Argentina: "Una Consulta Popular por una ley de protección integral del agua"

Que el agua es la clave para la continuidad de la vida en el planeta es tan conocido como la magnitud de la amenaza que representan para ella procesos productivos y extractivos que acaparan el centro del debate sobre el “desarrollo económico” de nuestro país. Esta disociación que se verifica en muchos otros órdenes, está en la base de la crisis de nuestra forma predominante de estar en el mundo, y que la pandemia no hizo más que manifestar y amplificar.

Por Huerquen

Frente a las ofensivas de capital extractivo nuestras comunidades han sabido oponer enormes resistencias: desde Santa Cruz o Misiones contra la instalaciones de represas hidroelécricas, hasta la Puna frente a la extracción de litio. Protagonizando enormes movilizaciones, como en Mendoza en defensa de la 7722, el reclamo por la ley de humedales en todo el delta del Paraná, o ahora en Chubut contra la instalación de megaminería en la meseta. El agua es el hilo que recorre los territorios conectando una lucha con otra; pero además regando los brotes de una narrativa común que impugna “la razón desarrollista”, y plantea la necesidad de organizar todo de otra manera. Marta Maffei no necesita presentación; además de su historia de lucha sindical, fue una de las protagonistas del hito más importante en la defensa del agua con la sanción de la Ley de Glaciares hace 10 años; y hoy es una de las impulsoras de la  Campaña Plurinacional en Defensa del Agua para la Vida que busca abrir un camino tan trascendental como aquel.
 

Huerquen: Proteger el agua para sostener la vida de comunidades y ecosistemas suena elemental, sin embargo también es difícil incluirlo como prioridad no sólo en la agenda macro, sino en la de muchos millones de compatriotas. ¿Qué te parce q pasa?
Marta Maffei: El tema del agua es un tema que no es solamente esta sequía; en el planeta tierra hay vida porque hay agua, esta es la clave. Sin agua no hay ninguna posibilidad de vida. Toda forma de vida animal o vegetal necesita agua y todas las vidas necesitan otras vidas, esta es una sucesión que nos tiene aferrados. En realidad si una mira un poco con el tema de la pandemia se empezó a mostrar la importancia de tener agua y sobre todo de tener agua potable; el lavado de manos, la higiene, la limpieza de las frutas y verduras o los envases que uno compra. Por supuesto, el agua contaminada que deviene de los procesos industriales, la agricultura industrial, la minería, el fracking o simplemente de la producción fabril, con aguas residuales que se vuelcan sin tratar a ríos arroyos mares, han ido contaminando y destruyendo los ecosistemas, y hay territorios que hoy no tienen vida. Vamos a tomar como ejemplo el Riachuelo, circula un agua que es una mezcla infame de líquido y que no tiene vida, no hay ninguna posibilidad de la vida de la pesca, de la vida de las plantas, de usar esa agua para el riego, para los animales, para nada, es decir esa agua con niveles de contaminación espantosa. Hay una enorme cantidad de enfermedades asociadas a la escasez y a la contaminación del agua. En nuestro país el extractivismo y el saqueo de los bienes naturales y el uso del agua para acompañar el saqueo de los bienes naturales como el caso del fracking o de la megaminería es realmente un horror. En muchos casos de zonas cordilleranas donde la posibilidad de vida ahí son los glaciares y los ríos que se forman de los glaciares; están en retroceso, en peligro. El cambio climático hace lo suyo, la industria hace lo suyo, la industria minera particularmente. Sobre la cordillera de los andes, de norte a sur, tenemos tres millones y medio de personas recostadas sobre ese lateral. Los geólogos trazan una diagonal que la llaman “la diagonal seca”, que va desde la puna jujeña hasta Tierra del Fuego, hacia el este es húmedo y hacia el oeste es seco. Ahora, en la medida en que el proceso de sequía por el fenómeno de la niña, por la perdida de glaciares, por el mal uso del agua o lo que fuera avanza ya además de ser zona seca se convierte en zona árida, es decir una zona donde es imposible la vida, y por consiguiente en nuestro país hay muchos desplazamientos de familias y de comunidades por esa perdida de agua.
