Paraguay: Río Tinto es otra maldición



José Antonio Vera

Todo lo que en estos últimos años tiene referencia con la relación que se ha instalado entre los gobiernos sudamericanos y las corporaciones de la agricultura transgénica y la megaminería a cielo abierto, visibiliza la aplicación de una política estatal regional casi homogénea al servicio del capital transnacional, atada a una coyuntura comercial dependiente de los basculantes mercados asiáticos.
En las líneas económicas operantes desde hace una década, y en la vinculación de los Estados del subcontinente americano con el capital privado extranjero, se está verificando una suerte de desaprensión, casi indiferencia, cuando no irresponsabilidad, sobre los efectos ruinosos que se viene computando, amenazando con prolongar el secular sometimiento.
La historia de nuestros países está jalonada de heroicidad y la relativa, por frágil, autonomía política que practica una media docena de gobierno respecto a Estados Unidos y los organismos financieros obedientes, constituye una fase muy alentadora pero que anda al borde de la cornisa, debido a que está en colisión con la conducción económica que mantienen esas administraciones, de lo que es prueba irrefutable sus acuerdos con los oligopolios industriales.
Los convenios que se andan firmando para que las corporaciones mineras y del agro-tóxico exploten nuestros recursos naturales por otro medio siglo, convoca de nuevo a la resistencia de los pueblos, al igual que lo han hecho antes varias generaciones, pagando un alto precio en vidas, en su intento de oponerse a las políticas entreguistas.
En contra del argumento que presentan algunos gobernantes, de la necesidad de atraer capitales extranjeros para desarrollar el país, la realidad dice que esas logias empresariales en el balance final, resultan subsidiadas por la miseria de grandes capas de la población, porque se les entrega miles de hectáreas fiscales o, incluso expropiadas, para sus actividades, se les exime de impuestos en varios casos, como Paraguay, sin contabilizar que en el envío de su producción al extranjero, también se exporta tierra, agua y el sudor de los trabajadores.
Quedan autorizadas a repatriar el total de sus ganancias, contaminan el ambiente y los cursos de agua, deforestan salvajemente, dejan el tendal de gente intoxicada, en especial niños, con sus paquetes transgénicos y con los productos de lixiviación y, antes de instalarse, se hacen construir carreteras y puertos, y suplen la mano de obra con su alta tecnología reproductora de la materia prima que, adquirida con tanta facilidad, les genera inmensa rentabilidad, que es la única razón de su interés por nuestros territorios.

Off de Paraguay Río Tinto Alcan
Los oligopolios de los medios de información, asociados a esas corporaciones, no pueden evitar que cada día se conozca más la participación de esos pulpos transnacionales en las políticas de los gobiernos dependientes, y ello favorece la comunicación entre los pueblos agredidos y estafados, como ocurre con Paraguay, donde hace un mes se produjo un Golpe de Estado impuesto por esas mafias de la especulación financiera.
La prueba más concluyente es que los únicos dos ministros reconducidos por el gobierno de facto son Enzo Cardozo, en Agricultura (MAG) y Francisco Rivas en Industria y Comercio (MIC), ambos del golpista Partido Liberal Radical Auténtico, que ahora preside el Ejecutivo.
Durante el Gobierno de Fernando Lugo, el primero, en función de sirviente de MONSANTO y las gemelas del agro-negocio, se dedicó a sabotear la labor del Ingeniero Miguel Lovera, Presidente del Servicio Nacional de Calidad Vegetal y de Semillas (SENAVE), en su defensa de los labriegos e indígenas y de las simientes nativas. De inmediato al golpe, su staff fue totalmente desmantelado, en uno de los más groseros actos de persecución ideológica que se ha desatado en el país.
El titular del MIC sirve a la tenebrosa Rio Tinto Alcan, en su proyecto de instalar, con las mismas regalías que gozan otras corporaciones en este y otros países, una gigantesca fábrica de aluminio, aunque Paraguay no tiene bauxita, su materia base, pero sí tiene agua y energía eléctrica abundantes, además de mano de obra barata y corrupción administrativa. La injerencia de ese consorcio es tal que su representante en el país, el Abogado Diego Zabala, fue nombrado Viceministro del MIC a la semana del golpe.
La Rio Tinto, juzgada en este momento por jueces norteamericanos por cometer genocidio en Nueva Guinea, tiene un tenebroso historial como socia de tiranos y de someter a los trabajadores en régimen de esclavitud, arrancó hace más de un siglo en Huelva, España, provocando la primera marcha ecológico de los tiempos modernos, que se saldó con miles de muertos por la policía a su servicio.
La población de Mozambique, ese país del índico africano, con inmensa riqueza en recursos naturales y el 55 por ciento de sus hijos sufriendo extrema miseria y con esperanza de vida de apenas 49 años, considera que Río Tinto es la tercera de las siete plagas y maldiciones que se abaten sobre su territorio.
En esa nación, con 24 millones de habitantes, 60 por ciento viviendo con un ingreso de 1.25 dólar por día, la empresa con bandera canadiense, pero británica de origen y varios nombres diferentes en su siglo y cuarto de vida, se instaló luego de adquirir la Riversdale Mining Limitada, y con ello se apoderó de las minas de carbón de Benga y Tete, no muy lejos de la gran represa hidroeléctrica de Cabora Basa.
La concesión otorgada por el corrupto Gobierno del Frente de Liberación (FRELIMO) y su Presidente Armando Gebuza, es por un período de 25 años (renovable) para explotar ese mineral en un área de 128 mil hectáreas, cuya exportación saldrá por el Río Zambeze, el principal de la zona, causando inquietud y resistencia entre los países vecinos, por la contaminación que producirá esa industria y el traslado de la mercadería.
Fuente:  ARGENPRESS.info
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