Argentina: Un estudio cuantifica que los ecosistemas que mejor conservan su diversidad vegetal proveen de más servicios y por más tiempo al conjunto de la población local

- La investigación ha sido realizada en el bosque seco chaqueño de Argentina, uno de los sistemas más amenazados del mundo debido a la expansión de una producción agrícola y ganadera intensiva
- Este estudio liderado por un equipo de investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) evidencia que la conservación del bosque seco chaqueño de Argentina depende de un manejo multi-funcional del territorio que tenga en cuenta todos los servicios del ecosistema
- Los resultados demuestran la conexión directa que existe entre la conservación de la diversidad funcional de las especies vegetales de la zona y la generación de un mayor número de recursos de interés local y regional tanto a nivel ecológico, social como económico para el conjunto de la población

Un estudio publicado en la Revista Ecosistemas de la Asociación Española de Ecología Terrestre sobre la conservación del bosque seco del Chaco de Argentina, evidencia por primera vez que las zonas menos modificadas por el ser humano cuyas especies vegetales conservan una mayor diversidad funcional son capaces de proveer a la población local de un mayor número de servicios esenciales y por más tiempo, que aquellas zonas que son o han sido intensamente usadas.
Los resultados de esta investigación realizada por un equipo de investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) formado por Georgina Conti, Pedro Jaureguiberry, Aníbal Cuchietti, María Lucrecia Lipoma, Lucas Enrico y Diego Cabrol., demuestran la conexión directa que existe entre la conservación de la diversidad funcional de las especies vegetales de la zona y la generación de un mayor número de recursos de interés local y regional tanto a nivel ecológico, social como económico para el conjunto de la población.

Sistema silvopastoril, una de las formas más antiguas de la agricultura, en el Chaco seco del centro de Argentina. Autor Esteban Tapella
En concreto, los datos recogidos apuntan que los ecosistemas menos modificados, como el bosque conservado y el bosque abierto, son los que tienen una mayor capacidad de proveer de servicios de aprovisionamiento esenciales para la población como madera, leña, producción agrícola o pastos forrajeros para ganado, además de servicios fundamentales para la regulación del sistema natural como una mayor fertilidad del suelo o secuestro de carbono. Según explica esta investigación, “el hecho de que bosques abiertos bajo uso ganadero de baja intensidad no difieran sustancialmente del bosque conservado en su capacidad de proveer servicios indica que un manejo del territorio en cargas moderadas contribuye a la conservación de la diversidad funcional de las especies y a su regulación, asegurando un mayor número y variedad de recursos futuros”.
Por el contrario, los resultados señalan que aquellas actividades de producción intensiva, como el desmonte extremo realizado en grandes explotaciones destinadas en exclusiva a una sola actividad como por ejemplo la agricultura, las cuales proveen de un único servicio a un grupo concreto de la población con mayores recursos económicos implican una drástica reducción de la diversidad funcional de especies, reduciendo a su vez el número de servicios y su sostenibilidad en el tiempo, en desmedro de diversos actores sociales más vulnerables y más dependientes del funcionamiento natural de los ecosistemas.
Manejo inclusivo y multifuncional

Los resultados de este trabajo de 3 años de investigación demuestran que “es determinante tener en cuenta la diversidad funcional de las especies a la hora de planificar el manejo del territorio”, según afirman desde el equipo de investigación. Tal y como apuntan los y las investigadoras, “la diversidad funcional de las especies vegetales es un indicador clave para conocer el estado y funcionamiento del ecosistema, y para prever el número de servicios que será capaz de proveer a la población”. Sin embargo, desde el equipo de investigación se lamentan de que las decisiones vinculadas a la ordenación del territorio “no incluyan la valoración de múltiples servicios ecosistémicos, lo que determina que se explote intensivamente un único recurso, poniendo en peligro la capacidad futura del ecosistema para proveer de éstos y otros servicios esenciales a la población” apunta Georgina Conti. Esta investigación sugiere además que los planes de ordenamiento del territorio tengan en cuenta a todos los grupos de la población y sus diversas formas de manejo del territorio como medidas para la protección de los servicios esenciales que el bosque seco del Chaco provee a la sociedad.
El bosque chaqueño representa el ecosistema boscoso estacional seco con mayor extensión en Sudamérica donde residen más de 7 mil especies únicas, abarcando parte de la superficie de Argentina, Bolivia y Paraguay. En la actualidad, es uno de los ecosistemas más amenazados del mundo debido a la expansión de una producción agrícola y ganadera intensiva. Las tasas de deforestación estimadas para el bosque Chaqueño se encuentran entre los valores más altos del mundo, cuya superficie conservada se ha visto aceleradamente reducida de 12 millones de hectáreas existentes a comienzos del siglo XX a tan solo 0.64 millones de hectáreas en la actualidad. Además de ser un lugar de gran interés ecológico, tiene también un importante valor social y económico relacionado con la producción de una serie de recursos esenciales y de interés para diversos grupos de la población local.
Para identificar los servicios de mayor interés que el bosque seco del Chaco provee a la población así como las actividades de manejo de la tierra y las especies vegetales dominantes de la zona, el equipo de investigación entrevistó a diversos sectores de la población local con distintos intereses sobre los recursos naturales de la zona como campesinos, productores ganaderos, productores agrícolas, técnicos de extensión, funcionarios y tomadores de decisiones. A través de estas entrevistas seleccionaron y analizaron seis tipos de comunidades vegetales distintas producto de seis tipos de manejo de la tierra, históricos y presentes en la zona, cuantificando y comparando las diversas capacidades de estas comunidades para proveer a la población local de diferentes servicios de interés tanto ecológicos como sociales. Los diferentes tipos de territorios y manejo comparados fueron: el bosque conservado sin pastoreo ni explotación forestal desde hace al menos 50 años; el bosque abierto manejado recientemente (8 años) con desmonte selectivo y pastoreo vacuno de baja intensidad; el arbustal cerrado sobrepastoreado y actualmente en recuperación, con una carga vacuna y caprina de baja a media de más de 2 décadas y con una explotación forestal de árboles con mayor desarrollo; el arbustal abierto caracterizado por una explotación histórica forestal y de alta carga de pastoreo; el desmonte selectivo de especies arbustivas principalmente y con pastoreo intensivo de ganado vacuno; y el cultivo de papa, sistema de producción agrícola que incluye dos siembras al año (verano e invierno).
 
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Para entrevistas pueden contactar con Alba Villanueva (637873604) 
Fuente: META comunica - Rebelion.org - Imagenes: ‪Turismo | Perfil.com‬ - ‪greenpeace.org‬

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