‘Conservación Amazónica en los Archipiélagos de los Territorios Indígenas’
Las industrias extractivas y la colonización han fragmentado los territorios indígenas de la Amazonia, conformando una suerte de archipiélagos en los que las conexiones culturales y políticas resultan cruciales para la conservación biológica: Un grupo de científicos, liderado por el experto en conservación biocultural Michael Esbach, propone una nueva mirada a la conservación de las tierras indígenas en la Amazonía. En lugar de promover exclusivamente la protección de amplias extensiones bien conservadas, se da luz a territorios que han sido fragmentados por las actividades extractivas porque, pese a eso, mantienen prácticas diversas de conservación cultural y biológica. El análisis se plasma en el artículo Conservación amazónica en los archipiélagos de los territorios indígenas, publicado en octubre de 2024 en la revista Conservation Biology.
Ana Cristina Alvarado – Mongabay
“Aunque el pensamiento archipielágico se ha explorado en diversos contextos, aplicamos este concepto específicamente a los territorios indígenas para destacar su heterogeneidad espacial y su conectividad”, dice Esbach. El artículo indica que a pesar de la reconocida importancia de la gestión de los pueblos indígenas para la conservación, la academia de manera frecuente los trata como homogéneos. En realidad, no todas las nacionalidades indígenas administran tierras con vegetación continua, pero muchas sí mantienen conexiones políticas y culturales que atraviesan múltiples geografías. Eso es lo que los autores llaman archipiélagos de territorios indígenas (AIT).
Un ejemplo de esto es la nacionalidad A’i Cofán, que tiene derechos sobre varios territorios separados entre ellos. Antes de la colonización, este pueblo indígena habitó en un espacio continuo en gran parte del norte de la Amazonía ecuatoriana. Ahora, los siete territorios que lo conforman son como islas de bosque rodeadas por carreteras, concesiones mineras, pozos petroleros, ciudades y carreteras. “El concepto de archipiélago pone el foco en los procesos que fracturaron el territorio ancestral”, de acuerdo con Esbach.
El documento analiza la importancia de los AIT en la cuenca amazónica para la conservación y la gestión indígena. Los autores encontraron que los archipiélagos cubren el 45 % del área total que abarcaron todos los territorios indígenas, que tienen alta riqueza de especies y mantienen grandes reservas de carbono. Sin embargo, enfrentan mayores presiones que los territorios indígenas individuales o que no conforman archipiélagos.
“Hay muchas publicaciones que indican que aquellos territorios fragmentados por esos procesos ya están perdidos y no se puede hablar de conservación. Esta es otra forma de colonización en la ciencia”, dice Gabriela Valdivia, coautora del artículo y Directora del Instituto de los Estudios de las Américas en la Universidad de Carolina del Norte. Los AIT, de acuerdo con el documento, facilitan el intercambio de recursos, conocimiento y prácticas culturales, reforzando la gobernanza y la resiliencia a través de territorios discontinuos. “Este trabajo aboga por un cambio de paradigma en la planificación y la práctica de la conservación que reconozca el papel vital de los AIT”, señalan los autores.
“El artículo da una perspectiva amplia sobre la situación a nivel amazónico y sobre el rol de los pueblos indígenas en la conservación de la biodiversidad”, opina Nicolas Mainville, excoordinador territorial de defensa de la organización no gubernamental Amazon Frontlines, que trabaja con la nacionalidad A’i Cofán. Para Mainville, en el caso de este pueblo indígena, la colaboración entre comunidades ha tenido una serie de triunfos en medio de conflictos provocados, principalmente, por las industrias extractivas.
Presión sobre la biodiversidad
El artículo plantea que la conectividad entre los territorios indígenas (IT, por sus siglas en inglés) tiene impacto ecológico y social. En cuanto al primero, el efecto es mejorar la viabilidad de las poblaciones de fauna, especialmente de mamíferos grandes, y favorecer la resiliencia al dispersar los efectos de las presiones ambientales. Con respecto al segundo, la conectividad puede reforzar la capacidad de adaptación y de gobernanza mediante el intercambio de información y recursos.
“Queremos ver la relación entre diferentes territorios para conocer los desafíos que enfrentan las comunidades indígenas a medida que se achican sus tierras. Aunque las presiones son grandes, también hay un valor en la conservación”, opina Joel Correia, coautor y profesor asistente en la facultad de Dimensiones Humanas de los Recursos Naturales en la Universidad Estatal de Colorado.
Los autores hicieron un análisis espacial de los territorios indígenas en la región amazónica. Después de una limpieza de los datos disponibles, sumaron 3572 IT, pertenecientes a 381 nacionalidades indígenas en toda la cuenca amazónica sudamericana. Los IT cubren aproximadamente el 30 % del bioma amazónico, con alrededor de 2.2 millones de kilómetros cuadrados. De esta área, el 45 % corresponde a archipiélagos de territorios indígenas.
Después, clasificaron el total de IT en cuatro categorías: archipiélagos de una nacionalidad; archipiélagos de múltiples nacionalidades; territorios individuales de una nacionalidad, y territorios individuales de múltiples nacionalidades. La mayoría, 3264 territorios indígenas estaban espacialmente relacionados, resultando en 116 archipiélagos, cada uno de una nacionalidad indígena. 101 IT estaban relacionados dentro de 16 archipiélagos conformados por múltiples nacionalidades, 99 IT fueron clasificados como territorios individuales pertenecientes a una nacionalidad y 108 correspondieron a territorios individuales compartidos por múltiples nacionalidades.
