Día Mundial de las Ballenas: la importancia de estos gigantes del océano para el planeta
Las ballenas se ven afectadas por distintas amenazas que incluyen la contaminación del océano, el excesivo tráfico marítimo, la contaminación acústica y, todavía en algunos países, la caza.
E 19 de febrero se conmemora el Día Mundial de las Ballenas, ya que en esa fecha, en 1986, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) prohibió la pesca industrial de estos cetáceos en una escala global, debido a que la caza indiscriminada terminó provocando la extinción de algunas especies.
Para WWF Chile, este día es una gran oportunidad para concientizar sobre la situación de estos nobles gigantes y la restauración de su ecosistema marítimo que día a día se ve afectado por diversas amenazas. Chile había adherido a la CBI en 1979, luego de que la población de estos cetáceos se viera reducida producto de la captura realizada por compañías pesqueras, principalmente inglesas, francesas y estadounidenses.
Por eso recuerdan que en Chile habitan 43 especies de cetáceos, alrededor del 40% de todas las especies del mundo, y muchas de ellas se encuentran amenazadas. Así, en aguas nacionales se encuentran poblaciones de ballena azul, jorobada, sei, minke, entre otras, además de diversos delfines.
De hecho, un estudio hecho por Fundación Meri, Ralph Chami, del Fondo Monetario Internacional (FMI) e investigadores de distintas universidades, estimó que la población de ballenas azules en Chile puede valorizarse en más de US$3 mil millones, lo que permite graficar su gran valor social, ecosistémico y económico, un dato que ayuda a reforzar el interés en su protección ante los tomadores de decisiones a nivel nacional.
En 2008, todas las especies de catáceos presentes en el país fueron declaradas como Monumento Nacional.
Particularidades de las ballenas
Una curiosidad de los cachalotes es su forma de dormir, pues se disponen de manera vertical al descansar. Además, estas ballenas duermen entre 7 y 15 minutos, siendo de los animales con la menor dependencia del sueño en el planeta.
En cuanto a tamaño, la ballena azul es el animal más grande del que se tiene registro, puede llegar a medir más de 30 metros y pesar 200 toneladas (algo así como 33 elefantes). Debido a esto, es normal que sus órganos también sean enormes; por ejemplo, su lengua puede pesar casi tres toneladas, o su corazón, que puede llegar a pesar 600 kilos y alcanzar la altura de una persona adulta. El ancho de su cola, en tanto, equivale a tres arcos de fútbol puestos en línea.
La ballenas también son conocidos por su canto, patrones de sonidos repetitivos y duraderos que emiten algunas especies de ballena, como la ballena jorobada o yubarta, y que son reconocidos en el mundo científico como los cantos más complejos del mundo animal. Tienen distintas funciones biológicas como la ecolocalización, el apareamiento o la llamada de alimentación.
Además, los ejemplares de una población comparten el mismo canto, el cual varía con el paso del tiempo sin volver nunca a versiones anteriores. En cuanto a las ballenas azules, los cantos que emiten alcanzan una potencia similar a la del despegue de un avión Boeing 747, pero en una frecuencia que no audible para el oído humano.
Otra importante labor de las ballenas es que participan activamente en la absorción de CO2. Cuando mueren, sus cuerpos se hunden hasta el fondo oceánico, y cada una se lleva consigo cerca de 33 toneladas de CO2, logrando sacar todo ese carbono de la atmósfera por siglos.
Además, sustentan la productividad del fitoplancton, contribuyendo con al menos el 50% del oxígeno producido y capturando 37 billones de toneladas de CO2 al año. Tal vez no lo sabías, pero estos datos muestran que las ballenas cumplen un papel muy importante a la hora de combatir el cambio climático.
Ruido submarino: una amenaza latente para las ballenas
A medida que avanza el tiempo, la ciencia ha descubierto un sinnúmero de elementos y acciones que perjudican la vida de las especies que habitan el océano, tales como los desechos plásticos, las llamadas “redes fantasma”, la sobrepesca, el cambio climático y otras amenazas tal vez menos evidentes, como el ruido submarino.
Según Yacqueline Montecinos, encargada de Biodiversidad Marina de WWF Chile, “el impacto del ruido sobre los cetáceos causa problemas de comunicación entre los individuos de esta especie, lo que provoca que no puedan encontrarse entre sí para procesos reproductivos, y dificulta también el proceso de alimentación ya que limita la capacidad de los individuos para encontrar su fuente de alimento, lo que incide directamente en el aumento de la población”.
“Esta estación de monitoreo acústico permite distinguir las vocalizaciones de las ballenas, analizarlas y transmitir su ubicación a los barcos para que así puedan disminuir su velocidad y evitar colisiones, daños en órganos auditivos o desorientación de los cetáceos”, detalla Montecinos.
El proyecto, antes aplicado en Estados Unidos para el monitoreo de ballenas grises y francas, ha involucrado un proceso de adaptación al escenario del Sur de Chile para obtener un panorama sobre el desarrollo de ballenas azules, sei y jorobadas, las cuales son esenciales para mantener el equilibrio en los ecosistemas.
“Las ballenas tienen un gran valor para el planeta, se estima que cada individuo captura 33 toneladas de CO2, el equivalente a la capacidad de captura de carbono de mil árboles, y es por esto que es tan necesario implementar proyectos y medidas que las protejan y realcen su valor ecosistémico”, agrega la experta.
El proyecto en desarrollo ya cuenta con el prototipo de boya oceanográfica y el estudio e identificación de la zona en la cual se instalará, para comenzar su funcionamiento el próximo año. “Esperamos que esta herramienta se pueda utilizar de forma eficaz por las embarcaciones que transitan la zona y evitar así el aumento de mortalidad de las ballenas, el deterioro de los hábitats marinos y, al mismo tiempo, encontrar una forma de mitigar el cambio climático”, puntualiza Montecinos.
Fuente: Fuente El Mostrador - ecosistemas