Hqn: ¿Dirías que es la condición para poder habitar el territorio?
MM: Es la condición de vida y en nuestro país hay escasísimo control sobre el agua, sobre el uso del agua, sobre el desperdicio del agua, sobre la contaminación del agua. Las empresas no son controladas y cuanto se constata a posteriori que ha habido contaminación del agua por ahí les cae una multa digamos, pero la multa no recupera el agua. En la Argentina tenemos mucha debilidad con respecto a esto.
Hqn: Vos tenés una trayectoria enorme en lo gremial y en lo político, y ahora sos una de las impulsoras de la  Campaña Plurinacional en Defensa del Agua para la Vida, contanos un poco en que consiste la iniciativa y como se viene gestando, en dónde estamos y a hacia dónde vamos?
MM: La campaña es una decisión autogestionada, no depende de una organización, ni tenemos un estatuto con una orgánica. Somos un grupo de personas interesadas en el bien común, que creemos sustantivamente en dos cosas, por un lado en el cuidado del ambiente y de la naturaleza, sabemos que el modelo de producción que emplea la Argentina, particularmente el agrario, el que le ocupa casi las dos terceras partes del territorio cultivable; si nosotros hiciéramos esto permanentemente y en toda la tierra perderíamos la fertilidad, perderíamos el bienestar, perderíamos la capacidad de alimentarnos. No se puede seguir así. Por eso nos hemos propuesto generar conciencia sobre lo que pasa y donde están los peligros de este modo de vida, de organización y cómo podemos empezar a revertirlo. No tendría ningún sentido denunciar, saber, tener señalizado los lugares donde el agua se contamina y no hacer una gestión a nivel municipal, provincial o nacional para detenerlo. Entonces lo primero es generar conciencia y ver como empezamos a cambiar nuestro modo de convivir maltratando a la naturaleza de la que dependemos. Sin naturaleza no hay vida, y nosotros la tratamos como si fuera nuestra esclava, a la que podemos hacerle lo que se nos da la gana: cambiarle los ritmos, cambiarle los sistemas, modificarles las semillas, llenarla de antibióticos, de tóxicos de distintos, hablo de los animales también, de distintas formas de producción. Es un escándalo. Cuando uno ve cómo se crían los pollos, los cerdos o las vacas, los feetlots, esas formas espantosas de hacer vivir y maltratar a los animales, y lo mismo con las plantas de los incendios para no ir más lejos. En estos días cuando hablás con compañeros, que están ahí luchando contra el fuego y todos dicen lo mismo; “el problema son los pinos, mientras esto era pehuén era otra cosa”, que es otra especie arbórea y la flora nativa. El pino es una especie exótica, se ha sembrado con finalidades exclusivamente económicas; con la sequía el piso se siembra de pinocha que tiene una capacidad inflamable extraordinaria, por eso hoy los incendios no se pueden detener. Para nosotros es sustantivo decir que hay que recuperar el bienestar de la naturaleza, no maltratarla, no destruirla, no quiere decir que no tenemos que hacer nada y solo contemplara. Podemos por supuesto explotar la madera, podemos por supuesto tener agricultura, tener ganadería, pero lo tenemos que hacer de un modo racional que responda no solo a los intereses de ganancia de los grupos económicos sino a la posibilidad de subsistencia del planeta. Y por otro lado el planteo en el grupo es que no nos preocupamos solo por el bienestar de la tierra, por los derechos de la naturaleza, sino también de las personas. Queremos justicia ambiental, pero también justicia social. Sin justicia social, la justicia ambiental es imposible. En los dos extremos sociales, la extrema riqueza y la extrema pobreza son fuertemente contaminantes: los