La actual situación de crisis económica mundial: ¿Preparando otro golpe financiero?
Por Mario Briones R.
En EE UU., Goldman Sachs informó recientemente que entre abril y junio de 2013 registró un beneficio neto de US$ 1.931 millones de dólares, frente a los US$ 962 millones de dólares que ganó en el mismo periodo de 2012, lo que representa más de 200 %. Por su parte JP Morgan y Citigroup hicieron lo propio, las tres entidades han logrado superar con creces los resultados del segundo trimestre de 2012. En contraste con lo anterior, según los últimos datos publicados, se ha podido establecer que las ventas minoristas subieron sólo 0,4 % el mes pasado, por debajo del aumento de 0,8 % que era la estimación promedio esperada, y el Departamento de Comercio de EE UU., anunció que la construcción de viviendas cayeron inesperadamente en junio al nivel más bajo en casi un año.
La mención de estos datos, entre muchos otros, viene a ratificar el dominio preponderante del sector financiero en la captación de recursos, determinando además el curso especulativo que ha seguido el dinero inyectado en la economía a través de la FED norteamericana. Es necesario considerar que si EE UU se encuentra en una fase de lenta y dudosa recuperación de la economía, que Europa está sumida en la depresión, que China está frenando más fuerte, que Japón no ha logrado resultados concluyentes con su experimento de expansión monetaria, colocando a Brasil, Sudáfrica, Australia y otros países emergentes bajo presión con bajo desempeño, todo aquello sumado al dinero emitido, nos lleva a preguntar, ¿dónde se están produciendo resultados tan extraordinarios que avalen las altas utilidades de los principales bancos de EE UU y los aumentos bursátiles?
Creo que Ud. podrá formarse una opinión por sí mismo, en la medida que avance en la lectura de estas líneas. Un elemento clave para formarse una opinión es tener en cuenta que, en todo el tiempo que ha durado la crisis mundial, no han ocurridos cambios trascendentales en la estructura o en la regulación de los mercados de las grandes economías en crisis, con la excepción de Europa cuyos ajustes han sido la restricción del gasto público, el consumo y el mercado del trabajo, con efectos en la ciudadanía, pero no en los bancos ni en los grandes centros de poder del dinero.
Salvo casos muy puntuales la mayor parte de las entidades financieras, bancarias y de mercado, siguen operando en un contexto regulatorio muy similar a la crisis financiera 2008/2009, cuya estrategia para generar ingresos fue la especulación, lo mismo que se advierte hoy en el ámbito de la renta fija a la renta variable y viceversa, cuya principal finalidad sigue orientada a la concentración de activos, considerando el menor riesgo que se aprecia con el dinero abundante y bajas tasas, lo que les permite expandirse a diversas zonas del mundo, invirtiendo cuantiosas cantidades de dinero en activos físicos, que actúan como garantes y dominio de capital, en caso de una caída bursátil. Es lo que ha ocurrido en Chile con la llegada de importantes recursos para inversión minera.
En el último mes hemos podido apreciar dos posturas que tienen bajo tensión a la Reserva Federal de los Estados Unidos en relación al QE o expansión monetaria. B. Bernanke, habló el 19 de junio después de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto, para decir que la FED podría comenzar a bajar las compras de bonos este año, lo que ha representado una importante inversión en renta variable (Acciones), y que terminaría a mediados de 2014, si la economía se ajustaba a los objetivos de una tasa de desempleo del 6,5%, y una inflación para un período de dos años no superior al 2,5 %. El impacto de sus palabras tuvo un efecto casi inmediato y se han observado aumentos en los precios de los activos financieros.
En la otra posición están quienes son partidarios de sostener la emisión hasta que la economía dé muestras de una real recuperación y se sostenga con fuerza, argumentando que la inflación no es alta y que el desempleo medido, según algunos economistas, es mayor debido a una disminución en el número de personas que buscan activamente empleo, lo cual no implica un aumento real del empleo. El propio presidente de la FED ha reconocido hoy que el mercado de trabajo “está lejos de ser satisfactorio, ya que la tasa de desempleo se mantiene muy por encima de su nivel normal a largo plazo, y las tasas de subempleo y desempleo de larga duración, siguen siendo demasiado altas”.
