Más allá de la sostenibilidad, es el momento de una “cultura regenerativa”

Un murmullo está atravesando el mundo empresarial. Su nombre es ‘Regeneración’ y está convirtiéndose en el centro del debate sobre el futuro que queremos en esta ‘Década de acción’ señalada por la ONU. Se trata de un cambio de paradigma que plantea ir más allá de la sostenibilidad y del impacto negativo cero que plantean los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pues su último fin es rectificar el daño que nuestros sistemas económicos han causado durante generaciones para producir una regeneración, una visión sistémica y colaborativa de la economía, inspirada en la naturaleza, cambiando escalas para hacerlas más locales y humanas.

Por Martha Zein

“Vemos ríos, luego árboles, luego peces y luego agua. Rara vez en nuestra mente conectamos árboles, peces y agua a los ríos. No vemos cuencas de vida en las que biorregiones enteras atraviesen ciclos dinámicos de descomposición y regeneración. Es antropocéntrico llamar a las cuencas de vida cuencas hidrográficas o cuencas alimentarias, enfatizando lo que creemos que producen para uso humano”, afirma Daniel Christian Wahl , consultor y autor del libro de renombre internacional Designing Regenerative Cultures.
La diferencia está en que la regeneración tiene una visión sistémica y colaborativa de la economía, inspirada en la naturaleza. En el ámbito empresarial la regeneración propone, por ejemplo, que todas las personas involucradas en un proceso de producción, desde el empleado más bajo hasta el mejor pagado, se conviertan en colaboradores gracias a la creación de oportunidades de aprendizaje. Este simple planteamiento implicaría la reformulación del ODS número 8, que propone que las empresas promuevan “el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos”. En su lugar se estaría hablando de ‘Buen trabajo” y de “crecimiento cualitativo’.
Ya existen empresas de éxito que abanderan principios regenerativos y están proponiendo soluciones rupturistas. Este es el caso de Yvon Chouinard, fundador de Patagonia quien ha declarado recientemente: “Todo es crecimiento, crecimiento, crecimiento, y eso es lo que está destruyendo el planeta. Yo mismo me estoy ocupando de eso. Somos una empresa de mil millones de dólares, más de mil millones, y no quiero una empresa de mil millones de dólares. El día que me lo anunciaron, bajé la cabeza y dije: «Oh Dios, sabía que llegaría a esto». Estoy tratando de descubrir cómo hacer que Patagonia vuelva a actuar como una pequeña empresa”.
De multinacionales a redes de colaboración local y regional
Chouinard plantea la posibilidad de que las corporaciones multinacionales transformen su gigantesca escala para convertirla en redes de colaboración que re-localicen y re-regionalicen la producción y el consumo. “¿Quizás el truco sea volver a ser muchas empresas pequeñas? Estas empresas adaptadas regionalmente deben parte de su éxito a su red global de intercambio de conocimientos y cooperación”, indica Wahl, quien menciona a la académica en budismo, teoría de sistemas y ecología profunda Joanna Macy, para recordar: “Tenemos que cuidar de un sistema moribundo y, al mismo tiempo, co-crear una presencia humana que sustente la vida en la Tierra. No agregar más daño no es suficiente, así de sencillo, tenemos que curar el que hemos causado a los ecosistemas que habitamos, así como a las comunidades en las que vivimos”.
Los derechos de la naturaleza
Este espíritu es el que inspira desde hace años a individuos que hasta ahora parecían moverse en la esfera de lo excepcional, como es el caso de Martin von Hildebrand, fundador de la ONG Gaia Amazonas http://gaiaamazonas.org. Este mes, el gobierno francés ha destinado 5,72 millones de euros a la protección de más de 17 millones de hectáreas de la Amazonía. El proyecto (TerrIndígena) está encabezado por von Hildebrand, junto a la Fundación EcoCiencia y el Instituto de Pesquisa e Formação Indígena – Iepé.
“Al pensar en proyectos que buscan la sostenibilidad de la Amazonía no es suficiente hablar o comprometerse con el desarrollo de tecnologías limpias. Debemos integrar la concepción indígena que entiende la naturaleza como un conjunto y considera que los seres humanos somos parte de ella; es nuestro deber proteger los derechos de la naturaleza, pues sabemos que el futuro depende de esta relación armoniosa”, comentó Martin von Hildebrand en la recepción.
¿Pueden combinarse la economía regenerativa y los negocios convencionales?
Coincidiendo con la celebración del Día internacional de la Madre Tierra (el 22 de abril), diferentes ámbitos del mundo de la economía centraron su atención en la sostenibilidad. Sin ir más lejos, la Comisión Europea anunciaba nuevas medidas para las finanzas “sostenibles” como una iniciativa de vanguardia. En otra escala, la Asociación Española de Ejecutiv@s y Consejer@s presentaba un informe sobre sostenibilidad en el que señala el creciente interés de los mercados y de la opinión pública por conocer y valorar el desempeño de las compañías en cuestiones no financieras, lo que está acelerando la apuesta de las empresas por hacer visible su “propósito”.
Publicidad honesta frente al ‘greenwashing’
Frente a la tentación del greenwashing existen movimientos internacionales como Clean Creatives que proponen a las agencias de publicidad que se nieguen a poner su creatividad al servicio de clientes insostenibles. Este mes la agencia Forsman&Bodenfors en Nueva York anunció su adhesión a esta iniciativa y con ello su compromiso de no trabajar con compañías vinculadas al negocio del petróleo, el gas o el carbón, así como sus empresas de servicios públicos y lobbies. 

En una línea similar, la iniciativa Creative Climate Disclosure https://www.creativeandclimate.com, anima a las agencias a firmar su manifiesto, comprometiéndose a divulgar (respetando la confidencialidad) el porcentaje de facturación de sus clientes con alto contenido de carbono al final de cada año.
Quienes defienden la regeneración proponen no luchar contra los sistemas existentes, sino crear un sistema alternativo que haga obsoleto el anterior. “Podemos ir más allá de la sostenibilidad y entrar en un diálogo más profundo sobre cómo contribuir a la transición hacia diversas culturas regenerativas en todas partes”, ”, recuerda Daniel Christian Wahl. “Ahora es el momento de co-crear un futuro en el que la humanidad tenga un impacto regenerativo en el planeta, mientras que también regeneramos la cohesión social, las economías regionales vibrantes y un sentido redescubierto de significado y propósito”.

Fuentes: El asombrario [Foto: Pixabay] - https://elasombrario.publico.es/sostenibilidad-suficiente-momento-cultura-regenerativa/
 

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