El político como espécimen

Hay numerosas situaciones en todos los países vertebrados en democracia de partidos, que ponen de manifiesto la distancia mental exis­tente entre el ciudadano común y el político. Sobre todo cuando el político ya está en la gobernanza. Cuando os­tenta el poder, unos más y otros menos pero todos, el polí­tico es irremediablemente corrupto. Fuerzas colosales aje­nas a él, por más empeño que ponga en evitarlo, condicio­nan su voluntad lo bastante como para hacer muy pro­blemática su exacta integridad y su coherencia de una ma­nera permanente. Entre lo que piensa y siente, lo que dice, lo que quiere hacer, lo que hace... y lo que puede hacer, apenas hay correspondencia salvo en asuntos de es­caso fuste.
Jaime Richart

Unas veces porque se ve obligado a hacer lo que no quiere y otras por verse obligado a desistir de lo que quería hacer, el político gobernante más honesto es un ju­guete de los poderes fácticos evanescentes: el econó­mi­co, el religioso y el castrense.
Antes de llegar al poder, su afán se lo oculta, pero luego va comprobando que al inten­tar llevarlas a la práctica, sus ideas o su ideo­logía se malo­gran.
Si el político sigue en el poder, espe­rando la oportuni­dad que unas veces nunca se presenta y otras tarda mucho en presentarse, para quienes no somos políti­cos el dirigente ya está en cierta manera corrompido. Pues su actitud, y llegado el caso su conducta, entre pasi­vas y frustradas por la impotencia, invitan a la ciudadanía a imi­tarle.
Pues de ese modo puede ésta enmascarar y justificar su corrupción, aunque ante la justicia no le sirva de nada, al igual que la monarquía y la dictadura generan imitado­res del dicta­dor o del monarca, en los aspectos más sombríos de ambas instituciones.
El oficio y profesión ejercidas en tanto que especialidad, si bien aquilatan la solvencia y eficacia de un quehacer, imprimen carácter al individuo y al tiempo deforman en cierto modo su percepción de la realidad respecto a quien no es especialista. Pues es norma y normal la dificultad que experimenta el profesional para salirse del objeto de su habitual estudio o examen y tomar distancia suficiente de esa visión y de sí mismo para contemplar la “otra” realidad como los demás mortales. Reflexiona poco fuera de la materia que domina. Es más, cuanto más celo menos reflexiona sobre lo que no es “lo suyo”, y más se deforma como pensante. Por ello el especialista, y el político lo es, suele hablar por clichés, eslóganes y tópicos...
Digamos que lo expuesto no tiene solución. Sólo remien­dos y pública condescendencia. Pero lo que sí influye, y mu­cho, en la condición del político en el poder y en su posi­bilidad de atemperarse, son estas dos cosas: una es el tiempo de permanencia. Cuanto menos tiempo lo ostente, menos probabilidad de corromperse. La otra es la forma de Estado. Una República favorece mucho menos la corrup­ción que la Monarquía, pues aun estando siempre expuesto a ella, el dirigente de la República está más cerca del pueblo y de su modo de ver las cosas que el monarca rodeado de las élites. Mientras que el gobernante de la mo­narquía, está más lejos del pueblo de igual modo que el rey lo está de sus plebeyos.
Que no sea posible evitar todo eso porque la política y los políticos son imprescindibles y preferibles a cualquier otra forma de gobierno y de estado, es algo tan discutible como tantas otras cosas, pero en todo caso asunto a tratar aparte. Eppur si muove...