En esta discusión, el economista Paul Krugman, entrega un punto de vista muy interesante, que sitúa el punto del conflicto, al decir que esta discusión sobre el estrechamiento de la flexibilidad ha disparado las tasas, “hace dos meses la tasa de interés de referencia de los bonos a 10 años del gobierno de EE.UU. fue sólo el 1,7 %, cerca de un mínimo histórico. Desde entonces, la tasa ha aumentado a un 2,4 %, siendo baja para los estándares normales, pero, como ya he dicho, esto no es una economía normal. Una respuesta podría ser que la FED ha llegado en silencio a un acuerdo con los críticos que sostienen que su política de dinero fácil está teniendo efectos secundarios dañinos, por ejemplo, aumentando el riesgo de burbujas. Pero espero que eso no sea cierto, ya que cualquier daño que las tasas bajas pueden hacer es trivial en comparación con el daño que las tasas más altas, podría ocasionar en el consiguiente aumento del desempleo”.
Una minoría de línea dura (Los Halcones) de 19 ejecutivos de la FED quiere poner fin a la compra de bonos lo antes posible, citando como peligrosa la toma de riesgos y la “mala asignación de activos”. Bernanke admitió recientemente que su mayor preocupación sobre el QE (Flexibilidad cuantitativa) no era la inflación, sino la “estabilidad financiera”. No olvidemos que la FED, tratando de ayudar a los estadounidenses desempleados a encontrar trabajo, ha establecido la expansión monetaria más agresiva en 100 años de historia, y que dicha expansión ha sido de US $ 3,5 billones de dólares, estimando que esa cifra pasara los US$ 4 billones de dólares a fines de este año, con la principal tasa de interés cercana al cero %, desde diciembre de 2008.
Lo último que ha dicho la FED es que, “Si los datos son más fuertes de lo que esperamos, vamos a avanzar más rápidamente ‘para reducir las compras´. Si los datos no se ajustan a los tipos de expectativas que tenemos acerca de dónde va la economía, entonces podríamos retrasar el proceso o que puedan aumentar las compras por un tiempo”. Los altos rendimientos de los bonos del Tesoro han sido un grave problema desde que la FED comenzó a hablar de la atenuación del estímulo monetario. Cuanto más aumentaban los costos del endeudamiento para el gobierno de EE.UU., más crecían las tasas de interés del mercado hipotecario estadounidense, lo que representa una amenaza para la frágil recuperación del sector inmobiliario, creando un nuevo foco de riesgo que se suma a la peligrosamente alta deuda norteamericana, que es el aumento del costo de endeudarse.
Las recientes noticias económicas de Asia no ayudan al panorama que se enfrenta. En China, la economía creció un 7,5% durante el segundo trimestre del año, dos décimas menos que en los primeros tres meses de 2013, según informó el Buró Nacional de Estadísticas del país (NBS), cifras que van mostrando la ralentización de la economía, no obstante, que en los medios financieros se estima que las autoridades chinas no tomarán medidas de estímulo sobre el particular en los próximos meses, debido a que los nuevos líderes prefieren sacrificar parte del PIB a corto plazo, para asegurar un crecimiento sostenido a largo plazo, en especial basado en el consumo interno.
El PIB per cápita de China subió desde US$ 517 que tenía en 1993 a US$ 6.076 dólares en el 2012, con un ritmo promedio de expansión de la economía anual de más del 10 %, convirtiéndose en el segundo mayor del mundo después de los EE.UU. Sin embargo, más del 25 % de las empresas que son de propiedad estatal de China, no son rentables y sirven principalmente a los objetivos del Gobierno, donde muchas de sus decisiones tienen poca relación con el retorno sobre la inversión, lo que estaría avisando que no parece posible retro traer la economía a como estaba antes de la crisis. El ministro de Finanzas Lou Jiwei, hablando en el Diálogo Estratégico y Económico EEUU-China en Washington el 11 de julio, señaló que la economía podría expandirse menos de la meta del Gobierno del 7,5 % este año y que un crecimiento tan bajo como un 6,5 % puede ser tolerable en el futuro. La situación económica de China es muy importante para nuestra economía local por sus implicancias en el cobre, ya que dicho país concentra el 41,6% de la demanda mundial de dicho mineral.
