Manifestantes paralizan las obras de Belo Monte, polémica hidroeléctrica en la Amazonía

Unos 150 indígenas y pescadores afectados por la construcción de la represa de Belo Monte en la Amazonía brasileña ocuparon este martes por tiempo indefinido uno de los cuatro sitios en obra.
La polémica hidroeléctrica que Brasil levanta en la Amazonía es rechazada por las tribus indígenas de la región y los movimientos ecologistas se oponen a la obra alegando que tendrá un impacto irreversible en la Amazonía.
Los manifestantes ocuparon los puestos de vigilancia, razón por la que el consorcio gestor del proyecto, Norte Energía, decidió suspender las obras temporalmente por motivos de seguridad. Unos 900 empleados fueron retirados del sector de trabajo.
La construcción de Belo Monte, cuyas obras también han sido paralizadas en otras ocasiones por decisiones judiciales, arrancó en marzo del año pasado en la localidad de Altamira, en el estado norteño de Pará.
Maira Irigaray, portavoz del Movimiento Xingu Vivo, contó a agencias de prensa que “esta alianza inédita entre indígenas y pescadores tiene como objetivo denunciar a la empresa responsable de la obra, que no ha cumplido sus promesas hechas en junio, en plena Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible Rio+20”.
Según la portavoz de este movimiento de resistencia a la construcción de la gigantesca represa, 50 pescadores protestaban el martes en una isla cerca del sitio Pimental el martes, a quienes se les unieron una centena de indígenas de seis etnias (Xipaia, Kuruaia, Parakana, Arara, Juruna, Assurini).
Los ocupantes acusan al consorcio Norte Energia (público) de violar los acuerdos firmados durante la última ocupación en junio, cuando 150 indígenas ocuparon el sitio Pimental durante tres semanas.
Los manifestantes acusan a Norte Energia de cerrar el río sin resolver el pasaje de los barcos, como lo requiere el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama).
La represa que se levanta en el río Xingu, a un costo de casi 13.000 millones de dólares, es la más grande en construcción en Brasil. Proporcionará a plena operación 11.233 MW, es decir, el 11% de la capacidad instalada del país.
Su puesta en marcha inundará 502 km2, pero las tierras indígenas no se verán afectadas. Sin embargo, la construcción de la presa es probable que cambie el modo de vida de las comunidades de los alrededores, que no podrán pescar en el río para su subsistencia.
Norte Energia afirma que 117 proyectos socioeconómicos y ambientales ya están en marcha en la región, a un costo de 117 millones de dólares.
 El Ciudadano

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