Pesca pirata y tolerancia de la UE
A propuesta del PP en la Comisión Europea, no será necesario reseñar el origen del pescado
El autor analiza cómo se permite la sobreexplotación de los mares y la pesca pirata por los organismos internacionales. Los caladeros africanos son los más afectados.
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A mediados de septiembre el Parlamento Europeo sacó adelante una normativa que permitirá que las latas de conserva de pescado que consumimos no cuenten con información sobre el origen del mismo. En el Informe Stevenson, en el artículo 42.2, la Comisión de Pesca de la UE da vía libre a esta medida propuesta por una eurodiputada española. El informe obvia que si todos conocemos dónde, cuándo y por quién es capturado el pescado, no habrá escondite para el producto obtenido ilegalmente por empresas poco escrupulosas, que están devas- tando los mares.
Mientras, las cifras son cada vez más preocupantes. Según fuentes de la Comisión Europea y la Organi- zación para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO), el 63% de las especies comerciales en aguas europeas del Atlántico Norte y el 82% en el Mediterráneo están sobreexplotadas.
Casi el 70% de especies comerciales están explotadas al límite máximo o sobreexplotadas a nivel mundial. También acelera la progresiva disminución de la biodiversidad marina el creciente tonelaje y la tecnología cada vez más eficiente de los pesqueros ya que, aunque se disminuya el número de buques de las flotas, su capacidad neta va en aumento.
Un solo atunero congelador de la flota industrial española puede llegar a medir cien metros de eslora y pue- de almacenar más de mil toneladas de atún. Esta nefasta combinación de más capacidad pesquera y menos biomasa que capturar tiene un resultado que cada vez preocupa más a las autoridades responsables de la pesca y los organismos dedicados a la conservación de los recursos marinos: la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada o ‘pirata’.
La propia FAO calcula que actual- mente hasta el 30% de pescado que se compra en los mercados del mundo puede ser de origen ilegal. Lo que no está claro es si esta cifra se ha tenido en cuenta en los cómputos de sobreexplotación. De no ser así, la situación puede incluso ser peor de lo que muestran las estadísticas.
Puntos negros
Hay puntos negros de pesca pirata bien conocidos por autoridades y operadores de pesca. Uno de los peores se halla al norte del golfo de Guinea, en las costas de Sierra Leona. Este pequeño país, empobrecido por una brutal guerra civil, ha sufrido durante años la presencia devastadora de grandes buques industriales que, enarbolando casi siempre banderas de conveniencia o de no responsabilidad, han ido esquilmando sus otrora ricos caladeros. Diversas ONG han sido testigo durante los últimos años de operaciones de pesca pirata en esas aguas y ha documentado y denunciado varios casos. Quizá uno de los que más llaman la atención, publicado en un artículo del diario The Guardian, y denunciado por la Fundación para la Justicia Medioambiental (EJF por sus siglas en inglés) es el caso del buque frigorífico Seta 73, un carguero de bandera panameña que fue detenido en Las Palmas en 2011 con un cargamento de pescado congelado que había recibido de varios buques de arrastre en Sierra Leona y países colindantes. En el cargamento retenido, de más de mil toneladas, había mezcladas más de 300 toneladas de productos ilegales, según fuentes de la citada ONG. El cargamento retenido fue liberado al cabo de cuatro meses y el pescado se vendió a través de mercados españoles. A pesar de la presión que han ejercido varias entidades, incluida EJF, los operadores del buque sólo tuvieron que sufrir una multa moderada.
