Bestiario del Antropoceno

Bestiario del Antropoceno es un impactante atlas ilustrado de criaturas híbridas de nuestro tiempo inspirado en los bestiarios medievales. Diseñado como un manual de campo para una era en la que somos protagonistas del cambio, es un libro imprescindible para orientarnos en el tejido cada vez más artificial del mundo que habitamos. Incluye, además, textos de mentes brillantes que reflexionan acerca del nuevo mundo híbrido creado, no siempre de forma intencionada, por el ser humano. Absorbente, ingenioso y repleto de datos e ideas fascinantes, Bestiario del Antropoceno propone una nueva mirada a nuestro planeta a través de los seres que habitan un futuro que ya es presente.

Nicolas Nova

Hongos radioactivos, sandías cuadradas, águilas entrenadas para cazar drones, perros robot, gusanos devoradores de plástico, libélulas teledirigidas, cráteres nucleares, Tamagotchis, ratas bomba… Estos son solo algunos de los 60 seres inquietantes recogidos en este libro; seres con los que compartimos un ecosistema amenazado por la imparable actividad humana.
OSOS, DRAGONES, CABALLOS SILVESTRES, CERDOS, LEONES, UNICORNIOS, GUSANOS, erizos, mariposas, cuervos, tales eran las criaturas que uno podía encontrar en los bestiarios medievales. Bestias reales junto a otras imaginarias; ordenadas con una jerarquía de animales terrestres, aves, serpientes y organismos marinos; y descritas con todo tipo de detalles que atestiguan el simbolismo ligado a este menagerie. En el ámbito vegetal, los herbarios recopilaban descripciones textuales y visuales de las plantas, haciendo hincapié en las propiedades de cada especie, las enfermedades para las que eran más adecuadas y cómo preparar pociones curativas con ellas. Los lapidarios, en la Edad Media, eran también tratados que documentaban información intrigante y las virtudes conocidas de las piedras. En general, la lógica que subyace en estos libros es similar, basada en la recopilación de especímenes y sus descripciones.
Ahora estamos en el siglo XXI y el mundo ha cambiado. Nuestros conocimientos sobre el medio ambiente nos han permitido discernir bestias imaginarias de aquellas cuya existencia estaba probada, llegar a una forma más sistemática de presentar animales, plantas y minerales, y descubrir nuevos reinos como bacterias, hongos o protozoos. Los avances de la ciencia y la tecnología también dieron lugar a toda una nueva serie de casos artificiales o híbridos, desde robots humanoides hasta altavoces Bluetooth con forma de roca y carne cultivada; por no hablar de las prótesis animales, las criaturas modificadas genéticamente y la producción industrial de árboles. Además, los mismos «avances» tecnológicos que fabricaron estos nuevos especímenes también contribuyeron a la presencia cada vez mayor de plásticos y contaminantes que se extienden por nuestro entorno… dando lugar a aves saturadas de microplásticos, tuberías subterráneas defectuosas u hongos radioactivos. Algunos de estos casos fueron diseñados a propósito, mientras que otros no son más que subproductos del progreso tecnológico.

Una evolución así exige ser cartografiada, revisar nuestros bestiarios, herbarios y lapidarios, y examinar a las criaturas de nuestra era: El Antropoceno. Este es el propósito de este libro, que recopila especímenes híbridos que hemos encontrado en nuestras observaciones de campo, así como en nuestra lectura diaria de múltiples informes científicos. En estas páginas, seguidas de una serie de textos destinados a destacar diversas nociones para navegar por ellas, seleccionamos sesenta casos sintomáticos, aunque no exhaustivos, de la era «postnatural» en rápida transformación en la que vivimos.
Desde una perspectiva temporal, nos hemos centrado sobre todo en casos surgidos después de mediados del siglo XX. Aunque abundan los debates sobre cuándo comenzó realmente el Antropoceno, nosotros lo seleccionamos como el inicio de la «Gran Aceleración», después de la Segunda Guerra Mundial, para considerar cómo empezamos a consumir recursos y a crear materiales y contaminantes completamente nuevos a un ritmo exponencial. Además, todos estos casos corresponden a distintos niveles de hibridación, con casos que van desde la materia mineral y orgánica hasta los sistemas tecnológicos, dando fe de la disrupción de las fronteras entre lo «natural» y lo «artificial». En las páginas siguientes, se clasifican en reinos sistemáticos comunes, con minerales, plantas, animales y materias diversas. Dentro de cada reino, se presentan casos desde el mundo natural hasta el nuestro, cada vez más artificial. Nos hemos centrado únicamente en especímenes existentes y documentados, evitando criaturas especulativas como prototipos procedentes de la investigación científica y proyectos de arte y diseño, partiendo de la hipótesis de que los casos existentes eran suficientemente asombrosos para nuestro propósito.
Concebido como un manual de campo, este bestiario del Antropoceno pretende ayudarnos a observar, navegar y orientarnos en el tejido cada vez más artificial del mundo. Pretende animarnos a prestar atención (2), a percibir los matices y el ensamblaje de una ecología oscura surgida en las últimas décadas (3).

