LOS VIEJOS REACTORES NUCLEARES NOS PODRÍAN MATAR A TODOS

Por Peter Rugh

En Estados Unidos uno necesita licencia para conducir un automóvil, para operar maquinaria pesada, para cazar y pescar, pero al parecer no para manejar un reactor nuclear. En otoño, Entergy Corp. se convertirá en la primera compañía en la historia en operar un reactor sin licencia. Este corporativo energético con sede en Luisiana tiene su reactor rebelde Indian Point en Buchanan, NY, en su centro de energía; a sólo 38 kilómetros de Manhattan. La licencia de Entergy Corp para manejar sus reactor Indian Point 2 expira el 28 de septiembre. Las regulaciones de la Comisión Regulatoria Nuclear (NRC), encargada de supervisar el uso civil de la energía nuclear, dice que está preparada para otorgar la licencia, pero que tiene las manos atadas por obstáculos legales impuestos por el estado de Nueva York y la sentencia de un tribunal federal el año pasado. Esta sentencia considera que los planes de manejo de residuos radioactivos de la agencia son inadecuados.
La gran mayoría de las plantas nucleares estadunidenses fueron construidas en los sesenta y setenta. Tenían una vida programada de 40 años. En el momento de su construcción, la industria asumió que llegarían nuevas plantas con el cambio de milenio, listas para remplazar a la vieja flotilla. Pero desde entonces, el interés por la energía nuclear ha decaído debido al costo y la respuesta del público a Three Mile Island, Chernóbil, Fukushima y otras catástrofes nucleares. Por eso la industria energética busca renovar las licencias para los reactores que ya tienen en operación, mientras mantienen el costo de mejoras a la infraestructura al mínimo. Han encontrado poca resistencia de la NRC, la cual ha aprobado la renovación de 73 licencias y sólo ha negado una solicitud en toda su historia.
Mientras tanto, la montaña de basura ha seguido creciendo. El Instituto de Energía Nuclear, un grupo de políticas de la industria, estima que los 104 reactores comerciales de EU han generado 69,720 toneladas métricas de deshechos radioactivos (combustible usado) en las últimas cuatro décadas, con un promedio de entre dos mil y 2,300 toneladas métricas por planta cada año. Nadie sabe qué hacer con todo eso. Los operadores, por ahora, cagan donde comen y almacenan los deshechos junto a las plantas que los generan.
El departamento de energía destinó 12 mil millones de dólares a un plan para insertar todo el material radiactiva en la montaña Yucca, un volcán hueco a 160 kilómetros de Las Vegas, Nevada. Pero la administración Obama desechó la iniciativa, inmersa en 20 años de dificultades de construcción y oposición ambiental en 2010.
En junio pasado, una corte federal de apelaciones dictaminó que, mientras el departamento de energía busca una nueva montaña Yucca y una comunidad dispuesta a vivir junto a 70 mil toneladas métricas de deshechos radioactivos, la NRC debe redactar un plan a largo plazo que aborde el problema del almacenamiento de desperdicios. Hasta entonces, la agencia no podrá renovar licencias. Diane Screnci, vocera de la NRC dijo que no será hasta 2015 cuando la NRC tenga un plan y éste sea aprobado por las cortes.
Mientras tanto, la NRC tienen pensado permitir que Entergy continúe operando Indian Point 2 bajo la doctrina “renovación oportuna”, pues la compañía solicitó una nueva licencia más de cinco años de la fecha de expiración de su licencia actual. Esta maniobra, la cual saca la vuelta a la decisión de la corte de apelaciones, podría aplicar al otro reactor en la planta, el reactor 3, cuando su licencia expire en 2015.
“Bajo renovación oportuna, su licencia actual permanece activa”, dijo Screnci. “En este caso, Entergy deberá respetar todos los compromisos que haría bajo una nueva licencia”. Screnci dijo que la NRC también regula materiales nucleares utilizados con fines médicos y de investigación. En esas áreas, la doctrina renovación oportuna ha sido aplicada en el pasado. Sin embargo, reconoció que esta sería la primera vez que aplicaría con un reactor.

