Maltrato animal: antesala de la violencia social



Por Nelly Glatt F. psicoterapeuta
Publicado originalmente en dossier sobre maltrato animal de "El Universal" (México)
En la actualidad vivimos, de manera constante, en un clima de inseguridad e incertidumbre. La violencia se expresa de formas relacionadas entre sí. Diariamente nos vemos sacudidos por hechos dramáticos que nos preocupan y conmueven.
El maltrato animal es, a la vez, un factor que predispone a la violencia social y, al mismo tiempo, una consecuencia de la misma. Forma parte de la cascada de la violencia que nos va alcanzando a todos como individuos y como sociedad.
La violencia es “un acto intencional que puede ser único o recurrente y cíclico, dirigido a dominar, controlar, agredir o lastimar a otros. Casi siempre es ejercida por las personas de mayor jerarquía, es decir, las que tienen el poder en una relación, pero también se puede ejercer sobre objetos, animales o contra sí mismo”.
La violencia inhibe el desarrollo de las personas y puede causar daños irreversibles, adopta diferentes formas de expresión que pueden variar desde una ofensa verbal hasta el homicidio.
La crueldad es “una respuesta emocional de indiferencia o la obtención de placer en el sufrimiento o dolor de otros, o la acción que innecesariamente causa tal sufrimiento; ha sido considerada un disturbio sicológico. La crueldad de los niños, que incluye a los animales, es un signo clínico relacionado a desórdenes antisociales y de conducta”.
En las familias en las que hay violencia, ésta es más frecuentemente dirigida hacia los más débiles, lo que incluye ancianos, mujeres, niños y animales de compañía. El maltrato hacia los animales es tolerado por aquellos que lo observan; se minimizan sus causas y sus efectos, y los padres, maestros y comunidades que no dan importancia al abuso animal en realidad incuban una bomba de tiempo.
Debe hacerse énfasis en que la detección, prevención y tratamiento de la violencia hacia los animales es un acto de humanidad en sí mismo. Los animales son criaturas que se encuentran, en relación al ser humano, en un nivel de inferioridad dentro de la escala evolutiva; esto nos hace responsables de su bienestar, ya que tener supremacía lleva consigo una obligación, una responsabilidad, que es la de cumplir como guardián de las especies inferiores en términos intelectuales. Si realmente queremos combatir la violencia, una parte de nuestra lucha consiste también en erradicar el maltrato a otros seres vivos.
El segundo punto que quiero destacar es el que esta violencia hacia los animales nos puede servir como detector y señal de alerta hacia la violencia intrafamiliar, ya que la crueldad hacia los animales y la violencia humana tienen una relación directa. Debemos saber que los niños que maltratan a sus animales de compañía pueden ser testigos de actos crueles contra seres humanos o ellos mismos ser víctimas de abuso por alguien mayor y con más poder.
Estos niños, a la vez abusados y abusadores, están aprendiendo e internalizando la violencia que ellos mismos perpetuarán al ser mayores y al tener sus propias familias. Este maltrato puede ser el único signo visible de una familia en la que existe el abuso, y esto puede ayudar a descubrir al responsable de la violencia en esa familia.
Una persona que abusa de un animal no siente empatía hacia otros seres vivos y tiene mayor riesgo de generar violencia hacia otras personas. La Asociación Siquiátrica Americana lo considera como uno de los diagnósticos para determinar desórdenes de conducta. Si un niño nos habla sobre el maltrato a su animal de compañía, podría estar hablándonos también de su propio sufrimiento.
Amenazar con lastimar al animal de compañía puede ser una forma de violencia sicológica que se utiliza contra el niño para que se “porte bien” o como una forma de mantener en secreto algún tipo de abuso al que éste está siendo sometido. Según los especialistas, protagonizar u observar actos de crueldad pude llegar a ser tan traumático como ser víctima de abuso físico y, por lo tanto, es altamente probable que el niño presente un alto riesgo de convertirse en padre abusivo, quien a su vez puede producir otra generación de niños violentos.
Algunas de las características que pueden presentar los niños y jóvenes que abusan de los animales son: sentirse indefensos y bajo el control de otros; usan a los animales como víctimas para demostrar su autoridad y poder; emplean a los animales como chivos expiatorios por el enojo que sienten hacia otras figuras de autoridad que los maltratan; ; son discriminados de algún modo; reciben castigos severos; tienen baja autoestima; sienten gran recelo contra la sociedad; tienen bajas calificaciones y están aislados socialmente.
Algunas características del contexto familiar de quienes abusan o maltratan animales son: adultos que fueron abusados sexualmente en la infancia; adolescentes que presentan una relación con sus padres, familia y compañeros más negativa que los no maltratadotes (Millar y Knutson, 1997). El abuso hacia los animales es más frecuente en hogares en los que existen otras formas de violencia, el alcohol o abuso de drogas.
La crueldad origina violencia, y la violencia, delincuencia. En un estudio hecho en Estados Unidos se comprobó que no todos los maltratadotes de animales se convierten en asesinos en serie, pero todos los asesinos en serie tienen antecedentes de maltrato a animales (Gena Icazbalceta). La gran mayoría de los niños puede vivir una etapa en la cual pueden lastimar insectos como parte de la exploración del mundo; sin embargo, con el correcto asesoramiento de sus padres, consiguen comprender que los animales son sensibles al dolor.
La educación que se les da a los niños les ayuda a establecer sus valores y patrones de comportamiento. Ellos adquieren sus principios morales y éticos imitando a los modelos que tienen a su alrededor.
Tomando en consideración todo lo anterior, solamente podemos llegar a la conclusión de la imperiosa necesidad que existe del esfuerzo integrado de padres, profesores, trabajadores sociales, veterinarios, pediatras, asociaciones de protección animal y sicólogos para prevenir el maltrato a los animales y su posterior transformación en violencia social.
Fuente: animanaturalis.org
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¿Socialismo o barbarie taurina?

