Chile: la ultraderecha y la crisis de migración venezolana
En la última década, Venezuela protagonizó el mayor desplazamiento humano en la historia reciente de América Latina. Casi ocho millones de personas (un 20% de la población) huyeron de las privaciones y la persecución y desataron una gran crisis migratoria en la región. La presencia de estos nuevos migrantes hizo visible una xenofobia soterrada y no exenta de racismo. Al oportunismo político y mediático le quedaba muy cerca vincular esta migración con la inseguridad creciente en nuestros países.
Diana Cariboni: Editora para América Latina de Democracia Abierta
Chile es un caso paradigmático. La migración creció exponencialmente. En 2010 los migrantes eran 1% de la población y hoy casi llegan a 10%. Son 1,9 millones de personas, de las que unas 730.000 son venezolanas, según los últimos datos disponibles, de 2023. Aunque Trump nos diga todos los días lo contrario, la migración irregular no es delito. En Chile, solo el 17% de los migrantes se encontraban en situación irregular en 2023. Desde entonces, los ingresos irregulares han caído. Además, los datos disponibles indican que los inmigrantes están subrepresentados en la comisión de delitos, resultado que coincide con estudios internacionales que no encuentran correlación entre inmigración y delincuencia.
Pero la aparición del crimen organizado, en especial del venezolano Tren de Aragua, y algunos delitos muy violentos cometidos por inmigrantes, sobre los que medios y políticos cargaron las tintas, ayudaron a reforzar la percepción de peligro. Hoy, la asociación 'inmigrante + venezolano + irregular = delincuente' está grabada a fuego en el debate público chileno: casi dos tercios de la población cree que la inmigración es responsable del aumento de la criminalidad.
Este fue el caballito de batalla de la derecha y la extrema derecha contra el gobierno de Gabriel Boric. Y tuvo éxito: la agenda de Boric se vio arrastrada hacia la seguridad (se aprobaron 60 leyes al respecto) y la propia candidata oficialista, la comunista Jeannette Jara, llevaba este asunto entre sus prioridades.
Su rival, el ultraderechista José Antonio Kast, quiere convertir en ley lo que hace Trump: que la migración irregular sea delito, prohibir a los migrantes sin papeles acceder a cualquier servicio básico de salud, educación o vivienda, y ejecutar expulsiones a gran escala.
En campaña electoral, Kast lanzó un ultimátum a los migrantes: "Tienen 92 días para salir del país", dijo, contando los días que faltaban para la asunción de un nuevo gobierno. Estas amenazas tuvieron repercusiones: decenas de personas, la mayoría venezolanas, intentaron salir de Chile a pie, cruzando la frontera con Perú que, a su vez, desplegó militares para evitar los ingresos. Los migrantes, atrapados entre dos países que no los quieren, se perdieron por las zonas desérticas de la frontera. Quién sabe qué será de ellos.
Sobre estos migrantes le preguntaron el jueves a la líder de la oposición venezolana María Corina Machado, una política de derecha que estuvo el último año en la clandestinidad y viajó de incógnito a Oslo para recibir el premio Nobel de la Paz. "En el caso de Chile, espero que se mantenga un espacio de respeto y de bienvenida a los venezolanos hasta que regresen, muy pronto, a Venezuela", dijo. Mensaje para Kast que, ganó las elecciones del domingo y se suma a la lista de presidentes de ultraderecha en nuestra región.
Kast también dice que va a recortar 6.000 millones de dólares del presupuesto, una típica medida de ajuste neoliberal que, según economistas de distintas orientaciones, no sería posible sin afectar gravemente el funcionamiento del estado y los beneficios sociales que reciben los más pobres.
Una cosa es cierta: el 11 de marzo de 2026 se terminó en Chile la experiencia de la nueva y joven izquierda encabezada por Boric, esa que prometió enterrar el neoliberalismo en el país que fue su cuna. No lo logró, aunque el de Boric esté lejos de haber sido un mal gobierno. Sin embargo, las encuestas exhiben su impopularidad. Es una de las muchas paradojas de la sociedad y la política chilenas en los últimos 15 años.
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