe ser prioritario en esta estrategia. Actualmente transporta al 42% de la ciudadanía y la tendencia es al alza, pero su financiación está a niveles de 2007, lo que repercute en bajas frecuencias, retrasos, equipamiento anticuado etc… Pero no todo depende del dinero, también influye una buena planificación de las líneas y, una vez más, espacio público exclusivo para el transporte público. Carriles bus y plataformas reservadas que ayuden a mejorar la velocidad contribuyen a una red de transporte público más eficiente. La movilidad sostenible es una cuestión de supervivencia: nuestra salud y nuestra calidad de vida están en juego.
Emilio Sáinz y Ramón Linaza (EQUO Movilidad)
Fuente: http://elasombrario.com/contaminacion-urbana-15-veces-trafico/ - Imagen: Transporte público frente a vehículo privado para reducir la contaminación urbana. Foto: Pixabay.
En los últimos tiempos hemos visto cómo la movilidad se ha convertido en centro del discurso político, relegando a un segundo plano el concepto de tráfico.
Por fin el vehículo privado, que en Madrid solo mueve al 29% de las personas, deja de ser el amo y señor del debate y de las ciudades en favor de otros modos de transporte más sostenibles. Hablar de tráfico antes excluía al 71% de las personas que se desplazan a pie, en transporte público o en bici.
Las ciudades, tal como se han desarrollado durante la segunda mitad del siglo XX, no son espacios amables y acogedores para las personas que las habitan porque han sido diseñadas para el coche. Grandes avenidas, rotondas y aparcamientos por doquier son las características de este urbanismo caduco, que dedica más del 50% del espacio público a los vehículos. Las ciudades han dejado de ser compactas para convertirse en núcleos periféricos, áreas metropolitanas inmensas y rodeadas de carreteras cada vez con más carriles y radiales ruinosas. Todo ello, para facilitar la venta de pisos alejados de los centros de trabajo, lo que obliga a kilométricos desplazamientos diarios.
La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) calcula que por causa de la mala calidad del aire fallecen prematuramente unas 436.000 personas al año en la UE, alrededor de 24.000 de ellas en España. La cifra de fallecimientos a causa de la contaminación atmosférica es ya 15 veces superior que la de los accidentes de tráfico en carretera.
La contribución al cambio climático del sector del transporte en España representa un 30% del total, por encima de la industria o la generación de energía eléctrica. Con el modelo actual, no conseguiremos cumplir los objetivos de la Cumbre del Clima de París. Incluso aunque se electrificara todo el parque móvil, sigue siendo un imperativo reducir la cantidad y los kilómetros que recorremos.
Además de los beneficios psicológicos y para la salud que proporciona moverse a pie o en bicicleta, resulta que estas alternativas son las más rápidas para moverse por la ciudad. Es por eso que las ciudades deben volver a ser espacios donde poder caminar y circular en bici. Hay que dar protagonismo a estos modos y, dado que el espacio público es finito, esto sólo puede hacerse a costa del espacio del más privilegiado: el coche.
Entre los modos de movilidad que han aparecido recientemente están los servicios de car-sharing o car-pooling, es decir, vehículos compartidos, ya sean coches, motos o bicis. Dado que los automóviles, de media, permanecen estacionados más del 95% del tiempo, la tendencia parece que será la paulatina transformación del coche en propiedad al coche como servicio: Lo usaremos cuando lo necesitemos, sin necesidad de comprarlo.
Igualmente, el transporte público debe ser prioritario en esta estrategia. Actualmente transporta al 42% de la ciudadanía y la tendencia es al alza, pero su financiación está a niveles de 2007, lo que repercute en bajas frecuencias, retrasos, equipamiento anticuado etc… Pero no todo depende del dinero, también influye una buena planificación de las líneas y, una vez más, espacio público exclusivo para el transporte público. Carriles bus y plataformas reservadas que ayuden a mejorar la velocidad contribuyen a una red de transporte público más eficiente. La movilidad sostenible es una cuestión de supervivencia: nuestra salud y nuestra calidad de vida están en juego.
Emilio Sáinz y Ramón Linaza (EQUO Movilidad)
Fuente: http://elasombrario.com/contaminacion-urbana-15-veces-trafico/ - Imagen: Transporte público frente a vehículo privado para reducir la contaminación urbana. Foto: Pixabay.