ricos por el desperdicio, por el uso desmedido y los pobres porque no tienen más remedio. Nosotros sabemos que vivir en armonía con la naturaleza significa justica para el ambiente y justicia para las personas. No estamos haciendo una campaña personalista en la que creamos que si la gente toma conciencia no se desperdicia más, porque el fuerte del desperdicio del agua no lo hacen las personas, pero las personas toleran el desperdicio de agua, aceptan. En algunos lugares, hay emprendimientos megamineros que la sociedad ha aceptado. Gente que dice “bueno ahora por lo menos tenemos trabajo”; me acuerdo una señora muy humilde en Andalgalá que me dijo: “yo gracias a la minera trabajo”, le pergunto: “usted trabaja en la mina?”, me contesta: “no, yo le llevo los desayunos a las personas que trabajan en la mina a los gerentes, a los empresarios que trabajan en la mina”, y le digo: “cuantos desayunos?”, me dice: “36 desayunos, yo hago todo, hago las tortitas, les llevo el café, les llevo él te”, o sea había conseguido un empleo de proveerle un desayuno sustentable sano para los que dirigen la mina, mientras que ellos les contaminan el agua de todo el pueblo. Después las encuentro acá en el hospital de niños con sus hijitos afectados con distintas afecciones muy severas, mucho cáncer; ellas mismas sufriendo abortos espontáneos, o sea hay una cantidad enorme de afecciones. Es el discurso de las empresas sobre bienestar económico y que te hace creer que es la única opción. Es lo que le plantea Arcioni hoy al pueblo de Chubut: “la única opción para la meseta es la minería”.
Hqn: ¿Y en realidad son zonas de sacrificio no?
MM: Si. El discurso de la empresa es que algo hay que sacrificar, que no se puede tener todo y por supuesto siempre se sacrifican las tierras de los pobres, no venís acá a Vicente López arrasas 400 viviendas de lujo y pones ahí un emprendimiento industrial, lo pones en Avellaneda o en Quilmes. Esto requiere conocimiento, formación, y sobre todo capacidad de organización para resistir. Esto depende de la política, de las organizaciones sociales, de su capacidad de organizarse y de presionar socialmente. Por eso este es el sentido de la campaña.
Hqn: ¿Qué iniciativas concretas se están planteando?

MM: Uno de los instrumentos privilegiados va a ser una Consulta Popular; la estamos diseñando y vamos a salir de forma presencial donde podamos y por internet donde no podamos llegar para que las comunidades sean consultadas. Adaptada también a la condiciones de cada lugar, porque no es lo mismo preguntar en la Puna que en Misiones, hay una situación distinta con respecto del agua. Esto es lo primero, una consulta popular que genere conciencia, que las personas reflexionen, piensen 10 minutos sobre su situación en el vinculo con el agua y nos cuenten de alguna manera cual es el problema principal en su comunidad con el agua en el lugar donde están. Vamos a tratar que esa toma de conciencia devenga en una creciente participación y compromiso de la sociedad, para organizarnos. Y cuando terminemos con la consulta que probablemente nos lleve todo el año como mínimo, la idea es trabajar para una Iniciativa Popular que permita la construcción de una ley de protección integral del agua que abarque todos los aspectos en los que el agua pueda ser violentada o maltratada: desde el estacionamiento en los acuíferos, los lagos, los ríos, las lagunas, los sistemas productivos, el saneamiento y el mejoramiento de las condiciones, etc, etc, o sea tenemos trabajito (risas).
Hqn: ¿Qué sentís que pasa con la sociedad más en general de esto que me contas de esta sra en Andalgalá, más allá de la cosa anecdótica, cómo estás viendo a nuestras sociedades en relación al agua?
