Diferenciar entre tiempo y clima: asignatura pendiente en la política (y en los negacionistas)

Gran parte de los argumentos negacionistas parten del error de confundir tiempo y clima, dos conceptos que se enseñan en el colegio. Desde la política, aunque a veces sea con buenas intenciones, también suelen mezclarlos, lo que sirve de munición para los primeros. El meteorólogo Enrique Barrera profundiza en ello.

Enrique Barrera

Hace unos días, solo tres diputados españoles (una del PSOE, una de  Sumar y uno del  PP) de los 350 que forman el Congreso de los Diputados acudieron a unas jornadas sobre formación científica en cambio climático. No asistió nadie de UPN, VOX, PNV, CC o Junts, pero tampoco de partidos de izquierda que dicen ser ambiciosos en la lucha contra la crisis climática como Podemos, ERC o Bildu. Estas jornadas podrían haberles venido muy bien a ciertos representantes políticos que no conocen un concepto fundamental: la diferencia entre tiempo y clima, algo que nos enseñan desde el colegio. Hay personas que ignoran estas diferencias para negar el cambio climático antropogénico, pero también hay perfiles en defensa del clima que comunican mal sobre el tema, dando argumentos a los primeros. Repasamos también algunos de los bulos más frecuentes.
Negacionistas que no diferencian entre tiempo y clima

Año 2014, Donald Trump, que por entonces aún no era presidente de los Estados Unidos, señalaba en un tuit que está nevando en Texas y Louisiana, con récords fríos de temperatura. Y llama al calentamiento global un timo muy caro. Más tarde, apuntó la misma idea cuando nevaba en Texas y Tennesse. Existen otros muchos ejemplos, incluso cuando ya había sido elegido presidente.
Año 2024, Juanma Badenas, segundo teniente de alcalde de Valencia y portavoz municipal de Vox en la ciudad: «¿El cambio climático? El año pasado, en Fallas iba con chaquetas de lino, y este año, con chaquetas de lana».
Año 2021, Javier Lambán, entonces presidente de Aragón y actual senador del PSOE, decía: «A la vista de las imágenes que nos deja la #TormentaFilomena, no parece que el cambio climático vaya a suponer necesariamente la desaparición de la nieve. El año pasado ya fue muy pródigo con nuestras montañas en ese sentido».
Los ejemplos arriba expuestos son una clara muestra de políticos negacionistas (o cuanto menos, retardistas) del cambio climático que parten de un error de base: no es lo mismo tiempo que clima, aunque muchas veces se usen indistintamente en medios de comunicación.
Cuando hablamos del tiempo (el meteorológico) hablamos de las condiciones meteorológicas que se dan en un lugar y tiempo determinado. Podemos decir que un día de primavera a las 15:00 hace 25 ºC en Sevilla, está despejado y no llueve, lo que muchos calificarían de tiempo agradable. Otros días estará lloviendo, y otros, en verano y de forma muy excepcional (cada vez lo será menos), se llegará a los 43-44 ºC. Podemos hablar del tiempo que hará durante un día o semana. Si comparamos con el tiempo que suele hacer en Noruega, sobre todo en invierno, en general sabemos que hará más frío allí que en Sevilla. Y es ahí donde entra la definición de clima, que son las condiciones promedio de unas determinadas magnitudes meteorológicas en un lugar y tiempo, que suele ser largo. La Organización Meteorológica Mundial usa un periodo de referencia de 30 años.

