Diez razones por las que Lennon sigue siendo importante: El ‘beatle’ mártir proyecta una larga sombra en el mundo actual, no solo en el campo de la música sino como referente sociopolítico.

Puso del revés la música popular
Con los Beatles impulsó la evolución desde el rock’n’roll hasta el beat y de ahí a un pop sin limitaciones (psicodelia, experimentación sónica, orientalismo, orquestaciones) cuyo influjo llega hasta hoy. ‘A day in the life’, que lleva la noticia de un diario a un estadio alucinógeno a través de una dinámica ‘in crescendo’ con trazos de vanguardia, es una revolución pop en sí misma. La carrera en solitario de Lennon, sin la gasolina de la rivalidad con Paul McCartney, fue menos apabullante, pero con los ‘Fab Four’ modificó el atlas de la música y más allá. “La conciencia universal de la humanidad se ha trasladado a Liverpool”, advirtió ya en 1964 el poeta Allen Ginsberg.

Más famoso que Jesucristo
La frase con la que comparaba a los Beatles con el enviado de Dios en la Tierra situó las dimensiones del monstruo pop, arrasando con referentes colectivos seculares e indignando a feligreses. En realidad, Lennon no hablaba de grandeza, ni de trascendencia, sino de popularidad, el otro oro negro del siglo XX. La ‘beatlemanía’ fue la madre de todos fenómenos juveniles, y ahí se movió Lennon con comodidad, haciendo de su proyección pública parte de su obra, hasta su retiro, en 1975.

Alzó la voz por el pacifismo
‘Give peace a chance’ (1969), tema asociado a sendos fines de semana en la cama con Yoko Ono (uno en Amsterdam y otro en Montreal), es el ‘happening’ pacifista definitivo. Le siguió el retorno de la medalla de la Orden del Imperio Británico, en protesta por la intervención del Reino Unido en Biafra y por el apoyo a Estados Unidos en Vietnam. Cobró forma el pacifista ciudadano Lennon, desarrollado en ‘Happy Xmas (War is over)’, ‘I don’t wanna be a soldier mama’ o ‘Imagine’. Sus arremetidas contra Nixon bajaron de tono entrados los 70, cuando se le amenazó con deportarlo apelando a una antigua detención por posesión de cannabis.

Actuó contra la segregación racial
En una de sus primeras incursiones en Estados Unidos, en 1964, los Beatles se encontraron con un recinto en Jacksonville (Florida) que dividía al público por su raza. El grupo se cuadró. “No tocamos ante audiencias segregadas, y no vamos a empezar a hacerlo ahora”, declaró Lennon, como aviso para futuras giras. El tema ‘Angela’ (1972) está dedicado a Angela Davis, la entonces encarcelada activista de los Panteras Negras. Y el álbum ‘Rock’n’roll’ (1975), reivindica la negritud del género con piezas de Chuck Berry, Fats Domino o Bobby Freeman.

Feminista sobrevenido
En ‘Getting better’, de los Beatles, una línea atribuida a Lennon habla de haber sido “cruel” con su mujer (Cynthia), punto confirmado por él mismo, vinculando el maltrato a los valores tradicionales en los que creció y a su primera vida de pandillero. El giro que dio a su vida Yoko Ono incluyó una reeducación, buscando su “parte femenina, más Oscar Wilde que Marlon Brando”, y escribiendo canciones como ‘Woman is the nigger of the world’ (1969). Tras su unión con la japonesa, su nombre de nacimiento, John Winston, se convirtió en John Winston Ono, mientras que ella nunca adoptó el apellido de él, a diferencia de una Linda McCartney o una Bianca Jagger.

La revolución del amor
Mientras tantas canciones de los 60 abrían interrogantes y formulaban problemas, ‘All you need is love’ daba con la sencilla respuesta a todo. Luego, el obstinado y duradero vínculo con Yoko Ono, contra viento y marea, incluyendo las iras de una parte de los fans, llevó a la práctica su revolución del amor (aun con licencias como el ‘fin de semana perdido’ de 1973-74 en que Lennon retozó con la asistente personal de la pareja, May Pang). El amor rige una buena parte del cancionero de Lennon, desde la explícita ‘Oh Yoko’ a la otoñal ‘Woman’, pasando por ‘Jealous guy’, confesión a corazón abierto que humaniza los celos.

Advirtió que la gente tiene el poder
Antes que ‘People have the power’, de Patti Smith, y un poco después de aquel verso de Joan Brossa (“La gent no s’adona del poder que té”), estuvo ‘Power to the people’ (1971), cántico que Lennon escribió a raíz de una entrevista con los directores de la revista ‘New Left Review’. Aunque no creció en una familia obrera, apuntó a ella en ‘Working class hero’, donde advirtió de la alienación del entretenimiento y del canibalismo social: “te dicen que puedes llegar a la cima / pero primero debes aprender a matar sonriendo”. La política no siempre sacó lo mejor de él: su álbum más comprometido, ‘Some time in New York City’ (1972), es el peor de su discografía.

Puso la fama a raya
Con el nacimiento de Sean Lennon, en 1975, se esfumó de la mirada pública en pro de la vida hogareña, tan descuidada cuando vino al mundo Julian (1963). Retiro con mensaje, a favor de estabilizar su paisaje emocional después del ruido. Testimonio de ese tiempo es la simpática (o inofensiva) ‘Cookin’ (in the kitchen of love)’, que no lanzó a su nombre, sino que cedió a Ringo Starr para el álbum ‘Rotogravure’. Aun apartado de la fama, fue esta la que acabó con él: los disparos de Mark David Chapman cubrirían para siempre de un halo sobrecogedor su risueño disco de regreso, ‘Double fantasy’ (1980).

Se plantó ante el ‘revival’
Una buena parte del mito ‘beatle’ se sustenta en la negativa de sus miembros a aceptar las ofertas de reunirse que recibieron a lo largo de los años 70 (a las que seguirían otras tras la muerte de Lennon). Hubo intentos que, variando según la fuente, fueron abortados por uno u otro (o por Yoko Ono), lo cual ha evitado los episodios de degradación brindados por tantos combos recauchutados.

(Casi) nadie se escapa a su influjo
El pop en su conjunto deriva en una alta proporción de los hallazgos de Lennon con los Beatles, incluyendo devotos confesos como el malogrado Kurt Cobain, así como Oasis, Paul Weller, Lenny Kravitz, Elvis Costello, Cheap Trick, Mercury Rev, Tori Amos, Miguel o Mac DeMarco. Y el clásico con doble fondo ‘Imagine’, que suena en tantos funerales pese al nihilismo que se cuela entre sus líneas, cuenta con más de 200 versiones grabadas por toda clase de artistas, entre ellos Madonna y Lady Gaga.



Jordi Bianciotto, periodista.
Fuente: https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20201207/diez-razones-por-las-que-john-lennon-sigue-siendo-importante-10126799

 

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