Chile: Pulmones del planeta en el fin del mundo

El poder oculto de los bosques azul y verde de la Patagonia
Conducido por Yohana y Alfredo de Minga Ancestral, y realizado por Defendamos Patagonia, este capítulo de Voces de la Patagonia invita a escuchar, sentir y proteger los ecosistemas azul y verde del sur del mundo. Un llamado urgente a reconectar con el territorio, desde la palabra, la ciencia y la memoria ancestral: Desde los bosques submarinos de macroalgas hasta las extensas selvas nativas de Chiloé y la Patagonia, el nuevo episodio del podcast Voces de la Patagonia revela el poder oculto de los ecosistemas azul y verde del sur del mundo. Con testimonios científicos y comunitarios, se rescata su rol esencial ante el cambio climático y su frágil defensa.


Un nuevo episodio del podcast Voces de la Patagonia propone un viaje sonoro al corazón del sur austral, destacando los bosques submarinos y nativos como verdaderos pulmones del planeta. En plena temporada de solsticio de invierno, el programa abre con una reflexión sobre los ciclos de renovación desde las culturas ancestrales, conectando la espiritualidad con la urgencia ambiental actual.

El episodio, titulado “Los pulmones del fin del mundo”, presenta una selección de testimonios y contenidos que abordan la vital importancia de los bosques patagónicos. Tanto las macroalgas como los árboles nativos son reconocidos por su capacidad para capturar carbono, incluso en mayor proporción que la selva amazónica. Estudios recientes los sitúan como aliados clave frente al cambio climático.
La investigadora de la de la Universidad de Magallanes Claudia Andrade Díaz, académica, aborda el vínculo entre los bosques de huiro flotador, la centolla y las economías costeras, resaltando su enorme riqueza en ese sentido. En paralelo, el biólogo marino Mauricio Palacios, de la Fundación Rewilding Chile y el Centro IDEAL de la Universidad Austral, profundiza en el valor de las macroalgas subantárticas, quien afirma a su vez, que estos bosques marinos no solo capturan carbono, sino que sostienen la biodiversidad de la Patagonia sumergida.
El episodio también incluye selecciones del reportaje internacional “El Imperio del Salmón” emitido por el canal español Antena 3 TV, que revela los impactos socioambientales de la salmonicultura en territorios de la Patagonia en Aysén. Voces como las de la médico veterinario Lisbeth Van Der Meer, retrata la crisis silenciosa generada por el uso excesivo de antibióticos. También la de Nelson Millatureo de Islas Huichas sobre los basurales de la gran industria salmonera en zonas costeros de la Patagonia.
La música también está presente, con la participación de la ülkantufe Karen Wenvl, acompañada en la dirección sinfónica y arreglo orquestal por Andreas Bodenhofer. Letra: Khano Llaitul. Tema: ‘Yeyipun’, canción que evoca la conexión espiritual con la naturaleza en este nuevo ciclo. Wenvl, creadora del método educativo Choyün, ha dedicado más de dos décadas a la revitalización lingüística a través de la música.
El documental “El Lamento del Mar”, producido por Roberto Jequier, también tiene un espacio en este episodio. La obra denuncia los daños irreversibles provocados por la industria salmonera en Chile y Noruega, y llama a una toma de conciencia sobre el origen de lo que se consume.
Conducido por Yohana y Alfredo de Minga Ancestral, y realizado por Defendamos Patagonia, este capítulo de Voces de la Patagonia invita a escuchar, sentir y proteger los ecosistemas azul y verde del sur del mundo. Un llamado urgente a reconectar con el territorio, desde la palabra, la ciencia y la memoria ancestral.

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Fuentes: Rebelión

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Crisis de biodiversidad en Chile: 63% de las especies están en peligro crítico

La biodiversidad es la base de todo lo que sustenta nuestra existencia. Regula el clima, permite el equilibrio de los ecosistemas y sostiene las actividades productivas. Sin embargo, está en crisis. Según datos del Ministerio del Medio Ambiente, el 63 % de las especies clasificadas en el país se encuentra en condición crítica o han desaparecido, lo que representa un llamado de atención urgente para la conservación del patrimonio natural.

Esta alarmante cifra ha impulsado una serie de iniciativas que, además de proteger la naturaleza, buscan incorporar a las comunidades locales como actores fundamentales en la defensa de la biodiversidad, tal como promueve la Estrategia Nacional de Biodiversidad 2017–2030, que hace hincapié en la participación ciudadana, el enfoque territorial y el rescate cultural.

Consuelo Romano, directora ejecutiva de Fundación Lepe, señala que “el cambio climático y la pérdida de variedad ecológica no son desafíos separados, sino dos caras de la misma moneda. Las comunidades tienen un rol protagónico en su resguardo, porque son ellas quienes viven el territorio, lo cuidan, lo conocen, y pueden liderar transformaciones sostenibles desde su propia cultura y realidad”.
Acciones para conservar la biodiversidad
Frente a este escenario, Fundación Lepe ha promovido múltiples acciones que apuntan a restaurar la relación entre las personas y la naturaleza, desde una lógica educativa, cultural y regenerativa.
En el Valle del Aconcagua, por ejemplo, la fundación ha creado un aula al aire libre, un espacio de formación ambiental para estudiantes enfocado en el patrimonio natural y el turismo regenerativo. Allí se fortalecen los vínculos entre cultura, identidad local y biodiversidad, con el objetivo de crear conciencia desde las etapas más tempranas de la vida.
En el sur del país, otra iniciativa destacada es Porotarium Austral, un proyecto que ha logrado documentar 92 variedades de porotos nativos como parte de la biodiversidad agrícola del país. Estos registros, además de aportar a la conservación genética, mejoran la seguridad alimentaria, la resiliencia frente al cambio climático y la soberanía de las comunidades rurales.
“La diversidad biológica y cultural son inseparables. En muchos casos, las prácticas que se comparten de generación en generación son las que han permitido conservar especies y ecosistemas durante siglos. Por eso, debemos asegurar la participación activa de comunidades locales y también del sector productivo en la planificación del paisaje y el diseño de estrategias de conservación”, agrega Romano.
A pesar de la magnitud del problema, la pérdida de biodiversidad aún no figura entre las principales preocupaciones ambientales de la ciudadanía. Así lo indican encuestas realizadas en 2014 y 2015 por el Ministerio del Medio Ambiente, donde los encuestados no mencionaron esta crisis como una prioridad.
Esto evidencia una necesidad de fortalecer la educación ambiental, visibilizar el valor de los ecosistemas y reconocer a las comunidades como guardianas del patrimonio natural y cultural del país.

Fuente: El Mostrador
 

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