El pueblo de España exige “¡democracia real, ya!”
Democracy Now!
Luego del anuncio realizado el miércoles por el Presidente de España sobre los profundos recortes y las medidas de austeridad que aplicará para poder asegurar los fondos de la Unión Europea para rescatar a los bancos españoles que están al borde de la quiebra, el pueblo de España salió a las calles una vez más para exigir lo que denominan “¡democracia real ya!”. La medida tiene lugar una semana después de que el gobierno anunciara el lanzamiento de una investigación penal contra el ex presidente ejecutivo del cuarto banco más grande de España, Bankia, Rodrigo Rato. Rato es lo que se dice un pez gordo: antes de dirigir Bankia fue director del Fondo Monetario Internacional. Lo que los medios no mencionan es que esta investigación oficial del gobierno fue iniciada por la acción popular.
Al movimiento de indignados en España (el equivalente al movimiento Occupy estadounidense) se lo llama 15-M, por el día en que comenzó: el 15 de mayo de 2011. Conocí a uno de sus principales líderes la semana pasada en Madrid, el día en que se anunció la investigación de Rato. Me sonrió y dijo: “Por fin está sucediendo. Tal vez uno de estos tipos pague por sus actos. Porque nosotros, los ciudadanos, tenemos la impresión de que a ninguno de estos peces gordos jamás les sucederá nada. Hacen lo que quieren, roban, mienten y no pasa nada. Pero ahora, hoy, quizá suceda algo y me pone muy contento”.
El dirigente, Stephane Grueso, es un activista y realizador cinematográfico que está haciendo un documental acerca del movimiento 15 de Mayo. Es un profesional talentoso, sin embargo, al igual que el 25 por ciento de la población española, está desempleado: “No nos gustaba lo que veíamos, hacia donde nos dirigíamos. Sentimos que estábamos perdiendo nuestra democracia, que estábamos perdiendo nuestro país y nuestro modo de vida. Entonces diferentes personas nos unimos con intereses diferentes bajo una misma consigna: queremos '¡democracia real, ya!', igual que su programa. Y nos unimos y salimos a la calle, pero no teníamos demandas concretas ni acciones concretas. Se trataba simplemente de unirse y ver lo que sucedía y de hecho sucedió que nos quedamos protestando en las calles. Cincuenta personas decidimos pasar la noche en la Puerta del Sol, en esta plaza, y luego la policía trató de sacarnos. Pero regresamos. Y luego esto comenzó a multiplicarse en otras ciudades de España. En tres o cuatro días éramos decenas de miles de personas en decenas de ciudades españolas, acampando en medio de la ciudad, un tanto similar a lo que sucedió en la Plaza Tahrir en Egipto”.
La ocupación de la Puerta del Sol y de otras plazas en toda España continuó. Sin embargo, como sucedió con los campamentos del movimiento Occupy Wall Street en todo Estados Unidos, finalmente fueron desmantelados. A pesar de ello continuaron organizándose a través de grupos de trabajo y asambleas de vecinos centrados en diferentes temas. Uno de los grupos de trabajo del 15-M decidió demandar a Rodrigo Rato y reclutó a abogados que trabajaron en forma honoraria e identificaron a más de 50 demandantes, personas que se sintieron personalmente defraudadas por Bankia. Si bien los abogados trabajan en forma honoraria, una demanda tan grande es costosa, de modo que el movimiento, que tiene amplia difusión en las redes sociales, recurrió a la llamada “microfinanciación colectiva”: solicitaron pequeñas donaciones a la masa de seguidores del movimiento. En menos de un día recaudaron 25.000 dólares. La demanda fue presentada en junio de este año.
Olmo Gálvez es otro líder del movimiento 15-M que conocí en Madrid. Gálvez, un joven empresario con experiencia en varios países del mundo, fue uno de los “indignados” que apareció en la revista Time cuando la publicación eligió a “El manifestante” como personaje del año 2011. El supuesto fraude de Bankia cometido por Rato implicó la venta de “acciones preferenciales” de Bankia a pequeños ahorristas, denominados inversores minoristas, debido a que los inversores sofisticados no las estaban comprando. Gálvez explicó lo sucedido: “Estaban vendiendo esas acciones a personas que, en algunos casos, no sabían leer, algunos tenían dificultades para entender el producto y muchos eran ancianos. Fue un gran escándalo que no apareció en los medios”. Algunas de las personas que invirtieron en esta trampa creada por Bankia tuvieron que firmar el contrato con sus huellas dactilares porque no podían leer ni escribir y mucho menos comprender en qué estaban metiendo sus ahorros.
Esta semana, miles de mineros marcharon hacia Madrid. Algunos caminaron 380 kilómetros desde Asturias, en la costa norte de España. Según informó el periódico electrónico ElDiario.es, cuando los mineros llegaron a Madrid el martes por la noche coreando “somos el 99 por ciento”, fueron recibidos como héroes. El miércoles por la mañana, el Presidente Mariano Rajoy, del derechista Partido Popular, realizó su más reciente anuncio sobre las medidas de austeridad: el aumento del impuesto al consumo, una disminución del sueldo de los empleados públicos y la reducción del período de cobertura del seguro de desempleo a seis meses.