MM: Con el agua y los conflictos ambientales en general, hay un despertar importante. Sobre todo yo lo veo en dos sectores: las mujeres, será por esto del cuidado será por esto de darse cuenta de que lidian con las enfermedades de los chicos, con las enfermedades que se transmiten a través del agua y demás. Y los jóvenes; tal vez algo de habrá hecho la educación ambiental, de que hace ya unos 30 años en Argentina comenzamos a trabajar mas fuertemente con la educación ambiental, a pesar de que todavía no tenemos ley (recién ahora están discutiendo en el congreso una ley de educación ambiental que va a llegar tarde). Por un lado la toma de conciencia de un sector importante de la sociedad avanza, por eso en la Argentina donde vos te ubiques vas a encontrar una ONG, grupo de personas, una sociedad de fomento, un grupo de vecinos, que se reúnen en las casas y tomando mate comienzan a conversar sobre estos temas que nos preocupan y que tiene que ver con el bienestar en general. De algún modo con estas organizaciones populares vamos recuperando la solidaridad. Además del ocultamiento de la realidad, hay quienes no ocultan y dicen que hay contaminación, pero “no se puede progresar sin contaminación”, “el desarrollo es así”. Directamente dicen “no hay otra forma de producir, así es el mundo, siempre ha sido así, el progreso viene de esta lado, de este modo” y otros que directamente lo ocultan. Los medios en general no son favorables a la toma de conciencia, no son favorables a la la información. En general son medios de difusión de determinadas ideas y de determinados proyectos y operan a favor de los mismos grupos económicos que los financian, sea con la propaganda, sea con los subsidios o lo que fuera y por tanto dejan de cumplir la función para la que uno piensa que deberían servir. Hoy ayuda bastante la aparición de internet, WhatsApp, los videos y demás que se han puesto de un modo muy significativo en la vida de todos nosotros. Hay una tecnología que si bien no es neutra puede ser utilizada en un sentido o en otro. Nosotros aprovechamos la tecnología, aprovechamos internet, aprovechamos la difusión para llegar a la gente con el mensaje. La sociedad va tomando conciencia, va habiendo organización en la que la gente empieza a pensar en salvar a la sociedad y no solamente salvarse uno solo. Porque el individualismo caló hondo: “si acá hay contaminación agarro mis petates voy a otro lado donde no hay, y que se arreglen los contaminados”, esto desde el punto de vista social tiene una evolución interesante en los últimos 8, 10 años hay un avance en la toma de conciencia de que hay un destino común que la contaminación te llega que aunque vos te vayas te alcanza en otro lugar, que tenemos que hacer un esfuerzo común y colectivo. Así que me parece que hoy están dadas las condiciones para que seamos capaces democráticamente de organizarnos y exigir. Nosotros ya no podemos silenciar lo que sucede, pero si lo decimos, pero no hacemos nada en simultáneo, terminamos reproduciendo. Esto puede convertirse en un instrumento peligroso si no llega a generar conciencia y favorece la organización.
Hqn: Me parece muy importante eso que decís porque a veces da la sensación que la saturación de información si no se acompaña con la construcción de alternativas de salida, a veces naturaliza o refuerza la impotencia.
MM: Así es, por tanto para nosotros es fundamental, apoyar ayudar y solidarizarnos con toda forma de organización dirigida a reclamar a quien tiene que reclamar, una vez que el desastre ya ocurrió, pero hay que realizar acciones antes de que esto suceda. Nosotros tenemos que exigir la participación popular, tenemos que exigir la participación real. Porque en algunos lugares hacen un simulacro de participación porque como la ley dice que es obligatorio tener asambleas participativas en las cuales la gente apoye o no los proyectos, mienten, informan mal, convocan a poca gente, no dan toda la información. Entonces nosotros plantemos siempre una participación informada, democrática, y decisoria, porque no nos sirve de nada consultar con miles de personas que te dicen que el 97% te dice que no, pero vos “no estás obligado”, porque es una iniciativa no vinculante.
Hqn: Y cuando te lo dan, porque en general ningún proyecto extractivista quiere ir a votaciones.
MM: Bueno, por supuesto ellos no van a querer, nosotros lo tenemos que impulsar y tenemos que presionar políticamente para que esto sea así. Entonces hay varias puntas de trabajo, informar, generar conciencia, conocer, saber tus derechos, saber cómo te podés organizar, ayudar a organizar y a exigir. Exigir a las autoridades el cumplimiento de la Constitución Nacional. Nosotros estamos diciendo lo que la Constitución dice! bueno cúmplalo, no me lo recite, no me la explique. Haga efectivo el cumplimiento de la Constitución.