Jaime Richart, Antropólogo y jurista. Fuente: Rebelion.org - Imagen: Eneko
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Chile ordena decomisar 5,1 millones de dólares y propiedades a Pinochet
El tribunal ve acreditada la "sustracción de fondos públicos que fueron destinados a acrecentar ilegítimamente el patrimonio" del dictador chileno
La Corte Suprema decretó el decomiso de 5,1 millones de dólares y propiedades del fallecido dictador Augusto Pinochet, en el llamado caso Riggs, relativo a las cuentas secretas que éste tenía en bancos en el extranjero.
En fallo dividido, los jueces acogieron el recurso de casación de forma interpuesto por el Consejo de Defensa del Estado tras la sentencia de la Tercera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago que revocó la resolución del entonces instructor del caso Riggs y juez especial de la Corte Suprema Manuel Antonio Valderrama.
Según difunde hoy El Mercurio, el tribunal de alzada había sostenido que se acreditó la "sustracción de fondos públicos que fueron destinados a acrecentar ilegítimamente el patrimonio" de Pinochet, pero revocó el fallo de Valderrama ya que la obligación penal se extingue por la muerte del responsable y determinó la devolución de dineros y bienes a la familia.
Ahora, tras la resolución del máximo tribunal, los jueces Milton Juica (presidente), Lamberto Cisternas, Gloria Ana Chevesich, Andrea Muñoz y Jorge Dahm se reunirán este lunes para afinar los detalles del decomiso y resolver las propiedades de Pinochet que deberán ser devueltas al fisco, listado que no está claro.
Además, la Suprema mantendrá las condenas de primera instancia y que habían sido revocadas por el tribunal de alzada, a cuatro años de libertad vigilada, decretadas contra uniformados retirados por malversación de caudales públicos. Todos ellos acusados de "sustraer" fondos reservados que tenían a su cargo y que pertenecían al Presupuesto nacional, que fueron traspasados a cuentas de Pinochet para "manutención de su familia".
En 2010 un estudio de la Universidad de Chile determinó que Augusto Pinochet acumuló una riqueza superior a 21,32 millones de dólares, de los que 17,86 millones no tenían una justificación contable. La investigación judicial se abrió en 2004, primero a cargo del juez Sergio Muñoz, después de que una subcomisión del Senado de Estados Unidos revelara la existencia de las cuentas secretas en el Riggs Bank de Estados Unidos y otras entidades financieras.
El descubrimiento se hizo en medio de las indagaciones abiertas a raíz de los atentados de 2001 en las Torres Gemelas y el Pentágono. Al morir, en diciembre de 2006, Pinochet estaba procesado en el caso Riggs por fraude al fisco y falsificación de pasaportes, y desaforado (paso previo al procesamiento) por malversación de fondos públicos.
En octubre de 2007, el juez Carlos Cerda, el segundo a cargo del caso, procesó a 23 familiares y colaboradores del fallecido dictador por malversación de caudales públicos, pero un mes después la Corte Suprema revocó 15 de los procesamientos. Esa medida benefició, entre otros, a la viuda de Pinochet, Lucía Hiriart; a sus cinco hijos; a su antiguo albacea, Óscar Aitken, y al contable José Sobarzo.
En octubre de 2008, el pleno de la Corte Suprema de Chile decidió reemplazar a Carlos Cerda por el juez Manuel Valderrama. En 2013, el juez Valderrama decidió cerrar una parte de la investigación que buscaba determinar si el tráfico de armas fue uno de los métodos con que Pinochet incrementó su fortuna a 21 millones de dólares. Con ello, quedaron absueltos el exdirector de la Fábrica de Armamentos del Ejército (Famae) Luis Iracabal, y el ingeniero y brigadier retirado Gustavo Latorre, ambos procesados por supuestos pagos de comisiones ilegales a civiles y militares en el marco de la compra de 202 tanques Leopard I que Chile hizo a Holanda en 1998.
Pero quedaron en firme los procesamientos por malversación de los generales retirados Ramón Castro, Jorge Ballerino y Sergio Moreno Saravia, y los de los coroneles en igual situación Eugenio Castillo Cádiz, Gabriel Vergara y Juan McLean, quien este miércoles fueron absueltos.
Los dos primeros fueron quienes presuntamente abrieron la primera cuenta de Pinochet en el Riggs.

Fuente: EFE - http://www.publico.es/internacional/pinochet-chile-ordena-decomisar-5-1-millones-dolares-propiedades-pinochet.html

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