La MITAD del MEDITERRÁNEO español podría abrirse a la explotación de HIDROCARBUROS

“Es una temeridad que casi la mitad de las aguas españolas en el Mediterráneo esté cubierta por proyectos de hidrocarburos, en funcionamiento o en trámites", señala Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana en Europa.
Oceana calcula que casi 12 de los 26 millones de hectáreas de aguas españolas en el Mediterráneo están bajo la amenaza de la búsqueda de petróleo y gas.
Oceana alerta de que un 45% de las aguas españolas mediterráneas quedaría abierto a la exploración y explotación de hidrocarburos si se aprueban los proyectos pendientes de autorización administrativa. Estos casi 12 millones de hectáreas no incluyen las zonas colindantes que se verían afectadas por las adquisiciones sísmicas, que según cálculos de Oceana harían ascender la superficie amenazada hasta 20 o 22 millones o un 60-70% del Mediterráneo español.
“Es una temeridad que casi la mitad de las aguas españolas en el Mediterráneo esté cubierta por proyectos de hidrocarburos, en funcionamiento o en trámites", señala Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana en Europa. “No hay que esperar a que ocurra un vertido para lamentar daños. Los proyectos afectan a caladeros pesqueros y rutas migratorias de cetáceos, atunes y tiburones, por lo que desde que comiencen los sondeos sísmicos habrá miles de organismos gravemente afectados”.
Las comunidades autónomas afectadas son Andalucía, con proyectos sobre unas 550.000 hectáreas del Mar de Alborán; y Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares, donde los proyectos de adquisición sísmica y primeras perforaciones ocuparían una extensión de cerca de 11 millones de hectáreas si se descuentan las áreas que se solapan. Las áreas de algunos de los proyectos en fase de autorización coinciden en parte, por lo que habría zonas que podrían soportar actividades de diferentes compañías.
Además, los nuevos proyectos se sitúan junto al límite de la Zona Económica Exclusiva y un futuro vertido podría llegar a aguas de otros países. El caso más claro es el de los permisos de Cairn en el Golfo de León (proyecto Nordeste), próximos a la zona de casi un millón de hectáreas que Francia decidió cerrar en 2012 y acabar así con las actividades de hidrocarburos de este país en el Mediterráneo. 
“El empeño de explotar hidrocarburos en el Mediterráneo dejaría a España descolgada de la política ambiental europea y haciendo oídos sordos a los conocimientos sobre el cambio climático. Afortunadamente, el Gobierno está a tiempo de denegar los permisos. La información científica que existe sobre las especies de las zonas que se pretenden abrir al gas y el petróleo es más que suficiente para hacerlo”, afirma Ricardo Aguilar, director de investigación de Oceana en Europa.


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