Los experimentos con primates vivos en Europa que nadie quiere ver

En los últimos veinte años, Europa ha importado alrededor de 230.000 primates vivos, principalmente, con fines de experimentación animal tanto médica como científica. Francia, Reino Unido, y España han sido los principales creadores de demanda y Mauricio, Vietnam y China los exportadores más señalados. Los datos los aporta la última investigación académica al respecto, publicada hace unos días en la prestigiosa revista European Journal of Wildlife Research, donde tres investigadoras han cruzado las principales bases de datos (CITES, UN Comtrade, TRAFFIC WiTIS) con informes de incautaciones para poder proporcionar una descripción minuciosa del comercio de primates de Europa. Según estos cálculos revisados por pares, el volumen de negocio asciende a cerca de 800 millones de euros en las dos últimas décadas, mientras crece, a la par, la oposición social a la experimentación con animales.

Javier H. Rodríguez

Una cría de macaco y su madre siendo capturadas en Indonesia | Action for Primates

“El uso de primates en la investigación científica, impulsada por la curiosidad o el conocimiento, puede involucrar algunos de los procedimientos más brutales. Incluyen la implantación de electrodos en el cerebro, lo que obliga a los primates a realizar tareas repetitivas mientras están atrapados durante horas a un dispositivo de sujeción. Los privan de comida y agua, les inyectan sustancias tóxicas, les inducen daño cerebral y les producen muchas otras afecciones debilitantes”, argumenta Sarah Kite, cofundadora de Action for Primates y punta de lanza de esta facción del movimiento animalista en Europa.
Lo cierto es que los últimos datos consolidados constatan que casi el 70% de las importaciones legales de primates en la Unión Europea y Reino Unido son destinadas a la experimentación médica (46,83 % de todas las importaciones notificadas) y científica (22,84 %). Y esas solo son las importaciones notificadas. Es decir, no incluyen ni el tráfico ilegal ni la cría nacional de primates. Tampoco el resto de importaciones que en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) adscriben a “trofeos” como cráneos, manos u otras partes del cuerpo.
A pesar de que los datos oficiales de los Estados miembros de la UE garantizan que las importaciones son, a día de hoy, de animales criados en cautividad en sus países de orígen, organizaciones internacionales como PETA o la propia Action for Primates siembran dudas sobre los procesos de trazabilidad de los países exportadores: “Los laboratorios y los países occidentales tienen la responsabilidad tanto de verificar los orígenes de los monos que importan como de las condiciones en las que se mantienen los animales en los países de los que salen. Las condiciones en las que se mantienen los macacos de cola larga en las granjas del sudeste asiático plantean serias preocupaciones sobre el bienestar”.
La primatóloga Lisa Jones Engel ha estudiado la relación entre humanos y primates durante 35 años y además es asesora científica sobre experimentación con primates en el Departamento de Investigaciones de Laboratorio de PETA: “Durante el siglo XXI, más de medio millón de macacos de cola larga, una especie de mono que ha sido objetivo de la industria de experimentación con primates de EE.UU., han sido arrancados de sus hogares en Asia y Mauricio. Las poblaciones han colapsado, los bosques están vacíos y los animales y el medio ambiente están sufriendo”, explica a El Salto.

Varios macacos capturados en una jaula en Indonesia | Action for Primates

El viaje desde el sudeste asiático hasta España
Para abastecer la enorme demanda que generan los Estados del Norte global, los macacos son importados desde macrogranjas donde sobreviven “hacinados”, principalmente en países del sudeste asiático (Vietnam, Camboya, Indonesia y Filipinas), donde son endémicos. “Allí operan las dos mayores granjas del mundo: Vanny Bioresearch, en Camboya, con capacidad para más de 15.000 macacos y Nafovanny, en Vietnam, con capacidad para más de 30.000”, explican a esta redacción los miembros de Abolición Vivisección, un colectivo animalista español que centra sus esfuerzos en esta causa. Según una investigación de la Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria, Ambiental y de Salud Ocupacional del Gobierno francés, ambas “están relacionadas” con Vanny Group, una multinacional con sede en Hong Kong.
El macaco de cola larga es el primate no humano que más se comercializa en el planeta y, al igual que acontece con otros macacos, su principal uso son experimentos de laboratorio y toxicidad. Otro de los enclaves de donde son extraídos es Mauricio, donde fueron introducidos de forma artificial por los humanos hace 400 años sostenidos por un negocio en auge. “A pesar de ser una pequeña isla en medio del Océano Índico, Mauricio es uno de los principales exportadores de macacos de cola larga y, cada año, envían a más de 10.000 macacos a ser masacrados en laboratorios, principalmente de Europa y EE.UU.”, explican los investigadores de Abolición Vivisección.