Marcha contra Indian Point en la Ciudad de Nueva York y contra la energía nuclear en general. 11 de marzo de 2012, aniversario de Fukushima.
Jim Steets, vocero de Entergy minimizó la importancia de que la compañía maneje el reactor sin una licencia. Dijo que la compañía, cuyos ingresos anuales son de aproximadamente 11 mil millones de dólares, ha invertido más de mil millones de dólares en Indian Point desde que compró la planta a Consolidated Edison en 2001 y ha destinado “vastas cantidades” de dicha suma para mejorar su seguridad.
Los detractores de Entergy cuentan otra historia. Llevan largo tiempo empujando por el cierre de Indian Point, contraatacando el eslogan de la compañía, “Segura. Protegida. Vital”, con “Viejo. Peligroso. Innecesario”. Argumentan que es negligente operar una planta nuclear tan cerca del área metropolitana más grande de EU y dicen que sería prácticamente imposible evacuar a los 20 millones de personas que viven en un radio de 80 kilómetros del lugar en caso de un desastre nuclear (80 kilómetros fue el rango de evacuación recomendado por la NRC durante la catástrofe de Fukushima en Japón).
“La generación de energía nuclear es un proceso inherentemente inestable”, dice Chris Williams, profesor de física en la Universidad de Pace. “Lo que intentan hacer es controlar la inestabilidad, porque en el momento que las cosas se salen de control, como vimos en Fukushima recientemente, hay un caos. Así que instalas un sistema para enfriar el lugar en todo momento una vez que las reacciones nucleares comienzan, de lo contrario no puede contener el calor y hay explosiones, la radiación se filtra y ocurre una fusión del núcleo”.
El procurador general de Nueva York, Eric Schneiderman, junto con el Departamento de Conservación Ambiental del estado ha pedido a la NRC examinar a fondo los daños ambientales asociados con Indian Point, incluyendo la filtración strontium-90, tritium, y otras sustancias cancerígenas a las reservas de agua subterráneas y al río Hudson. La NRC debe demostrar que ha cumplido con las peticiones del estado o deberá enfrentar mayores retos legales antes de poder otorgar una renovación a Indian Point.
Los críticos también argumentan que la NRC es demasiado laxa en cuestiones de seguridad en la planta, y señalan que la agencia ha otorgado a Entergy numerosas exenciones en cuestiones de seguridad contra incendios a lo largo de los años.
En 2007, por ejemplo, se encontró que el aislamiento de los cables que controlaban los dos reactores en Indian Point era deficiente, y sólo soportaría el calor de las llamas durante 26 minutos. En lugar de pedir a Entergy que cumpliera con las regulaciones que dictan que los cables deben soportar hasta una hora en caso de incendio, lo que daría tiempo al equipo de bomberos de llegar al lugar, apagar las llamas y evitar un fusión del núcleo, la NRC autorizó una exención. Redujeron el tiempo de los retardadores de incendio a 24 minutos para que Entergy pudiera cumplir con la regulación.
“Los reguladores están siendo vigilados por las corporaciones que deben supervisar”, dijo Williams.
Mientras que la compañía ha escatimado en mejoras de infraestructura para su vieja planta, un informe de Common Cause NY encontró que Entergy ha invertido aproximadamente 40 millones de dólares en cabildeo y contribuciones de campaña a nivel estatal y federal desde 2005, cuando sus licencias para Indian Point estaban próximas a expirar. El informa resalta que Entegy retiene los servicios de Burson Marstella, su firma de relaciones públicas, “autodenominados expertos en 'estrategias de reputación y manejo de crisis', y que han trabajado con clientes tan controversiales como Union Carbide, Philip Morris, Blackwater, Foxconn, y Babcock & Wilcox (la firma que diseñó la planta nuclear Three Mile Island)”.
“Burson Marstella no habla por nosotros”, respondió Steets a nombre de Entergy. Sin embargo fue Burson Marstella quien formuló el eslogan de Entergy: “Seguro. Protegido. Vital”.
