Ascienden a siete los muertos por el desastre ecológico en Hungría






Hallaron los cuerpos de dos desaparecidos tras el derrame. La empresa propietaria de la fábrica dijo que el lodo rojo "no es calificado como peligroso según estándares de la UE”. Y admitió que “no pudo prever el accidente”.
Los muertos por el derrame de lodo rojo de una fábrica de aluminio de Hungría ascienden a siete luego de que rescatistas encontraran hoy a dos desaparecidos tras el desastre ecológico que llegó a poner en peligro al río Danubio. En tanto, la empresa MAL, propietaria de la fábrica, aseguró hoy que no pudo prever el accidente, ni hacer nada para evitarlo. 
La compañía aseguró en un comunicado que "hasta el momento no se han podido precisar cuáles fueron las causas de la catástrofe". Y señaló que el lodo rojo, un residuo tóxico derivado de la producción de aluminio, "no es calificado como peligroso según los estándares de la Unión Europea (UE)".
La dirección de la empresa reiteró que lo que sucedido no fue un error suyo y ofreció 30 millones de florines (unos 110.000 euros) como ayuda urgente a los habitantes de las localidades afectadas. Informó además que ha iniciado las obras para reconstruir el dique y realizará otras para evitar nuevas roturas. 
En tanto, equipos de rescate encontraron hoy el cuerpo de dos de los tres desaparecidos el día del derrame, con lo que la cantidad de víctimas ascendió a siete. 
"Estamos luchando por reducir la amenaza para el medio ambiente y logramos tomar el control de la situación en el río Danubio", dijo el primer ministro húngaro, Viktor Orban tras reunirse en Sofía con su homólogo búlgaro, Bojko Borissov, que ofreció su ayuda para paliar las consecuencias de la catástrofe.
Poco antes, una agencia medioambiental local había informado que los residuos tóxicos comenzaron a disolverse en aguas del Danubio, desactivando el riesgo de contaminación de una de las vías fluviales más importantes de Europa.
Las muestras de ph recogidas esta mañana en la desembocadura del río Raba al Danubio, a la altura de la localidad de Gonyu, eran de entre 8,4 y 8,3 en los distintos brazos del río a su paso por el condado de Gyor-Moson-Sopron. El nivel de ph en el agua es una escala de acidez o alcalinidad que va de 0 a 14 y mide una u otra propiedad. El valor 7 supone la neutralidad, mientras que más allá de 8,5 la calidad del agua es mortal.
 
(Fuente: Agencias)

Otros países limítrofes, como Eslovaquia, Rumanía o Serbia están haciendo lo mismo con las aguas del Danubio. Se han construído presas especiales para ralentizar el agua del Marcal y que el yeso y otros materiales que se están vertiendo para neutralizar la alcalinidad del agua tengan mayor efecto. En cualquier caso, los expertos calculan que en un area de 40-50 km ha desaparecido toda la vida animal. En el arroyo Torna, en Devecser, no lejos del lugar más afectado por la tragedia, todavía hoy el pH del agua es de 11,5, aunque más bajo que el 13,5 medido en los días anteriores, es todavía muy superior al 8-8,5 habitual. Los expertos piensan que si el pH baja hasta 9, es bastante probable que los peces sobrevivan, sin embargo si el lecho de los ríos queda totalmente cubierto por el lodo rojo, muchos no tendrán posibilidad de conseguir alimento y moriran igualmente. Los expertos también están de acuerdo en que cuando el agua contaminada llegue al Danubio los materiales peligrosos estarán tan disueltos que no causarán ningún problema. Tanto el Rába, como especialmente el Danubio tienen mucho más caudal que el Marcal, el río afectado, lo que está ayudando (además de las lluvias en la zona) a que se pueda reducir el nivel de toxicidad de las aguas. Por otro lado es una buena noticia que las reservas naturales que hay en la zona no están cerca del arroyo Torna, por el que fluyó el lodo, con lo cual no se han visto afectadas.

- La empresa, cuyo permiso fue suspendido de inmediato por el gobierno, ha solicitado la revocación de la orden y está dispuesta a continuar con la producción en cuanto reciba de nuevo el permiso. Uno de los argumentos usados por la empresa es que es el principal empleador en la zona y si cierra, cientos de familias quedarán sin sustento.

- Según el Secretario de Estado de Medio Ambiente, Zoltán Illés, será necesario al menos un año para limpiar toda la zona afectada.