1 Haraway, Donna. 2016. “Staying with the Trouble. Making Kin
in the Chthulucene.” Durham: Duke University Press, p.1.
2 Que se acerca a lo que Anna L. Tsing denomina «las artes de darse cuenta». Tsing, Anna. 2015. «The Mushroom at the End of the World. On the Possibility of Life in Capitalist Ruins». Princeton: Princeton University Press.
3 «¿Qué es la ecología oscura? Es conciencia ecológica, oscura-deprimente. Sin embargo, la conciencia ecológica también es oscura-imposible. Y, extrañamente, es oscuro-dulce. El nihilismo es siempre el número uno en las listas de éxitos hoy en día. Normalmente no pasamos de la primera oscuridad, y eso si es que nos importa. ¿Qué piensa la ecología oscura? Ecognosis, un enigma. Ecognosis es como saber, pero más como dejar-saber. Es algo así como coexistir. Es como acostumbrarse a algo extraño, pero también es acostumbrarse a la extrañeza que no se vuelve menos extraña por aclimatación».
Morton, Timothy. 2016. «Dark Ecology, For a Logic of Future Coexistence». Nueva York: Columbia University Press, p.5. NOTAS

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ESPECIMEN N°01 - HUESOS DE POLLO - REÍNO: MINERALES - CATEGORÍA: ROCAS
Los cambios en las pautas de cría y consumo de alimentos han afectado profundamente a la superficie de la Tierra y a sus procesos geológicos. La ilustración más común de esto es el caso de los pollos, que se convirtieron en un rasgo definitorio del Antropoceno. Los investigadores han demostrado que los pollos de carne modernos, que son radicalmente diferentes de sus predecesores, son tan omnipresentes que podrían ser una especie marcadora de nuestra época de influencia humana (1). En comparación con sus antepasados de la época romana, los pollos que se venden actualmente en los supermercados tienen un esqueleto, una química ósea y una genética diferentes, debido a los cambios introducidos por el hombre en la cría, la alimentación y las prácticas agrícolas. Su tamaño se ha duplicado desde la Edad Media, su masa corporal se ha quintuplicado a lo largo del siglo XX y su tasa de crecimiento y población aumentaron espectacularmente tras la Segunda Guerra Mundial. Tanto es así que su masa combinada supera la de todas las demás aves de la Tierra.
En consecuencia, las tremendas cantidades de huesos de pollo desechadas en todo el mundo pueden considerarse una prueba fósil clave para el futuro registro geológico. Este nuevo «morfotipo» de pollo puede reflejar entonces la reconfiguración humana sin precedentes de la biosfera de la Tierra, dominada ahora por su consumo masivo.
1 Bennett, Carys, Richard Thomas, Mark Williams, Jan Zalasiewicz, Matt Edgeworth, Holly Miller, Benjamin Coles, Alison Foster, Emily Burton y Upenyu Marume. 2018. «The Broiler Chicken as a Signal of a Human Reconfigured Biosphere» (El pollo de engorde como señal de una biosfera reconfigurada por el ser humano). Royal Society Open Science 5. https://doi.org/10.1098/rsos.180325.
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ESPECIMEN N°06 - PLASTIGLOMERADO - REÍNO: MINERALES - CATEGORÍA: ROCAS
Acuñado por un equipo formado por un geólogo, un oceanógrafo y un escultor (4), el término «plastiglomerado» se refiere a un nuevo tipo de roca formada por plásticos fundidos, desechos marinos, basalto y madera combinados en una sola sustancia mediante hogueras. Este tipo de formación geológica, ni piedra ni plástico, se encontró recientemente en las playas de Hawai, posiblemente un punto terminal en la circulación mundial de basura. Los plastiglomerados pueden considerarse uno de los muchos marcadores perturbadores -aunque materiales- del Antropoceno, esta nueva época considerada como el periodo durante el cual la actividad humana ha sido la influencia dominante sobre el clima y el medio ambiente. El plástico tiene un siglo de antigüedad, pero estas peculiares rocas hawaianas demuestran que puede integrarse rápidamente con otras materias mediante fuerzas geológicas. Nos dan la impresión de que tanto la sociedad de consumo como el metamorfismo pueden combinarse para forjar las reliquias de nuestras civilizaciones industriales. Este proceso ocurre casi en tiempo real, en comparación con los plazos geológicos. Los geólogos denominan «costras de plástico» a un fenómeno similar observado en Madeira, donde una capa de partículas de plástico procedentes del océano se adhirió directamente a las rocas de la costa (5).
Hasta cierto punto, el plastiglomerado es la manifestación visible de un fenómeno que existe a un nivel mucho menor en casi todo el planeta: la integración de partículas microplásticas en nuestro entorno, en los alimentos que comemos, en el agua que bebemos y, finalmente, en nuestros cuerpos. Por ello, el plastiglomerado encarna la condición general de nuestro mundo, un híbrido de polímeros sintéticos y compuestos orgánicos.
4 Corcoran, Patricia, Charles Moore y Kelly Jazvac. 2014. «An Anthropogenic Marker Horizon in the Future Rock Record.» (Un horizonte marcador antropogénico en el registro de rocas del futuro). GSA Today 24: 4-8. https://doi.org/10.1130/GSAT-G198A.1.
5 Gestoso, Ignacio, Eva Cacabelos, Patrício Ramalhosa, y João Canning-Clode. 2019. «Plasticrusts: A New Potential Threat in the Anthropocene’s Rocky Shores» (Plasticrusts: Una nueva amenaza potencial en las costas rocosas del Antropoceno). Science of The Total Environment 687: 413-15. https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2019.06.123.

