Referéndum sobre el virus y la pandemia

Nada es seguramente blanco ni negro, sino del color del cristal desde el que observa cada uno. Y a pesar de todo, persistimos en la búsqueda de lo mismo. El tesoro. La verdad. Y quizás esté ahí fuera, o dentro, o donde demonios quiera que sea, siempre y cuando tengamos etiquetas pertinentes o, sobre todo, suficientes. En todo caso, los tiempos del covid suponen un reto y un tormento para quienes hacen uso del cerebro. El tiempo progresa y aumentan las exigencias en torno a las respuestas. O viceversa, el tiempo mengua, creciendo la resignación.

Pero esto había empezado como un referéndum, basta de preámbulos. Las únicas alternativas que usted va a recibir en este plebiscito son dos. Si quiere aportar una tercera vía, adelante. Si quiere manifestarse a favor o en contra de alguna de las que se plantean, adelante. Allá van:
Opción A
El covid-19 es la acción deliberada de alguien que, con casi un nivel de seguridad del 101%, no se parece en absolutamente nada a usted. El covid se sitúa en el extremo de una de las fases de la historia de la humanidad para alumbrar algo totalmente diferente. Quienes escriben este histórico pasaje no pretenden combatir esta pandemia con excelencia y celeridad. No escriben en las ventanas “todo va a salir bien”. O, si lo hacen, solo es para disimular que todo acabará mal. Quizás esta serie de escritores construyen un futuro donde solo tiene cabida una minoría que sobrevive en igualdad. Y, por esta razón, podría decirse que son lo suficientemente valerosos, osados, egoístas, filántropos y libres como para decidir limitar la existencia de millones de personas con el propósito de impedir de una vez por todas la perpetuación de un mundo plagado de desigualdad, explotación y sufrimiento. Es una forma romántica de verlo, tan válida y similar a la del vampiro hastiado y solitario, cuya tristeza y vacío existencial se acrecienta con el paso de los siglos.

Opción B
El covid-19 es una causa en miniatura que desnuda y devuelve al ser humano al abismo de una muerte y extinción, reservadas en el imaginario colectivo para razones mucho más potentes, como una bomba atómica o una guerra nuclear. Quién se lo iba a decir a Einstein, que no acabaría teniendo razón, y quién nos iba a decir a todos y cada uno de nosotros, que nos consumiríamos poco a poco ante una contingencia frente a la que no sabríamos dar respuesta. La inoperancia, el lastre de corrupción moral y las contradicciones inherentes a la naturaleza humana fueron las estúpidas razones que nos impidieron superar la adversidad. Nuestro punto de no retorno y desaparición se topó con algo que, aparentemente inocuo, terminó derrotándonos no por sus virtudes, sino por nuestros defectos, imposibles de subsanar, aun conociéndolos con todo detalle. Desde luego, Kafka lo vio desde el principio. Daba igual el contexto y el pretexto. No iba a haber solución.

Fuente: http://www.elcaptor.com/economia/referendum-sobre-el-covid?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+ElCaptor+%28El+Captor%29

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