Tratado contra ensayos nucleares sigue en veremos desde 1996


Thalif Deen
IPS


Después de nueve años en el cargo, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se retirará en diciembre quizá sin lograr uno de sus objetivos políticos más ambiciosos, asegurar la entrada en vigor del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT, en inglés). “Este año se cumplen 20 años desde que se abrió a la firma”, declaró Ban a fines de enero, cuando advirtió que la prueba nuclear de Corea del Norte realizada el 6 de enero -la cuarta desde 2006– fue un hecho “profundamente desestabilizador para la seguridad regional (que) socava seriamente los esfuerzos internacionales de no proliferación”.


Ahora es el momento de hacer el último esfuerzo para asegurar que el CTBT entre en vigor y de manera universal, argumentó el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Mientras tanto, los gobiernos deben considerar la manera de reforzar la suspensión actual de hecho de los ensayos nucleares para que “ningún Estado pueda utilizar la situación actual del CTBT como excusa para llevar a cabo una prueba nuclear”, exhortó.
¿Pero estamos cerca o lejos de que el CTBT entre en vigor?
“El CTBT fue ampliamente recibido como la prueba de fuego de la sinceridad de los Estados con armas nucleares en su compromiso con el desarme”, comentó Jayantha Dhanapala, integrante del Grupo de Personas Eminentes designadas por el secretario ejecutivo de la Secretaría Técnica Provisional de la Organización del CTBT (CTBTO), a IPS.
“La promesa concreta de su adopción fue una de las causas que llevaron a la extensión permanente del Tratado de No Proliferación Nuclear en 1995”, añadió.
Que no esté en vigor este importante freno a la investigación y el desarrollo del arma más destructiva que se haya inventado no es buena señal, a medida que se deterioran las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, que entre ambos poseen 93 por ciento de las armas nucleares del planeta, advirtió.
Se gastan enormes cantidades de dinero en la modernización de las armas y existe la posibilidad de que grupos extremistas con prácticas terroristas puedan adquirirlos, lo que se suma a la amenaza existencial que representan estas armas, dijo Dhanapala, ex subsecretario general de la ONU para Asuntos de Desarme.
John Hallam, de la organización australiana Gente por el Desarme Nuclear, dijo a IPS que a lo largo de los años ha sugerido varias propuestas para que se adopte el CTBT, como la posibilidad de que un “grupo de amigos (gobiernos)” declaren que, para ellos, el tratado ya está vigente.
Ese grupo podría reunir una cómoda mayoría en la Asamblea General de la ONU para consolidar esa situación con una resolución que declare que el tratado está en vigor, añadió.
“Entiendo perfectamente que estas estrategias probablemente encuentren resistencia por parte de los (Estados) que no ratificaron (el tratado). Sin embargo, entonces la presión se pondría en ellos para que lo ratifiquen. Y la mayoría no debe estar sujeta a la pequeña minoría de aquellos que se resisten, por más influyentes que sean”, sostuvo Hallam.
El CTBT fue aprobado por la Asamblea General de la ONU en 1996, pero aún no entró en vigor por una razón fundamental, ocho países clave se niegan a firmarlo o a ratificarlo.
Los tres que no lo firmaron –Corea del Norte, India y Pakistán– y los cinco que no lo ratificaron –China, Egipto, Estados Unidos, Irán e Israel– siguen inalterables en su postura, casi 20 años después de la adopción del tratado.
Actualmente, muchos de los Estados poseedores de armas nucleares suspendieron voluntariamente los ensayos. “Pero la suspensión no es sustituta de la vigencia del CTBT. Los cuatro ensayos nucleares realizados por Corea del Norte son una prueba al respecto”, destacó Ban.
En septiembre de 2013 se le encomendó a un grupo de unas 20 “personas eminentes” la tarea de un trabajo poco envidiable, convencer a los ocho países recalcitrantes que adhirieran al tratado.
De conformidad con el CTBT, el tratado no puede entrar en vigor sin la participación de todos los ocho países clave.
Ante la Comisión de la ONU sobre Desarme y Seguridad Internacional en octubre, Lassina  Zerbo, secretario ejecutivo de la CTBTO, expresó que es necesario reavivar el espíritu de la década de 1990 y superar la actitud de “aquí no pasa nada” reinante en los últimos años.
En el actual milenio solo Corea del Norte violó la suspensión de los ensayos nucleares, recordó. “Aún hacen falta medidas para asegurar el futuro del tratado como una barrera legal firme contra los ensayos nucleares y la carrera armamentista”, subrayó Zerbo.
Las armas y los ensayos nucleares tienen un impacto peligroso y desestabilizador en la seguridad mundial, y negativo para el ambiente, manifestó. Hasta el momento se invirtieron más de mil millones de dólares en el régimen de verificación más sofisticado y de mayor alcance concebido para controlar estas pruebas nucleares, aseguró.
Los países tomaron de buena fe importantes decisiones de seguridad nacional, con la expectativa de que el tratado fuera legalmente vinculante y de conformidad con el derecho internacional. Los gobiernos deben terminar el trabajo realizado por los expertos, añadió Zerbo.
“Los desafíos del desarme y la no proliferación exigen ideas audaces y soluciones globales, así como la participación activa de las partes interesadas de todos los rincones del mundo. Igualmente importante es la generación de capacidades de la nueva generación de expertos, que llevarán el esfuerzo adelante”, concluyó.
Por su parte, Hallam considera “que la CTBTO está haciendo un trabajo espléndido, y específicamente que… Zerbo hace un gran trabajo de promoción” del tratado.
Sería importante que los datos en bruto que recoge la red de sensores de la CTBTO estén  disponibles con facilidad y rapidez para la comunidad de investigación, y no solo aquellos relacionados con la no proliferación, sino geofísicos y climatólogos, por no hablar de los centros de alerta de tsunamis, sugirió.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2016/02/tratado-contra-ensayos-nucleares-sigue-en-veremos-desde-1996/
Traducido por Álvaro Queiruga. Imagen: El hongo atómico sobre el atolón de Bikini en Islas Marshall que generó Castle Bravo, la mayor prueba nuclear realizada por Estados Unidos en toda su historia. Crédito: Departamento de Energía de Estados Unidas, a través de Wikimedia Commons.
 

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