Las herramientas del crecimiento

Vivimos en una sociedad de crecimiento cuya lógica no es crecer para satisfacer las necesidades de las personas, sino crecer en una producción sin límites para la acumulación de un grupo reducido de personas (crecer al servicio de las clases dominantes); y para ello el consumo debe incrementarse sin límites.
Hay tres instrumentos fundamentales que sirven al crecimiento y que incitan al consumo:
    ▪    La publicidad
    ▪    Obsolescencia programada
    ▪    Crédito
La publicidad
La publicidad es el principal motor que crea el deseo de consumir. Nos estimula el deseo de adquirir lo que no tenemos, y lo que no podemos conseguir, anteponiendo sobretodo, los bienes de alta futilidad a los de alta utilidad, menospreciando lo que ya poseemos y disfrutamos.
Los profesionales de la publicidad y del marketing que, mediante la manipulación del lenguaje simbólico y al incidir sobre las carencias y los anhelos psicológicos inconscientes de las personas, logran fomentar el deseo de consumo.
La publicidad, los medios de comunicación, la industria del entretenimiento, han jugado un papel fundamental en decantar las preferencias del gran público hacia la simplificación y superficialidad de los mensajes.
Obsolescencia programada
También conocida como obsolescencia planificada, la cual renueva constantemente la necesidad de consumir. Nuestro estilo de vida, lleva implícito el consumo, resumido en: comprar, tirar y reemplazar continuamente, promovido básicamente, con la publicidad y la obsolescencia planificada.
Puesto que como expresa Bauman (2005) “nada en este mundo está destinado a perdurar, y menos aún a durar siempre. Con escasas excepciones, los objetos útiles e indispensables de hoy en día son los residuos de mañana. Nada es realmente necesario, nada es irremplazable”. La publicidad genera la necesidad de obtener bienes y servicios, curiosamente los más modernos y fútiles productos, bajo la promesa de que proporcionan felicidad y estatus. Sin embargo, la "obsolescencia programada”, es causa de la inmediatez del reemplazo de dichas adquisiciones por otras más nuevas, más espectaculares, mas inútiles.
Los productores de bienes y servicios en el afán de prolongar el consumo de los productos que fabrican, elaboran estrategias para que estos tengan una vida limitada, y así seguir produciendo a través de la continua renovación de estos.
Los romanos construyeron puentes que, dos mil años después, siguen ahí. Y en la localidad de Livermore (California) funciona una bombilla que ilumina un cuartel de bomberos desde 1901. Sin embargo, en general, el engranaje industrial desarrolla equipos de electrónica de consumo, móviles y otros aparatos con una vida tan fugaz que ni deja rastro en nuestra memoria. Se hacen perecederos al poco de nacer.
Diseñados para tener una vida corta, frecuentemente ni siquiera tienen una segunda oportunidad tras estropearse. Desaparecen los servicios de reparación (o es muy complicado acudir e ellos), lo que demuestra una concepción basada en la idea de usar y tirar. En la vida cotidiana, apenas se habla de reparar, reponer o reutilizar ante unas pautas que hacen que todo sea rápidamente viejo y fugaz.
 La caducidad programada de los productos cimentó el desarrollo norteamericano y renovó una encorsetada cultura de consumo europea basada en la premisa de que la ropa o los artículos "eran para toda la vida"; incluso se heredaban.
No podemos pensar que la obsolescencia planificada como una teoría conspirativa en la que los productores que nos engañan escondiendo información. Tenemos que mirar el plano estético y simbólico y pensar en la dinámica de la publicidad, que te hace ver algo nuevo para que lo tuyo parezca viejo.
Crédito e interés
El crédito es la cantidad de dinero, o cosa equivalente, que alguien debe a una persona o entidad, y que el acreedor tiene derecho de exigir y cobrar.
El interés es el lucro producido por el capital.
Mediante la concesión de dinero por adelantado (que posteriormente se ha de devolver), se pretende incentivar el gasto y el consumo de mercancías, produciendo un espejismo de dinero fácil proporcionando los medios para hacer efectivo el consumo. Es necesario para hacer consumir a aquellas personas con ingresos insuficientes y permitir a los empresarios invertir sin disponer del capital necesario.
Es un potente "dictador" del crecimiento en el Norte y uno de los elementos más destructivos y trágicos en el Sur.

Fuente: decrecimiento.info


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