Dos grandes nubarrones deberá despejar China. Uno es la burbuja hipotecaria y el otro es el desborde del crédito y la incógnita para recuperarlo, lo que estaría justificando las palabras anteriores que ha señalado el ministro chino Lou Jiwei de crecer a un 6,5%. Se estima que los problemas del mercado de la vivienda en China son similares en magnitud, a los que enfrentó EEUU durante la burbuja de las hipotecas de alto riesgo, sin embargo, la situación no dará lugar a otra crisis al estilo Lehman, porque los bancos chinos son de propiedad del gobierno, por lo que “no se les permitirá caer”. En el caso de EE UU o Europa, los bancos son tan grandes que no pueden caer, y aunque con distinto enfoque, volvemos a encontrar el mismo principio que los relaciona con el dinero.
¿A dónde nos lleva todo esto?, ¿podríamos estar enfrentados a un colapso del capitalismo? Existe un sector financiero integrado por personas que obtiene millonarias utilidades, sin embargo, las finanzas en si no producen nada, aún cuando rinda espectaculares utilidades especulando en los mercados bursátiles. Como contrapunto, las pequeñas empresas están siendo expulsadas del mercado a mayor velocidad. Sabemos que varias naciones del planeta están utilizando el dinero como juego de monopolio obligando a sus habitantes y al resto de las economías a entrar en el juego. Los bancos centrales mueven fortunas en sus monopolios de divisas que no valen lo que representan, y eso contesta la pregunta que nos hicimos más arriba de, ¿dónde se están produciendo resultados, … etc. ? Lo cierto es que no se ve en ninguna parte que eso esté ocurriendo, con el agravante que si la economía en EE UU retrocede notoriamente, no habrá mecanismos posibles que hagan recuperar la economía.
¿Cae inesperadamente la construcción de viviendas en junio a su nivel más bajo en casi un año? Es difícil creer que sea tan inesperado. El consumidor está bajo presión, dicen los analistas, otros argumentan que los impuestos son más altos y algunos que un 47% de la gente que trabaja en EE UU no paga impuestos en medio de un mercado laboral débil y de gran incertidumbre en torno a la economía. Lo concreto en este ir y venir de comentarios y datos que he tratado de resumir, es que objetivamente existe una peligrosa tensión financiera mundial que sigue aumentado, en la que nadie quiere retroceder ni un paso para renunciar a sus privilegios, sus posiciones o a nada; por lo tanto, la resolución del punto de inflexión no la veremos anunciada previamente en la prensa sino hasta cuando irrumpa, como lo fue la crisis de aquel fatídico Martes negro del 29 de octubre de 1929.
Publicado en: elcuidadano.cl
En EE UU., Goldman Sachs informó recientemente que entre abril y junio de 2013 registró un beneficio neto de US$ 1.931 millones de dólares, frente a los US$ 962 millones de dólares que ganó en el mismo periodo de 2012, lo que representa más de 200 %. Por su parte JP Morgan y Citigroup hicieron lo propio, las tres entidades han logrado superar con creces los resultados del segundo trimestre de 2012. En contraste con lo anterior, según los últimos datos publicados, se ha podido establecer que las ventas minoristas subieron sólo 0,4 % el mes pasado, por debajo del aumento de 0,8 % que era la estimación promedio esperada, y el Departamento de Comercio de EE UU., anunció que la construcción de viviendas cayeron inesperadamente en junio al nivel más bajo en casi un año.
La mención de estos datos, entre muchos otros, viene a ratificar el dominio preponderante del sector financiero en la captación de recursos, determinando además el curso especulativo que ha seguido el dinero inyectado en la economía a través de la FED norteamericana. Es necesario considerar que si EE UU se encuentra en una fase de lenta y dudosa recuperación de la economía, que Europa está sumida en la depresión, que China está frenando más fuerte, que Japón no ha logrado resultados concluyentes con su experimento de expansión monetaria, colocando a Brasil, Sudáfrica, Australia y otros países emergentes bajo presión con bajo desempeño, todo aquello sumado al dinero emitido, nos lleva a preguntar, ¿dónde se están produciendo resultados tan extraordinarios que avalen las altas utilidades de los principales bancos de EE UU y los aumentos bursátiles?
Creo que Ud. podrá formarse una opinión por sí mismo, en la medida que avance en la lectura de estas líneas. Un elemento clave para formarse una opinión es tener en cuenta que, en todo el tiempo que ha durado la crisis mundial, no han ocurridos cambios trascendentales en la estructura o en la regulación de los mercados de las grandes economías en crisis, con la excepción de Europa cuyos ajustes han sido la restricción del gasto público, el consumo y el mercado del trabajo, con efectos en la ciudadanía, pero no en los bancos ni en los grandes centros de poder del dinero.