Otro caso de pesca pirata fue el que protagonizó el buque de arrastre Ocean 3, que fue filmado durante el rodaje del documental Pirate Fishing de Al Jazeera faenando en zonas vedadas con su nombre y marcas de identificación ocultas. La película muestra cómo la compañía que operaba el buque, Daehyun Fisheries, que es coreana pero está radicada en España, estaba intentando exportar pescado ilegal a Europa sin respetar las regulaciones sanitarias mínimas. Cuando las autoridades de Sierra Leona lo multaron, se dio a la fuga. Otro caso muy parecido es el del también tránsfuga Kumyeong 2, también de nacionalidad coreana. A este último le cambiaron el nombre de Kumyeong 2 a Conosu poco después de su identificación y fuga para intentar ocultar su paradero. Ambos buques pudieron evadirse de Sierra Leona con el apoyo de las autoridades de Guinea.
Corrupción y cambio de banderas
En Guinea la UE había cancelado previamente el convenio bilateral pesquero a causa de la degradación de los derechos humanos en la zona. No obstante, algunos operadores europeos continúan obteniendo licencias de pesca privadas de forma totalmente opaca y a través de agentes no regulados y a veces corruptos.
Cuando hay oportunidad de obtener beneficios económicos, la corrupción permite a esos operadores el acceso a áreas protegidas o la pesca de especies vulnerables. Los actores en este escenario saben que nuestro apetito por sus productos les recompensará con creces. Y es que Europa es el mercado de pescado de importación más lucrativo del mundo.
Lo que comemos aquí a veces se le ha quitado de la boca, prácticamente, a gentes que no pueden defender sus recursos naturales. La presión de nuestro consumo hace que continúe el expolio de las aguas africanas. Nuestras aguas ya no pueden suministrar la materia prima, así que hay que obtenerla fuera, al precio que sea. Y para maximizar el beneficio y ahorrar costes, los piratas de la pesca tienen pocos reparos en usar trabajo infantil o en obligar a las tripulaciones a vivir en condiciones miserables y a veces brutales.
Las costas de Sierra Leona son unas de las más castigadas por cargueros con bandera de conveniencia
No son raras las agresiones a pescadores artesanales locales o a observadores gubernamentales. A algunos se les amenaza de muerte. ¿Quién está detrás de estas operaciones? En Sierra Leona faenan buques de procedencia variada, pero las banderas de conveniencia que se ven enmascaran capital europeo (frecuentemente español). También hay grupos coreanos, que diversifican sus inversiones en campos tan dispares como la pesca industrial, la hostelería y el golf.
A PROPUESTA DE LA HIJA DE MANUEL FRAGA
La europarlamentaria del PP Carmen Fraga Estévez, hija de Manuel Fraga, propuso el 12 de septiembre una enmienda al texto de la Comisión de Pesca del parlamento europeo, Informe Stevenson, para que no fuera necesario en el etiquetaje de las conservas de pescado poner el origen del mismo.
La propuesta fue aceptada y celebrada por las grandes empresas, muchas españolas, que faenan en aguas lejanas. Las cooperativas conserveras y grupos ambientales denuncian que esto favorece a las transnacionales, fomenta la pesca ilegal y esquilmará los mares.
La gangrena de los mares: la inmunidad de las flotas pesqueras
La fluidez y versatilidad de los modelos corporativos internacionales suponen una plataforma perfecta a los operadores de pesca ilegal. A menudo las sociedades que constan como propietarias de los buques no son sino meras tapaderas, velos corporativos completamente opacos asentados en paraísos fiscales, que garantizan el anonimato a quienes esquilman los mares. La facilidad con que éstos pueden, además, cambiar de bandera y nombre a sus buques también contribuye a que la pesca pirata se haya convertido en un mal crónico. Una especie de gangrena que va mermando las especies, piezas vitales para la vida de los ecosistemas marinos. Algunos gobiernos, preocupados por la creciente degradación de los océanos, han endurecido los controles sobre los productos de la pesca. Sin ir más lejos, en Europa existen leyes diseñadas para impedir las importaciones del pescado obtenido de forma ilícita. Sin embargo, las vaguedades jurídicas y falta de implementación convincente por parte de algunos Estados permiten que los piratas de la pesca puedan seguir faenando.
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