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ESPECIMEN N°23 - CANGREJO ERMITAÑO ATRAPADO - REÍNO: ANIMAL - CATEGORÍA: ANIMALES CON PLÁSTICO
Los cangrejos ermitaños son crustáceos con el abdomen curvado en espiral que se protegen de los depredadores mediante una concha marina vacía que el animal lleva consigo y en la que puede retraer todo su cuerpo. Dado que los caparazones intactos adecuados son a veces un recurso limitado, a menudo se produce una vigorosa competencia entre ellos. Al no estar acostumbrados al plástico, los cangrejos ermitaños pueden confundir los desechos -tapas de botellas, pajitas, vasos, cajas- que se acumulan en las playas y orillas del mar con conchas marinas y meterse en ellos, lo que les hace quedarse atascados y morir de hambre. Esta dramática situación se ve agravada por el hecho de que cuando un cangrejo muere, emite una señal que alerta a los demás de que hay una nueva concha disponible para ellos. Esta reacción en cadena hace que decenas de cangrejos corran por la isla y caigan en la trampa de plástico, matando a miles de ellos en los últimos años (14) . Aunque esta situación sólo se ha documentado en las islas Cocos (Keeling), en el océano Índico, y en la isla Henderson, en el Pacífico Sur, es probable que sea un problema en cualquier lugar donde los cangrejos ermitaños convivan con basura plástica.
14 Lavers, Jennifer, Paul Sharp, Silke Stuckenbrock, and Alexander Bond. 2019. “Entrapment in Plastic Debris Endangers Hermit Crabs.” Journal of Hazardous Materials 387: 121703.
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ESPECIMEN N°24 - TORTUGAS ESTRANGULADAS - REÍNO: ANIMAL - CATEGORÍA: ANIMALES CON PLÁSTICO
Los sedales, las anillas de refresco y los restos de basura plástica pueden tener efectos dramáticos en animales como las tortugas, estrangulando a los reptiles marinos o constreñiéndoles el caparazón. La historia de Peanut, una tortuga de orejas rojas, fue ampliamente difundida como ilustración de las consecuencias de la contaminación plástica entre la fauna marina. Hace treinta años, quedó atrapada en una anilla de plástico de un paquete de seis latas que llegó a su hábitat. Al crecer, el plástico se apretó a su alrededor e hizo que su caparazón y su cuerpo adoptaran la forma de un cacahuete. Los veterinarios le quitaron el anillo de plástico, pero su peculiar aspecto permaneció. También se dieron cuenta de que tenía los pulmones dañados. Peanut aún vive y sigue creciendo. Más tarde se convirtió en la mascota de la campaña de prevención y limpieza de basuras del estado de Missouri, en Estados Unidos.
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IV. REINO DE LAS PLANTAS
«Siempre hemos sido biohackers. Durante 10.000 años, individuos y grupos creativos han cultivado plantas, seleccionando los rasgos deseados y compartiendo esta información con las generaciones futuras en forma de semillas guardadas. Aunque los métodos para guardar y compartir semillas son bastante sencillos, la mayoría de los agricultores comerciales del mundo actual no guardan semillas debido a restricciones legales, inconvenientes o la preferencia por variedades híbridas que no se reproducen fielmente y deben comprarse cada año. Sin embargo, la mayoría de los agricultores del mundo son pequeños productores de alimentos, incluidos campesinos, pueblos indígenas y agricultores familiares que no se benefician del sistema alimentario industrializado. Los pequeños agricultores y los fitomejoradores independientes crean y mantienen semillas abiertas: biotecnologías que son sociales, lentas y (normalmente) de código abierto».
The Center for Genomic Gastronomy. 2019. “Seeds.”