Carta abierta al gobernador del estado Mérida

Señor gobernador del estado Mérida, Marcos Díaz Orellana
Reciba el saludo de los colectivos ambientalistas, estudiantiles, revolucionarios, así como de los medios alternativos y los activistas que durante largos años hemos venido luchando por la superación de la lamentable herencia de las corridas de toros, un legado que nos dejó el imperio español a través del proceso de la colonización, y que se hace presente en cada reedición de la Feria del Sol.
Hemos visto las declaraciones en las que usted anuncia que apoyará el desarrollo de esta actividad, impulsando la creación de una escuela de toreros e invirtiendo otra buena cantidad de dinero para techar la Plaza de Toros de Mérida. De realizarse estos planes, usted se convertiría en el heredero de la logia copeyana que compone el reducto de defensores y promotores más acérrimos de esta actividad retrógrada e inhumana. Le invitamos a no convertirse en otro Carlos León, aquel ex alcalde de triste recordación cuyo mayor empeño fue complacer a la derecha merideña, colocando a la alcaldía del lado de las empresas cerveceras y taurinas en la promoción de la feria taurina, para terminar hundido en el desprecio general.
Aunque no podemos decir que sus anuncios nos sorprendan, lo llamamos a recapacitar. Usted está a tiempo de no repetir los errores de sus predecesores. Mérida no necesita gobernantes que promuevan espectáculos sangrientos, al peor estilo del circo romano. Nuestro pueblo no lo eligió para que gobierne para las empresas taurinas y cerveceras, ni para que les entregue nuestras calles y espacios públicos. Nuestras prioridades no pasan por construirle techos a los escasos espectadores de las corridas de toros. En vez de promover la violencia como espectáculo, su obligación es democratizar las ferias y demás fiestas para que sean un verdadero reflejo de nuestra producción artística y cultural.
Nosotros seguiremos promoviendo esa otra feria popular, que sea arte y cultura, en vez de sangre y tortura. Si usted se mantiene del lado de los capitalistas cerveceros y los ganaderos, subsidiando directa e indirectamente esta actividad abyecta, sepa que son cada vez más reducidos los espacios que el mundo asigna a la tauromaquia. Esta es una clara tendencia histórica, difícil de revertir, y más temprano que tarde, esa tradición bastarda será erradicada de nuestra tierra; con ella irán a parar al basurero de la historia los malos gobiernos que sostuvieron este negocio que se lucra con la sangre y la violencia del hombre contra el animal.
¿Socialismo o barbarie taurina? A falta de argumentos, los comerciantes de la muerte se imponen por la fuerza de sus aparatos publicitarios, de sus palancas en el aparato estatal, de su peso económico. Pero nosotros, que somos cada vez más y estamos mejor organizados, estamos dispuestos a enfrentarlos y construir colectivamente una alternativa más humana a la feria sangrienta y borracha.
ORCA
Colectivo Libre Aquiles Nazoa

Colectivo Tatu
y
Centro de Estudiantes de Medios Audiovisuales de la ULA
Radio Ecos 93.9 FM


Fuente: www.kaosenlared.net/noticia/socialismo-o-barbarie-taurina

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