Jaulas de macacos de la empresa Camarney, ubicada en Camarles, Tarragona | Igualdad Animal

En el Estado español, miles de macacos van a parar cada año al pequeño pueblo tarraconense de Camarles, donde está la mayor granja de macacos de cola larga de Europa, Camarney S.L. Camarney es propiedad de Noveprim, una de las empresas que gestiona granjas de macacos en Mauricio y que, a su vez, es en gran parte de la multinacional Charles River Laboratories. Según las investigaciones de PETA, Charles River Laboratories es la mayor empresa de investigación por contrato y son quienes controlan buena parte de este negocio, “vendiendo la mitad de todos los animales usados en experimentación del mundo y con unos ingresos anuales de más de 3.500 millones de dólares”.
“En realidad, Camarney actúa como centro de cuarentena y como suministrador para los laboratorios europeos de los macacos que importa desde sus países de origen. Aproximadamente, dos tercios de los macacos importados por Camarney proceden de la granja de Mauricio a la que pertenece, Noveprim, de la cual BUAV obtuvo imágenes desgarradoras en 2012 sobre la captura y masacre de macacos”, ahondan desde Abolición Vivisección.
Experimentos en tela de juicio
A día de hoy, el avance tecnológico ha desarrollado métodos de investigación de vanguardia sin la utilización animales, incluida la tecnología de órganos en chips, simulaciones informáticas sofisticadas y cultivos tridimensionales de células humanas y “se ha demostrado una y otra vez que son más precisos que los métodos en vivo y letales para los animales”, reflexiona la doctora y primatóloga Lisa Jones Engel. “Es hora de que estas empresas dejen la población restante de estos monos en la naturaleza y se cambien a métodos de investigación modernos y realmente relevantes para los humanos”, sostiene. La afección de esta industria de comercio de animales extraídos de la naturaleza ha llevado a que el macaco de cola larga (Macaca fascicularis) fuese declarado en 2022 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como en peligro de extinción.
La cofundadora de Action for Primates, Sarah Kite, también profundiza en la experimentación animal: “Los animales no contraen muchas de las enfermedades humanas que padecen las personas, como enfermedades cardíacas, tipos de cáncer, VIH, enfermedad de Parkinson o esquizofrenia. Los signos de estas enfermedades tienen que ser inducidos artificialmente en el animal. Los modelos animales resultantes suelen ser representantes toscos e incompletos de la enfermedad humana. No sólo se desperdicia la vida de los animales, así como el tiempo y el dinero, sino que los tratamientos efectivos pueden descartarse por error”.
A juicio de los investigadores de los tres colectivos consultados, la voluntad política de la EU “parece fácilmente moldeable a los intereses de las empresas y lobbies de la experimentación animal”. La directiva de la EU que regula el uso de animales en experimentación preveía prohibir el uso de primates capturados en la naturaleza a partir de noviembre de 2022 por su extrema crueldad. “Aun así, a pesar de que los macacos de cola larga han sido declarados en peligro de extinción y en otra muestra más del sometimiento hacia esta industria, esa normativa nunca ha entrado en vigor y en abril de 2023 y, tras la presión de lobbies como EARA, publicaron otro estudio que concluía que esta medida ‘no era viable’”, lamentan desde Abolición Vivisección.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/maltrato-animal/experimentos-primates-vivos-europa-espana-nadie-quiere-ver - Imagen de portada: Una cría de macaco siendo capturada en Indonesia | Action for Primates

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