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ESPECIMEN N°49 - ÁRBOL ANTENA - REÍNO: PLANTAS - CATEGORÍA: TECNOLOGÍAS CAMUFLADAS
La omnipresencia de torres de telefonía móvil en paisajes urbanos y rurales ha suscitado protestas contra su carácter visual (percibido como feo por los vecinos) y las ondas electromagnéticas que las rodean. Efecto colateral del ansia de conectividad ininterrumpida de nuestra sociedad, el diseño y la construcción de torres de telefonía se ven ahora influidos por diversas estrategias. Una de ellas consiste en el uso de técnicas de camuflaje y, obviamente, la metáfora «natural» desempeña aquí un papel importante. Junto con las alfombras verdes y los céspedes sintéticos, las torres de telefonía móvil disfrazadas de árboles son quizá el ejemplo más común del batiburrillo naturaleza/tecnología en la actualidad. Diseñadas para que las infraestructuras de telecomunicaciones resulten menos visibles y ofensivas para los habitantes de los alrededores -una táctica también empleada para las plataformas petrolíferas-, este tipo de ocultación fue propuesta por primera vez por ingenieros sudafricanos a mediados de los años noventa. Observando la analogía entre las palmeras y las antenas de telefonía, el equipo, encargado por Vodacom de solucionar esta contaminación visual, decidió darles un carácter silvestre añadiendo troncos de fibra de vidrio y hojas de plástico a la silueta habitual de los postes de las antenas existentes.
Los mástiles-árbol falsos, como las plataformas petrolíferas camufladas de palmeras, pueden considerarse una forma muy pragmática y bastante aceptada socialmente de integración naturaleza/tecnología. Como señalan Rick Miller y Ted Kane (21): «el resultado es la torre de telefonía móvil camuflada, subproducto de la única postura disponible para las comunidades que se oponen a las torres de telefonía móvil, que es exigir su invisibilidad. Ocultando su presencia a la vista del público, la omnipresente torre de telefonía móvil camuflada como una palmera se convierte en un icono apropiado de la red privada de infraestructuras de nuestros días». Tras unos años de existencia, es interesante observar cómo los comportamientos de la fauna en torno a estas estructuras han evolucionado de forma inesperada, pareciendo tan reales que los pájaros construyeron nidos en ellas y los elefantes las utilizan como rascaderos.
(21) Miller, Rick, and Ted Kane. 2008. “Mobile Phones. Cell Structure.” In The Infrastructural City: Networked Ecologies in Los Angeles. Barcelona: Actar.
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ESPECIMEN N°50 - MOHO NEGRO - REÍNO: VARIOS - CATEGORÍA: MICROHONGOS
El «moho negro» hace referencia a varias especies de microhongos de color verde oscuro o negro que prosperan en ambientes cálidos y húmedos, como baños, duchas, aseos, cocinas y sótanos. Los mohos de interior más comunes pertenecen a los géneros Cladosporium, Penicillium y Aspergillus. Aunque fue descubierto originalmente en la pared de una casa de Praga en 1837 por August Carl Joseph Corda, el moho negro prolifera en edificios y casas, creciendo alrededor de goteras en tejados, ventanas o tuberías, o donde ha habido inundaciones; especialmente en materiales de construcción que proporcionan nutrientes adecuados que favorecen el crecimiento del moho (como madera, suciedad, polvo, pinturas, papel pintado, materiales aislantes, paneles de yeso, moqueta). Dependiendo de las personas, la exposición a ambientes mohosos puede causar diversos efectos sobre la salud. Los científicos hallaron pruebas suficientes para relacionar la exposición al moho en interiores con síntomas de asma o del tracto respiratorio superior, como tos crónica y estornudos.
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ESPECIMEN N°56 - NUBE PIROCUMULONIMBO - REÍNO: VARIOS - CATEGORÍA: NUBES ANTROPOGÉNICAS
Etiquetada en la web oficial de la NASA como el «dragón que escupe fuego», la nube pirocumulonimbo, también conocida como nube cumulonimbo flamígera (CbFg), es un tipo de nube que se forma sobre una fuente de calor, como un incendio forestal, una erupción volcánica o una explosión atómica. Propagándose a gran altitud, este tipo de formación nubosa alcanza la tropoesfera superior o incluso la estratosfera inferior y puede implicar precipitaciones, granizo, rayos, vientos extremos a baja altura y, en algunos casos, incluso tornados (proceso conocido como pirotornadogénesis). Los efectos combinados de estos fenómenos pueden aumentar enormemente la propagación del fuego y causar peligros directos sobre el terreno, además de los incendios «normales». Aunque los investigadores consideraban que las nubes pirocumulonimbos eran muy raras, observaron cómo se han vuelto más comunes en los últimos diez años, asociadas a fenómenos meteorológicos extremos como los incendios forestales de Australia o California. A pesar de los precedentes, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) reconoció en 2017 que cualquier nube Cumulonimbus que se observe claramente que se ha originado como consecuencia de fuentes de calor naturales localizadas se clasificará por cualquier especie apropiada, variedad y característica suplementaria, seguida del término flammagenitus.
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OBSERVACIONES
Sobre las temporalidades (hacia un cambio gestáltico) - Entrevista a Geoffrey C Bowker por Disnovation.org.