Mientras Rajoy realizaba su anuncio en el Parlamento, los mineros estaban en la calle junto a miles de ciudadanos que se sumaron, todos para exigir que se ponga fin a los recortes impulsados por el gobierno. Los manifestantes se enfrentaron a la policía antidisturbios, que les lanzó balines de acero recubiertos de goma y gases lacrimógenos. Algunos manifestantes regresaron con petardos y otros proyectiles y en medio del tumulto que siguió, al menos 76 personas resultaron heridas y ocho fueron arrestadas.
Stephane Grueso resume el movimiento de la siguiente manera: “Decimos que esta es una revolución popular. Nosotros somos el pueblo. No somos un partido. No somos un sindicato. No somos una asociación. No somos 'indignados'. No estamos enojados. Somos el pueblo. Estamos en todas partes. Aquí, en Madrid, cada fin de semana hay 104 asambleas de vecinos. En cada una de las asambleas hay de cinco a quince personas que se reúnen para hablar de política a gran escala, de lograr la paz en el mundo, pero también de política a pequeña escala: qué problemas enfrentamos en nuestro vecindario. Esto sucede cada semana y esto es el 15-M. Estamos conectados y trabajamos juntos en España y con otros países. Estamos logrando cosas, no nos hemos detenido. No somos tan visibles ahora pero seguimos trabajando y volveremos a salir a las calles”.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna. © 2012 Amy Goodman Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org Imagenes: enpositivo.com - rosarum.wordpress.com - clarin.com
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Economistas alemanes abogan por que los mas adinerados contribuyan a resolver la crisis de la zona del euro obligándoles a comprar deuda pública, o, como alternativa, estableciendo un impuesto temporal que grave las grandes fortunas.
Con menos de la mitad de la fortuna de los ricos, concretamente, con el 40% de su patrimonio, se podría pagar la totalidad de la deuda que acumulan los estados que comparten el euro. Así lo asegura un estudio que publica el diario alemá Süddeutsche Zeitung. El rotativo revela que el propio ministro federal de Finanzas, Wolfgang Schäuble, considera "un modelo interesante" buscar opciones para que los ricos hagan su aportación a la resolución de la crisis.
La discusión en Alemania tiene su origen en las propuestas presentadas por el prestigioso Instituto Alemán de Estudios Económicos (DIW) de Berlín para que los mas adinerados contribuyan a resolver la crisis de la zona del euro, entre ellas la de la compra forzosa de deuda pública.
"Precisamente en los países en crisis son ese tipo de instrumentos una opción razonable para que las fortunas privadas, en parte muy concentradas, hagan su aportación a la refinanciación del Estado", señalaba el DIW. "Dependiendo de los progresos en la consolidación del Estado esa deuda se podrá devolver mas adelante con sus intereses", señalaba el informe de los expertos alemanes, que propone también como alternativa un impuesto temporal que grave las grandes fortunas.
El periodico alemán recoge las declaraciones del responsable de Assenagon, una sociedad administradora de grandes fortunas , Jochen Felsenheimer, para quien "la reacción lógica de los ricos es económicamente equivocada" ante la opción de que se vean obligados a contribuir de alguna manera a resolver la crisis. Añade que "en las últimas décadas se ha transferido bienestar a costa de todos a unos pocos" y por ello la crisis del euro no es una crisis de la deuda en el sentido clásico, en la que se cuestiona la capacidad de pago de una economía debido a su bajo rendimiento. A su juicio la solución de la crisis del euro debe tener en cuenta también reducir el abismo entre ricos y pobres, que siempre precede a una crisis, lo que no solo ayuda al Estado, sino que es justo.
El economista jefe del banco Commerzbank, Jörg Krämer, asegura que con la crisis "estamos viendo a la vez riqueza privada y miseria pública", y pone como ejemplo el caso de Italia, donde los hogares privados acumulan una fortuna del 175 % del PIB, mientras la deuda estatal se eleva al 120 %. Y explica que si los italianos tuviesen que pagar un 15 % de impuestos patrimoniales su riqueza bajaría al 150 % del PIB, pero el Estado conseguiría reducir su deuda por debajo del crítico 100 %.
Sin embargo, el director del instituto de estudios económicos de Hamburgo HWWI, Thomas Straubhaar, considera que forzar a los ricos a comprar deuda del Estado o gravar sus fortunas con tasas extraordinarias son medidas difícilmente aplicables. Straubhaar es partidario de optimizar la recaudación de impuestos, cerrando todos los huecos a los adinerados, e introducir un sistema impositivo progresivo que grave en mayor medida a los fuertes con mayores ingresos que a los débiles.
EFE BERLÍN: publico.es