Falacias de internet: la velocidad y la cantidad de información son maravillosas, pero los contenidos siguen igual que antes
Joseba Achotegui
En la era de internet vivimos fascinados por la facilidad con la que nos comunicamos. Solo con un clic podemos contactar al instante con personas que se hallan a miles de kilómetros y transmitirles ingentes cantidades de información: vídeos, fotos, textos…
Todo esto es sencillamente extraordinario, pero no nos dice nada acerca de lo fundamental de la comunicación: la calidad de los contenidos, la calidad de los mensajes.
Con Internet solo estamos hablando de velocidad y cantidad, aspectos que tienen su importancia, pero que son secundarios y complementarios en la comunicación.
Si no tengo nada interesante que decirle a alguien, ni la velocidad a la que le lleguen mis mensajes, ni la cantidad de mensajes que le envíe sirven para nada.
Si no tengo nada interesante que decirle a alguien, ni la velocidad a la que le lleguen mis mensajes, ni la cantidad de mensajes que le envíe sirven para nada.
Y si tengo algo interesante que decirle, aunque tuviera que enviárselo por correo a caballo como en el siglo XVIII y tardara una semana en llegar, ese mensaje sería muy valioso.
Si una pareja no tiene nada que decirse, cuanto más tiempo y más intensamente estén en contacto, peor será (por eso en el Verano se dan el 30 por ciento de las separaciones del año).
Si una pareja no tiene nada que decirse, cuanto más tiempo y más intensamente estén en contacto, peor será (por eso en el Verano se dan el 30 por ciento de las separaciones del año).
Y si esa pareja tiene algo que decirse, por difícil que les resulte materialmente comunicarse les será muy valioso.
Es más, en la era de Internet hay un enorme volumen de información vacía de contenidos valiosos que nos llega continuamente y que en muchos casos no es sino publicidad, con frecuencia engañosa, o manipulación, y que puede llegar a saturar nuestros canales de comunicación y limitar nuestras posibilidades de ser receptivos a los mensajes de calidad.
Es más, en la era de Internet hay un enorme volumen de información vacía de contenidos valiosos que nos llega continuamente y que en muchos casos no es sino publicidad, con frecuencia engañosa, o manipulación, y que puede llegar a saturar nuestros canales de comunicación y limitar nuestras posibilidades de ser receptivos a los mensajes de calidad.
Como señala la teoría de la información, no todo lo que se transmite es comunicación, hay una gran parte que no es sino ruido. Podríamos decir que en Internet hay mucho ruido y pocas nueces.
La velocidad y la cantidad de información no son una panacea, ni un valor en sí mismos, sino que son verdaderamente relevantes cuando transmiten algo valioso, creativo.
La velocidad y la cantidad de información no son una panacea, ni un valor en sí mismos, sino que son verdaderamente relevantes cuando transmiten algo valioso, creativo.
Y por supuesto en internet hay informaciones excelentes y es estupendo que nos lleguen rápidamente, pero cuando se nos bombardea con una gran cantidad de información de mala calidad o manipulada, el resultado puede ser que nos irritemos y se incremente nuestra ansiedad y apatía.
Fuente: pubkico.es - Imagenes: datosmuyimportantisimos.blogspot.com - www.gadae.com
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