Salvo casos muy puntuales la mayor parte de las entidades financieras, bancarias y de mercado, siguen operando en un contexto regulatorio muy similar a la crisis financiera 2008/2009, cuya estrategia para generar ingresos fue la especulación, lo mismo que se advierte hoy en el ámbito de la renta fija a la renta variable y viceversa, cuya principal finalidad sigue orientada a la concentración de activos, considerando el menor riesgo que se aprecia con el dinero abundante y bajas tasas, lo que les permite expandirse a diversas zonas del mundo, invirtiendo cuantiosas cantidades de dinero en activos físicos, que actúan como garantes y dominio de capital, en caso de una caída bursátil. Es lo que ha ocurrido en Chile con la llegada de importantes recursos para inversión minera.
En el último mes hemos podido apreciar dos posturas que tienen bajo tensión a la Reserva Federal de los Estados Unidos en relación al QE o expansión monetaria. B. Bernanke, habló el 19 de junio después de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto, para decir que la FED podría comenzar a bajar las compras de bonos este año, lo que ha representado una importante inversión en renta variable (Acciones), y que terminaría a mediados de 2014, si la economía se ajustaba a los objetivos de una tasa de desempleo del 6,5%, y una inflación para un período de dos años no superior al 2,5 %. El impacto de sus palabras tuvo un efecto casi inmediato y se han observado aumentos en los precios de los activos financieros.
En la otra posición están quienes son partidarios de sostener la emisión hasta que la economía dé muestras de una real recuperación y se sostenga con fuerza, argumentando que la inflación no es alta y que el desempleo medido, según algunos economistas, es mayor debido a una disminución en el número de personas que buscan activamente empleo, lo cual no implica un aumento real del empleo. El propio presidente de la FED ha reconocido hoy que el mercado de trabajo “está lejos de ser satisfactorio, ya que la tasa de desempleo se mantiene muy por encima de su nivel normal a largo plazo, y las tasas de subempleo y desempleo de larga duración, siguen siendo demasiado altas”.
En esta discusión, el economista Paul Krugman, entrega un punto de vista muy interesante, que sitúa el punto del conflicto, al decir que esta discusión sobre el estrechamiento de la flexibilidad ha disparado las tasas, “hace dos meses la tasa de interés de referencia de los bonos a 10 años del gobierno de EE.UU. fue sólo el 1,7 %, cerca de un mínimo histórico. Desde entonces, la tasa ha aumentado a un 2,4 %, siendo baja para los estándares normales, pero, como ya he dicho, esto no es una economía normal. Una respuesta podría ser que la FED ha llegado en silencio a un acuerdo con los críticos que sostienen que su política de dinero fácil está teniendo efectos secundarios dañinos, por ejemplo, aumentando el riesgo de burbujas. Pero espero que eso no sea cierto, ya que cualquier daño que las tasas bajas pueden hacer es trivial en comparación con el daño que las tasas más altas, podría ocasionar en el consiguiente aumento del desempleo”.
Una minoría de línea dura (Los Halcones) de 19 ejecutivos de la FED quiere poner fin a la compra de bonos lo antes posible, citando como peligrosa la toma de riesgos y la “mala asignación de activos”. Bernanke admitió recientemente que su mayor preocupación sobre el QE (Flexibilidad cuantitativa) no era la inflación, sino la “estabilidad financiera”. No olvidemos que la FED, tratando de ayudar a los estadounidenses desempleados a encontrar trabajo, ha establecido la expansión monetaria más agresiva en 100 años de historia, y que dicha expansión ha sido de US $ 3,5 billones de dólares, estimando que esa cifra pasara los US$ 4 billones de dólares a fines de este año, con la principal tasa de interés cercana al cero %, desde diciembre de 2008.
Lo último que ha dicho la FED es que, “Si los datos son más fuertes de lo que esperamos, vamos a avanzar más rápidamente ‘para reducir las compras´. Si los datos no se ajustan a los tipos de expectativas que tenemos acerca de dónde va la economía, entonces podríamos retrasar el proceso o que puedan aumentar las compras por un tiempo”. Los altos rendimientos de los bonos del Tesoro han sido un grave problema desde que la FED comenzó a hablar de la atenuación del estímulo monetario. Cuanto más aumentaban los costos del endeudamiento para el gobierno de EE.UU., más crecían las tasas de interés del mercado hipotecario estadounidense, lo que representa una amenaza para la frágil recuperación del sector inmobiliario, creando un nuevo foco de riesgo que se suma a la peligrosamente alta deuda norteamericana, que es el aumento del costo de endeudarse.