Hqn: Marta, ¿Qué reflexión te merece el discurso de Alberto Fernández en la asamblea legislativa donde, por un lado planteó que “el futuro será verde o nos será”, pero tras cartón habló de una ley de fomento a la agroindustria, una ley de fomento a la extracción de hidrocarburos, a la megaminería, a la explotación del litio; más extractivismo digamos.
MM: En esto del futuro verde vaya a saber qué es lo que recorre la cabeza del presidente y de los que se lo infunden, porque a lo mejor cree que tiene que pintar de verde toda la ciudad, a lo mejor cree que esto se resuelve sembrando arbolitos… Hay muchos que directamente no comprenden y se creen el verso de la “sustentabilidad” respecto de la megaminería o el fracking. Hay una cantidad de “verdes” que impulsan estos emprendimientos como sustentables, diciendo que ellos van a remediar, que acá no va a pasar nada, que le agua no se va a contaminar, en fin… un discurso verde que lo que procura es pintar de verde las cosas que son negras. Fijate que el presidente y en general la política, está reñida con el cuidado del ambiente. Creen mucho en el crecimiento infinito y el progreso como sinónimo de crecimiento. La Argentina siembra cereales para 400 millones de personas, nosotros somos 40 y hay gente que pasa hambre. Te dicen que con el agronegocio van a alimentar al mundo y es mentira.
Hqn: Venimos de 4 años del macrismo que dejaron heridas enormes en la sociedad y la pandemia llegó echando sal arriba. Hoy tenemos el 50% de la población en la pobreza, y en el discurso oficial se plantean una salida muy asociada al extractivismo.
MM: Pero es mentira. Es mentira, No salís del pozo. Salís recaudando algo mínimo. Es mentira que se recaude, mentira las cuotas que se llevan, nadie sabe, nadie controla cuánto oro se llevan, cuánta plata, nadie sabe nada. Y no es para salir de pozo nosotros, sino para pagar la deuda.
Hqn: Exacto, pero también ¿no te parece que estos debates, en esta situación, parecen estar obturados entre organizaciones del campo popular? Pensando en el agua pero más en general con los “modelo desarrollo”, cuesta poder conversar francamente dentro del mismo conjunto de organizaciones del campo popular, y pienso en muchas que son parte orgánica del Frente de Todos.
MM: Así es sin ninguna duda. Nos pasa con compañeros, nos pasa con amigos, no son los enemigos del campo popular. A veces he sido muy dura con los compañeros, lo reconozco no? porque bueno… Saquear los pueblos, perder toda su naturaleza, su fertilidad, su futuro ¿eso es rentable, es ético? Es decir, Hay una vara para medir lo ético en la cual aún en buena gente no se incluyen los derechos de la Tierra, es decir nosotros creemos que los únicos que tenemos derechos sobre la Tierra somos los seres humanos y no entendemos que también tienen derecho a vivir las plantas y los animales, no lo entendemos. Nos creemos los dueños de la creación; actuamos como dioses que pueden hacer, decir y decidir sobre el conjunto de la vida como si fuéramos Dios. Pero somos un Dios ignorante, que socavamos su propia base de sustentación, que matamos nuestro futuro y el de nuestros hijos… Hay todavía una insuficiente conciencia, una insuficiente formación y es más, a veces me pasa también dentro del sistema educativo que la educación ambiental se aborda como un relato de las problemáticas, sin abordar las causas de la problemática y la forma de revertir la problemática. Sin abordar las causas de los problemas y la forma de revertirlos Pero volviendo al debate no debería ser tan difícil consensuar entre la militancia social y política 4 o 5 objetivos sustantivos para permitir la continuidad de la vida. Sobre todo con los jóvenes. Deberíamos poder hacerlo. Hemos vivido demasiada rivalidad en nuestro país y como vos decías sagazmente, esa rivalidad no es siempre de proyectos, no es siempre de alternativas o modelos desarrollo, sino que muchas veces es una rivalidad por quién lo hace y quién se queda con el saldo positivo.
