"El rasgo primordial de personas superinteligentes como Leonardo da Vinci, no es el cociente intelectual"

Investigaciones confirman que lo que distingue a las personas más inteligentes no es solo el CI, sino rutinas y hábitos diarios que multiplican sus capacidades mentales. Olvidemos la imagen que todos tenemos en la cabeza del genio que nunca sale de casa, rodeado de libros y trabajando sin descanso. Joseph Jebelli, neurocientífico y autor especializado en salud mental, ha dejado bastante claro que lo que distingue a los más inteligentes no es un número alto en un test de inteligencia, sino la capacidad de saber cuándo es el momento de echar el freno. Su investigación apunta a un hábito poco valorado, que es aprovechar la soledad y el descanso como motor de creatividad. Frente a la cultura de la hiperactividad, el experto defiende que momentos de pausa bien gestionados pueden ser más decisivos que cualquier maratón de trabajo.

Juan Manuel Delgado

La soledad como herramienta cognitiva
Cuando no estás concentrado en una tarea concreta, tu cerebro no descansa, al contrario, entra en un funcionamiento llamado red predeterminada, un sistema que conecta ideas, reorganiza información y genera nuevas asociaciones.

Es en esos instantes, lejos de la presión por hacer algo, donde germinan soluciones creativas y enfoques originales. El aislamiento voluntario, incluso en pequeños lapsos de tiempo, da espacio a que las ideas se desarrollen sin interrupciones.
Permite asimilar mejor la información, reforzar habilidades, pero sobre todo afrontar problemas complejos con otra perspectiva. Por ello, lejos de ser tiempo perdido, se convierte en un laboratorio mental que puede marcar la diferencia en el rendimiento.
De hecho, Bill Gates lo entendió pronto, durante sus años en Microsoft, se retiraba dos veces al año a una cabaña con una pila de libros en lo que llamó Think Week. Eran días sin visitas ni interrupciones para leer, reflexionar y decidir estrategias que, en más de una ocasión, dieron forma a lanzamientos clave, como Internet Explorer. Leonardo da Vinci también recurría a pensar en silencio, donde podía pasar horas observando un detalle de La Última Cena antes de añadir una sola pincelada. Ambos compartían un hábito que no requiere genialidad para aplicarlo: reservar tiempo para dejar que la mente respire.
Cómo incorporar la soledad de forma productiva
No necesitas aislarte durante semanas en una cabaña para beneficiarte de este enfoque. El neurocientífico Jebelli propone integrar pequeñas rutinas que favorezcan un pensamiento más libre.
Por ejemplo, planificar escapadas o retiros en solitario para romper la rutina o reservar unos minutos diarios sin interrupciones para dejar que la mente divague y elegir con cuidado con quién compartes tu tiempo, evitando relaciones que quiten energía.
Dedicar momentos a reflexionar o escribir puede ser igual de útil, al igual que practicar actividades que fomenten la atención plena, como caminar, hacer yoga o trabajar en el jardín. Pequeños gestos que, sumados, mejoran la claridad mental y el bienestar.
El objetivo no es aislarse por completo, sino equilibrar el tiempo de interacción con momentos de introspección. La clave está en que sean periodos voluntarios, en los que el silencio y la calma permitan que tu cerebro trabaje en segundo plano.
Más allá del cociente intelectual
Es importante mencionar que para el científico Jebelli, la superinteligencia no se mide únicamente con el cociente intelectual. Saber crear las condiciones para que tu mente funcione al máximo —incluyendo descanso mental y soledad— es un factor que puede superar cualquier ventaja genética.
Cabe señalar que este enfoque desafía la obsesión por la productividad constante y recuerda que muchas de las mejores ideas nacen lejos de la prisa. En un mundo que premia al que está más ocupado, reservar tiempo para pensar se convierte en un acto casi contracultural.
Tal vez no puedas replicar la Think Week de Gates, pero sí puedes diseñar tu propio hábito para dar espacio a la creatividad. Quizá descubras que tu próxima gran idea no surgirá delante de la pantalla, sino en un momento de pausa que te permitas regalarte.

Fuente: https://computerhoy.20minutos.es/ciencia/joseph-jebelli-neurocientifico-rasgo-primordial-personas-muy-inteligentes-bill-gates-leonardo-da-vinci-coeficiente-intelectual-1478344

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