COP 11 - La conservación de la biodiversidad, en manos de los intereses del sector privado
Ha concluido en la ciudad india de Hyderabad tras horas de negociación a puerta cerrada sobre la financiación del Plan Estratégico 2011-2020, que ha retrasado el cierre de la cumbre. A la cumbre han asistido representantes de casi 200 países entre los cuales había 77 ministros o viceministros.
Ecologistas en Acción valora como negativo el resultado de la cumbre ya que no supone un esfuerzo decidido para cumplir las Metas de Aichi, aunque la organización señala los avances en aspectos como la declaración de zonas marinas o la mayor concreción de algunos programas de trabajo de la biodiversidad.
Las Partes han reafirmado la necesidad de la financiación para la diversidad biológica como elemento necesario para el bienestar humano. También se decide utilizar financiación de todas las fuentes posibles y duplicar los fondos disponibles como mínimo entre 2015 y 2020, para los países en desarrollo, con el objetivo de implementar el Plan Estratégico. Sin embargo, Ecologistas en Acción remarca las trampas que esconde el acuerdo tomado en la cumbre.
Por un lado, no se habla de un apoyo económico a los países, sino del "incremento de flujos financieros internacionales". Es decir, no alude a actuaciones directas para la conservación sino que cualquier flujo especulativo relacionado con la biodiversidad puede contar como ayuda económica.
Los países enriquecidos han impuesto asimismo una gran cantidad de condiciones (que no se aplican ni a sí mismos ni a países donde tienen intereses estratégicos) para el acceso a estas aportaciones, que ha sido criticado como injerencia en la soberanía nacional de los países en desarrollo. Por otro lado han exigido que los gobiernos creen las condiciones legales para facilitar la entrada de la inversión privada en biodiversidad y los servicios ecosistémicos. Para Ecologistas en Acción esta determinación de las Partes no es aceptable puesto que se pone la biodiversidad al servicio del negocio privado.
Asimismo sienta las bases para estudiar "mecanismos financieros innovadores" que podrían convertirse en mecanismos de mercado para generar más beneficios privados y no la protección de la naturaleza, como sucedió con el mercado de carbono del Protocolo de Kioto.
Ecologistas en Acción condena la decisión final de la Conferencia de las Partes. Además de profundizar en la privatización de la naturaleza tal y como la organización denunció tras la cumbre de Rio+20, no llega a tiempo para cumplir con las Metas de Aichi en 2020. Además se ignora la urgencia inaplazable de afrontar las causas de subyacentes de la pérdida de biodiversidad, que no son otras que el modelo destructivo de producción y consumo.
Ecologistas en Acción
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Hay que frenarlas
Las empresas y la búsqueda de negocios en la COP de Diversidad Biológica
Mientras las negociaciones de la 11ª Conferencia de las Partes (COP) de la Convención sobre Diversidad Biológica (CBD, por su sigla en inglés) de Naciones Unidas caminaron en el rumbo de la financiarización de la naturaleza, los movimientos sociales plantaron resistencia con la defensa del conocimiento tradicional, las semillas nativas y criollas, y las prácticas milenarias de las comunidades locales.
Por ahí podría ir el resumen de un reporte realizado a Radio Mundo Real por la coordinadora del Programa de Justicia Económica y Resistencia al Neoliberalismo de Amigos de la Tierra Internacional, Lucia Ortiz.
La COP de Diversidad Biológica se hizo en la ciudad india de Hyderabad del 8 al 19 de octubre. Ortiz no estuvo en la conferencia pero se mantuvo informada por varias fuentes de confianza de movimientos y organizaciones sociales participantes. El coordinador del Programa de Bosques y Biodiversidad de Amigos de la Tierra Internacional, Isaac Rojas, estuvo en la COP y también reportó para Radio Mundo Real.
Ortiz, que es brasileña, advirtió sobre el lobby corporativo en las instancias de Naciones Unidas, y señaló que la CBD va en el camino de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. “Las negociaciones de clima abrieron las puertas a la lógica de la mercantilización de la naturaleza, con los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) y los mercados de carbono”, consideró.