A continuación, también con base en datos abiertos, analizaron el almacenamiento de carbono, la biodiversidad, la cobertura boscosa y las presiones ambientales. Hallaron que el 46,5 % de todas las reservas de carbono en territorios indígenas estaba en los archipiélagos. El número promedio de anfibios, mamíferos y aves fue mayor en los archipiélagos que en los territorios individuales, con hasta 850 especies por área, en relación a unas 750 especies por área.
La cobertura forestal fue menor en los archipiélagos de una sola nacionalidad, con cerca del 90 % del área con cobertura, mientras que en las otras tres categorías el promedio estuvo entre el 95 % y el 99 %. Esto se explica con el siguiente hallazgo de los autores: los archipiélagos de una sola nacionalidad eran los más presionados por el petróleo, la minería, las carreteras, la agricultura y los proyectos hidroeléctricos.
El caso de los indígenas A’i Cofán
A pesar de que los autores mencionan que en los territorios y archipiélagos indígenas se han dado “procesos colonizadores violentos y disruptivos”, la nacionalidad A’i Cofán reclamó los derechos sobre siete territorios, que cubren aproximadamente 270 000 hectáreas en Ecuador. Tras la creación de la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno, en 1991, la comunidad Zábalo negoció un acuerdo de co-manejo del territorio con el Ministerio de Ambiente.
Esto se vio como una oportunidad para asegurar las tierras, relatan los autores. En consecuencia, las comunidades Sinangoe y Bermejo, que también están traslapadas por áreas protegidas, establecieron dos acuerdos más de co-manejo “facilitada por una sólida gobernanza a nivel de archipiélagos a través de la FEINCE (Federación Indígena de la Nacionalidad Cofán del Ecuador)”.
Las estrategias para resistirse a las industrias extractivas también se habrían dispersado a través del archipiélago A’i Cofán, según describen los autores. En 1981, miembros de la comunidad Dureno, en medio de la zona petrolera ecuatoriana, establecieron la comunidad de Zábalo. Por eso, 10 años después, ambas comunidades se unieron para negarse a aceptar exploraciones sísmicas en Zábalo. Dos años más tarde, las protestas de los habitantes de Zábalo llevaron al cierre de dos pozos exploratorios en su comunidad. En 1998, los residentes de Dureno impidieron la entrada de trabajadores petroleros a la comunidad y demandaron el cierre de un pozo.
En 2001 se conformó la Federación Indígena de la Nacionalidad Cofán del Ecuador para representar a todos los territorios A’i Cofán en el país. En 2014, la FEINCE se convirtió en la Nacionalidad Originaria A’I Cofán del Ecuador (NOA’IKE). A pesar de los resultados iniciales, la organización entró en declive. “El debilitamiento de las organizaciones clave a nivel del archipiélago ha llevado a que los territorios indígenas cofán tomen decisiones de manera independiente con cada vez más frecuencia”, se lee en el documento.
Mainville, el biólogo que trabajó por cerca de una década con los A’i Cofán, cree que no hay que perder de vista que fueron los conflictos socioambientales los que disminuyeron la capacidad de la nacionalidad de enfrentar en conjunto las presiones externas. “Se está pensando en fortalecer y cambiar de liderazgos para que la nueva dirigencia tenga el respaldo de las comunidades, para que tenga la fuerza de representarnos como organización cofán”, dice la lideresa Alexandra Narváez sobre la NOA’IKE. A pesar de las presiones, el análisis mostró que el archipiélago A’i Cofán es rico en especies, tiene bosques intactos y cuenta con características vitales para la conservación de la biodiversidad.
En medio de la adversidad, la comunidad Sinangoe logró que el estado ecuatoriano revirtiera 52 concesiones mineras del territorio. Dos de sus defensores, Alexandra Narváez y Alex Lucitante ganaron el Premio Medioambiental Goldman en 2022 por la defensa de su territorio y el medioambiente. A partir de este liderazgo, los miembros de Sinangoe han reforzado los intercambios culturales y la colaboración con las comunidades Avie, Dureno y Duvuno, según cuenta Narváez. “El concepto al que nos referimos en el documento es al de la diversidad de respuestas, que está dentro de la teoría de la resiliencia. Esta noción de diversidad de respuesta es particularmente importante porque no queremos pueblos indígenas homogeneizados”, dice Flora Lu, coautora del artículo y profesora de estudios ambientales en la Universidad de California Santa Cruz, sobre el complejo caso A’i Cofán.
Para Esbach, la nacionalidad Siekopai es otro ejemplo notable en Ecuador. Este pueblo indígena gestiona un archipiélago de territorios entre Ecuador y Perú. Actualmente está reforzando su liderazgo binacional, exigiendo la titulación de sus territorios ancestrales y trabajando por metas comunes de conservación cultural y biológica.
Los hallazgos del estudio ponen en relieve el rol clave que los pueblos indígenas tienen en la conservación de la diversidad biocultural de la Amazonía, de acuerdo con Esbach. “Esta perspectiva resalta la necesidad de apoyar las iniciativas lideradas por indígenas y reconoce que las estrategias de conservación son más efectivas cuando se alinean con las diversas prácticas y las estructuras de gobierno de las comunidades indígenas”, concluye.
Uno de los temas destacables en el artículo es el caso de la nacionalidad A’i Cofán del Ecuador, que ha tenido que enfrentar “procesos colonizadores violentos”, pero que gracias al intercambio cultural y político ha podido fortalecer las estrategias de conservación en sus territorios fragmentados.
Referencia: Esbach, M. S., Correia, J. E., Valdivia, G., & Lu, F. (2023). Amazonian conservation across archipelagos of Indigenous territories. Conservation Biology, e14407.
Fuente: https://www.ecoticias.com/eco-america/conservacion-amazonica-archipielagos-territorios-indigenas