La contaminación atmosférica causa más de 2 millones de muertes al año en todo el mundo
En concreto, en el análisis se calcula que alrededor de 470.000 personas mueren cada año debido a los aumentos causados por el hombre en la capa de ozono y que alrededor de 2,1 millones de muertes
Más de dos millones de muertes ocurren cada año como consecuencia directa de la contaminación del aire causada por los humanos, según concluye un nuevo estudio publicado este viernes en 'Environmental Research Letters'.
En concreto, en el análisis se calcula que alrededor de 470.000 personas mueren cada año debido a los aumentos causados por el hombre en la capa de ozono y que alrededor de 2,1 millones de muertes se producen anualmente por los incrementos provocados por la actividad humana en las partículas finas suspendidas en el aire (PM2.5), que pueden penetrar profundamente en los pulmones, causando cáncer y otras enfermedades respiratorias.
Uno de los autores de la investigación, Jason West, de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, destacó: "Nuestras estimaciones señalan que la contaminación del aire está entre los factores ambientales de riesgo más importantes para la salud. Muchas de estas muertes se calcula que se producirán en Asia oriental y Asia meridional, donde la población es alta y la contaminación del aire es grave".
Según el estudio, el número de estas muertes que se pueden atribuir a los cambios en el clima desde la era industrial es, sin embargo, relativamente pequeña. Se estima que un cambio climático daría como resultado 1.500 muertes por ozono y 2.200 fallecimientos relacionados con las partículas PM2.5 cada año.
El cambio climático afecta a la contaminación del aire en muchos sentidos, provocando incrementos o disminuciones locales. Por ejemplo, la temperatura y la humedad pueden cambiar las velocidades de reacción que determinan la formación o la vida de un contaminante y la lluvia es capaz de fijar el tiempo que los contaminantes pueden acumularse, además de que las altas temperaturas también pueden aumentar las emisiones de compuestos orgánicos de los árboles, que pueden reaccionar en la atmósfera para formar ozono y partículas.
"Muy pocos estudios han intentado estimar los efectos de los cambios climáticos del pasado en la calidad del aire y la salud. Encontramos que los efectos de los cambios climáticos del pasado es probable que sean un componente muy pequeño de los efectos generales de la contaminación del aire", continuó West.
En su estudio, los investigadores utilizaron un conjunto de modelos climáticos para simular las concentraciones de ozono y PM2.5 en los años 2000 y 1850, con un total de 14 modelos de simulación de los niveles de ozono y seis modelos de simulación de los niveles de PM2.5. Se utilizaron estudios epidemiológicos previos para evaluar cómo las concentraciones específicas de contaminación del aire de los modelos climáticos están relacionadas con las tasas de mortalidad globales actuales.
Los resultados de los investigadores fueron comparables a los estudios anteriores que han analizado la contaminación del aire y la mortalidad, sin embargo, hubo alguna variación dependiendo del modelo climático utilizado.
"También hemos encontrado que existe una incertidumbre significativa sobre la base de la difusión de los diferentes modelos atmosféricos", concluyó este investigador.
ECOticias.com – ep Imagenes: intereconomia.com
Más de dos millones de muertes ocurren cada año como consecuencia directa de la contaminación del aire causada por los humanos, según concluye un nuevo estudio publicado este viernes en 'Environmental Research Letters'.
En concreto, en el análisis se calcula que alrededor de 470.000 personas mueren cada año debido a los aumentos causados por el hombre en la capa de ozono y que alrededor de 2,1 millones de muertes se producen anualmente por los incrementos provocados por la actividad humana en las partículas finas suspendidas en el aire (PM2.5), que pueden penetrar profundamente en los pulmones, causando cáncer y otras enfermedades respiratorias.
Uno de los autores de la investigación, Jason West, de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, destacó: "Nuestras estimaciones señalan que la contaminación del aire está entre los factores ambientales de riesgo más importantes para la salud. Muchas de estas muertes se calcula que se producirán en Asia oriental y Asia meridional, donde la población es alta y la contaminación del aire es grave".
Según el estudio, el número de estas muertes que se pueden atribuir a los cambios en el clima desde la era industrial es, sin embargo, relativamente pequeña. Se estima que un cambio climático daría como resultado 1.500 muertes por ozono y 2.200 fallecimientos relacionados con las partículas PM2.5 cada año.
El cambio climático afecta a la contaminación del aire en muchos sentidos, provocando incrementos o disminuciones locales. Por ejemplo, la temperatura y la humedad pueden cambiar las velocidades de reacción que determinan la formación o la vida de un contaminante y la lluvia es capaz de fijar el tiempo que los contaminantes pueden acumularse, además de que las altas temperaturas también pueden aumentar las emisiones de compuestos orgánicos de los árboles, que pueden reaccionar en la atmósfera para formar ozono y partículas.
"Muy pocos estudios han intentado estimar los efectos de los cambios climáticos del pasado en la calidad del aire y la salud. Encontramos que los efectos de los cambios climáticos del pasado es probable que sean un componente muy pequeño de los efectos generales de la contaminación del aire", continuó West.
En su estudio, los investigadores utilizaron un conjunto de modelos climáticos para simular las concentraciones de ozono y PM2.5 en los años 2000 y 1850, con un total de 14 modelos de simulación de los niveles de ozono y seis modelos de simulación de los niveles de PM2.5. Se utilizaron estudios epidemiológicos previos para evaluar cómo las concentraciones específicas de contaminación del aire de los modelos climáticos están relacionadas con las tasas de mortalidad globales actuales.
Los resultados de los investigadores fueron comparables a los estudios anteriores que han analizado la contaminación del aire y la mortalidad, sin embargo, hubo alguna variación dependiendo del modelo climático utilizado.
"También hemos encontrado que existe una incertidumbre significativa sobre la base de la difusión de los diferentes modelos atmosféricos", concluyó este investigador.
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