En estos ámbitos de la ONU las grandes corporaciones están dentro del grupo considerado como “sociedad civil”, según lo que explicó Ortiz. Además, las empresas aparecen algunas veces dentro de las delegaciones de organizaciones no gubernamentales, que defienden los intereses corporativos, o dentro de delegaciones oficiales. La ecologista contó el ejemplo de representantes de la minera brasileña Vale, “la peor del mundo”, dentro del equipo oficial de Brasil. Ortiz denunció asimismo los casos de “puerta giratoria”, con grandes ejecutivos de empresas y bancos que luego de su trabajo en ámbitos de la ONU asumen cargos en agencias del organismo.
Amigos de la Tierra Internacional, federación ecologista presente en cerca de 80 países, considerada de las más grandes e importantes del mundo, preparó en el primer semestre del año junto a varios movimientos y organizaciones sociales aliadas una declaración en la que exige a la ONU que se libere de la “captura corporativa”, también llamada “cooptación empresarial”. Cientos de grupos de diversas partes del mundo firmaron también el documento, que fue entregado al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en el contexto de la Conferencia de Desarrollo Sustentable de ese organismo realizada en junio en Rio de Janeiro, Brasil. “Hasta ahora no tuvimos una respuesta oficial sobre qué va a hacer la ONU para frenar ese excesivo peso dado a las empresas”, dijo Ortiz.
De lleno en lo referente a las negociaciones de la CBD, la representante de Amigos de la Tierra destacó las denuncias tiempo atrás de la federación del estudio sobre la “Economía de los ecosistemas y la diversidad biológica”, realizado por el banquero Pavan Sukhdev, de reconocida trayectoria en el Deutsche Bank (Banco Alemán), y con la conducción del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Se trata de “toda una propuesta de valoración de la biodiversidad, pagos por servicios ambientales, títulos financieros que se pueden negociar en el mercado”, lo que es “tanto una falsa solución para la protección de la biodiversidad” como una manera de “crear fondos privados, desde un mercado especulativo, para hacer inversiones en la conservación de la biodiversidad”, dijo Ortiz. Sukhdev “fue el gran mentor de este proyecto y también de las estrategias de ’economía verde’ defendidas por la ONU, y especialmente el PNUMA”, agregó la ecologista. “Entonces nos preocupa muchísimo que las facetas de la ’economía verde’, el proceso de profundización de la financiarización de la naturaleza, estén también en las negociaciones de la CBD”, concluyó.
Ortiz explicó que las negociaciones de clima tienen más actores que las de la CBD, pero señaló que cada vez más se ve en las tratativas sobre la diversidad biológica a los mismos intereses, como las grandes corporaciones contaminantes. “Sea para el lavado verde o para crear y apropiarse de una forma indirecta de la biodiversidad en los territorios, son las mismas corporaciones las que están actuando, y también los bancos”, dijo. “Porque las instituciones financieras cada vez más también ven la oportunidad de creación de nuevos fondos de productos financieros para la especulación y de crear nuevas burbujas en este mercado financiero a partir de la negociación de títulos de biodiversidad, para compensación de la degradación de las grandes empresas”, explicó.
La activista está denunciando una lógica en la que grandes compañías destructoras de bosques, por ejemplo, pueden comprar títulos de biodiversidad generados en proyectos que se presentan como de manejo sustentable de esa biodiversidad, en diversas partes del mundo. Así las empresas obtienen una especie de compensación para continuar con su actividad destructora del medio ambiente, al tiempo que tienen un documento para presentarse como compañías con responsabilidad social y ambiental. Es una forma de pagar para seguir destruyendo y contaminando, según lo que denuncia Amigos de la Tierra. Una lógica muy similar a esa funciona con diversos mecanismos usados en el llamado “combate” al cambio climático, con la venta de certificados de reducción de emisiones surgidos de proyectos en el Sur global presentados como limpios, y comprados por empresas muy contaminantes, lo que les sirve de compensación.
Ortiz alertó que en la CBD hubo intereses que buscaron voltear la moratoria a la geoingeniería, en la que se destaca la moratoria especial a la fertilización oceánica, pero hubo fuerte oposición de los movimientos sociales. La ecologista destacó el trabajo coordinado de los movimientos de diversas partes del mundo con los de India, para la valoración de los conocimientos tradicionales, el rescate de las semillas criollas y las prácticas tradicionales de trabajo de la tierra. Pero “tenemos que seguir fuertes y alertas en la resistencia desde los territorios” porque la agenda de la economía verde y de la financiarización de la naturaleza “se mueve”, subrayó la activista.
Foto: http://www.rel-uita.org
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