Hqn: ¿Y sos optimista pensando en la campaña y en la posibilidad de construir puentes con algunas de las fuerzas sociales y políticas que hoy se identifican con lo que podríamos llamar “el oficialismo”?
MM: Yo soy moderadamente optimista, si no fuera moderadamente optimista estaría en casa y no haría más nada. Yo creo que todos los que estamos en la militancia algunos tendrán mayores grados de optimismo, no tengo dudas, y otro tenemos grados moderados. Lo que tengo la seguridad es que si no hacemos nada la cosa va a empeorar.

 

La Asamblea Jáchal No se Toca en la ronda de las Madres en Plaza de Mayo


Hqn: Marta, vos tenés una larga experiencia sindical y si uno piensa en cualquier proceso de transición ecosocial, es fundamental que los sindicatos sean parte. Sin embargo salvo honrosas excepciones, como ahora la CTA Autónoma de Chubut que convocó a un paro ambiental cuando querían votar la zonificación, los sindicatos son parte de los grandes ausentes de toda esta discusión de modelos de desarrollo, del cuidado del ambiente, de la transición ecosocial que necesitamos ¿Qué pasa con los sindicatos?
MM: A ver, son parte del sistema. El sistema social, el modelo civilizatorio no abarca solamente a los corruptos empresarios, nos incluye a todos. Somos un grupo, un puñado de personas las que empiezan advertir que estamos en un modelo civilizatorio depredatorio, colonizador y saqueador y empiezan a entender que las cosas no tienen que ser necesariamente así, que pueden ser de otro modo. Hoy somos más que hace 20 años, cuando dentro del progresismo el modelo de desarrollo, el crecimiento infinito eran cuestiones que no se discutían y eran aceptadas por el conjunto de la población. Hoy hay sectores importantes de la población que cuestionan esto. Por eso digo que soy moderadamente optimista porque considero que se han ido abriendo espacios para ir generando una toma de conciencia y una actitud diferente de parte de la comunidad. Por su puesto no creo que lo resolvamos ni de un día para otro ni de la noche a la mañana. No obstante, hay dos cuestiones que son acuciantes: por un lado está el cambio climático, que no es para dentro de 20 años es para hoy. El cambio climático es acuciante porque hay muy poco tiempo para remediar esto. Los países han tenido 26 cumbres han firmando compromisos y no cumplen ninguno de los compromisos que han firmado. Y el segundo gran problema gravísimo es la pérdida de biodiversidad; es decir, el mundo subsiste y subsistió a otras catástrofes porque hubo especies vegetales y animales que se pudieron adaptar a los cambios del ambiente, ahora venimos en un proceso de exterminio de especies espantoso. En este lugar, si una especie no se adapta hay otra especie que se puede adaptar, por ejemplo de plantas comestibles; pero si yo previamente destruí la otra especie que se podía adaptar porque decidí generar de mi país un latifundio genético y acá todo el mundo cosecha exactamente el mismo, bueno ¿entonces ahora cuál es la especie que se va a adaptar? La contaminación del agua, de los ríos, el desastre que generan las mineras, eso es más visible; pero estos dos temas, que son los dos grandes problemas de la humanidad de nuestro siglo, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, pasan desapercibidos.
Hqn: Vuelvo sobre los sindicatos y las organizaciones sociales urbanas, ¿podemos prescindir de ellas para plantear una transición ecosocial?
MM: No prescindir, pero hay que reconocer que han aparecido otra forma de organización social que apuntalan digamos, ya no son solo los sindicatos lo que pelean lo social. Hay una cantidad de organizaciones no gubernamentales que defienden la laguna, que defienden el bosque, que defienden la tierra, el monte, el valle y muchas más.
De todas maneras, los sindicatos han peleado por el salario particularmente y un mal hábito que hemos tenido que han tenido las organizaciones sindicales que era compensar las malas condiciones del trabajo con un aumento salarial. Con la CTERA hicimos una formación inicial de 40.000 docentes para que pudiéramos trabajar en educación ambiental en condiciones de trabajo. No hay que canjear malas condiciones de trabajo (por ejemplo ruido permanente) por una mejora salarial. Esto hay que apuntalar. Peleamos la mejora salarial pero peleemos para que la gente trabaje con dignidad y que trabajar con dignidad significa no enfermarse en el trabajo. Esto es algo en lo que todavía nos falta. Pero yo creo ahí también en ese terreno ha habido una mayor toma de conciencia. Por supuesto estamos hablando de los sindicatos que trabajan a conciencia, que utilizan el sindicato y la organización para beneficio de los trabajadores, que dan la disputa y la pelea por una justicia social, una redistribución. Ahora si vos me estás hablando del sindicato empresario te digo en ese no hay conciencia que te valga. No sirven absolutamente para nada.
Hqn: ¿Conocés la experiencia de la  Red Federal de Docentes por la Vida?
MM: Si y me parece muy interesante. Hacen un lindo trabajo. Ana Zabaloy, quien falleció, la fundó estando muy enferma, hizo un enorme esfuerzo por socializar el conocimiento de lo que a ella le pasaba. Y bueno por eso hoy está la propuesta de alejar las fumigaciones por lo menos a 2.000 metros de las escuelas y de los lugares poblados a pesar de que algunos intendentes siguen pensando que 50 metros es suficiente, y este es el resultado del trabajo de Ana no?
Hqn: El año pasado se cumplieron 10 años de la Ley de Glaciares y fuiste protagonista en ese proceso. Si miras en retrospectiva los debates de entonces a la luz del presente ¿qué sensaciones te dejan este recorrido de diez años?
MM: La Ley de Glaciares que yo presenté salió por unanimidad con 3 abstenciones, de los senadores de San Juan que ni siquiera se animaron a votar en contra, y el resto de los diputados y senadores votaron a favor. Ahora, a los diez minutos estaban los grupos económicos de las mineras hablando con Cristina y Cristina la vetó. Fue una decisión política el veto de la ley. Cuando Bonasso decide retomarla, yo había terminado mi mandato y Miguel me dice “voy a presentar la misma ley” y yo le digo que no, porque si ponés a reconsiderar una ley que ya tiene el veto presidencial, ya empezó a correr agua bajo el puente, y necesitás 2/3 de los votos. Entonces hagámosle algunos toquecitos que justifique pero que no cambian en absoluto el contenido de la ley; pero así y todo se aprobó por apenas 2 votos. ¿Que hizo la ley? bueno yo no sé si lo hizo la ley o lo hizo Cristina impensadamente no? La Ley de Glaciares se construyó con mucho conocimiento. Ahí trabajó mucho el IANIGLIA (Instituto Nacional de Nivología y Glaciación), trabajé mucho con universidades, recuerdo a Jorge Rabassa de la Universidad del Comahue que tenía estudios y análisis y trabajos grandes sobre los glaciares en todo el país; teníamos todo tipo de estadísticas y datos así que al momento de presentar la ley hubo mucha información. Yo generé varios debates dentro de la cámara con la presencia de especialistas y científicos, asique hubo una enorme difusión dentro de la cámara. Cuando Cristina la veta, la ley sale del Congreso y empieza a ser espacio de debate en la comunidad. Un día había hecho la cuenta y tenía más de 350 lugares del país a los que había ido hablar de la ley de glaciares y Miguel había hecho otro tanto. Se introdujo en el debate y en la discusión de muchos sectores por ejemplo en San Juan que dijeron “a nosotros los glaciares no los no tocan más porque esto es la minería o la vid, no son las dos cosas, es imposible y nosotros nos quedamos sin la vida de nuestro pueblo sin el vino, sin la producción”. Hubo una cantidad de sectores populares que abrazaron la ley y entendieron qué estábamos protegiendo. Entonces la Ley de Glaciares no la defendió Marta Maffei