Con la mediatización de la noción del Antropoceno en la última década vino la popularización de la idea de que los humanos están cambiando masivamente el mundo que los rodea y han estado, por así decirlo, terraformando la Tierra; especialmente desde la intensificación del uso de combustibles fósiles. ¿Hasta qué punto podemos expandir esta noción más allá del alcance de todo el Antropoceno?
GEOFFREY C. BOWKER
La vida siempre ha tratado de terraformar. Siempre se ha tratado de cambiar el mundo que nos rodea desde los primeros días. Toma las arqueas, las primeras bacterias. Dan oxígeno como parte de su proceso metabólico. Siguieron liberando oxígeno hasta que aproximadamente el 20% de la atmósfera de la Tierra estuvo compuesta por él. Eso luego creó un nicho para que los eucariotas, las formas de vida modernas, llegaran a existir porque podrían usar el oxígeno como su propia fuente de energía. así que la Tierra siempre se ha consistido en cambio, siempre ha consistido en nosotras -como formas vivas- cambiando el mundo que nos rodea. Sin embargo, me gusta pensar en esto de una manera un poco más compleja. Que en cierto sentido, nosotras mismas estamos hechas de todas las formas de vida que nos están cambiando todo el tiempo. Más del 90% de las células del cuerpo humano están compuestas por microflora y microfauna. Uno de los primeros ejemplos es la mitocondria, que son células que le dan energía dentro de su estructura neuronal y celular. Originalmente eran una especie invasora que invadía el cuerpo humano y se apoderaba de él. Al mismo tiempo que estamos terraformando la Tierra, también la vida misma se está adaptando y cambiando cada forma de vida individual específica todo el tiempo. Entonces, la unidad de análisis correcta aquí no es «la naturaleza aquí, los humanos allá», «dentro de nuestro cuerpo aquí, fuera de nuestro cuerpo allá». Pero es una comprensión de la danza de la vida y la forma en que funciona esta danza.