Tiempo y clima son dos conceptos relacionados pero diferentes (salvo en algunos países de Latinoamérica, donde se suelen usar ambos términos indistintamente). En Noruega hará más frío durante todo el año, pero hay veces donde incluso ha hecho más calor allí que en Sevilla (como a finales de junio de 2022). Hay ocasiones en las que en Reino Unido no llueve y en España sí, pero sabemos que Reino Unido tiene un clima más lluvioso que en España por su temperatura media.
Si hay cambio climático es porque las condiciones promedio de ese lugar han cambiado a lo largo del tiempo. Por ejemplo, el clima de España es ahora más cálido que el de la década de los 50. También hablamos de fenómenos o extremos meteorológicos: borrascas, huracanes, olas de calor, olas de frío, nevadas históricas. Estos fenómenos han existido toda la vida, pero ahora están cambiando sus parámetros estadísticos: como la frecuencia con la que se sucede y su duración. Es ahí cuando tenemos que hablar de cambio climático y tenemos que usar variables estadísticas para ver cómo el clima ha cambiado
De meteorólogos a perfiles ultras
Un ejemplo de vídeo que suelen usar los negacionistas es una entrevista a un meteorólogo de Canal Sur. La presentadora le pregunta si las inundaciones de 1989 y 2012 se parecen a las de ese fin de semana de la entrevista, y si son fruto del cambio climático. El meteorólogo de Canal Sur, Julio Marvizón, responde diciendo que sí, que  han ocurrido antes y se pregunta por qué no deberían ocurrir otra vez si se producen cíclicamente.
Los negacionistas usan ese argumento para tratar de desmontar el cambio climático. Aquí tanto entrevistadora como entrevistado no saben esa diferencia entre tiempo y clima. La entrevistadora debió haber preguntado si se está produciendo con más frecuencia o si son más intensas esas inundaciones, mientras que el meteorólogo ignora el hecho de que claro que ha ocurrido antes, pero ahora pueden ocurrir con más frecuencia, ser más intensas y peligrosas. Además, en las inundaciones juega un papel importante el urbanismo. Aun así, al final de la entrevista el meteorólogo reafirma su negacionismo dudando del origen antropogénico del cambio climático y llega a afirmar que el clima ha cambiado, como siempre, ignorando que este cambio climático es antropogénico (es decir, de origen humano) y excepcional frente a otros que ha habido en el pasado.
Otro de los bulos más frecuentes es encontrarnos recortes de periódico o boletines climáticos diciendo que en el pasado ya se registraban 50 ºC. Aquí hay dos problemas: las garitas meteorólogicas de antes, a diferencia de las de ahora, no protegían bien de la radiación solar, por lo que sobreestimaban las temperaturas. Y, aun con eso, que se registraran esas temperaturas de forma puntual no negaría el cambio climático porque una cosa es tiempo y otra es clima. Lo mismo puede suceder con registros más fiables, aunque se hayan registrado de forma puntual altísimas temperaturas hay que mirar magnitudes estadísticas.
Como ocurrió con Filomena en 2021, es común ver a algunos perfiles aprovechar que nieva en algún lado para inmediatamente negar el cambio climático. Lo hemos visto con una nevada en Lugo en abril: tan cierto es que ya había ocurrido antes como que cada vez hay menos nevadas en la ciudad gallega durante esas fechas.
No solo se equivocan los negacionistas
Son también numerosas las ocasiones donde representantes de partidos de izquierda que, pese a estar concienciados sobre el cambio climático, no diferencian entre tiempo y clima, dando alas a pefiles ultras y negacionistas. Algunos ejemplos:
    •    Óscar Puente, actual ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, dijo en el debate de la investidura fallida de Feijóo: “¡Cuánto les molestó a ustedes que les mandaran un simple aviso a su móvil para proteger a la población de un evento climatológico que iba a acontecer!”, en referencia al mensaje enviado a la población madrileña por la DANA de septiembre del año pasado. La DANA fue un fenómeno meteorológico y no climatológico. Danas ha habido toda la vida, por lo que son un fenómeno meteorológico, pero cada vez son más extremas. También Feijóo en algunas ocasiones ha hablado de “condiciones climatológicas”.