Las recientes noticias económicas de Asia no ayudan al panorama que se enfrenta. En China, la economía creció un 7,5% durante el segundo trimestre del año, dos décimas menos que en los primeros tres meses de 2013, según informó el Buró Nacional de Estadísticas del país (NBS), cifras que van mostrando la ralentización de la economía, no obstante, que en los medios financieros se estima que las autoridades chinas no tomarán medidas de estímulo sobre el particular en los próximos meses, debido a que los nuevos líderes prefieren sacrificar parte del PIB a corto plazo, para asegurar un crecimiento sostenido a largo plazo, en especial basado en el consumo interno.
El PIB per cápita de China subió desde US$ 517 que tenía en 1993 a US$ 6.076 dólares en el 2012, con un ritmo promedio de expansión de la economía anual de más del 10 %, convirtiéndose en el segundo mayor del mundo después de los EE.UU. Sin embargo, más del 25 % de las empresas que son de propiedad estatal de China, no son rentables y sirven principalmente a los objetivos del Gobierno, donde muchas de sus decisiones tienen poca relación con el retorno sobre la inversión, lo que estaría avisando que no parece posible retro traer la economía a como estaba antes de la crisis. El ministro de Finanzas Lou Jiwei, hablando en el Diálogo Estratégico y Económico EEUU-China en Washington el 11 de julio, señaló que la economía podría expandirse menos de la meta del Gobierno del 7,5 % este año y que un crecimiento tan bajo como un 6,5 % puede ser tolerable en el futuro. La situación económica de China es muy importante para nuestra economía local por sus implicancias en el cobre, ya que dicho país concentra el 41,6% de la demanda mundial de dicho mineral.
Dos grandes nubarrones deberá despejar China. Uno es la burbuja hipotecaria y el otro es el desborde del crédito y la incógnita para recuperarlo, lo que estaría justificando las palabras anteriores que ha señalado el ministro chino Lou Jiwei de crecer a un 6,5%. Se estima que los problemas del mercado de la vivienda en China son similares en magnitud, a los que enfrentó EEUU durante la burbuja de las hipotecas de alto riesgo, sin embargo, la situación no dará lugar a otra crisis al estilo Lehman, porque los bancos chinos son de propiedad del gobierno, por lo que “no se les permitirá caer”. En el caso de EE UU o Europa, los bancos son tan grandes que no pueden caer, y aunque con distinto enfoque, volvemos a encontrar el mismo principio que los relaciona con el dinero.
¿A dónde nos lleva todo esto?, ¿podríamos estar enfrentados a un colapso del capitalismo? Existe un sector financiero integrado por personas que obtiene millonarias utilidades, sin embargo, las finanzas en si no producen nada, aún cuando rinda espectaculares utilidades especulando en los mercados bursátiles. Como contrapunto, las pequeñas empresas están siendo expulsadas del mercado a mayor velocidad. Sabemos que varias naciones del planeta están utilizando el dinero como juego de monopolio obligando a sus habitantes y al resto de las economías a entrar en el juego. Los bancos centrales mueven fortunas en sus monopolios de divisas que no valen lo que representan, y eso contesta la pregunta que nos hicimos más arriba de, ¿dónde se están produciendo resultados, … etc. ? Lo cierto es que no se ve en ninguna parte que eso esté ocurriendo, con el agravante que si la economía en EE UU retrocede notoriamente, no habrá mecanismos posibles que hagan recuperar la economía.
¿Cae inesperadamente la construcción de viviendas en junio a su nivel más bajo en casi un año? Es difícil creer que sea tan inesperado. El consumidor está bajo presión, dicen los analistas, otros argumentan que los impuestos son más altos y algunos que un 47% de la gente que trabaja en EE UU no paga impuestos en medio de un mercado laboral débil y de gran incertidumbre en torno a la economía. Lo concreto en este ir y venir de comentarios y datos que he tratado de resumir, es que objetivamente existe una peligrosa tensión financiera mundial que sigue aumentado, en la que nadie quiere retroceder ni un paso para renunciar a sus privilegios, sus posiciones o a nada; por lo tanto, la resolución del punto de inflexión no la veremos anunciada previamente en la prensa sino hasta cuando irrumpa, como lo fue la crisis de aquel fatídico Martes negro del 29 de octubre de 1929.
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