- No se han encontrado más víctimas, pero sigue sin saberse del paradero de tres personas. Se confirma que los cuatro fallecidos lo fueron por ahogamiento (un niño de 14 meses, una anciana, un hombre y una mujer de mediana edad, anteriormente se hablaba también de una niña de tres años, pero está siendo tratada en un hospital por las graves quemaduras que ha sufrido, ya que tragó agua contaminada y además le salpicó en los ojos), sin embargo la gran mayoría de los heridos lo están por la quemaduras en la piel producidas por el lodo rojo. Varias de ellos están graves y se teme que el estado de los heridos empeore ya que los efectos corrosivos del lodo se notan sobre todo entre 24-48 horas después del contacto.

http://cronicashungaras.blogspot.com/2010/10/noticias-breves-sobre-el-vertido-de_07.html

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Existen casi ochocientas balsas tóxicas en España

ESCRITO POR FUSIÓN   

La rotura de una balsa de la refinería Ajkai Aluminia al oeste de Hungría, ha provocado la muerte de cuatro personas, seis siguen desaparecidas y hay más de cien heridos. Un millón de metros cúbicos de "barro rojo tóxico" cargado de metales pesados, altamente corrosivos, circula por la cuenca del Danubio. En España existen casi ochocientas balsas que amenazan el territorio.

Greenpeace recuerda que en España existen, diseminadas por toda la geografía, cientos de balsas mineras, de las cuales más de una decena superan el millón de metros cúbicos, como la de Hungría.
Casos como la catástrofe de Aználcollar están todavía muy presentes. Cuando en el año 1998, la ruptura de uno de los muros de una balsa de residuos de pirita descargó cinco millones de metros cúbicos de lodos y aguas tóxicas en la comarca de Doñana que afectó, no sólo a los pueblos ribereños del Guadamar, sino también a los Parques Natural y Nacional de Doñana y al esturario del Guadarquivir. Ochenta kilómetros de cauces afectados, 4.600 hectáreas de nueve municipios envenenadas, caladeros cerrados por contaminación de cadmio, cinc, cobre y arsénico, siete millones de metros cúbicos de lodo retirados, treinta toneladas de animales muertos, acuíferos contaminados, récord mundial de concentración de metales pesados en aves acuáticas y cinco mil puestos de trabajo hipotecados. A día de hoy,  no existen responsables penales del accidente, por lo que los costes han tenido que ser sufragados con dinero público.
En varias ocasiones, la organización ecologista Greenpeace ha denunciado la dejadez y permisividad de las administraciones en lo relativo al control y clausura de las balsas mineras en nuestro país. Además de Aználcollar, en los últimos años Greenpeace ha denunciado el peligro que suponen explotaciones como son la mina de Las Cruces en Sevilla, Cerro Colorado y Aguzaderas en la comarca de Río Tinto, Aguas Blancas en Badajoz o algunas de las balsas de estériles de la industria minera del oro en Asturias.

Después del vertido de Aznalcóllar, se localizaron 743 balsas de residuos en España. Muchas de ellas están abandonadas, nadie las controla y se desconoce si han contaminado o no suelos y acuíferos.

Desde WWF España, Eva Hernández, Responsable de aguas continentales se lamenta de que "a pesar de la aprobación en 2005 de una directiva europea que regulaba las medidas de seguridad en estas instalaciones, apenas ha habido cambios y quedan aún muchas balsas abandonadas sin restaurar. Además, en el escenario de cambio climático en el que el agua será cada vez más escasa, poner en riesgo también su calidad es absurdo. Desde WWF deseamos que estos desastres al menos sirvan para controlar todas las balsas de residuos tóxicos que se acumulan por el campo europeo”.
Las escenas que llegan hasta nosotros son estremecedoras. Expertos de Greenpeace y de WWF están trabajando en la zona para evaluar de forma independiente el impacto ambiental del vertido. Gabor Figeczky, Director General de WWF Hungría relata que "el lodo tóxico baja por el río alcanzando una altura de dos metros. El agua llegó con tal fuerza que arrancó vallas y árboles. El vertido está bajando por la ribera del arroyo Torna. Por aquí todo el mundo lleva máscaras y guantes para protegerse del tóxico. El aire también está contaminado y es prácticamente imposible respirar. Además, se están recogiendo muchos cadáveres de animales. Por el momento, es imposible determinar el impacto ambiental de este vertido tóxico”.
Después del vertido de Aznalcóllar, WWF inventarió 743 balsas de residuos en España. Muchas de ellas están abandonadas, nadie las controla y se desconoce si han contaminado o no suelos y acuíferos. El mayor problema que existe en este momento, según fuentes de la organización, es la falta de control y sobre todo la permisividad de las administraciones. Δ

Con información de: Ecologistas en Acción, Greenpeace y WWF España.
Fotos: © Waltraud Holzfeind/ Greenpeace

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