España: La contaminación del Guadalquivir es peor de lo que se pensaba pero los nuevos proyectos mineros siguen en marcha
Un estudio de la Universidad de Sevilla revela altas concentraciones de metales pesados en el área de vertido de la mina Cobre Las Cruces: La contaminación del río Guadalquivir es más grave de lo que se creía hasta ahora. Una investigación de la Universidad de Sevilla (US), en colaboración con la Universidad de Cádiz, confirma la presencia en el estuario de metales pesados, químicos que se caracterizan por su alta densidad y toxicidad incluso en bajas concentraciones. Su presencia es todavía más evidente en el área de vertido de la mina Cobre Las Cruces, en la localidad de Gerena, en Sevilla.
Adhik Arrilucea
Jesús Manuel Castillo, catedrático de Ecología en la US y coautor del estudio, matiza a Público que estudios previos ya habían identificado "las altas concentraciones de metales pesados cerca de la zona de vertido, y que estos ya tenían un efecto ecotóxico". Destaca que su investigación, publicada en la revista Marine Pollution Bulletin, mide su presencia "en los sedimentos desde la desembocadura hasta la zona de vertido de la mina para ver qué está pasando aguas abajo". Los resultados muestran que estos químicos "se unen a partículas en suspensión dentro del río y después van al fondo".
(Re)apertura de nuevos proyectos mineros
Los resultados del estudio salen a la luz en medio de la disputa político-ambiental por la reapertura de la mina de Aznalcóllar, así como del proyecto de refinería polimetalúrgica PMR (Poly Metallurgical Refinery) en Cobre las Cruces. El catedrático subraya que la investigación contradice el argumentario utilizado por la Junta de Andalucía y las mineras para aprobar ambas iniciativas.
En la declaración de impacto ambiental por la que la Junta aprobaba la reapertura de Aznalcóllar, señala que los vertidos "tras recorrer aproximadamente 30 km que finaliza en una tubería totalmente sumergida y dilución >1/10". Castillo aclara que con esto quieren decir que los metales pesados "se diluyen en el estuario porque el volumen de agua es mucho mayor, como si cogiéramos un vaso de agua salada y lo echáramos en una bañera, y entonces probáramos dicha agua y no estuviera salada porque se ha diluido en un volumen mucho mayor. Entonces los metales disueltos y diluidos en el estuario salen al océano Atlántico sin problema". "Eso es anticientífico", remarca el experto. Se trataría de "una interpretación de parte totalmente falsa".
Desde la Consejería de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía, declaran a este diario que "la nueva mina de Los Frailes en Aznalcóllar es un proyecto totalmente nuevo, de mina subterránea y no a cielo abierto, que no tiene balsas de residuos y que nada tiene que ver con la explotación anterior en la misma zona". Aseguran también que "el Gobierno andaluz ha establecido un plan de vigilancia y control extremadamente exhaustivo y garantista" en el que "se contempla el desarrollo de más de 75.000 análisis de muestras durante toda la vida del proyecto". Además, "los controles, incluyen todas las variables de calidad de las aguas del río recogidas en el Plan Hidrológico".
Fuentes del Ejecutivo autonómico abundan que "el titular de la actividad está obligado a ejecutar a su cargo (...) tres programas de control que han sido aprobados por la Administración y que son altamente exigentes". Reseñan también que el nuevo proyecto "permitirá aplicar las mejores tecnologías disponibles para tratar el agua que se encuentra almacenada en las cortas de la antigua explotación minera" y que los vertidos realizados al Guadalquivir habrán sido tratados previamente. Este medio ha preguntado a la minera Los Frailes por el nuevo proyecto, pero al cierre de la información no ha obtenido respuesta.
El estudio muestra que estos metales no se diluyen, sino que acaban en el fondo del estuario. Además, apunta a que el alcance de la polución es mayor de lo que se creía hasta ahora: "baja mucho hasta por debajo de Puebla del Río. Es decir, estamos hablando de que todo el estuario interior del Guadalquivir ya está contaminado con riesgo ecológico considerable", alerta Castillo. "Estamos hablando de muchos kilómetros ya contaminados con altas concentraciones de metales".
Peligro para la pesca, agricultura y ganadería
El trabajo muestra afectación también en la desembocadura del Guadalquivir, uno de los ecosistemas de transición más relevantes del sur de Europa, que alberga zonas de gran valor ecológico y socioeconómico como el Parque Nacional de Doñana. El coautor del estudio indica que en las concentraciones de estos contaminantes se reduce en la parte intermedia del estuario pero vuelven a incrementarse en la desembocadura. "Ahí tenemos niveles de algunos elementos potencialmente muy tóxicos, como pueden ser el arsénico o el zinc". Si bien las cantidades encontradas en este área no alcanzan las de la zona de vertidos, "sí llegan a valores que también podrían tener un riesgo ecológico moderado".