o Miguel Bonasso, la defendió el pueblo. Se estableció el debate en las escuelas. Una divulgación de conocimiento y los argentinos se enteraron que los glaciares servían para algo más que para esquiar; que los glaciares estaban en Salta y Jujuy, y gracias a eso teníamos vida en la Puna y teníamos vida en todo el oeste árido de Argentina. Así que con la Ley de Glaciares se empezó a entender que ni para la vitivinicultura, ni para la agricultura, ni para la minería ni para nada nosotros podemos forzar el derretimiento de glaciares. Fue la primera Ley de Glaciares del mundo. Inmediatamente Chile saco su Ley de Glaciares y otros países entraron a proteger los glaciares. A pesar de los vetos y todo lo demás, Argentina terminó llevando a la Cumbre del Cambio Climático la Ley de Protección de Glaciares como el paso que había dado Argentina para frenar el cambio climático (risas) Ahora, una cosa es la ley, que es una buena ley. ¿Sirvió para socializar? Si. ¿Para tomar conocimiento? Si. ¿Para hacer un conocimiento integrado del funcionamiento de los ecosistemas? Si. ¿Sirvió para que se aplica estrictamente? No. La minería sigue rompiendo los glaciares para instalarse, sacando agua de los glaciares y no hacen nada. El Gobierno de San Juan por ejemplo, guarda un respetuoso silencio respecto de los desastres que hace la minería en su propio territorio. El descontrol ambiental en Argentina es prácticamente una característica. Podría decirte todo: no se controlan los puertos, no se controla lo que se va, no se controlan las fumigaciones, con qué se fumiga nadie sabe, el aplicador coloca lo que quiere, nadie le dice nada, no hay ninguna clase de regulación. Fíjate que en la explotación minera por ejemplo ellos pagan un canon digamos, pero ellos se llevan un bien que no es renovable, vos te llevas el oro y chau, se terminó. En esto hay que ser muy estricto y severo. Y pagan contra un declaración jurada!
Hqn: ¿Qué desafíos vamos a encontrar y tener con la campaña que estamos largando ahora?
MM: Lo primero es decir que me parece que va a ser una disputa un poquito con los medios no? No estoy tan segura que estén dispuestos a recibir como uds y charlar durante una hora, poder explicar a la gente la importancia de esto. Por ahí dicen “bueno en qué consiste la campaña, bueno cuantos votos piensan sacar, y se terminó, no te permiten explicar o sea, nosotros tenemos que derribar varias barreras. La primera es civilizatorias, es ideológica, es cultural y yo creo que la raíz de los males es sustantivamente cultural. Y después es saber cuántos compañeros podemos sumar porque llegar a un número significativo de personas significa, no tener 4 compañeros juntando firmas en la Plaza de Mayo, eso está muy bueno pero es insuficiente. Así que para mí la campaña tiene dos o tres desafíos grandes: Primero lograr adherir a las organizaciones sociales del interior. En esto han participado muchas organizaciones sociales pero no se me escapa que hay muchas que no han podido participar. Interesarlas, explícales que es, ver con cuántos sindicatos podemos contar, con cuántas organizaciones sociales podemos contar para que lo trabajen ellos. Si no, lo vamos a trabajar nosotros solos. Ese es el primer desafío: articular la campaña en el territorio nacional. También ver con mucha ilusión que podamos trascender de nuestra frontera, que podamos a lo mejor con gente de Uruguay o Paraguay que tenemos tantos ríos compartidos, ver si podemos trabajar un poquito en esos países. Y después bueno darnos una organización. Nosotros somos un rejuntado de voluntades. Pero organizar todo, los recursos, donde se pone la firma y como se guardan, los aspectos legales… todo eso todavía está en discusión. Por ahora está la invitación a este espacio que todavía está en construcción, y hay que socializar, poner los pies en la tierra y saber que vamos a tener que sudar mucho para que esto camine.


Fuente: Huerquen, Comunicación en Colectivo - Imagen de portada:
Texto para el lanzamiento de la Campaña
 

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