Seis pasos, ¡estúpidos!, para reconstruir el Mundo


Por Ricardo Natalichio
 
Una utopía que podría convertirse rápidamente en realidad, ya que no hay ley natural que lo impida. La decisión se ve dilatada sólo por nuestra infinita estupidez. No existe nada más que la decisión humana, interponiéndose entre la crítica y desastrosa actualidad que vivimos miles de millones de personas y que amenaza a todo ser vivo sobre el planeta, y una realidad totalmente diferente, que podría ser posible.
En seis pasos simples, simples por lo estúpidos y no porque fuera fácil realizarlos, el trágico final que nos acecha, podría cambiar rápidamente. Ningún genial invento, ningún milagro es necesario. Bastaría con usar los conocimientos que tenemos. Hacer, lo que todos ya sabemos que hay que hacer.
Estos pasos no pretenden ser una guía, y seguramente no son los mejores ni los ideales, sino que sólo intentan mostrar que la crisis social y ambiental en la que estamos inmersos, podría finalizar solamente tomando la decisión de que así fuera.
Paso 1. Las armas y las guerras
De todas las cosas ridículamente autodestructivas del mundo, las armas se encuentran en la posición de honor. Los recursos económicos destinados al negocio de las armas son tan enormes que se gasta 200 veces más que en alimentos. Los recursos naturales utilizados y la contaminación generada para su fabricación, su traslado y por supuesto el combustible y la energía malgastados en su utilización, son tan inmensos como innecesarios.
En el primer Paso de la reconstrucción del mundo, deberían desaparecer las armas. Reutilizarse las miles de millones de toneladas de hierro y otros materiales para otros fines, para cubrir otras necesidades. Deberían los cientos de millones de personas que conforman los ejércitos del mundo, comenzar dedicarse a otras tareas constructivas y no destructivas, como la agricultura, las ciencias, la salud, la educación, la reforestación de los bosques, etc.
Paso 2. La tierra
Durante las últimas décadas, la frontera agrícola-ganadera ha ido rápida y constantemente ganando espacio a costa principalmente de los bosques. La propiedad de la tierra viene siendo concentrada por grandes grupos económicos, que han suplantado la diversidad de cultivos y la utilización de técnicas tradicionales, por inmensos desiertos verdes donde monocultivos transgénicos como la soja, el maíz o la palma, son fumigados cada día con miles de millones de litros, de los más tóxicos y contaminantes venenos químicos.
En el segundo Paso, los campesinos y agricultores deberían volver al campo, a trabajar la tierra y a producir alimentos sanos y diversos. No debería quedar sobre el planeta un solo monocultivo, ni un solo terrateniente. Pero además, deberíamos establecer claramente que tierra se destina a la agricultura y cual debe volver a ser bosque, o monte.
Paso 3. El agua
Actualmente el derroche y la contaminación innecesaria del agua potable anulan toda posibilidad de supervivencia futura sobre el planeta. Malgastamos ese vital elemento de todas las formas imaginables y lo contaminamos con una irresponsabilidad terrorífica.
Estamos agotando rápidamente el elemento de la naturaleza más necesario para conservar la vida. La ecuación es simple, sin agua, no hay vida.
En el Paso 3 de la reconstrucción del mundo, deberían suspenderse todas las actividades humanas que consuman o contaminen el agua potable de forma innecesaria.
Paso 4. La energía
Utilizamos una cantidad de energía extremadamente superior a la que producimos de forma sustentable. Tenemos los conocimientos necesarios para revertir esa ecuación, sin embargo los intereses económicos lo evitan. Aun sigue siendo más rentable la producción de energía sucia, contaminante. Como así también, continúa siendo un buen negocio para algunos el derroche de esa energía.
Reduciendo el consumo a lo verdaderamente necesario, e invirtiendo fuertemente en energías renovables, el colapso energético podría evitarse.
En el cuarto Paso, deberían retirarse todos los subsidios a los hidrocarburos, apagarse las marquesinas, dejar de realizarse espectáculos públicos sin luz natural. Desconectar de la red eléctrica todo aparato que no estemos utilizando. Apagar las centrales eléctricas que funcionan con hidrocarburos y las atómicas y reemplazarlas por fuentes de energía renovables. Sea o no sea un negocio económicamente hablando, el mejor negocio es preservar la vida.
Paso 5. Las grandes ciudades
No es sano, ni para las personas ni para el planeta que existan grandes ciudades. No hay posibilidad alguna de que sean sustentables. El sólo hecho de tener que abastecer de alimentos, agua y energía a una ciudad con millones de habitantes, la convierte en un vampiro insaciable de recursos naturales.
Los medios de transporte necesarios para el movimiento interno de sus habitantes y de los que entran y salen cada día. El transporte de alimentos y demás productos desde otros sitios, ya que una gran ciudad no puede autoabastecerse. La concentración de efluentes cloacales. Las escaleras mecánicas, los elevadores, las bombas de agua, la iluminación de las calles, los semáforos, son sólo una pequeña muestra de la insustentabilidad de una gran ciudad.
En el quinto Paso, la población humana debería ser redistribuida. Establecerse en cada bioregión un número máximo de habitantes para que una población pueda autoabastecerse en cuanto a sus necesidades básicas de forma sustentable y en base a eso repoblar el mundo. Las grandes ciudades sólo deben ser utilizadas para reutilizar los materiales con los que están construidas.
Paso 6. La reeducación, una nueva conciencia
En la actualidad, la gran mayoría de nosotros, hemos sido educados bajo los preceptos de una sociedad capitalista-consumista, exacerbando el egoísmo y la competencia. Hemos sido educados para la búsqueda del éxito individual, por sobre el beneficio colectivo.
De tal forma, sin un cambio de mentalidad, que ubique la búsqueda del bien común como premisa fundamental de cada individuo, a través de la cooperación, de la solidaridad, de la comprensión de que debemos pensar como especie y no como individuos aislados y egoístas, volveremos a caer rápidamente en los mismos errores que nos trajeron hasta este punto crítico en la historia de la humanidad.
Habiendo resuelto los puntos anteriores, es necesario un cambio de conciencia para que el Nuevo Mundo, además de ser sustentable ambiental y socialmente, sea sostenible y así perdure en el tiempo.
En el sexto paso será necesario transmitir a los niños una escala de valores que sea sana para la vida, socialmente justa y ambientalmente sustentable.
Ricardo Natalichio
 Director
 Ecoportal.net

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