Entergy también ha montado dos grupos de acción para que aboguen en su nombre, de acuerdo con Common Cause. SHARE (Energía Segura Saludable Accesible Confiable) va dirigido a las comunidades de color en Nueva York, donde defienden la energía nuclear como una manera de reducir la contaminación y reducir los índices de asma, mientras que NY AREA (Alianza para la Energía Accesible y Confiable) va dirigido a sindicatos y grupos ambientalistas. Steets insiste que aunque los ejecutivos de Entergy trabajan en las mesas directivas de estas organizaciones, éstas son independientes de la corporación. Sin embargo, grupos similares existen en otros lugares donde Entergy opera reactores. Por ejemplo Massachusetts, donde la compañía maneja la planta nuclear Pilgrim cerca de Plymouth. Existe un grupo llamado MASS AREA, cuyo material publicitario es casi idéntico al de su contraparte en Nueva York.
Junto con estos grupos artificiales, el informe señala que Entergy donó 1.25 millones de dólares a los departamentos de salud, bomberos, y policía locales en las zonas aledañas a Indian Point, y han entregado cantidades menores a “ligas deportivas, escenas artísticas, [y] parques locales”. A cambio, “muchas de estas organizaciones han testificado en audiencias públicas en nombre de la ciudadanía corporativa de Entergy en una muestra de apoyo para que se apruebe la extensión de su licencia para Indian Point”.
“Tienen tanto dinero para influenciar al público e, indirectamente, a la NRC”, dice Susen Learner, directora ejecutiva de Common Cause NY, “¿Por qué no pueden invertir ese dinero en mejorar la seguridad de la planta?”
Steets dijo que el dinero que Entergy invierte en mercadotecnia y cabildeo es una suma insignificante en comparación con sus ingresos anuales. Sin embargo, reconoció que el costo es un factor, como lo es para cualquier negocio, cuando Entergy aprueba actualizaciones a su infraestructura. Pero insistió: “Hay distintas maneras de garantizar la seguridad y debemos demostrar que la seguridad ha sido garantizada ante la NRC antes de que aprueben una exención”. En el caso del aislamiento contra incendios, esto incluye un mayor monitoreo de los cables vulnerables por parte del equipo de Entergy.
Mientras Entergy continúe alimentando a Indian Point con uranio, otoño no será la primera vez que la compañía haya logrado mantener una de sus viejas plantas en operación. En 2010, el senado del estado de Vermont votó para cerrar la planta Vermont Yankee de Entergy. Aunque la oficina de servicio público del estado, la cual responde al senado, le ha negado a Entergy un certificado de bien público para operar Vermont Yankee, la NRC dio a la corporación luz verde para continuar con sus operaciones hasta 2032. El estado y la NRC se encuentran actualmente discutiendo el asunto en corte.
En Nueva York y Vermont, las esperanzas de que la presión civil junto con la sentencia de la corte federal del año pasado, impidan que Entergy continúe operando sus plantas no han dado resultados. Pero al menos una serie de reactores geriátricos fueron retirados hace poco.
Southern California Edison anunció el 7 de junio el decomiso de la Estación de Energía Nueclear de San Onofre (SONGS) luego de que un temblor en 2011 resultara en la fuga de vapor radioactivo de la planta, unos 80 kilómetros al norte de San Diego. Esta fuga, aunque no ameritó una orden de evacuación, ocurrió meses después de que los movimientos tectónicos resultaran en la fusión nuclear en Japón, lo que avivó el miedo de un Fukushima estadunidense. Una investigación subsecuente de la fuga radioactiva encontró cientos de fugas en las tuberías que llevan el agua radioactiva, lo que obligó a California Edison a cerrar la planta en junio de 2012. Igual que San Onofre, Indian Point se encuentra sobre dos fallas geológicas: la Ramapo, sobre la cual los ingenieros estaban conscientes durante la construcción de la planta, y la falla de Stamford-Peekskill, que fue descubierta por sismólogos en 2008.
A pesar de los peligros de manejar una vieja planta nuclear sobre dos fallas tectónicas junto al centro poblacional más grande de EU, la NRC ha mostrado poco interés por cumplir con su mandato se seguridad pública. Incluso si la agencia no puede renovar las licencias de los dos reactores en Indian Point, Diane Screnci dice que bajo la doctrina de renovación oportuna no existe un tiempo límite para la continua operación de los reactores. Los neoyorquinos podrían verse obligados a vivir junto a una caja de Pandora radioactiva de manera indefinida.

@EarToEarth - Imagen: Eneko

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