La contaminación ‘dispara’ el estrés

La exposición prolongada a la contaminación puede incluso ocasionar cambios en nuestro cerebro, según ya se ha demostrado en diferentes estudios tanto con humanos y animales, afectando a la capacidad del aprendizaje, la memoria y el desarrollo de depresión. 
 
Una de las consecuencias directas de la mala calidad del aire es el incremento de los niveles de estrés, ha señalado la doctora Marisa Navarro, autora de los libros 'La medicina emocional' y 'El efecto tarta'. Según ha explicado la doctora, diversos estudios han determinado que inhalar constantemente aire contaminado aumenta la presión arterial y altera el metabolismo, aumentando el riesgo de obesidad y diabetes.
Pero además, a corto plazo, y de manera notable, la polución incrementa los niveles de cortisol en sangre, hormona que, mantenida en el cuerpo, lleva a un estrés constante y a una alta irritabilidad, variando la producción de serotonina y melatonina, químicos cerebrales que afectan al humor y determinantes en la aparición de comportamientos depresivos.
Ante esta situación la doctora ha destacado una serie de conductas a llevar a cabo para intentar que la situación sea lo menos tóxica posible para la salud. Entre estos consejos se ecuentra cuidar la alimentación, eligiendo alimentos ricos en vitamina D, como el pescado azul, los lácteos y huevos, así como alimentos ricos en triptófano, precursor de serotonina. Es necesario realizar ejercicio, ya que es productor de opamina, serotonina y endorfinas; descansar y dormir las horas necesarias; incluir pequeños gestos para disminuir la contaminación, como filtros de aire o rodearse de plantas; y alejarse siempre que sea posible de las zonas con mayor contaminación. La doctora ha recordado además que cada uno es responsable, en gran medida, de su estado de ánimo, por lo que aprender a manejar las emociones es otra consideración que se debe tener en cuenta para mejorar el estado de salud y prevenir la aparición de enfermedades.
Fuente: CO2
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El estrés y las malas decisiones


Neurocientíficos del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Estados Unidos, han descubierto que tomar decisiones en este tipo de situaciones, conocidas como conflicto de costo-beneficio, se ve dramáticamente afectado por el estrés crónico. En un estudio de ratones, detectaron que los animales estresados eran mucho más propensos a elegir opciones de alto riesgo y mucho rendimiento.
Tomar decisiones no siempre es fácil, especialmente cuando se eligen entre dos opciones que tienen elementos positivos y negativos, como decidir entre un trabajo con un salario alto pero largas horas y un trabajo de menor salario que permite más ocio.
En un estudio de ratones, detectaron que los animales estresados eran mucho más propensos a elegir opciones de alto riesgo y mucho rendimiento. Los científicos también hallaron que las deficiencias de un circuito cerebral específico subyacen a esta toma de decisiones anormal y mostraron que podían restaurar el comportamiento normal al manipular este circuito. Si se desarrollara un método para sintonizar este circuito en humanos, podría ayudar a los pacientes con trastornos como la depresión, la adicción y la ansiedad, que a menudo experimentan una mala toma de decisiones. "Una cosa emocionante es que, al hacer esta ciencia muy básica, encontramos un microcircuito de neuronas en el cuerpo estriado que podríamos manipular para revertir los efectos del estrés en este tipo de toma de decisiones. Esto para nosotros es extremadamente prometedor, pero somos conscientes de que hasta ahora estos experimentos son en ratas y ratones", dice un miembro del equipo, Ann Graybiel, profesora del Instituto en el MIT y miembro del Instituto McGovern para la Investigación del Cerebro y autora principal de un artículo publicado en 'Cell'. El autor principal del artículo, Alexander Friedman, científico investigador del 'McGovern Institute', junto a Graybiel y colegas, identificaron en 2015 el circuito cerebral involucrado en la toma de decisiones que implican un conflicto de costo-beneficio. El circuito comienza en la corteza prefrontal medial, que es responsable del control del estado de ánimo, y se extiende a grupos de neuronas llamadas estriosomas, ubicadas en el cuerpo estriado, una región asociada con la formación de hábitos, la motivación y el refuerzo de recompensas. En ese estudio, los investigadores entrenaron a roedores para ir por un laberinto en el que tenían que elegir entre una opción que incluía leche con chocolate altamente concentrada, que les gusta, junto con luz brillante, que no les gusta, y una opción con luz tenue, pero leche de chocolate más suave. Al inhibir la conexión entre las neuronas corticales y los estriosomas, utilizando una técnica conocida como optogenética, descubrieron que podían transformar la preferencia de los roedores por opciones de menor riesgo y bajo rendimiento a una preferencia por mayores recompensas a pesar de sus mayores costos.
CONTROL DE LA INTEGRACIÓN DE LO BUENO Y LO MALO
En el nuevo estudio, los investigadores realizaron un experimento similar sin manipulaciones optogenéticas. En cambio, expusieron a los roedores a un corto periodo de estrés todos los días durante dos semanas. Antes de experimentar estrés, las ratas y los ratones normales elegirían correr hacia el lado del laberinto con luz más tenue y leche con chocolate más débil la mitad del tiempo. Los científicos aumentaron gradualmente la concentración de chocolate con leche en el lado más tenue, y cuando lo hicieron, los animales comenzaron a elegir ese lado con más frecuencia. Sin embargo, cuando se puso en la misma situación a las ratas y los ratones crónicamente estresados, continuaron eligiendo el lado de la luz brillante/mejor chocolate con leche, incluso cuando la concentración de leche con chocolate aumentó en gran medida en el lado más tenue. Este mismo comportamiento observaron los autores en roedores que tenían el circuito prefrontal crotex-estrosoma interrumpido optogenéticamente. "El resultado es que el animal ignora el alto costo y elige la gran recompensa", dice Friedman. Los investigadores creen que este circuito integra información sobre los aspectos buenos y malos de las opciones posibles, ayudando al cerebro a producir una decisión. Normalmente, cuando el circuito se enciende, las neuronas de la corteza prefrontal activan ciertas neuronas llamadas interneuronas de alta activación, que luego suprimen la actividad estriosa.

Fuente: Vida Saludable

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