Geodiversidad

D: Anteriormente mencionó la relación entre el continuo proceso de terraformación impulsado por humanos y sus innumerables consecuencias sobre la «geodiversidad». A menudo oímos hablar de las consecuencias de las actividades humanas en la biodiversidad, pero menos en la geodiversidad.
GCB:
Hay un dicho en los círculos de estudio del Antropoceno que dice que la geodiversidad suplica biodiversidad. Que necesita tener un entorno geológico diverso para crear el conjunto de nichos que necesita para que se especialicen varias formas de vida. Entonces, de nuevo, no se trata de pensar en la Tierra como el fundamento de la vida, se trata de la diversidad geológica, que es fundamental para nuestro ser como lo es la biodiversidad. Podemos pensar en un par de ejemplos en los que ha cambiado en los últimos dos siglos. Por ejemplo, usamos cemento en todas partes, movemos arena por todas partes, aplanamos el paisaje, para que desaparezcan las fuentes de biodiversidad. Una de las formas de pesca más populares pero peores es el dragado de montañas marinas. A medida que dragan sus costados, les quitan la vida y los aplanan hasta convertirlos en inútiles trozos de roca. Así que estamos convirtiendo algo que era una parte viva y hermosa de la genuina biodiversidad de la Tierra, y lo estamos convirtiendo en algo que es plano y estandarizado.
Pero este aplanamiento puede conducir a algunos resultados extraños. Por ejemplo, hace unos años se descubrió que a las arqueas les iba muy bien en algunas calles de París. La razón de esto es que muchos chicos orinaban en las paredes (sin embargo, ahora son mucho más limpias y estandarizadas). Pero su orina creó un fondo ácido, un pequeño nicho geodiverso dentro de los edificios, que permitió que florecieran ese tipo de bacterias. Es un ejemplo un tanto perverso, pero genéricamente, necesitamos lidiar con la geodiversidad tanto como con la biodiversidad.
Necesidad de cambio adaptativo
D: Curiosamente, esta noción de geodiversidad nos brinda una perspectiva útil para comprender mejor el espacio de fricción entre las decisiones históricas, sociales, políticas y económicas y sus consecuencias en la vida. Pero desde este punto de vista, uno podría comenzar a preguntarse si la narrativa de la «preservación de la biodiversidad» es siquiera la lente correcta para tener autoridad en tales temas.
GCB:
Tenemos esta extraña arrogancia de pensar que el tiempo presente es el momento ideal, que ahora tenemos el clima perfecto y el conjunto perfecto de especies. Ese es un argumento completamente ridículo. Los climas siempre están cambiando, van a cambiar con el tiempo, siempre han cambiado y las especies que pueblan la Tierra siempre van a cambiar también. Tendemos a imaginar que la única forma de preservar la biodiversidad es creando estos pequeños bolsillos. Una burbuja perfecta que preservará el clima actual y preservará el ecosistema actual para mantener las cosas como están.
Sin embargo, hay un argumento muy sólido en los círculos de la biodiversidad de que no se trata de eso. Las especies van a morir; las especies mueren todo el tiempo, eso no es un problema. En cambio, necesitamos crear la capacidad para que surjan nuevas especies, y eso tiene algunos efectos paradójicos inmediatos. La primera es que en vez de ke
Las especies van a morir; las especies mueren todo el tiempo, eso no es un problema. En cambio, necesitamos crear la capacidad para que surjan nuevas especies, y eso tiene algunos efectos paradójicos inmediatos. La primera es que en lugar de mantener, por ejemplo, un panda gigante o un elefante, el tipo de megafauna carismática que todos aman y cuidan, que son importantes, deberíamos mantener dos especies hermanas. Dos especies que tienen una estructura genética bastante cercana entre sí, porque entonces pueden reproducirse juntas y crear en gen una nueva especie que se adapte a las nuevas condiciones.
Pase lo que pase, ya sea que detengamos el cambio climático en 2 grados, 3 grados o, mucho más probable, en 5 a 8 grados ahora, vamos a enfrentar la necesidad de un cambio adaptativo durante los próximos dos siglos. Lo que debemos hacer es preservar la capacidad de cambio, mantener esa flexibilidad y adaptabilidad, y olvidarnos de esta quimera de tratar de proteger especies que, en última instancia, están condenadas a morir de todos modos. En lugar de tratar de preservar las cosas como están, lo que en realidad no es ni deseable ni posible, deberíamos mirar hacia un futuro en el que estemos creando la capacidad para un cambio continuo. Vivir en un mundo adaptable significa desarrollar nuevos tipos de pensamiento político, mitológico y poético. Necesitamos unir todas esas cosas para crear el mejor conjunto de reglas posible para el futuro.
