El Gobierno de Reino Unido defiende el fracking: "Es bueno para el medio ambiente"

La controvertida técnica que ha rescatado la nueva primera ministra, Liz Truss, ha sido asociada con movimientos sísmicos y con impactos ambientales como la contaminación de acuíferos: “El 'fracking' y los nuevos pozos de gas y petróleo en el Mar del Norte son buenos para crear empleo, buenos para la economía y buenos para el medio ambiente", ha declarado en su primera comparecencia ante un comité parlamentario Graham Stuart, el nuevo secretario de Estado para el Clima de Liz Truss.

Carlos Fresneda

"En términos tanto económicos como ambientales, la producción doméstica es algo bueno que todos deberнamos respaldar y que además nos evita dar dinero a regímenes dudosos", aseguró Stuart, en el momento de justificar las mбs de nuevas 100 licencias para prospecciones petrolíferas en el Mar del Norte y hasta 160 potenciales pozos de 'fracking' en la campiсa inglesa.

"Solo vamos a autorizar el 'fracking' con el consentimiento de las comunidades afectadas", confirmó por su parte Liz Truss. La 'premier' ha decidido levantar la moratoria impuesta en el 2019 por el Gobierno de Boris Johnson, tras los sísmos ocasionados por la Cuadrilla en el único pozo que llegó a funcionar comercialmente en el Reino Unido, pese a la férrea resistencia vecinal en Lancashire.
El 'fracking' consiste en la perforación de pozos de incluso mбs 2.500 metros de profundidad y la apertura de "fracturas controladas" en la roca -con la inyección de agua y productos químicos a alta presión- para liberar el gas o el petrуleo del subsuelo. La controvertida técnica, que ha cuajado en el manб de oro negro en estados americanos como Texas, ha sido asociada con movimientos sísmicos y con impactos ambientales como la contaminación de acuíferos.
"Hay que acabar con la histeria que rodea el 'fracking'", ha declarado por su parte el secretario de Empresas y Energía Jacob Ress-Mogg, que considera que el nivel de actividad sísmica permitida para las prospecciones (0,5 en la escala Richter) tiene que aumentar a un nivel "proporcionado". Ress-Mogg ha llegado a decir que estaría dispuesto a permitir el 'fracking' en el jardín de su casa a cambio de 'royalties', en un intento de convencer a los británicos a superar sus resistencias.
Sin entrar en detalles sobre las técnicas de extracción, el nuevo secretario de Estado para el clima Graham Stuart justificó las nuevas licencias para gas y petróleo para reducir las importaciones y en aras de la seguridad energética. El Reino Unido produce hoy por hoy el 45% del gas que consume e importa el 38% de Noruega (su dependencia del gas ruso apenas llega al 4%).
"Tenemos ya 38 licencias en la cola, y su Gobierno planea dar mбs de un centenar", le recordó el diputado laborista Clive Lewis. "Producir más gas y petróleo no es acaso incompatible con el objetivo de emisiones cero en el 2050?".
"Claro que es compatible", recalcó Stuart, que aseguró que una mayor producción doméstica y un descenso de las importaciones "ayudará” incluso al Reino Unido a alcanzar la meta de 'net zero' a mediados de siglo (cuestionada sin embargo por destacados miembros del Gobierno Truss, que ha ordenado una revisión de las directrices).
ALARMA ENTRE CONSERVACIONISTAS
Las declaraciones de Stuart han vuelto a disparar las alarmas de los grupos conservacionistas. El National Trust, el Wildlife Trust y la RSPB (Royal Society for the Protection of Birds), que suman 15 millones de afiliados en todo el país, han anunciado que estudian la posibilidad de acciones legales para detener "el ataque contra la naturaleza" auspiciado Liz Truss.
"La respuesta ha sido abrumadora porque han tocado el corazón de la gente", declaró Beccy Speight, al frente de la RSPB. "Esto no ha sido una acción coordinada, sino una reacción espontanea ante de la agenda de "crecimiento por el crecimiento" impulsada por este Gobierno, que ha demonizado a todo aquel que defienda el medio ambiente".
Además del levantamiento de la moratoria del 'fracking', los grupos ecologistas han expresado su preocupación por la creación de 40 "zonas de inversión" que podría afectar a los parques naturales, por la desregulación masiva post-Brexit de las leyes ambientales de la UE y por la marcha atrás del innovador plan de subsidios a los agricultores para 'renaturalizar' el campo, impulsado en su día por Michael Gove, uno de los mayores críticos de las acciones del Gobierno Truss.

Fuente: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2022/10/14/6347f80121efa030548b45ae.html

 

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