El catedrático en Ecología hace hincapié en que la desembocadura es "clave para la pesca de todo el Golfo de Cádiz". Allí se crían y engordan muchas de las especies que fundamentan el sector de la zona, como los camarones o los boquerones. El autor del estudio también señala las galeras, un crustáceo que "vive en el fondo de la desembocadura de los ríos y hacen galerías en los sedimentos". Este animal "es un buen bioindicador porque los metales se encuentran en los sedimentos donde vive". Castillo recuerda que cuando se rompió la presa de la mina de Aznalcóllar en 1998, que provocó un desastre ambiental, este marisco no se pudo pescar en el Guadalquivir durante cinco años. "Con estas concentraciones que hemos medido en este nuevo estudio, en cualquier momento van a salir galeras con concentraciones elevadas de metales y no se van a poder consumir ni pescar", advierte el experto.
Los datos obtenidos ponen de relieve que la polución del río puede tener graves consecuencias sobre los recursos naturales, y por tanto, pone en peligro "cientos de miles de trabajos relacionados con la pesca, la acuicultura, la agricultura, la ganadería y con el turismo de naturaleza, así como el turismo gastronómico, que es muy relevante en la zona", destaca Castillo. En este sentido, insiste en que el proyecto PMR de Cobre las Cruces y la reapertura de la mina de Aznalcóllar "podrían multiplicar por diez la contaminación actual".
Cobre las Cruces defiende su seguridad ambiental
Desde Cobre las Cruces, declaran a Público que los residuos vertidos al Guadalquivir son "ambientalmente seguros y plenamente compatibles con el medio receptor. Así lo acreditan los estudios y analíticas independientes realizados a lo largo de los últimos 15 años de manera periódica e ininterrumpida en varios puntos del estuario, y que se entregan a la Junta de Andalucía para su supervisión". Aseguran que "realiza una gestión de aguas cumplidora de la normativa, responsable y muy exigente en términos de vigilancia y control".
Cobre las Cruces añade que "los niveles de metales en el agua del Guadalquivir están muy por debajo de los límites que marca la normativa. En cuanto a los sedimentos, los registros también están ampliamente por debajo de los índices de referencia nacionales e internacionales". Además, afirma que "no se observa ningún efecto acumulativo de metales en el agua o los sedimentos a lo largo del tiempo. Tampoco se observan diferencias significativas aguas arriba y aguas abajo del punto de descarga". Sobre el proyecto de refinería polimetalúrgica PMR, "la compañía continuará desarrollando una gestión de aguas cumplidora de la normativa, responsable ambientalmente y exigente en términos de vigilancia y control".
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) anuló en 2023 la autorización urbanística para la planta de refinería PMR de Cobre las Cruces porque no incluía la obligada Evaluación Ambiental Estratégica. Esta autorización contemplaba la recalificación de terrenos para la construcción del proyecto. Ecologistas en Acción inició un recurso en la Sala de lo contencioso administrativo del TSJA contra todas las autorizaciones principales de la iniciativa. La organización ambientalista se basa en esta sentencia para fundamentar el procedimiento judicial.
Moratoria a los vertidos y escuchar a la ciencia
El catedrático de la Universidad de Sevilla recalca que "desde la comunidad científica, muchas alcaldías ribereñas del Guadalquivir, del estuario y muchos agentes socioeconómicos como agricultores y pescadores estamos pidiendo una moratoria a los vertidos mineros anunciados, es decir, que se pare". Asimismo, reclama "un comité de expertos independiente que analice en profundidad lo que está pasando y en función se actúe en función de sus resultados".
El investigador incide en que, en este momento, "la pelota está en el tejado del Ministerio para la Transición Ecológica. El Gobierno central tiene en su mano no dar las aguas a la mina de Aznalcóllar". Corresponde a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), dependiente del MITECO, dar esta autorización. Este medio ha preguntado al ministerio y la confederación sobre su posición al respecto, pero no ha obtenido respuesta.
Castillo también lamenta cómo "la Junta de Andalucía se está comportando de una manera negacionista frente a la contaminación por metales pesados". De todos modos, El Salto adelantó el mes pasado que la Dirección General de Salud Pública del Gobierno andaluz iniciaría un seguimiento de la contaminación por metales en este río. A la espera de nuevas reacciones por parte de las autoridades políticas, la evidencia científica deja por el momento un escenario preocupante ante la elevada presencia de químicos tóxicos en el Guadalquivir.
Referencia:
Castillo, J.M. et al., Trace metal contamination along an estuarine gradient under increasing anthropogenic pressure: A case study from the Guadalquivir estuary (SW Iberian Peninsula). Marine Pollution Bulletin. 2025.
Fuente: https://www.publico.es/sociedad/m-ambiente/contaminacion-guadalquivir-peor-pensaba-nuevos-proyectos-mineros-marcha.html - Imagen de portada: Estuario del Guadalquivir.Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG)