El Bolson-Argentina: “Caras largas y cogotes cortos”


Por Beto Maliandi

“El extravagante paso del tiempo, define y resuelve situaciones humanas otrora insalvables; los extraordinarios e insalvables eventos producidos sobre la naturaleza por obra del ser humano, definen su propio tiempo; la extralimitación en la dimensión de ser solo un humano, produce eventos catalizadores de la acción del tiempo en la naturaleza; la extrapolación en el orden de los tiempos naturales dada por estos eventos sobre el planeta, limita el ser y lo separa insalvablemente de todo lo humano en nosotros.” Propio

El desarrollo de una vida rural, produce manos fuertes y cabezas libres. La naturaleza, el silencio y la relativa soledad, crean un ámbito ideal para la reflexión y el análisis. Por el contrario, el ruido, el ritmo y la situación de conflicto dada por la “hiperconvivencia” planteada por el hacinamiento citadino, limita tiempo, situación y entorno para estas dos acciones intelectuales propias del humano. Algunas frases creadas bajo estas especiales condiciones de conciencia, no tienen analogías en el mundo moderno, y una de ellas es: “El bicho que achica el cogote, sabe que le cabe el lazo”, y se refiere a quien le cabe una responsabilidad y no la asume.
Cuando una sociedad no solo no condena, sino que además premia con excepciones a aquellos transgresores grupos, tanto económicos como sociales, con la falta de aplicación de las leyes dictadas para protección de los intereses del pueblo, no hablamos más de “democracia” (del latín: gobierno del pueblo), el pueblo pierde todos sus derechos de defenderse y gobernarse ante intereses privados, el pueblo ya no gobierna. Lejos de esto, solo acepta el destino fijado por las corporaciones económicas, por los grupos de poder, por los cipayos de turno. Las leyes pasan a ser motivaciones para coleccionar y encuadernar, y así adornar las bibliotecas en grandes y lustrosos lomos de libros sin lectores.
 Pensábamos lejana esta posibilidad en la Comarca, compañeros, nuestro turno ha llegado. Una empresa, Laderas, que no cumple siquiera con lo que todos tenemos que cumplir para que este sistema económico y financiero funcione, o sea, pagar impuestos y tasas de licitaciones y servicios, está siendo premiada con el beneficio de la paciencia eterna en cuanto a la aplicación de las leyes. Además, la falta de cobro de todo lo que debe esta Laderas, no solo retarda el recupero del dinero invertido en ella por el gobierno provincial y municipal, sino que también demanda más dinero aún para poder seguir generando pérdidas sin límites al estado, al pueblo, el mismo que es despojado por estos actos de su autonomía, libertad y recursos naturales.
Debido a la gravedad de los hechos institucionales, podríamos pensar que se encubre y perdona de estas deudas a una empresa que atiende necesidades primarias: salud, educación, servicios públicos…no compañeros, estamos perdiendo nuestra independencia por una empresa que se dedica al esquí, al golf y al polo, deportes para pocos, no para el pueblo que entrega lo que posee. La defensa de los adeptos al poder, habla de los puestos laborales: 70 familias viven durante 70 días al año de esta empresa, por esto entregamos nuestra libertad. Y podrá sonar exagerado este término, pero si una empresa que no paga lo que debe, no cumple lo firmado en el contrato, compra tierras fiscales de manera ilegal y turbia, no es pasible de rescindirle el contrato, o quitarle las tierras mal habidas, o multar la falta de pago e incumplimiento de deberes, o tan siquiera cobrarles lo que deben, podrán decirme ustedes como procederán las que vengan en un futuro a un territorio tan fácil de colonizar, y en la colonia el habitante no tiene libertad, es un esclavo sin leyes ni justicia.
¿Se han detenido a pensar en que, si cada proyecto turístico presentado necesita una urbanización de 850 has como respaldo económico y fuente de inversión, en pocos años estaremos rodeados de muchas ciudades satélites?, porque estamos en una zona turística, en franco crecimiento, promisorio punto de inversiones futuras. Entonces nuestros bosques, costumbres rurales, modo de vida, o sea, todo aquello que cada vez atrae más turistas en verano, se habrán ido cuando llegue el cambio irreparable de vivir en una zona despojada de su atractivo único y original.
Nuestros gobernantes, jugando un juego perdido al iniciar, rifan el destino de la zona a empresarios sin dinero y con nefasta ambición e impunidad. Uno esperaría más de un gobierno “nacional y popular”, un poco más de Chacho Peñaloza, de Facundo Quiroga, de Güemes, de Piedrabuena, de Néstor o de Cristina, con la cabeza en alto, el pecho hinchado de patria y pueblo. Nos tocó esto, un gobierno provincial de cara larga de tanto mentir, y un gobierno municipal de cogote corto.    
Pero no dejaremos de estar en los juzgados o en la calle, junto a todas las organizaciones sociales, civiles y políticas que claman por vivir en un lugar donde la justicia social y las leyes que la protegen, estén por encima de los gobernantes de hoy y de los oportunistas de siempre.

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