Las casas iluminan el sol y la luna. El hombre y la mujer caminan con las piernas al aire. ì Le monde renversÈ .î 1829. De la fabrique de Pellerin.
Planificación a largo plazo
D: Lo que llama la atención con tales consideraciones es que la mayoría de las herramientas en nuestros sistemas legales y políticos actuales no están diseñadas para tratar con procesos a largo plazo, o al menos no con las escalas de tiempo que está implicando aquí.
GCB:
Para mí, en muchos sentidos, la cuestión de la temporalidad es clave en muchos de estos temas. ¿De qué escalas temporales estamos hablando realmente? Es muy, muy difícil para los políticos pensar más allá de un marco temporal de cinco años para planificar para las generaciones venideras, para los próximos mil o incluso doscientos mil años. Implica un conjunto diferente de decisiones, y les pondré un ejemplo contradictorio.
La mejor manera de gestionar un bosque es eliminar aproximadamente uno de cada cinco árboles, lo que resulta enormemente feo durante los próximos cuarenta o cincuenta años. Pero luego el bosque se recuperará y crecerá mucho mejor. Equilibramos el beneficio a corto plazo de mantener un bosque bonito por el que podamos pasear los fines de semana, que es el tipo de temporalidad en el que les gusta pensar a los políticos, con el beneficio a largo plazo de lo que es mejor para el planeta, lo que es mejor para las especies y lo que es mejor para las nuevas especies que vayan apareciendo. En realidad, es una forma muy diferente de preservar los bosques.
Por ejemplo, una de las cosas problemáticas del huracán Katrina en Estados Unidos, que puso de manifiesto tantas desigualdades políticas y económicas en este país, es que nadie cuestionó que debíamos limitarnos a reconstruir Nueva Orleans en Nueva Orleans. Eso no es muy adaptable. A muy largo plazo vamos a perder Nueva Orleans, como vamos a perder todos esos estados de baja altitud. No es sólo una conjetura, no podemos levantar muros ni devolver el mar. Ahora tenemos la garantía de que el océano subirá varios metros durante el próximo siglo. Si es así, hay que planificarlo. ¿Cómo desarrollar formas, medios y sensibilidades que nos permitan pensar a largo plazo? Quizá debamos dejar de insistir tanto en la urgencia de todas estas cuestiones. Claro que la biodiversidad y el cambio climático son cuestiones increíblemente importantes. Pero pensemos en soluciones que se adapten realmente al ritmo que necesitamos, para crear colectivamente el tipo de mundo que queremos tener en el futuro. Ello implicará un nuevo tipo de política capaz de operar a escala mundial. Dado que las Naciones Unidas han quedado prácticamente anuladas en los últimos treinta años, ya no tenemos organismos mundiales que puedan hacerlo realmente. No tenemos políticos que realmente piensen a largo plazo de esta manera. Paradójicamente, uno de los primeros programas de gestión medioambiental que conozco surgió en Holanda en el siglo XVI.
Publicado en: https://aplaneta.org/2024/05/15/bestiario-del-antropoceno/Sabían que tenían muy pocos árboles y, sin embargo, dependían de una marina mercante, así que planificaron el bosque para los doscientos años siguientes. En Inglaterra, al mismo tiempo que se construía una iglesia también se plantaban algunos robles a su alrededor. Así, cuando la madera de la iglesia se pudriera dentro de cien años, se podría sustituir por roble fresco de los árboles maduros. La capacidad de pensar a ese plazo es realmente difícil. Estamos acostumbrados a lidiar con crisis que suceden con un chasquido de dedos.
¿Cómo reconocemos las crisis que se producen a un ritmo mucho más lento, a ritmos y velocidades diferentes? ¿Cuántas personas tienen que tener asma en Atenas o Los Ángeles para que se declare una emergencia? En los últimos meses hemos mantenido en Estados Unidos un extraño discurso sobre lo que constituye una emergencia nacional. Ciertamente, una emergencia no es sólo algo que le ocurre a alguien inmediatamente, también es algo que puede suceder muy lenta y gradualmente. Puede que ni siquiera la vean o la perciban en su vida. Pero a menos que podamos sintonizar con ese tipo de urgencia y esas necesidades de acción, siempre tomaremos las decisiones equivocadas cuando se trata de proteger, preservar y hacer crecer nuestro planeta