    •    Rajoy y su famoso primo: son conocidas las declaraciones del entonces presidente del PP mencionando a su primo, que fue catedrático de mecánica estadística (ciencia que ha ayudado a desarrollar los modelos climáticos). Según su familiar, si no podemos predecir el tiempo de mañana con exactitud (lo cuál es falso), ¿cómo predecir lo que hará dentro de 300 años? Lo que no sabía Rajoy en este caso es la diferencia entre predicciones meteorológicas y climáticas. Las predicciones de los modelos climáticos no buscan predecir el tiempo en Sevilla un 5 de mayo 2078, sino el hecho de si para entonces las olas de calor serán más frecuentes o si la sequías más severas de predecir cambios en variables climáticas. Jorge Buxadé, candidato por VOX en las elecciones europeas, dijo algo similar en un tuit. Años más tarde, ya como presidente del Gobierno, Rajoy llegó a decir que el cambio climático es “el mayor reto medioambiental al que nos enfrentamos”.
    •    Yolanda Díaz y las olas de calor. Tanto en en un acto de campaña en junio del año pasado como en un debate electoral en julio, la vicepresidenta aseguró que “estamos en medio de una ola de calor que tiene un nombre: cambio climático”. Este mensaje, cargado de buenas intenciones, es fácilmente rebatible para las negacionistas porque pueden decir que olas de calor ha habido toda la vida, algo que es cierto. Lo correcto sería decir que cada vez las olas de calor son más frecuentes, duraderas y más intensas. Siempre viene bien acudir a fuentes científicas. Tampoco fue una ola de calor sin precendentes, solo hay que recordar la ola de calor de 2015, que duró 27 días. Lo que ya no fue tan normal fue el número de olas de calor que se dieron en 2023, con una ola de calor final en agosto bastante tardía. Pero hubo que esperar a finales de verano para analizarlas.
    •    Iñigo Errejón en ocasiones ha publicado tuits de un mapa de temperatura de un solo día, afirmando que eso es cambio climático. Como consecuencia, le llegan tuits de negacionistas, que además de usar los bulos de siempre (color de mapas, recortes de periódico, etc.) pueden llevar la razón si les presentan otro mapa de otro año con temperaturas similares. En otras ocasiones, el político de Más País lo ha hecho bien y ha transmitido bien el mensaje.
    •    Manuela Bergerot, portavoz de Más Madrid en la Asamblea de Madrid, fue criticada recientemente por un tuit en el que afirmaba: “La crisis climática nos trae temperaturas récords y un aviso: es urgente tomar medidas antes de que sea tarde”. Este mensaje lo acompañó de un mapa, probablemente de windy.com. Las quejas llegaron porque la mayoría de las temperaturas eran normales para la época y porque los colores usados podrían parecer exagerados. En este caso, la opción correcta hubiera sido poner un mapa de anomalía de temperatura (como hizo Errejón) o de percentiles de AEMET y decir, por ejemplo, que “episodios inusuales de altas temperaturas en el norte son cada vez más frecuentes”. Bergerot transmitió mal y de forma incompleta el mensaje. No obstante, la nota de la comunidad [mensajes aclaratorios que ponen los usuarios de las redes sociales a tuits con mensajes falsos o medias verdades] también es incorrecta porque los colores no se han exagerado, como dicen. Los mapas de windy.com tienen una amplia escala de colores porque son mapas globales que deben recoger desde la temperatura en el Ártico a la del Sáhara.
Para no alimentar los bulos y la desinformación de los negacionistas, desde aquí recomiendo acudir a las instituciones científicas –que ya ponen mensajes sobre cambio climático– o a los asesores científicos para publicar mensajes sobre cambio climático. Un mensaje mal comunicado también puede dañar la credibilidad de la comunidad científica.
Cada día, divulgadores, científicos e instituciones reciben mensajes de negacionistas y conspiranoicos criticando y desprestigiando la información sobre la crisis climática. Las informaciones se dan con rigor científico y con cuidado, pues no todo es atribuible al cambio climático y un mínimo fallo comunicativo es aprovechado por los negacionistas para intentar desprestigiar a los profesionales.. Un ejemplo: las fuertes turbulencias que causaron un muerto y heridos en un vuelo Singapur-Londres no pueden atribuirse al cambio climático porque el tipo de turbulencia asociada no es del tipo asociado a las que se están viendo modificadas por el cambio climático. Aun así, diversos medios lo han atribuido al cambio climático. Y un apunte final para la clase política: acreditar las imágenes y no recortar las marcas de agua, como sucedió con Iñigo Errejón, que recortó en un mapa el nombre del divulgador Scott Duncan.

Fuente: https://climatica.coop/diferenciar-tiempo-y-clima-asignatura-pendiente/

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