Medvédev aprueba el trazado de una autopista a través del bosque de Jimki




El presidente ruso, Dmitri Medvédev, aprobó hoy el trazado de una polémica autopista a través del bosque de la ciudad de Jimki, a las afueras de Moscú, proyecto al que se oponían los vecinos, ecologistas, activistas y la oposición no parlamentaria al Kremlin. Medvédev considera que "las obras de construcción de dicho proyecto se encuentran en tal estadio que frenarlo es prácticamente imposible", señaló Natalia Timakova, portavoz del Kremlin.
Al mismo tiempo, el líder ruso destacó que, gracias al diálogo abierto con las organizaciones ecologistas, se incrementarán las medidas de compensación por la tala de árboles necesaria para el tendido de la carretera.
"Él (Medvédev) espera que éstas (las compensaciones) minimicen los daños causados", dijo, según la agencias rusas.
El jefe del Kremlin culpó del conflicto desatado por la autopista a la "postura poco constructiva" del destituido alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, que desestimó otras rutas alternativas al bosque simplemente porque perjudicaban los negocios de personas cercanas al Ayuntamiento.
Medvédev, que había suspendido el proyecto a finales de agosto para convocar un diálogo entre las autoridades y la sociedad, decidió dar luz verde a la autopista tras atender las recomendaciones del Gobierno.
El viceprimer ministro ruso, Serguéi Ivánov, explicó que el Gobierno incrementará las asignaciones para paliar los daños ecológicos por la tala de 100 hectáreas hasta los 4.000 millones de rublos (unos 130 millones de dólares).
Además, agregó que en lugar de las 100 hectáreas de bosque afectadas, serán plantadas 500 hectáreas para compensar el daño al entorno de Jimki, ciudad industrial satélite de Moscú.
Y descartó que se vaya a permitir la aparición de negocios, gasolineras o tiendas a lo largo de la futura carretera, como preveían anteriormente los constructores, lo que obligaría a talar 50 hectáreas más de árboles, entre ellos robles de decenas de años.
De esta forma, la autopista que unirá Moscú con la segunda ciudad del país, San Petersburgo, será trazada a través del bosque y se espera que sea inaugurada en 2013.
El Gobierno mantiene que el cambio de ruta habría retrasado las obras cuatro años, además de que el tendido de la carretera por otras localidades hubiera requerido una menor tala de árboles, pero una mayor demolición de casas.
El periodista Mijaíl Béketov, que quedó paralítico y perdió la voz tras recibir una brutal paliza por criticar a las autoridades de Jimki por trazar la carretera a través del bosque, mostró su "decepción" por la decisión de reanudar las obra.
La defensa del bosque por parte de algunos vecinos y ecologistas desembocó en un movimiento de desobediencia civil al Gobierno, al que se sumaron la oposición no parlamentaria, Greenpeace y personalidades de la cultura y la música rusas, y desembocó en enfrentamientos entre activistas y la policía.
La indignación popular aumentó al coincidir la tala de árboles con los incendios forestales que han devorado este verano cerca de un millón de hectáreas de bosques en Rusia, según fuentes oficiales, y más de diez millones, de acuerdo a los ecologistas.
Por su parte, el primer ministro, Vladímir Putin, denunció la politización de las cuestiones ecológicas, aduciendo que éstas son en muchos casos manipuladas por ciertos grupos para echar por tierra los proyectos de la competencia.
Según una encuesta del Centro Levada, más de la mitad de los rusos se oponían a la tala de árboles en Jimki, caso que ha sido considerado un paradigma de la corrupción oficial y los peligros que acarrea denunciar los abusos de las autoridades en este país.

 

Fuente: EFE

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