Repensar el parentesco
D: En cierto modo, usted hace hincapié aquí en algo mucho más complejo que los meros cambios políticos o técnicos. Sino en una necesidad social más profunda de desarrollar nuevas modalidades de percepción, nuevos tipos de sensibilidad y nuevas formas de percibir y dar sentido a señales extremadamente lentas, grandes, difusas o débiles. Se trata de todo un cambio de paradigma. ¿Es esto algo que podría encontrarse o aprenderse de diferentes culturas, épocas, sabidurías o quizás especies? ¿Cómo podríamos facilitar un cambio de paradigma tan profundo?
GCB:
Para mí, el concepto de parentesco se remonta a la obra de Donna Haraway y también a la de Adele Clarke. Acaban de publicar una maravillosa colección titulada «Make Kin Not Population» (Crear parentesco, no población). La idea de parentesco es reconocer que no tenemos ningún lugar especial en el mundo. La antigua idea religiosa era esta gran cadena de seres en la que estaban los humanos en la cima, luego los simios, y luego bajamos hasta llegar a las bacterias. Es un sistema jerárquico. No es así como podemos y debemos entender el mundo, es mucho más rizomático que eso. No está ordenado en una jerarquía tan bonita. Ser rizomático significa que siempre estamos conectados entre nosotras y con el mundo que nos rodea de todas las formas que puedas imaginar. Una idea que descubrí hace unos años, y que me encanta, es el exposoma. Está el microbioma, que es la flora y la fauna que tenemos dentro del estómago y que es muy importante para regular nuestro estado de ánimo y nuestra inteligencia. Pero si de verdad se quiere averiguar cuál es el bioma de una persona, hay que hacerlo con el exposoma: hay que entrar en sus casas y ver de qué manera su ser está diseminado por el hogar. Dejan bacterias en distintas partes, que se acumulan, se reproducen y vuelven al cuerpo. Así que, en cierto sentido, no hay separación entre mi casa, que es un objeto construido, y yo, que soy un conjunto de ADN. Tenemos que reconocer nuevos parentescos, tenemos que reconocer que se trata de relaciones en todos los sentidos.
Michel Serres, uno de mis filósofos franceses favoritos, escribió este maravilloso libro llamado «El parásito», donde dice que la relación fundamental en el mundo es la del parasitismo: son formas vivas que viven y viven con otras formas vivas. Si nos vemos a nosotros mismos teniendo parásitos dentro de nosotros, entonces nosotros también somos parásitos. Vivimos en este mundo constante de relaciones. Por eso necesitamos a los artistas, por eso necesitamos a los contadores de historias, por eso necesitamos a los contadores de mitos. Necesitamos comenzar a contar historias de nuevas maneras y luego debemos contar esas historias a otros.
Podría convencerte de esto en el papel, pero no cambiaría tu forma de ser en el mundo. Lo que necesitamos es lo que se llama en alguna literatura, un cambio de gestalt (2), para ver el mundo de repente de manera diferente. Pero, ¿cómo induces a alguien, o a un grupo de personas, a ver de repente el mundo de manera diferente? No lo haces simplemente golpeándolos en la cabeza con hechos, lo haces contándoles historias, esbozando futuros posibles y realizando ejercicios para sensibilizar a las personas sobre el mundo que les rodea y la forma en que las fuerzas magnéticas, el formas de vida, y todo lo que las rodea las interpenetra todo el tiempo. Hasta que tengamos ese tipo de cambio de gestalt, seguiremos teniendo esta mitología del excepcionalismo humano, en la que, desafortunadamente, se basa la mayor parte de la ciencia occidental:  

Los humanos son criaturas inteligentes y racionales que se sientan por encima de la realidad... No lo somos. No somos las únicas criaturas inteligentes. A veces incluso dudo de que seamos las criaturas más inteligentes que existen... Y ciertamente no somos las únicas criaturas que deberían estar rabajando, jugando y desarrollándose juntos para abordar los problemas que enfrentamos, como mundo, hoy.


1 https://evolution.berkeley.edu/evolibrary/news/170503_ cyanobacteria
2 Giuseppe, Micheli, A. 2012. “Gestalt Switches in the Idea of Context. A Macro Dimension of the World for Every Theory of Action
(Conmutadores Gestalt en la Idea del Contexto. Una dimensión macro del mundo para cada teoría de la acción”). Sociológica, Fascículo
Fuente: ”Bestiario del Antropoceno" de  & disnovation.org bestiaryanthropocene.com - Editorial Menguante

 

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